Escapadas y rutas por la Nueva Zelanda menos conocida ✏️ Blogs de Nueva ZelandaHace tiempo que me ronda la cabeza hacer un diario sobre las escapadas y visitas que hacemos a los sitios menos “típicos” de NZ, los que suelen quedarse fuera de las rutas turísticas habituales por falta de tiempo, o simplemente por desconocimiento. La idea es que sea un diario abierto, para poder ir aportando nuevas experiencias durante el tiempo que andemos por aquí. Voy a estrenarlo con un par de rutas de senderismo que hemos hecho este verano, pero después iré añadiendo cosas que hacer en Wellington, las maravillas de Wairarapa, escapadas de fin de semana… Las etapas no van a tener ningún orden concreto, y puede que resulte una mezcla un poco rara, pero espero que al menos sea interesante :)Autor: Chufina Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (18 Votos) Índice del Diario: Escapadas y rutas por la Nueva Zelanda menos conocida
01: Mt Aspiring NP / Fiordland NP: Routeburn Track (diciembre 2019)
02: Tararua Forest Park: Mt Holdsworth Loop (noviembre 2019)
03: Escapada a Picton (diciembre 2017): Queen Charlotte Track
04: Escapada a Hamilton (marzo 2017): Waitomo y alguna sorpresa más
05: Wairarapa, esa gran desconocida
06: Wellington más allá del Te Papa y el Cable Car
07: Escapada a Queenstown y Wanaka (octubre 2018): glaciares, lagos y vistas
08: Esquí en NZ (agosto 2020)
09: Nelson Lakes NP: Lake Angelus (Navidad 2020, I)
10: Golden Bay (Navidad 2020, II)
11: Kahurangi NP: Heaphy Track (Navidad 2020, III)
12: Fiordland NP: Humpridge Track (febrero 2021)
13: Stewart Island: kiwis, Coast to Coast y unos días en Oban (febrero 2021)
14: ¿Lo mejor de la isla Sur en 9 días? (Navidad 2018)
15: Diez días de roadtrip por Northland en caravana (febrero 2021) [I]
16: Diez días de roadtrip por Northland en caravana (febrero 2021) [II]
17: Egmont / Taranaki NP: Pouakai Circuit (marzo 2021)
18: Wanaka: Roy’s Peak (diciembre 2021)
19: Mt Aspiring NP: Gillespie Pass Circuit (diciembre 2021)
20: West Coast: Copland Track (diciembre 2021)
21: Arthur’s Pass: Bealy Spur Track y alguna cosilla más (diciembre 2021)
22: Taranaki: Three Sisters, Forgotten World Hwy, East Egmont NP (marzo 2021)
23: Tongariro NP: Tongariro Northern Circuit (enero 2022)
24: Mt Aspiring NP: Liverpool Hut & Cascade Saddle (febrero 2022)
25: Fiordland NP: Kepler Track (febrero 2022)
26: Cosas que hacer en Rotorua
27: Fiordland NP: Milford Track (enero 2023)
28: Gertrude Saddle, posiblemente la mejor ruta de medio día de NZ (enero 2023)
29: Mt Aspiring NP: Rees-Dart Track y Cascade Saddle (febrero 2023)
30: Aoraki / Mt Cook NP: Sealy Tarns y Mueller Hut (febrero 2023)
31: Tongariro Crossing en invierno (agosto 2023)
32: Kahurangi NP: Tableland/Mt Arthur Circuit (abril 2023)
33: Nelson Lakes NP: Blue Lake Circuit (abril 2023)
Total comentarios: 56 Visualizar todos los comentarios
Etapas 16 a 18, total 33
[SEGUNDA PARTE]
Día 6: Kerikeri, Matauri Bay y Karikari Peninsula Teníamos un día relativamente tranquilo por delante. Para pasar de Russell a Paihia cogimos el ferry de coches que conecta Okiato con Opua ($21). Es un cruce muy rápido y cómodo, no hay ni que salir del coche. Desde Opua fuimos directos a Haruru Falls, la primera parada del día. Hay una ruta de 6km que une Waitangi con las cascadas, pero nosotros estábamos vagos y fuimos con la caravana directamente al parking que está a un par de minutos andando de la cascada. Haruru significa “ruido” en Maori. La cascada es larga per no muy alta, y a mí no me impresionó demasiado. Me pareció que el agua estaba un poco demasiado marrón… quizás es que estaba muy nublado y medio chispeando, pero no me enamoró. Hay cascadas infinitamente más bonitas en Northland. Haruru Falls
Desde allí pusimos rumbo a Kerikeri, un pequeño pueblo famoso por sus huertas y frutales. Hay un mercado llamado The Old Packhouse donde se pueden degustar los productos locales. Nosotros paramos allí a tomar un café, y aprovechamos para comprar algo de queso, morcilla y salchichas en una charcutería del mismo mercado. Merece la pena hacer una parada rápida. En Kerikeri hay varias cascadas, pero la más famosa es Rainbow Falls. Son 27 metros de caída y el acceso es muy sencillo desde el parking. Hay tres miradores, y en el de más arriba hay un panel explicativo que te cuenta un poco la historia del lugar, que me pareció muy curiosa. Resulta que allá por 1926 el gobierno andaba buscando gente dispuesta a mudarse a esta zona de Northland para hacerse cargo de las plantaciones, pero los funcionarios ingleses a los que intentaban reclutar desde India, China o Malasia no estaban por la labor porque la zona no tenía electricidad, y las mujeres de dichos funcionarios, acostumbradas a tener al menos 2 o 3 sirvientes, dijeron que como en NZ lo de los sirvientes no se llevaba, la electricidad era innegociable para poder mudarse. Y así fue que se aprobó y financió la pequeña estación hidroeléctrica que usaba agua del río Kerikeri a su paso por Rainbow Falls. Rainbow Falls desde distintos miradores
La tercera parada del día era Matauri Bay, una pequeña bahía y playa famosa por albergar los restos del Rainbow Warrior, el barco de Greenpeace que fue saboteado por el gobierno francés en el puerto de Auckland en 1985. En los 70 y 80, el Rainbow Warrior fue usado por Greenpeace para protestar contra la caza de ballenas y la energía nuclear, y en julio de 1985, estando anclado en el puerto de Auckland, fue saboteado por el servicio de inteligencia francés para evitar que interviniera en las protestas contra las pruebas nucleares que Francia hacía en el Pacífico. Pusieron dos bombas a bordo que hundieron el barco, matando a un fotógrafo portugués miembro de la tripulación. El gobierno francés, inicialmente, negó las acusaciones, pero el presidente acabó aceptando que los agentes del servicio secreto habían actuado bajo sus órdenes. Los restos del barco fueron después reflotados y trasladados a Matauri Bay, donde se han convertido en una popular inmersión para los buceadores de la zona, ya que, irónicamente, rebosa vida. Matauri Bay es una playa de arena blanca y agua turquesa, bastante resguardada del viento, y me gustó mucho más de lo que me esperaba. La playa es enorme y tiene un camping en un extremo que debe ser de los campings mejor ubicados del país, y si tuviera que volver a planificar el viaje, sin duda cuadraría una noche allí. Desde ese extremo de la playa sale un camino que sube hasta un mirador sobre la bahía y las islas Cavalli que hay al otro lado (otro santuario marino popular entre buceadores), y en lo alto del montículo está el Rainbow Warrior Memorial, un tributo al barco, su tripulación, y sus esfuerzos por la paz y conservación natural. Matauri Beach
Rainbow Warrior Memorial
Cavalli Islands
Matauri Bay
La verdad es que me encantó este rincón de Northland, y me hubiera quedado todo el día allí, pero teníamos que seguir camino. Paramos en Mangonui a comer fish and chips, que tiene mucha fama, y seguimos hacia Karikari Peninsula, donde pasaríamos la noche. Esta pequeña península que rodea Doubtless Bay tiene lo que para mí son las mejores playas no solo de Northland sino de toda NZ. Es una zona remota, donde casi la mitad de la población es Maori (un porcentaje bastante alto), y muy popular como destino de playa. Queríamos dormir en el extremo norte de la península, en el camping de Maitai Bay, que es del DOC y tiene baños y duchas de agua fría, pero no se puede reservar. Afortunadamente no estaba llenos y pudimos elegir sitio al llegar sin problema ($15 por persona). El camping es bastante grande y está muy pegado a la playa de Maitai Bay, pero justo al lado hay otra bahía llamada Waikato Bay. Ambas son espectaculares. Yo había visto alguna foto de esas que quitan el hipo, y aunque es verdad que cuando llegamos nosotros el agua no estaba tan turquesa como en las fotos, me siguieron pareciendo playas muy bonitas. Maitai y Waikato Bays
Pasamos el resto de la tarde allí, nos dimos una ducha fría rodeados de mosquitos, y nos marcamos una buena barbacoa para cenar (bendita barbacoa incorporada en la caravana). Atardecer en Karikari
Día 7: Karikari Peninsula Otro día tranquilo por delante. Amaneció medio nublado pero poco a poco fue mejorando, y pudimos disfrutar de las playas de Karikari. Nos dimos un paseo por Maitai Bay y cuando recogimos los bártulos nos acercamos a la playa que hay justo al otro lado de la carretera. No podíamos ir más allá de este punto porque a partir de ahí la carretera entra en terrenos privados (antes se podía llegar en coche hasta la punta de la península, pero ya no). La playa que hay justo al otro lado de Maitai Bay se llama Karikari Beach y es una playa larguísima de arena blanca, y estaba vacía. Había salido el sol y el agua invitaba a bañarse. Maitai Bay
Karikari Beach
El montículo que se al fondo de la playa es Mt. Puheke, y se puede llegar andado desde Karikari Beach, aunque nosotros preferimos ir en coche. Se puede aparcar en la base y subir andando al mirador que hay en la cima, o subir en coche si tienes un 4x4. Desde arriba se tienen vistas panorámicas de Karikari Beach a un lado y Puheke Beach al otro. Una auténtica pasada. Mt. Puheke Lookout
Nos dimos otro bañito en la playa y seguimos recorriendo la península hacia el sur. La siguiente parada era Rangiputa Beach, donde paramos a comer. Otra playa preciosa de agua cristalina y arena blanca. Rangiputa Beach
Después de comer nos acercamos a Tokerau Beach, la playa más larga de la península, pero también es donde hay más “civilización”, incluido un Top Ten, y nos gustó menos. La última parada del día en la península de Karikari era el lago Rotopokaka, más conocido como el lago Coca Cola por el color marrón que tiene el agua debido a la alta cantidad de materia orgánica y taninos. Es perfectamente seguro bañarse, aunque nosotros no lo comprobamos. Suele ser popular con niños, y de hecho había varios metidos en el agua cuando estuvimos allí. Una parada curiosa. Rotopokaka (Coca Cola) Lake
Con esto terminamos nuestra visita a Karikari, que nos había encantado, y pusimos rumbo a Cape Reinga donde pasaríamos la noche. Queríamos dormir en Tapotupotu Beach, el camping del DOC más cercano al faro. La carretera que llega hasta allí se hace un poco larga y no queríamos hacer el camino de ida y vuelta en el mismo día, así que pensamos que merecía la pena llegar al camping a última hora, para así poder ver el atardecer, y estar allí al día siguiente temprano antes de que llegaran los buses de turistas. Es un camping básico, pero nos mereció muchísimo la pena. Fueron casi dos horas de coche desde el lago, sin incluir una parada técnica en Kaitaia para vaciar los depósitos de la caravana y comprar algo de comida. Hicimos todo el camino del tirón, y al día siguiente ya iríamos parando a la vuelta. La carretera hasta el camping está sin asfaltar y tiene algo de pendiente, pero yendo despacio no tiene problema. Llegamos justo para coger una plaza en el camping (otro que no se puede reservar) y con las mismas acercarnos al faro para ver el atardecer, que fue de postal. Al día siguiente más. Cape Reinga
Día 8: Cape Reinga y dunas Amaneció un día espléndido (sigo sin creerme la suerte que tuvimos con el tiempo durante casi todo el viaje) y lo primero que hicimos fue dar un paseo por el camping para poder ver Tapotupotu Bay de día. Es una bahía con bastante corriente y no se recomienda el baño, pero es bastante popular con los surfistas. Tapotupotu Bay
Llegamos al faro de Cape Reinga cuando todavía era bastante pronto (ventajas de haber dormido al lado) y no había prácticamente nadie. Habíamos oído y leído mucho sobre este sitio y su importancia en la cultura maorí: se considera el sitio de mayor significado espiritual de todo el país, ya que creen que es el punto en el que las almas de los muertos parten hacia el más allá. Además de su importancia espiritual, Cape Reinga tiene otros muchos atractivos. Es el punto en el que se unen el Pacífico y el mar de Tasmania, y es súper curioso ver (y oír!) cómo las corrientes convergen en un punto, creando remolinos, espuma y olas. Cape Reinga
El faro, y toda la costa, es increíblemente fotogénico. El paseo desde el parking hasta el faro es cortito, y si te quedas con ganas de más puedes recorrer los acantilados hacia el cabo Maria Van Dieman, oficialmente el punto más occidental de la isla norte. Nosotros hicimos parte del camino pero no llegamos a bajar hasta la playa. Las vistas son impresionantes y merece la pena recorrer aunque solo sea un tramo. El camino es parte del Te Paki Coastal Track, una ruta de 48 km que recorre toda la costa del cabo Reinga. Es uno de los tracks más famosos de la isla norte y hace poco fue candidato para convertirse en Great Walk (y yo creo que lo acabará consiguiendo). Cape Maria van Diemen
La siguiente parada eran las dunas gigantes de Te Paki. Es una parada popular en los tours que te llevan hasta el faro, y con razón. Los más valientes se atreven con el sandboarding (alquilan las tablas allí mismo), pero nosotros ya lo probamos en Perú, y vimos que no era lo nuestro, así que nos contentamos con subir andando. Las dunas son más grandes de lo que parece desde abajo, y hacía un calor del demonio. Yo estaba emperrada en subir hasta poder ver el mar al otro lado, así que nos tiramos un buen rato allí. Una vez arriba es curioso ver cómo de golpe termina el verde y los árboles y empiezan las dunas. La verdad es que no te esperas encontrar dunas así en NZ, y es una visita curiosa. Te Paki Giant Dunes
La otra gran atracción para los buses turísticos que te llevan al faro es la famosa 90 Mile Beach, una playa muy larga (aunque no son 90 millas, sino 88 km) por la que se puede conducir. Las empresas de alquiler prohíben expresamente meter los coches (o caravanas) por la playa, así que nosotros no pudimos verla. Supongo que es lo malo de ir por libre. Con esto dimos por terminado el cabo Reinga. Queríamos llegar a dormir a Rawene, pero antes queríamos parar en Ahipara, donde, con marea baja, se supone que se ven restos de barcos hundidos, o eso creía yo. En realidad lo único que se ve es un cigüeñal de un barco de vapor hundido en 1870, pero nosotros no vimos ni eso. La carretera que lleva a la playa es estrecha y sin asfaltar, y resulta que no hay un parking al terminar sino que directamente te mete en la playa. Obviamente, la idea de meter la caravana en la playa no nos atraía, así que tuvimos que dar la vuelta como pudimos. A esa hora estaban volviendo todos los barcos que habían salido a pasar el día, y había decenas de 4x4 esperando en la playa para enganchar los barcos y remolcarlos. Aquello parecía una romería, y nosotros ahí medio atascados con la caravana. Todo un espectáculo. Ahipara
Un poco decepcionados, pusimos rumbo a Rawene. Para llegar hay que coger el ferry ($22) que cruza el Hokianga Harbour, un estuario que se adentra 30 km tierra adentro desde el mar de Tasmania. Es un cruce cortito, como el que habíamos hecho en Paihia. Esa noche dormimos en Rawene Holiday Park ($40 powered site). Día 9: playas y árboles milenarios El Hokianga Harbour es un enorme estuario que ocupa un antiguo valle inundado. Tiene mucho significado histórico porque dicen las leyendas que allí es donde llegó y se asentó Kupe, el gran explorador polinesio, cuando descubrió NZ allá por el año 925. Es una zona muy bonita, con un mirador justo en la entrada del estuario desde donde se puede ver el mar de Tasman hacia un lado y el Hokianga hacia el otro. También es popular por las inmensas dunas que hay al otro lado de Ōmāpere. Nosotros ya habíamos tenido bastante dunas el día anterior así que nos fuimos directos al mirador en Arai te Uru Nature Reserve, donde puedes pasear por los acantilados y ver las dunas al otro lado y cómo entra el agua hacia el estuario. Entre 1838 y 1951 había una “signal station” allí para guiar a los barcos que entraban en el estuario usando banderas, una especie de precursor del faro que se instaló después. También se puede bajar hasta la base de los acantilados (Martins Beach). Hay otro mirador en la propia carretera pero merece la pena desviarse 10 minutos y acercarse a Arai te Uru. Hokianga Harbour
Hokianga Harbour: Martin’s Beach
Hacía muy buen día y nos entraron unas ganas enormes de darnos un baño. Habíamos pasado de largo por Ōmāpere, pero un cambio de planes de último minuto nos hizo volver y acercarnos a la playa. Y menos mal. Tengo que decir que al margen del snorkelling en Poor Knights Islands, Ōmāpere beach fue la primera playa de NZ en la que me metí en el agua (y bien a gusto). Soy muy friolera y normalmente el agua en NZ está helada, así que en 10 años no había conseguido bañarme. Hasta este día. Memorable. Además, la playa era preciosa, con las dunas a un lado y los acantilados al otro, mirando hacia la entrada del Hokianga. Y lo mejor de todo, estaba vacía. Ōmāpere beach
La siguiente parada en nuestro camino hacia el sur eran los milenarios kauris de Waipoua Forest. Estos inmensos árboles fueron talados casi hasta su extinción durante el siglo 19 y hoy en día quedan pocos ejemplares. Llegan a medir 40-50 metros de alto, con diámetros de hasta 5 o 6 metros, y son realmente majestuosos. Lamentablemente, además de quedar pocos, están amenazados por un hongo que causa kauri dieback disease, una enfermedad que va pudriendo la madera en la base del tronco hasta que el árbol muere. Este hongo vive en el suelo y se transmite a través de suelo infectado en las suelas de los zapatillas. Es tan serio el problema que se han instalado estaciones de limpieza de zapatillas en la entrada de los caminos de Waipoua Forest, y se han llegado incluso a cerrar ciertas rutas (como el Four Sisters Walk) para evitar la propagación del hongo. Kauris en Waipoua Forest
El más famoso de los kauris que se pueden ver en Waipoua Forest es Tane Mahuta o Dios del Bosque, el mayor kauri conocido. Se accede por una pasarela de madera (nada de pisar el suelo) y es obligatorio limpiar bien los zapatos antes de entrar. Es un árbol impresionante: 51.5 metros de altura, 13.8 metros de circunferencia, y con una edad estimada de 2000 años. El segundo kauri más grande que se puede ver es Te Matua Ngahere o Padre del Bosque, con “solo” 30 metros de altura pero 16.1 metros de circunferencia. Tane Mahuta y Te Matua Ngahere
No teníamos muy claro dónde dormir esa noche, pero vimos que el Top10 Kauri Coast organizaba tours nocturnos en busca de kiwis en Trounson Kauri Park, un pequeño bosque de kauris donde viven un sorprendente número de kiwis salvajes, y nos animamos a intentarlo. Son grupos reducidos (máximo 10 personas creo recordar) y tienen prioridad los que se alojan en el Top10, aunque si hay hueco puedes apuntarte aunque no duermas allí. Nuestro grupo estaba lleno y nos llevaron en una furgoneta hasta Trounson Kauri Park cuando se hizo completamente de noche. El guía llevaba linternas rojas para poder ver a los kiwis sin asustarlos, ya que la luz blanca les molesta mucho. Es un paseo de 2 o 3 horas por el bosque, de noche, en silencio, y merece la pena incluso aunque no veas kiwis. En nuestro grupo había varios niños que no terminaban de estar a gusto a oscuras y no terminaban de entender lo que significa ir callados para no ahuyentar a los pájaros, pero aun así oímos bastantes kiwis (tienen una llamada muy peculiar) y pudimos ver alguno escabulléndose entre las ramas, pero nada comparado con lo que habíamos vivido en Stewart Island unas semanas antes, donde los kiwis se nos acercaban tanto que podíamos haberlos tocado. Cuando estábamos terminando el paseo de repente nos empezaron a pitar los móviles a todos a la vez: el gobierno acababa de anunciar otro lockdown en Auckland a partir del día siguiente. Eso nos cambiaría un poco los planes, pero afortunadamente nos pilló ya al final del viaje. Día 10: Ka Iwi Lakes y vuelta a casa Con el nuevo lockdown en Auckland teníamos que adaptar el planning del día. Teníamos que estar en el aeropuerto a las 4 de la tarde para devolver la camper y coger nuestro vuelo de vuelta a las 6, pero para llegar al aeropuerto desde Northland hay que atravesar Auckland, y sabíamos que habría check points en la carretera y por tanto atasco. Teníamos varias paradas planeadas por el camino, como el Kauri Museum en Matakohe o Goat Island (que nos habíamos tenido que saltar el primer día por nuestro cambio de vuelo) que tuvimos que sacrificar, y recortamos el itinerario para incluir solo un par de paradas. La primera fueron los Ka Iwi Lakes, unos lagos que están muy cerquita del Top10 y que son increíblemente populares como destino campista veraniego. En un día soleado, el color del agua te puede hacer llegar a pensar que estás en Fiji o en las Cook. Nosotros no tuvimos tanta suerte pero a pesar de todo nos gustó mucho la parada, y aunque no podíamos entretenernos mucho, pudimos remojar los pies un rato. Eso sí, estaban petados. Pero petados, petados. Ka Iwi Lakes
La segunda parada fue en Dargaville, donde en realidad queríamos ir al baño pero aprovechamos para acercarnos a ver el mástil del Rainbow Warrior que está en la entrada del Dargaville Museum. Dargaville Museum
Desde Dargaville fuimos al aeropuerto sin parar. Había un atasco de unas 3 horas en la carretera principal en la frontera entre Northland y Auckland, y google maps nos decía que la cosa se estaba poniendo peor por minutos. Estábamos un poco acojonados pensando que íbamos a perder el vuelo, y nos la jugamos un poco decidiendo salir de la State Highway 1 en Kaiwaka y probar el check point de Mangawhai Road. Afortunadamente estaba casi vacío, y llegamos con tiempo al aeropuerto, que nos vino muy bien porque luego había muchísima cola para entrar a la terminal, con la policía comprobando los billetes de todos los que entraban (y pidiendo pruebas de que vivías fuera de Auckland y estabas volviendo a casa, para evitar la salida de los Aucklanders). Un poco caótico pero lo conseguimos. Un buen fin de viaje!! Había sido un gran viaje. La experiencia de la caravana en NZ nunca decepciona, y tuvimos mucha suerte con el tiempo. Vimos playas maravillosas y paisajes inesperados, y tengo que admitir que Northland nos enamoró. Yo no soy muy de playa, pero si tuviera que elegir un sitio para ir a la playa en NZ, sería sin duda Northland, y posiblemente Karikari Peninsula. Es una pena que la mayoría de itinerarios turísticos que incluyen Northland tengan el tiempo muy justito y se limiten a BOI y quizás el cabo Reinga. Northland tiene mucho más que eso y te puedes tirar fácilmente 2 semanas disfrutándolo. El vuelo de vuelta a Wellington nos deparó una última sorpresa: un maravilloso atardecer con la isla sur de fondo y los molinos de viento de Wellington en primer plano. La distancia entre ambos es solo 22 km, y desde el avión se aprecia muy bien lo cerquita que están. Welcome home Etapas 16 a 18, total 33
Taranaki: un volcán perfecto
Taranaki / New Plymouth era otra de las zonas que teníamos pendientes, y en marzo de 2021 planeamos una escapadita para conocerla. Como nos hemos aficionado a andar, la idea era completar el Pouakai Circuit, una ruta de 25 km que se hace en dos días y que ofrece una de las fotos más icónicas de NZ: el Taranaki (un volcán dormido que entró en erupción por última vez allá por 1854) reflejado en un pequeño lago. Suena sencillo pero no lo es: se necesitan condiciones casi perfectas para que, primero, la montaña se vea bien, y segundo, que el agua esté perfectamente quieta ya que la más mínima brisa afecta al reflejo. Es una de las imágenes de NZ favoritas en IG, y con razón. Recuerdo que cuando nos mudamos a NZ en 2011, mi cuñada me regaló una Lonely Planet que tenía precisamente esta imagen en portada, y desde entonces soñaba con poder verlo en persona. Ya os adelanto que lo conseguimos. Sobredosis de Taranaki
El circuito tiene una variante ligeramente más corta, 19 km en lugar de 25, que se conoce como Pouakai Crossing y que se puede hacer en un día. Es una ruta que está volviéndose muy popular, y se ha llegado incluso a poner a la altura del Tongariro Alpine Crossing: igual de espectacular, pero con mucha menos gente (personalmente, yo no creo que sea igual de espectacular, aunque es cierto que tiene mucho menos tráfico, y es que el TAC se ha vuelto tan popular que en pleno verano vas en procesión). Con esta ruta acortada se ven casi todos los puntos fuertes del circuito y no tienes que cargar con el saco y la cena, pero la principal desventaja es que no tienes margen de maniobra para poder pillar el reflejo de la montaña en el lago: si hace malo cuando llegas, te lo pierdes. Por eso nosotros decidimos pasar la noche en Pouakai Hut, que está muy cerquita del lago, y así maximizar las oportunidades. En la práctica esto se tradujo en tres visitas al lago a distintas horas del día… Pouakai Circuit
La ruta empieza en el centro de visitantes de North Egmont (el nombre inglés del Taranaki es Egmont, aunque hoy en día se prefiere el nombre Maori), donde dejamos el coche. Es una ruta circular así que volveríamos allí andando al día siguiente. Se puede hacer en los dos sentidos, pero la mayoría de la gente la hace en sentido horario porque es más sencillo. La primera parte es de subida entre árboles, hasta que llegas a la bushline y tienes las primeras vistas de la montaña, aunque estando en la base la vista está un poco distorsionada. Como con tantas otras cosas, la perspectiva mejora con la distancia. Primeras vistas del Taranaki
Había amanecido muy buen día, soleado y con bastante calor, aunque eso nunca garantiza que no haya nubes cubriendo la cima. El Taranaki es famoso por su muy variable microclima, y conozco kiwis que han visitado la zona muchas veces y todavía no han conseguido ver la montaña en condiciones. Se puede subir a la cima (2518 m) y es una ruta popular en verano, pero todos los años hay alguien que se queda atrapado por una nevada inesperada, o que incluso fallece: mala visibilidad que puede llegar en cualquier momento y que causa caídas, gente que se pierde, hipotermia… Los kiwis tienen mucho respeto al Taranaki, ya que es bastante traicionero. Pero es innegablemente fotogénico: un volcán perfecto, simétrico, y que recuerda mucho al Fuji (de hecho, El Último Samurai se grabó en NZ, no en Japón). El camino, una vez dejas atrás los árboles, ofrece vistas de New Plymouth y el mar al fondo, mientras bordeas la base de la montaña por su lado norte, alejándote de ella. También vas viendo por dónde va el camino, cortando la montaña y el verde, y atravesando las columnas de lava de Dieffenbach Cliffs. Un poco más adelante hay un enorme corrimiento de tierra llamado Boomerang Slip, y al atravesarlo y mirar hacia abajo y ver la destrucción que causó te das cuenta de que no te gustaría estar allí cuando pasan estas cosas. El bosque por donde volveríamos al día siguiente, y New Plymouth al fondo
El camino por delante…
y por detrás.
Dieffenbach Cliffs
Boomerang Slip
En un día claro, se pueden ver los otros grandes volcanes de la isla norte (con permiso de White Island y el Tarawera) a lo lejos: Ruapehu, Ngauruhoe y Tongariro, a unos 100km de distancia en línea recta. Y al revés, desde el Tongariro Alpine Crossing se puede ver el cono perfecto del Taranaki si la visibilidad es buena. Un par de meses después de hacer esta ruta, volando desde Rotorua a Wellington, tuve la suerte de poder ver los cuatro volcanes, ya nevados, desde el avión. Ruapehu y Ngauruhoe desde el Pouakai circuit
Los cuatro fantásticos: Taranaki (al fondo), Ruapehu (izquierda), Ngauruhoe (centro), y Tongariro (derecha)
El camino llega a un punto en el que de pronto se tienen unas vistas increíbles del mar y Ahukawakawa Swamp, esa especie de valle entre el Taranaki y las montañas más pequeñas que hay al otro lado (Pouakai Range). Es una zona pantanosa que hasta hace relativamente poco era la pesadilla de quien hacía esta ruta después de haber llovido, ya que era normal que el barro llegara a las rodillas; ahora hay pasarelas de madera que ayudan mucho tanto a los senderistas como a la vegetación única de la zona (la combinación de suelo ácido volcánico y bajas temperaturas por ser zona considerada alpina hace que la vegetación sea especialmente interesante). Ahukawakawa Swamp y Pouakai Range
Antes de atravesar la swamp llegas a la primera cabaña de la ruta: Holly Hut, un refugio de 32 camas que no es tan popular como Pouakai Hut y suele estar más tranquila. Tiene el añadido de ser buena zona para intentar ver kiwis por la noche, aunque más que verlos lo normal es oírlos. Nosotros aprovechamos para comer allí y después de comer dejamos las mochilas en la cabaña y nos acercamos a ver Bells Falls, una cascada en una antigua colada de lava. Bells Falls
Después de la mini excursion a la cascada y con el estómago lleno nos pusimos en marcha para afrontar la segunda parte de la ruta, que se nos hizo un poco más dura que la primera. Se atraviesa la swamp, dejando atrás la montaña, y después empiezas a subir hasta el “ridge” o la cresta del Pouakai Range, donde está Pouakai Hut. Durante todo este camino merece la pena ir dándose la vuelta de vez en cuando para admirar las vistas del Taranaki. Dejando atrás Holly Hut
Taranaki y Ahukawakawa Swamp
La subida no es muy larga pero se nos hizo un poco pesada. Cuando llegas arriba (1200 m), si te has quedado con ganas de más, puedes hacer una mini excursión a la cima de Pouakai Trig (1440 m) que te llevará 90 minutos ida y vuelta y se supone que ofrece vistas incluso mejores. Nosotros estábamos vagos y no lo hicimos; además, queríamos soltar las mochilas lo antes posible para poder elegir cama en la cabaña y poner rumbo a lo que iba a ser el plato fuerte de la ruta: el Pouakai Tarn con su reflejo perfecto de la montaña al atardecer. En total, la ruta desde el centro de visitantes hasta la cabaña, incluyendo el desvío a Bell Falls, fueron 18.2 km que hicimos en algo más de 6 horas, y con un ascenso total de 985 m (aunque repartido en varias zonas). Quienes hacen la versión corta de la ruta, el Pouakai Crossing, en este punto se desvían y comienzan la bajada de 5 km hasta el parking de Mangorei. Oficialmente, el Pouakai Tarn y su reflejo no son parte del Crossing, aunque lo normal es que quien haga el crossing se acerque a verlo antes de bajar a Mangorei. Pouakai Hut es muy pequeñita (16 camas) y hasta hace poco no se podía reservar: si llegabas y no había sitio (algo bastante habitual en verano), te tocaba dormir en el suelo. Ahora ya es parte del sistema de reservas online, lo cual ayuda mucho. Una vez en la cabaña, elegimos nuestras colchonetas para esa noche y nos fuimos a explorar la zona. La cabaña no tiene vistas directas a la montaña, ya que cuelga de un saliente que da al otro lado, hacia New Plymouth y la costa, y para ver la montaña tienes que retroceder unos metros hasta el camino principal. Desde allí vimos que una nube se había posado en la cima de la montaña, pero en los apenas 15 minutos que separan el desvío a la cabaña del Pouakai Tarn, la nube ya se había disipado. Como os decía, el tiempo en esta zona es increíblemente variable. Taranaki Maunga
Un tarn no es más que un pequeño lago alpino. Y remarco lo de pequeño porque mucha gente queda decepcionada cuando ve en persona Pouakai Tarn después de haber visto innumerables fotos de la montaña y el reflejo en el agua: el lago es muy pequeñito, para decepción de muchos. De hecho, es tan pequeño que solo hay sitio para unas 6 u 8 personas en el punto desde donde se hacen las mejores fotos. Tened en cuenta que todo el lago está rodeado de una pasarela de madera, y no te puedes salir de ahí. Este sitio es tan popular que hay quien en lugar de recorrer el Crossing o hacer el circuito entero simplemente sube hasta aquí desde el parking de Mangorei y luego vuelven por el mismo camino. Incluso los hay que suben de noche para ver el amanecer desde arriba, o al revés, ven el atardecer y luego bajan de noche con las linternas. El amanecer es la opción más popular porque es cuando menos viento hay, algo fundamental para tener un buen reflejo en el agua. Todo esto te lo ahorras si pasas la noche en la cabaña: nosotros vimos el atardecer, el amanecer e incluso nos acercamos a ver las estrellas cuando era noche cerrada. Todo a cambio de unas horas de sudor y esfuerzo con la mochila a la espalda! En nuestro caso, tuvimos suerte y solo nos juntamos allí unos pocos, así que muy civilizadamente hicimos turnos para hacer las típicas fotos haciendo el tonto al otro lado del lago. He leído historias de gente que se lleva hasta los trajes de boda y se tira horas haciéndose fotos, sin dar oportunidad al resto… y cuando en tiempos pre-covid se juntaban allí decenas de personas, imagino que esto no sentaba demasiado bien. Os dejo alguna foto más, por si no habéis tenido bastante con las del collage de arriba… Pouakai Tarn
Después de disfrutar de un precioso atardecer y hartarnos de hacer fotos, volvimos a la cabaña a cenar. Y como el tarn está solo a unos 15 minutos de la cabaña, nos animamos a volver un poco más tarde, cuando ya se veían bien las estrellas. A esa hora sólo estábamos nosotros y otra pareja, y nos tumbamos en la pasarela a disfrutar del espectáculo en silencio. Uno de esos momentos mágicos que no se olvidan. Más Pouakai Tarn
Nos fuimos a dormir muy satisfechos, pero como habréis adivinado, yo me empeñé en ir también al amanecer (cansina, me llaman algunos) pero volviendo después a la cabaña a desayunar y recoger los bártulos ya con luz. El caso es que tuvimos mucha suerte con el tiempo y pillamos la montaña despejada y sin viento, así que había que aprovechar! Había un poco de bruma que le daba a todo un aire un poco fantasmagórico, y el reflejo de las nubes en el agua también era muy vistoso. La vista por la mañana es muy distinta a la de la tarde, y yo personalmente siempre he preferido la luz del atardecer que la del amanecer, pero había que comprobarlo igualmente …y todavía más Pouakai Tarn
Ese pequeño charquito es el dichoso tarn
Después de estar allí un rato y hacer tropecientas fotos más, volvimos a la cabaña a desayunar y recoger, y al rato estábamos pasando de nuevo por el tarn, pero esta vez ya no paramos ni hicimos más fotos. El camino del segundo día es un poco más aburrido, quizás porque una vez que dejas atrás la parte más expuesta que va por el ridge empieza la bajada por el bosque de vuelta al centro de visitantes, y se hace muy larga y pesada. Pero antes todavía hay alguna subida más hasta una de las últimas cimas (Henry Peak, 1220 m) antes de entrar en el bosque, y se tienen buenas vistas de la montaña y la swamp, aunque para cuando llegamos nosotros se habían instalado las nubes: El camino hacia Henry Peak
Taranaki, Ahukawakawa Swamp y Pouakai Range
Como en toda ruta neozelandesa que se precie, no podían faltar los puentes colgantes…
Nada más salir de la cima de Henry Peak empiezas a bajar por el bosque, y ya no sales de él hasta llegar a la carretera que llega al centro de visitantes. En este punto hay dos opciones: hacer los últimos 2km por la carretera (la opción más corta), o continuar por el bosque siguiendo el Ram Track. Nosotros estábamos deseando llegar a la civilización y darnos una ducha, así que seguimos por la carretera. Creo que fueron los 2 km más largos de mi vida, se me hicieron eternos! La distancia total del segundo día fueron 12.2 km que se hacen en 4 - 5 horas. Hasta aquí nuestra ruta por el Pouakai Circuit. En general es una ruta relativamente sencilla que, si tienes suerte con el tiempo, ofrece unas vistas increíbles de uno de los picos más fotogénicos del país. Los días siguientes aprovechamos para hacer alguna cosilla más por los alrededores de New Plymouth que os contaré en otra etapa. Me quedé enamorada del Taranaki, con esa forma tan perfecta que tiene, y con muchas ganas de verlo en invierno con nieve. Quizás algún día me anime a intentar la cima… aunque tengo que entrenar mucho para eso! Etapas 16 a 18, total 33
En diciembre de 2021 hicimos un road trip de dos semanas por la isla sur para celebrar mi cumpleaños, uno de esos gordos que terminan en cero. La idea era haber ido a Tasmania, pero la famosa burbuja entre Australia y NZ explotó casi antes de terminar de hincharse, así que Tasmania y sus demonios tendrían que esperar. Pero no nos íbamos a quedar en casa: compramos billetes para el ferry y montamos un recorrido que se iba a centrar mayoritariamente en rutas de hiking, que es lo que nos ha dado por hacer últimamente. El plan era empezar con la subida a Mueller Hut en Mt Cook, una ruta de solo 5 km pero con mucha pendiente, para dormir en una de las cabañas más icónicas y populares del país. Pero se nos torció un poco la cosa: viento y nieve que hacían que se necesitaran crampones y piolets, además de malísima visibilidad y condiciones. Los del DOC nos ofrecieron devolvernos el dinero de la reserva porque realmente no eran las mejores condiciones para intentar la subida, y no nos lo pensamos mucho. Así que en lugar de empezar por Mt Cook, nos fuimos directamente al segundo destino del viaje: la maravillosa Wanaka, donde cambiamos la subida a Mueller Hut por Roy’s Peak. Esta excursión que se hace en un día es posiblemente uno de los principales reclamos de Wanaka. Las fotos desde la cima se han hecho tan populares en Instagram que en tiempos pre-covid se formaban colas en el mirador para poder hacerlas, incluso al amanecer. Algo bastante ridículo, la verdad. Incluso Tourism NZ lanzó una campaña hace poco riéndose un poco de la situación y animando a la gente a hacer algo distinto…
Nosotros debíamos ser de los pocos que todavía no habían subido a Roy’s Peak. Ninguna de las veces anteriores que habíamos estado en Wanaka habíamos podido hacerlo, bien porque el track estaba cerrado (cierra en octubre todos los años por lambing) o bien porque no teníamos tiempo. Así que al margen de lo que dijera Tourism NZ, queríamos aprovechar ese día extra en Wanaka para ver si la fama de las vistas desde la cima era merecida. Además, la gran ventaja de que las fronteras sigan cerradas, de que Auckland estuviera en lockdown en ese momento, y de que todavía no hubieran empezado las school holidays es que había muy poquita gente en el track, y por supuesto nada de colas para hacer fotos. Compartiendo el camino
La ruta son 8 km de subida constante, con un ascenso total de 1228 metros, y vuelta por el mismo camino. En total, 16 km que se hacen en 5 ó 6 horas. Suena peor de lo que es: aunque obviamente tiene pendiente, esta es constante y el camino está perfectamente preparado, prácticamente subiendo en zigzag todo el rato, sin grandes saltos, pedruscos o raíces (como nos encontraríamos en otras rutas más adelante…). La bajada es quizás más dura que la subida. Lo que sí hay que tener en cuenta es que el camino está completamente expuesto, no hay sombra de ningún tipo, y en pleno verano en un día de mucho sol se puede hacer muy duro. Y si llueve o hay viento, lo mismo. De ahí que muchos se animen a empezar la subida de noche para ver amanecer desde arriba y librarse del calor que empieza a apretar a media mañana. Roy’s Peak
Sin embargo, la gran ventaja de que el camino esté completamente expuesto es que puedes disfrutar de las vistas desde el primer kilómetro. Y qué vistas. En un día despejado puedes admirar el lago Wanaka, sus islas (la mayor de ellas, Mou Waho, tiene un pequeño lago que es conocido por los locales como “el lago en la isla en el lago en la isla en el mar”, y es una de las cosas que tenemos pendientes por visitar en Wanaka), y los picos nevados de Mount Aspiring NP. Roy’s Peak
Y así, poco a poco, vas subiendo los 1200 y pico metros, y aunque la vista es técnicamente la misma porque el ascenso es por la misma cara de la montaña, en realidad va cambiando con la altura y es como si cada vez que paras a respirar o hacer una foto estuvieras en un sitio distinto. Roy’s Peak
Nos sorprendió que el mirador insta-famoso en realidad está todavía como a 45 minutos de la cima, y las vistas desde un poco más arriba son incluso mejores, y puedes ver a la gente posando más abajo: Roy’s Peak
El camino en esa última parte que sube hasta la cima (hasta la antena) está quizás un poco peor, pero merece mucho la pena ese último esfuerzo. Nosotros tardamos en total 3 h 25 m en llegar hasta arriba del todo (con muuuchas paradas para fotos) y nos sentamos a comer en la base de la antena disfrutando de las vistas. Parapente en Roy’s Peak
Desde la cima de Roy’s Peak
La bajada se hace mucho más rápido: apenas dos horas, aunque se hacen pesadas. Los bastones ayudaron mucho, ya que si no es muy duro para las rodillas (se empiezan a notar los años!!). Llegamos abajo muertos de calor, sudando, y deseando quitarnos las botas. Nos fuimos directos a Glendhu Bay a remojar los pies en el lago. Si hubiéramos tenido el bañador a mano, nos hubiéramos dado un buen chapuzón, pero realmente no contábamos con que hiciera tanto calor. Nos gustó mucho la excursión y claramente la fama es merecida, pero nos tiramos varios días con unas agujetas de morirnos… avisados estáis Etapas 16 a 18, total 33
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (18 Votos)
Últimos comentarios al diario Escapadas y rutas por la Nueva Zelanda menos conocida
Total comentarios: 56 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados NUEVA ZELANDA: NAVIDADES EN LAS ANTÍPODAS
Relato de nuestro viaje de tres semanas en coche por ambas islas, visitando...
⭐ Puntos 5.00 (17 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 69
Primavera austral en Nueva Zelanda.
Ruta de 25 días por Nueva Zelanda con coche de alquiler y alojamiento en B B y hoteles con...
⭐ Puntos 5.00 (50 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 67
Kia Ora, NUEVA ZELANDA
Extraordinario viaje de luna de miel de tres semanas de duración, recorriendo la Isla Sur y Norte por nuestra cuenta en coche de alquiler.
⭐ Puntos 4.88 (33 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 65
NUEVA ZELANDA EN AUTOCARAVANA. UN VIAJE DE ENSUEÑO
Un mes recorriendo Nueva Zelanda en Autocaravana. Segunda parte de nuestro...
⭐ Puntos 5.00 (34 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 60
Viaje a Nueva Zelanda, La Tierra Media - Edición Xº aniversario
Un viaje a lo largo y ancho de Nueva Zelanda. Directo a las...
⭐ Puntos 4.93 (15 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 48
Galería de Fotos
|