![]() ![]() Invierno en Venecia ✏️ Blogs de Italia
Cuatro días de diciembre en familia por las calles más y menos transitadas de Venecia y por la Giudecca.Autor: Scofield Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (9 Votos) Índice del Diario: Invierno en Venecia
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Etapas 7 a 9, total 9
La ruta que haré a continuación es un paseo de unas 3 horas por los lugares más turísticos de Venecia, y por otros más alejados de los circuitos habituales. Ya puestas a tirar cosas por la ventana, voy a tirar también los pies en cuento llegue al hotel.
Empiezo cruzando el Ponte degli Scalzi para atravesar los barrios de Santa Croce y San Polo. Entre estos dos barrios, encuentro algunos edificios de viviendas con jardines, algunas iglesias y, en general, calles muy tranquilas para pasear en soledad. ![]() Toda esta parte es como un laberinto de callejones que rodean los canales que fluyen en línea recta. La altura de los palacios desconchados impide que el sol llegue a iluminar el agua en el que se reflejan, pero de vez en cuando, al fondo del paisaje, aparecen los últimos rayos del sol de la tarde haciéndose un hueco a modo de punto de fuga de estos cuadros venecianos. ![]() Me topo con el muro del Museo de Historia Natural. No tengo pensado entrar así que continuo explorando la maraña de calles hasta llegar a una plaza que, aunque no tiene nada de especial, me gusta por el buen ambiente que hay, veneciano y sosegado, en las terrazas de los bares. Entro a uno de ellos y pido un café para llevar. Encuentro una placa que indica que estoy en la frontera del barrio de Santa Croce. ![]() Aquí cerca hay un museo que me quedaré con ganas de visitar por falta de tiempo: el Ca’ Pesaro con su colección de arte moderno. Podría desviarme e ir ahora mismo, pero me apetece más pasear porque creo que no hay nada que pueda competir con las calles de Venecia. Nada, o pocas cosas. ![]() Ahora voy hacia el norte, el dirección al Gran Canal. Es una pena que haya pocos paseos al lado del agua en el canal más bonito de Venecia. Salgo justo donde quería para encontrarme de frente el Ca D’Oro, mi palacio fetiche, y continuo en dirección al mercado de Rialto para verlo a la luz del día. Tanto a estas horas como por la noche, es un lugar en el que apenas hay tránsito de personas. Las paradas del mercado continuan montadas pero podría decirse que "todo el pescado se ha vendido", y la gente se concentra más adelante, en el tramo en el que están los quioscos de souvenirs justo antes de llegar al puente de Rialto. Cruzo el puente más famoso de la ciudad y callejeo entre la multitud hasta llegar a la plaza de San Marcos justo cuando se está poniendo el sol entre las nubes. No podía irme de Venecia sin despedirme de todo esto. ![]() Ajena a todo, hay una garza que intenta pescar en las escaleras donde muere la plaza, y como no tengo ninguna prisa por irme, me quedo un rato hasta que veo que consigue algún pez. Es una buena forma de reconectar con la realidad de la vida de la laguna en un lugar que es tan bello que parece desconectado del mundo. ![]() Me da la impresión de que he hecho la misma foto 20 veces, la de las góndolas con San Giogio Maggiore o Santa Maria della Salute de fondo, y que nunca acaban de satifacerme porque ninguna puede competir con la realidad. ![]() Empiezo a cruzar el barrio de San Marcos en dirección al puente de la Academia, y encuentro un rincón que me sorprende no haber visto antes. Es una esquina del canal Orseolo, justo delante del Hotel Cavalletto, y parece un lugar de esos por los que se pasa casi sin querer, porque está lleno de tiendas y de góndolas aparcadas. Vuelvo al Campo Santo Stefano, al San Vidal y cruzo el puente de la Academia para enlazar con el barrio del Dorsoduro. Vuelvo a parar aquí, igual que en Rialto y en San Marcos y vuelvo a hacer la misma foto 3 o 4 veces más de uno de los tramos más bonitos del Gran Canal. A partir de este punto, elijo cruzar el barrio hasta el Canal de la Giudecca. De camino, me encuentro con los escaparates de los talleres de arte y de las tiendas de máscaras y productos típicos venecianos, y entro a alguna para mirar las agendas pintadas al agua y algunas artesanías. En muchas de estas tiendas se mezcla un poco de todo: pinturas de Venecia, antiguedades, cristal de murano, joyas... ![]() Paseo por la Fondamenta Priuli y encuentro el squero di San Trovaso, que es uno de los últimos talleres de góndolas que quedan en Venecia, al lado de una iglesia. Todavía queda alguien trabajando. ![]() Ya puedo ver al fondo el final del Dorsoduro. El cielo vuelve a estar violeta, igual que el día anterior, y en el Ponte Longo hay algunas personas intentando captar la magia del momento. ![]() Me acerco hasta allí y descubro el paseo más romántico de la ciudad. Donde acaba el Dorsoduro, a lo largo, hay una fondamenta ancha con farolas rosas que mira hacia las casas de la Giudecca. Desde aquí se ve el Hotel Hilton Molino Stucky iluminado. ![]() Paseo primero hacia el este, pasando por delante de algunos restaurantes y heladerías, de la Academia de Bellas Artes de Venecia y de la iglesia dello Spirito Santo. No llego hasta la Punta della Dogana porque quiero guardar energías para pasear por el centro de la isla. Sigo por el paseo hacia el oeste. Ya es de noche. Camino por la fondamenta del Borgo, que está preciosa a estas horas con su pequeño canal de aguas tranquilas, sus casitas bajas y la iluminación de los bares y de algun farol que cuelga de las fachadas de los edificios. Toda esta parte está poco iluminada pero no tengo sensación de peligro en ingún momento, sino todo lo contrario. Es un placer pasear por aquí, de noche y en silencio. ![]() Vuelvo a cruzar el campo Santa Margherita. Las copas de los arboles están adornadas por las luces de navidad y hay bastante ambiente en las terrazas. Hubiera parado en uno de los bares, el Caffe Rosso, para tomar algo y pensar que puedo ser capaz de diluirme entre la multitud y llegar a formar parte de aquello que pertenece únicamente a la isla. Pero la realidad es que solo estoy de paso por aquí. ![]() Continuo por el noroeste, encontrando calles en las que se reúnen los ancianos a charlar y por las que pasan estudiantes con mochilas escolares, hasta llegar a la fondamenta Minotto, una calle lena de comercios y de bares, con un ambiente bastante local. ![]() No sé cuántas veces más va a ser capaz de sorprenderme esta ciudad. San Marcos es una cita ineludible, pero descubrir estas calles que parecen en calma y que de repente se llenan de vida me otorga una visión más amplia de lo que es Venecia, y me ofrece la excusa perfecta para volver y redescubrir todo esto a la luz del día. ![]() Encuentro una última plaza, el campo del Tolentini. Hay mucha gente reunida en ella, en los bares y en las escaleras de la iglesia que, como de costumbre, está acompañando a la plaza, y vuelvo a ver otra placa que me indica que he vuelto a Santa Croce. ![]() ![]() Sigo el trazado de la calle en dirección al Gran Canal, pasando por detrás de la iglesia de San Simeon Piccolo, para salir delante de la estación. Parece que una de las funciones principales de esta iglesia sea la de dar la bienvenida y dejar boquiabiertos a los viajeros que llegan desde la estación. Vuelvo a cruzar el puente que me deja en el Cannaregio. ![]() Los más de 15 kilómetros que dice Google Maps que he caminado en todo el día son señal de que hoy también será noche de cena del súper y de tele italiana. Así que volvemos al Despar más cercano, que conserva los techos del palacio en el que está instalado, y nos hacemos unos bocadillos de mortadela italiana y de queso justo antes de quedarnos dormidas. A la mañana siguiente, tomamos el último desayuno y vamos dando un paseo hasta la estación de autobuses. Compramos dos billetes a 10€ cada uno y llegamos al aeropuerto con la línea 5 en unos 25 minutos. Se acaba el sueño de Venecia. ![]() Etapas 7 a 9, total 9
La belleza de Venecia es indiscutible y apta para todas las sensibilidades. El conjunto de islas ancladas en otro tiempo constituye un lugar irrepetible en el mundo, pero también lo hacen esclavo de sí mismo.
Siempre he viajado a Venecia en invierno o en verano. En invierno, el clima puede llegar a ser algo inhóspito, con temperaturas bastante bajas potenciadas por la humedad y días grises. La neblina y la menor afluencia de visitantes convierten a venecia en una ciudad mística y algo fantasmagórica. Los museos cierran pronto y el sol se pone antes de las 17:00h., así que es más difícil aprovechar las últimas horas de la tarde. Como contrapartida, los precios de los hoteles caen de manera significativa. En verano los días son muy largos y soleados, y las flores y las plantas corretean por las fachadas de los edificios, pero el exceso de calor y de visitantes puede llegar a ser bastante agobiante. En invierno, el sol sale y se pone siempre delante de la plaza de San Marco. En verano lo hace siempre por detrás. La luz suave y velada envuelve las puestas de sol invernales y la luz dura y cenital del verano es la única capaz de colarse e iluminar los canales de los callejones más escondidos. En invierno es fácil encontrar a los venecianos con sus carritos de la compra, sus mochilas del colegio, o reunidos con sus amigos en las calles y plazas de algunos barrios del centro, y estos se esconden o escapan de la ciudad en verano, o se desintegran entre la multitud. El invierno es artesanía y el verano son suovenirs. El invierno revitaliza a Venecia, que en verano espera dormida. ![]() Etapas 7 a 9, total 9
Viajar a Venecia puede ser muy caro, pero no es difícil conseguir que salga medianamente barato. Dependerá de a qué se esté dispuesto a renunciar.
Nosotras hemos pagado unos 1150€ en total, incluyendo los vuelos, hoteles, restaurantes, cafeterías, visitas a monumentos, la compra en el supermercado, el transporte en Venecia... Son unos 380€ por persona para 4 días (aunque una de nosotras estuvo un día menos), y no hemos aplicado todo lo que sabíamos que nos podía hacer ahorrar. Vuelos: Siempre es relativamente fácil conseguir vuelos a buen precio desde Barcelona hasta Venecia, fuera de la temporada más alta. Contando con un poco de flexibilidad, nosotras hemos ido por 40€ y hemos vuelto por 21€. Sin la flexibilidad en la vuelta (un martes por la mañana), una de nosotras pagó 86€ por volver un domingo por la noche. Si aun así no se consiguen buenos precios, Bolonia queda a poco más de dos horas, y Verona a algo menos. Hoteles: La mejor opción para ahorrar es alojarse en tierra firme en lugar de en la isla. Pero si las circunstancias lo permiten, y siempre que se viaje en temporada baja, creo que es mejor dormir en un antro en la isla de Venecia que en un buen hotel en Mestre o en cualquier otra población de los alrededores. Es mi opinión personal. Se pierde un tiempo precioso yendo y vieniendo cada día a Venecia. Y no es lo mismo despertar para coger el bus que despertar pisando suelo insular. En el Cannaregio suele haber hoteles más económicos y es una zona práctica por estar cerca de la estación de tren y de buses, aunque está algo lejos de San Marcos, a unos 40 minutos. Si tuviera que escoger la mejor zona para dormir en Venecia, diría que es la parte superior del Dorsoduro, en los alrededores del Campo Santa Margherita. Esta parte del barrio es bonita, con buen ambiente, cafeterías en las que desayunar a buen precio, y está a unos 15 minutos a pie de la estación y de Rialto, y a unos 20 minutos de San Marcos. Museos y monumentos: Venecia es un museo al aire libre. Si se dispone de poco tiempo (y de pocas horas de luz, como en nuestro caso) y no se tiene preferencia o un interés especial por alguna obra de arte en concreto, creo que es mejor invertirlo en pasear que en querer entrar a visitar muchos museos, que, aunque merecen mucho la pena, no pueden competir con lo que Venecia ofrece a pie de calle y de forma gratuita. El Gran Canal, con sus iglesias, palacios y mansiones a ambas orillas, es una muestra increíble de arquitectura veneciana a los largo de varios siglos. Las iglesias están plagadas de pinturas de artistas como Tintoretto y siempre hay alguna exposición gratuita que se puede visitar sin invertir demasiado tiempo, como las que suele haber en el Isntituto de Ciencias, Letras y Artes, que además es un pequeño palacio con una biblioteca antigua. La mayoría de los museos son gratis el primer domingo de cada mes y hay algunas tarjetas turísticas que pueden salir a cuenta si se quiere visitar varios. Transportes: caminar es la mejor manera y la más económica para descubrir Venecia. Las distancias entre los principales puntos de interés y la estación de tren no son muy grandes, y recorrerlas pie es la única manera de descubrir los callejones y puentes que no son accesibles en vaporetto y a los que no se llega en un paseo en góndola de 30 minutos. -Vaporetto: el billete sencillo ahora cuesta 9,5€. Si se dispone de más de 3 días para visitar Venecia, la mejor opción es comprar un abono de transporte (en nuestro caso fue el de Venezia unica) de varios días en cualquiera de las máquinas que hay (en varios idiomas, incluido el español) en la mayoría de paradas del vaporetto. El de 1 día cuesta 25€, el de 2 días 35€, y van sumando de 10 en 10 a medida que se añaden días. Visto así, puede que el de un día parezca la peor opción, pero si no se pretende visitar todas las islas, puede convertirse en la mejor. Se puede organizar la ruta del día en torno al vaporetto, visitando alguna isla, llegando a la parte más alejada del barrio de Castelo, o haciendo un tour por el Gran Canal. Como son 24 horas reales, también puede servir para tomar el primer vaporetto del día siguiente. Si la idea es hacer la ruta Murano-Torcello-Burano y alguna cosa más, el abono de un día puede quedar algo justo, tanto en invierno por las pocas horas de luz, como en verano, porque los vaporettos van llenos en temporada alta. Si no se tiene pensado ir a las islas, tomar un vaporetto por 9,5€ para hacer un tour por el Gran Canal tampoco es mala opción. Es una de esas actividades que más recordarás de tu viaje. -Góndola: 80€ media hora. Nosotras, en verano, la conseguimos por 60€ sin regatear mucho. Y si sigue pareciendo caro, aunque no es un paseo en góndola, se puede tomar un traghetto para cruzar de orilla a orilla el Gran Canal por 2€. -Transporte hasta/desde el aeropuerto: en este caso el de Marco Polo. Con el barco de la compañía Alilaguna cuesta 15€ (27€ si se compra la ida con la vuelta), en bus, bastante más rápido, 10€ (18€ si se compra la ida con la vuelta) y si se quiere ahorrar, existe un truco que circula por el foro que consiste en tomar el bus desde/hasta Tessera, a 15 minutos caminando del aeropuerto, por 1,5€ cada viaje. Es la misma línea 5 y los billetes para el bus, cuando se llega desde el aeropuerto, se pueden comprar en un estanco que hay cercano a las paradas, y parece que también en alguno de los hoteles que hay muy cerca de la parada. Comidas: Si se quiere hacer lo mismo que aquí, es decir, sentarse a tomar un café, comer un menú al mediodía e ir a cenar una pizza, puede salir bastante caro. He recopilado algunos trucos que encontré leyendo el foro para hacer que todo esto sea más asequible. -Desayunos: Es difícil que un café en una mesa o una terraza baje de los 3 o 4€ en las zonas más turísticas. Si se está de paso por el barrio de San Marcos y se quiere entrar a una cafetería, lo mejor es tomar el café en la barra. El precio es más o menos la mitad que si se toma en una mesa. El cortado vale casi lo mismo que un café solo, pero la cosa se dispara cuando se pide un café con leche. En el Campo Santa Margherita (Dorsoduro) o en la Fondamenta de la Misericordia (Cannaregio), hemos tomado café con leche en la terraza por 2,5€ cada uno, con vistas a una plaza, a un canal y al Ghetto Vecchio. -Restaurantes: Conviene evitar, en general, los restaurantes que hay en la orilla del Gran Canal a la altura de Rialto y los de la calle que sale de la estación en dirección a San Marco, llena de restaurantes con camareros en la puerta esperando captar a los pobres incautos que piquen con el precio del “menú turístico”. La oferta suele incluir dos platos desde 13,5€. A partir de aquí, se empieza a sumar: 2,5€ o 3€ por el cubierto y 4€ por una botella de agua. Para quien piense que comer por 20€ no está tan mal, le diré que mejor comer menos y bien por 25€ que comer fritanga por 20€, que es lo que van a servir en la mayoría de estos restaurantes. Además, nos hemos fijado en que hemos comido mejor en los restaurantes en los que el cubierto nos ha costado 2€ que en los que nos ha costado 2,5 o 3€. No sé si es una norma a tener en cuenta pero en nuestro caso se ha aplicado.En lugar de un menú turístico, para ahorrar, se puede comprar pizza al corte en los puestos que hay repartidos por el centro, pasta para llevar en Dal Moro’s, o combinar estas opciones con la de ir a una cicchetería a picar y tomar algo. Y se si quiere ahorrar todavía más, en los supermercados que hay repartidos por las calles del recorrido más turístico, hay pan, embutidos y quesos, y platos precocinados para llevar. Hay otro truco que he leído en este foro sobre el precio del Spritz. Cuanto más caro sea, más turístico será el restaurante. Donde hemos comido bien, el Spritz no subía de 4 o 4,5€, y hemos encontrado bares en el Canareggio donde lo hemos visto a partir de 2,5€. Espero que todo esto sirva de ayuda igual me ha servido a mí, en especial para las personas que descartan Venecia por ser una de las ciudades más caras de Italia. Ahora ya no hay excusa. ¡Que lo disfrutéis! Etapas 7 a 9, total 9
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