Viernes 9 de agosto de 2019
¡Hoy empieza nuestra aventura pedaleante!
La ruta de carril bici que sigue el río Loira se llama “Loire a vélo” o “Loira en bici”, en nuestro idioma.
Está bien señalizada, la mayor parte es en carril separado para bicis o en caminos asfaltados por los que no pasa nunca ni un coche; hay facilidades: muchos puestos para aparcar, muchos hoteles ofrecen servicio de parking de bici gratuito… y es relativamente fácil. Eso sí, hay que estar en forma porque cansa.
En la ruta
Es importante llevar una botella de agua, snacks (o picnic) y según la previsión del tiempo, una chaquetilla y/o chubasquero.
Nosotros además, para planificar la ruta, hemos comprado una guía que recomiendo leer pero no seguir (da información completa y los mapas son útiles pero sus etapas son bastante más largas que las que hacemos nosotros, sólo aptas para ciclistas entrenados).
A primera hora de la mañana recogemos nuestras bicis alquiladas en la oficina de Les Vélos Verts y siguiendo la guía nos dirigimos hacia el castillo de Chambord, haremos una excursión circular y volveremos a Blois por la tarde.
Según la web oficial de Loire a vélo son unos 43 kilómetros en total.
El trayecto se hace fácilmente, tardamos casi dos horas en llegar, por caminos bastante llanos, cómodos y poco transitados.
Aparcamos en el parking de bicis y vamos a la taquilla a comprar la entrada. La caseta de la taquilla también es un punto de información, hay baños públicos y alrededor varios restaurantes y paraditas de gastronomía tradicional.
El castillo se puede ver sin pagar, desde el lado opuesto del río, a unos trescientos metros, se puede contemplar toda la fachada y prácticamente rodearlo.
La entrada (14’50€) da derecho al interior del mismo y a los jardines de enfrente. En el interior se visitan varias salas con pinturas de reyes y nobles, algunas están amuebladas y decoradas del siglo XVI al XVII. También se puede ver un interesante audiovisual con la historia de la construcción del castillo.
Este castillo fue mandado construir por Francisco I de Francia como pabellón de caza cuando él y la corte vivían en los castillos de Blois y de Amboise. Lo usó para hacer fiestas en las que poder mostrar su riqueza y poder. A su muerte, varios reyes y príncipes fueron los propietarios hasta que el estado francés lo compró.
Desde la terraza se puede apreciar en detalle la decorativa geometría de las torres y chimeneas. Lamentablemente nos ha estado lloviznando todo el rato, pero no nos ha impedido maravillarnos con el castillo más grande de nuestra ruta.
Comemos un bocata caro en la cafetería del castillo y después de unas cuatro horas de visita, decidimos volver, queda una hora y media de pedaleo de regreso a Blois.
En Blois disfrutamos de una cerveza en el centro, justo al cruzar el puente (calle Jeanne d’Arc).
El castillo de Blois fue residencia de siete reyes, entre ellos Luís XII y Francisco I. Se puede ver el exterior desde la calle, y con esto nos conformamos, no nos da tiempo a ver el interior (de pago).