La segunda ruta en nuestro road trip era el Gillespie Pass Circuit, muy cerquita de Wanaka. No sabría deciros exactamente cuándo fiché esta ruta, pero sí puedo deciros dónde: en la revista de AirNZ, en un reportaje sobre la excursión en helicóptero a Siberia Valley. Las fotos me parecieron espectaculares pero la excursión era carísima, así que la idea quedó archivada. Pero cuando al cabo de unos años nos empezó a dar por andar y hacer rutas largas, rescaté la idea para investigar la opción low cost de llegar a Siberia Valley: a través del Gillespie Pass, una ruta relativamente poco conocida pero a la altura de cualquier Great Walk (y mejor que muchos de ellos). Hasta mi jefe, que es como mi gurú en cuanto a rutas por NZ porque las ha hecho casi todas (andando, corriendo y en bici), la conocía pero no la había hecho.
Esta ruta está catalogada como difícil, solo para hikers muy experimentados. Empezamos bien. Pero después de investigar un poco descubrí que la razón es que hay que cruzar el río Makarora nada más empezar, y no hay puente. Nosotros teníamos cero experiencia en cruzar ríos, y no tenía muchas ganas de empezar con uno considerado particularmente peliagudo, donde ha habido varias muertes en los últimos años. Afortunadamente, la empresa Wilkin Jets ofrece un servicio de jetboat para cruzar el río por $25 por persona, tanto a la ida como a la vuelta.


Gillespie Pass Circuit y otros tracks en Wilkin Valley
La ruta empieza en el diminuto pueblo de Makarora, en la carretera que une Wanaka con Haast, y hay tres opciones para llegar a la cabecera del track, al otro lado del río: cruzarlo andando (solo cuando las condiciones son buenas, y siempre que se tenga experiencia y seguridad de poder hacerlo), coger un jetboat por $25, o empezar en las Blue Pools, donde sí hay un puente. Esta última opción supone añadir un par de horas, y el inconveniente de luego tener que volver a las Blue Pools para recoger el coche, así que logísticamente esta es la menos atractiva. Una vez en el track, el camino sigue el valle del río Young para después cruzar Gillespie Pass (1600 m), descender por el valle de Gillespie Stream hasta su desembocadura en Siberia Stream, y seguir el Siberia Valley hasta su desembocadura en el río Wilkin, y finalmente seguir el curso del Wilkin hasta su desembocadura en el Makarora. En total, unos 50 km en tres días (dos noches). Pero la joya de la ruta no está en la ruta: la excursión a Crucible Lake, un precioso lago alpino, supone añadir un día extra ya que se hace como day trip desde Siberia Hut. Bueno, hay quien lo mete en el segundo día, pero es matador y yo ni me lo planteé. Bastante duro fue hacerlo en cuatro días, creo que si hubiera intentado hacerlo en tres hubiera muerto ahí mismo.
Como os decía, Wilkin Jets te permite cruzar el Makarora muy fácil y cómodamente por $25. Y para quien quiera llevar la comodidad al extremo, también ofrecen la vuelta desde Kerin Forks a Makarora en jetboat, acortando mucho el último día, por $125. Nosotros decidimos hacer esto porque todavía teníamos más hikes en el viaje y así podíamos ahorrar algo de fuerzas, así que lo reservamos unos días antes. Cuál fue nuestra sorpresa cuando al llegar a la oficina de Wilkin Jets el primer día, listos para cruzar el río y empezar a andar, nos dicen que el día que se supone que tenían que recogernos en Kerin Forks no iban a operar los jetboat, pero que a cambio nos mandaban un helicóptero por el mismo precio. Obviamente, no nos quejamos

Día 1
El día amaneció medio nublado pero no había previsión de lluvia. El jetboat nos cruzó al otro lado del Makarora en cuestión de minutos y poco después de las 9.30 estábamos ya andando. El camino va siguiendo el valle del río Young, casi todo a través del bosque, pero atravesando también un par de praderas abiertas muy fotogénicas.



Young River & Valley
Llega un punto en el que el río se divide en dos: North Branch y South Branch. El camino sigue el South Branch, pero primero hay una subida corta pero potente. Son sólo 100 m de ascenso pero se hace entre raíces, piedras, y a ratos tienes que ayudarte con las manos porque parece casi escalada. Fue buen entrenamiento para lo que nos esperaba al día siguiente…



South Branch
Finalmente, después de 17 km y más de 7 horas (fuimos muy despacio porque todavía teníamos agujetas después de la subida a Roy’s Peak, y a mi marido le dolía bastante una rodilla), llegamos a Young Hut. Esta cabaña tiene 20 camas y no se puede reservar online, pero afortunadamente no estaba llena y no tuvimos problema. Está bastante bien pero no tiene gas, así que hay que llevarlo, y los baños están fuera y son de agujero, aunque esto es así en casi casi todas las cabañas del DOC. Son $15 por persona.
Día 2
Amaneció medio lloviznando y bastante nublado, lo cual me preocupaba un poco porque teníamos que atravesar Gillespie Pass y si las condiciones no eran buenas se nos iba a poner la cosa interesante. El camino empieza a subir ya desde la cabaña, y vas adentrándote en un valle que parece no tener salida, hasta que llegas al fondo con las paredes verticales alrededor de Mount Awful repletas de cascadas (¿cómo narices íbamos a salir de ahí?). Es uno de esos sitios en los que las fotos no hacen justicia porque no llegan a capturar la inmensidad del lugar.





Mt Awful y el final del valle

El camino que dejábamos atrás. Parece que nos alejábamos del buen tiempo!
De repente el camino gira a la izquierda y empieza a subir por las rocas. “Subir” es un término muy genérico. El camino no era apto ni para cabras, y los bastones, que normalmente vienen bien para estas cosas, se convirtieron en un incordio cuando había que propulsarse hacia arriba con las manos, agarrándose a lo que uno buenamente podía. No había empezado a llover pero yo veía las nubes que cubrían Mt Awful moverse hacia nosotros, y no quería ni imaginarme lo peligroso que iba a ser la subida con todo mojado y poca visibilidad. Bastante difícil era ya encontrar los palos naranjas que marcaban la ruta, mejor no pensar cómo iba a ser si se nos metía la nube encima.

Empezamos a subir
En total fueron 700 m de ascenso bastante duro, no os voy a engañar (aunque un gracioso kea nos amenizó el camino), pero tuvimos suerte y no llegó a ponerse a llover. Llegamos arriba exhaustos después de casi dos horas subiendo, pero contentos. Ya nos habían avisado de que nos encontraríamos nieve al otro lado del pass, pero sabíamos que se podía atravesar sin mucho problema. Las vistas desde arriba no eran todo lo bonitas que hubieran sido en un día despejado, pero incluso con todo entre nubes eran impresionantes. Intuimos la cima de Mt Awful, vimos la cascada que baja por la montaña y se convierte en Gillespie Stream, y el valle que éste forma hasta desembocar en Siberia Stream, que también se veía a lo lejos. Eso es lo que ahora teníamos que bajar.


En la cima del Gillespie Pass


Mt Awful, Gillespie Stream y Gillespie Valley, con Siberia Valley al fondo

La ruta, nevada…
La bajada son 950 m de descenso, la primera parte expuesta al estar por encima de la bushline, y luego ya metida en el bosque. Tardamos casi 3 horas y media en llegar abajo, donde el Gillespie Stream se une al Siberia Stream y (por fin!) tienes las primeras vistas del famoso Siberia Valley. En nuestro caso, las vistas estaban muy nubladas y no se parecían mucho a lo que había visto en la revista de AirNZ todos esos años atrás. Cruzaríamos los dedos porque mejorara un poco el tiempo al día siguiente…

Bajando hacia Siberia Valley


Y así, de repente, sales del bosque para adentrarte en Siberia Valley
Desde aquí todavía nos quedaba otra hora hasta llegar a Siberia Hut, la cabaña donde dormiríamos las dos siguientes noches, pero el camino era llano y sencillo. Es una cabaña de 20 camas pero es tan popular que sí se puede (y debe) reservar online. Era la primera vez que íbamos a pasar dos noches seguidas en la misma cabaña, para poder hacer la excursión a Crucible Lake al día siguiente. Siberia Hut tiene la peculiaridad de tener una pequeña pista de aterrizaje muy cerquita, donde las avionetas del “Siberia Experience” descargan a los que solo quieren experimentar el Siberia Valley durante unas horas, caminando desde Siberia Hut hasta Kerin Forks, donde los recoge el jetboat. También hay gente que vuela a la cabaña, hace la excursión a Crucible Lake, duerme esa noche en la cabaña y al día siguiente recorre los 7 km hasta Kerin Forks para que les recoja el jetboat. Creo que también se puede llegar a la cabaña en helicóptero. Hay quien se queja de que eso de tener ruido de avionetas o helicópteros en un sitio tan remoto y salvaje es inaceptable, pero lo que es innegable es que esta opción facilita mucho las cosas a quienes no quieren o pueden hacer el esfuerzo de atravesar el Gillespie Pass, y ha hecho que la zona se haya vuelto cada vez más popular.
La noche anterior en Young Hut habíamos coincidido con una pareja que quería llegar a Crucible Lake antes de ir a Siberia Hut, porque no tenían más días. Lo consiguieron, pero fue duro. Yo definitivamente no hubiera sido capaz. Para nosotros, en total fueron 12.8 km pero tardamos casi 8 horas. Fue un día bastante durillo ya sin meter Crucible! Pero yo ya me imaginaba que iba a ser así, y de hecho ese día era el fatídico cumpleaños: lo hice coincidir con un día duro de ruta para demostrarme a mí misma que era capaz incluso cambiando de década. Prueba superada.
Día 3
La previsión para el día no era muy buena: 10mm de lluvia y nubes todo el día. No era lo que esperábamos, pero no podíamos hacer nada, y no nos íbamos a quedar sin subir a Crucible Lake estando allí. Así que nos pusimos el chubasquero y a andar. Lo bueno de quedarnos otra noche en la cabaña era que no teníamos que cargar con mochilón para esto, y podíamos llevar simplemente algo de ropa y la comida. Llovía, pero afortunadamente no hacía frío.
Para llegar a Crucible Lake hay que desandar parte del camino hecho. Retrocedimos por el valle hasta el punto por donde habíamos salido del bosque el día anterior, y allí nos encontramos con el primer cruce de río del día. La pareja que había ido a Crucible el día anterior nos había confirmado que había que cruzar tres ríos para llegar allí, pero todos eran asequibles, “por la rodilla”. Claro que la chica era bastante más alta que yo, así que su rodilla era más o menos la mitad de mi muslo… Los primeros dos ríos que se cruzan están todavía en el valle, y son ríos anchos pero sencillos. El primero es Gillespie Stream, justo en el cruce con el camino por donde habíamos llegado el día anterior, y el segundo, un pelín más adelante, es Siberia Stream, ya que el camino de subida hacia Crucible sale del otro lado del valle. Nos quitamos las botas, porque preferíamos no ir con las botas mojadas todo el día, y nos pusimos las zapatillas de agua que habíamos llevado específicamente para esto. Estos dos cruces fueron sencillos y con agua (helada) hasta la rodilla. A estas alturas seguía lloviendo pero todavía no nos habíamos calado, y pensábamos que íbamos a ser capaces de mantener las botas secas todo el día. Ilusos…
Cuando cruzas Siberia Stream empieza la subida. Es una subida por bosque, sobre raíces de árboles, con grandes saltos y desniveles que hacen que se necesiten las manos para agarrarte a lo que puedas. Aquí ya había empezado a llover con más fuerza y se nos juntaba el agua que se colaba entre las ramas con lo que goteaba de los propios árboles. Son sólo 250 m de ascenso que se hacen en menos de una hora, pero se me hizo bastante pesado, también porque al estar todo tan mojado y resbaladizo había que andarse con cuidado. Cuando terminas de subir te encuentras con el tercer cruce del día, y este nos acojonó un poco más: parecía que tenía bastante más caudal y fuerza. Cuando vi el marcador naranja que indica el camino al otro lado, pensé “¿pero cómo narices vamos a cruzar por aquí?”. Pero cruzamos, con cuidado, y con el agua absolutamente helada casi por la cadera. Normal que estuviera helada: este río (Crucible Stream) es el que sale directamente del lago. Cuando veáis el lago lo entenderéis…

El tercer cruce del día
Para este cruce también nos habíamos cambiado de zapatillas, pero cada vez nos parecía más improbable que las botas aguantaran secas todo el día, así que intuíamos que a la vuelta no nos molestaríamos en quitárnoslas. Al otro lado del río aparece un precioso valle que primero es bastante llano y luego poco a poco va ascendiendo. Aquí ya jarreaba con fuerza y estábamos completamente expuestos, así que nos empezamos a calar pero bien. La verdad es que no podíamos apreciar mucho la belleza del sitio primero porque íbamos mirando al suelo y segundo porque estaba todo cubierto de nubes… pero ya nos faltaba poco para llegar y no íbamos a darnos la vuelta. Pudimos ver que estábamos rodeados de paredes verticales llenas de cascadas, algo parecido a lo que habíamos visto el día anterior, y que de repente el camino empezaba a subir otra vez. En la foto de abajo veis el valle, y en la parte izquierda se ve la subida hasta lo que es el borde del lago, con el riachuelo que desborda cayendo por un lateral. Esta subida es mortal, o al menos a mí me lo pareció: unos 270 m a través de pedruscos y sin un camino claro marcado. Y nosotros ya empapados de pies a cabeza, con las botas encharcadas, y la camiseta empapada entre el sudor (madre mía qué calor da el chubasquero) y lo que había calado el chubasquero. Yo estaba ya bastante cansada, y me acordaba de los chavales que habían llegado hasta aquí el día anterior después de atravesar Gillespie Pass, cuánto mérito tenían.


Llegando a Crucible Lake
Y de repente llegas arriba, al borde del lago, y ahí está. Y se te olvida el frío, la lluvia, el viento, el día de mierda que hace, y sólo puedes admirar lo impresionante del sitio donde estás, tan remoto, tan puro, tan salvaje. Y a mí por lo menos me mereció la pena todo el esfuerzo, se me iluminó la cara, y me cambió el humor de golpe. Porque además, nada más llegar arriba, dejó de llover y se empezaron a disipar las nubes, lo cual me iba a permitir hincharme a hacer fotos sin preocuparme del agua. Me daba igual que no hiciera sol, o no tener un cielo azul detrás, ya con que no lloviera estaba feliz.

Crucible Lake
Es otro de esos sitios al que las fotos no hacen justicia. Para empezar necesitas un mega angular para capturarlo todo, pero es que incluso así no se aprecia la inmensidad del lugar. Pero además, la belleza del sitio va más allá de lo visual. El sonido de las cascadas, de los kea revoloteando alrededor, el olor a húmedo… y a la vez el silencio de estar en uno de los sitios más remotos que hemos pisado en NZ… todo contribuye a que, para mí, este haya sido uno de los momentos más memorables que he pasado en NZ.


Keas en Crucible Lake

Crucible Lake

Crucible Stream y el valle por donde teníamos que volver
Me gustó mucho ver el lago con icebergs. Las fotos y videos promocionales suelen mostrar el lago con un precioso color verde, pero sin hielo, imagino que porque están hechas en pleno verano. Pero en nuestro caso, a principios de diciembre, todavía había bastante hielo, que le daba un aire especial. No me puedo ni imaginar lo bonito que debe ser en un día soleado, con Mt Alba de fondo y los icebergs flotando.
Después de muchas fotos y de una comida rápida ahí arriba empezamos a notar el frío – estábamos calados y el viento soplaba con más fuerza. Me hubiera podido quedar un buen rato más admirando el paisaje, pero teníamos que ponernos en marcha porque nos esperaba una larga bajada por delante, pero esta vez sin lluvia e incluso con algo de sol. Bajando pudimos darnos la vuelta de vez en cuando y apreciar las vistas que antes no habíamos podido disfrutar tanto, y también las muchas flores salvajes que florecen a principios de verano por todo el valle y que lo hacen muy especial.

Crucible Valley

Flora alpina

Visto así, nadie diría que al otro lado de esas piedras hay un lago lleno de icebergs…
Como habíamos intuido antes, estábamos tan encharcados que no nos molestamos en quitarnos las botas para cruzar Crucible Stream, y llegamos incluso a disfrutar más la experiencia. El agua estaba muy fría pero fue mucho menos traumático de lo que pensábamos, quizás porque estábamos ya empapados… La bajada por el bosque entre raíces se nos hizo muy corta, y en general todo el camino de vuelta fue mucho más llevadero. Supongo que porque no llovía, pero también porque estábamos de mucho mejor humor habiendo podido disfrutar del objetivo del día.

Bajando hacia Siberia Valley

Así llega Crucible Stream a Siberia Valley…
Al llegar al suelo del valle pudimos ver que hasta había cielo azul! Algo difícil de creer, sabiendo cómo estaba apenas unas horas antes, pero una vez más NZ nos demostraba que el tiempo puede cambiar radicalmente en cuestión de horas (y a veces minutos!). Justo en la base de la bajada pudimos ver la cascada con la que Crucible Stream desemboca en Siberia Stream, que cuando habíamos pasado antes por allí no podía verse ya que estaba envuelta en bruma.
Esa tarde pudimos, por fin, disfrutar de Siberia Valley y verlo como yo lo recordaba del reportaje de la revista. Es un sitio impresionante, rodeado de picos nevados, cascadas, con ríos y flores y un color precioso en el agua. No me extraña que la gente pague el dineral que cuesta llegar aquí aunque solo sea para unas horas. Es un sitio de postal.





Siberia Valley
También pudimos apreciar lo icónico de la situación de la cabaña, entre una bonita cascada y un meandro del río, algo que el día anterior habíamos intuido pero que entre lo cansados que estábamos y las nubes bajas que había no habíamos podido llegar a disfrutar en condiciones. Y para cuando llegamos a la cabaña, después de 8 km de ida y otros tantos de vuelta, las nubes al fondo del valle se habían levantado por completo y pudimos disfrutar de las vistas de Mt Dreadful al fondo. Desde luego, entre Awful y Dreadful, el que nombró las montañas en esta zona no estaba teniendo un buen día!


Siberia Hut y las vistas hacia el fondo del valle
Después de otro día muy largo (casi 8 horas y 16 km), esa noche dormimos como benditos, sabiendo además que el día siguiente iba a ser muy light.
Día 4
El helicóptero nos iba a recoger en el mismo sitio que nos hubiera recogido el jetboat: justo enfrente de la cabaña de Kerin Forks, a apenas 7 km de Siberia Hut. Un paseo río abajo bastante cómodo, siguiendo Siberia Stream hasta su desembocadura en el río Wilkin. El día amaneció muy nublado, y el valle estaba de nuevo cubierto de bruma. Nos dimos cuenta de la enorme suerte que habíamos tenido el día anterior de poder verlo en todo su esplendor.


Camino de Kerin Forks
El camino era bastante sencillo, principalmente entre bosque, con cascadas y alguna avioneta de vez en cuando. El último trozo del camino es de bajada algo más pronunciada, en zigzag, pero muy sencilla, y de repente te encuentras en la base del valle. Kerin Forks es una cabaña que en realidad pertenece a las rutas que se adentran más arriba por el valle del Wilkin y atraviesan Rabbit Pass, y está al otro lado del río, de forma que alguien haciendo el Gillespie Pass Circuit tendría que cruzar el Wilkin para poder llegar (y este no es un cruce sencillo). En nuestro caso, el helicóptero nos iba a recoger donde estábamos y no teníamos que preocuparnos. La verdad es que nos alegramos mucho de haber reservado el jetboat. La vuelta a Makarora a lo largo del Wilkin Valley hubiera sido bonita, pero después de todo lo que habíamos andado y visto, no nos hubiera aportado demasiado, y de esta forma ahorrábamos fuerzas para los siguientes tracks. Las vistas desde el helicóptero fueron muy chulas, pudimos ver lo trenzado que es el río (como casi todos los de la zona) y el color tan bonito que tiene, a pesar de lo nublado del día. En menos de 10 minutos estábamos ya en Makarora.

Kerin Forks Hut


Wilkin Valley desde el helicóptero
En total, 53.2 km, 2400 m de ascenso y otros tantos de descenso, en 4 días. Posiblemente sea la ruta más exigente que hemos hecho junto con el Humpridge track, pero también una de las mejores, si no la mejor. Para mí, está ahí arriba en el top junto con la Routeburn. Y con la gran ventaja de ser relativamente poco conocida y no estar masificada, ni necesitar reservar con meses de antelación como pasa con los Great Walks. Merece la pena ver el video del NZ Mountain Safety Council que os he puesto al principio porque, además de enseñaros los paisajes con mejor tiempo, os dará una idea de cómo es el track, y sus subidas y bajadas, mucho mejor que mis fotos. Y Crucible en pleno verano, sin hielo. Y si después de verlo no pensáis que esta es una de las mejores rutas que se pueden hacer en NZ, no sé cómo convenceros...
Bonus
Ese mismo día, después de la salida triunfal en helicóptero, teníamos que llegar a Haast atravesando el Haast Pass, una de las carreteras más bonitas del país, y paramos en las famosas Blue Pool porque, claramente, no habíamos tenido suficiente con el circuito que acabábamos de terminar. Ya habíamos visitado las Blue Pools hace muchos años cuando en 2011 hicimos nuestro primer road trip por la isla sur, y nos sorprendió un poco que ahora el acceso está mucho más lejos y hay que andar bastante más desde el parking. Supongo que tuvieron que construir un parking más grande y no les quedó más remedio que hacerlo más lejos… Ahora hay que dar un paseo de una media hora desde el coche hasta el puente sobre el Makarora que te da acceso a las Blue Pools. Lo que obviamente no ha cambiado es el precioso color del agua y los chavales saltando desde el puente.


Blue Pools
Y como bonus, os dejo dos fotos que pude hacer de camino a Haast: la vista desde Pleasant Flat, en el puente que cruza el río Haast, una hacia el noreste con Mount Cook al fondo, y otra hacia el suroeste con los picos de Mt Aspiring NP.


Mt Cook y Mt Aspiring NP desde Pleasant Flat