Vietnam en Familia en 13 días, Agosto 2023 ✏️ Blogs de Vietnam

Hoi An:



Bueno, hay que decir que la etapa la arrancamos tras visitar las tumbas de Hue, por lo que no todas las etapas de este diario van por días completos.

Una vez subidos al coche, nos esperan bastantes horas de viaje.
Nuestra primera parada es en un hermoso lago (Lap An Lagoon), donde descansamos un poco y nos sacamos algunas fotos.


La segunda parada es justo antes de Da Nang, donde disfrutamos de la carretera y de las vistas bonitas que hay en los miradores.


Después paramos en un restaurante y nos cobraron 4€ por comer los tres, como bien les indico el conductor que nos tenían que cobrar. Fue donde comimos más barato de todo vietnam.

Y la siguiente parada fue la montaña de mármol. Este complejo super turístico nos gusto mucho. Muchos templos, cuevas (una de ellas te metes y tienes que escalar para salir por encima de la montaña, pero recomiendo sólo hacerla si estás ágil). Y muchas figuras de mármol. La visita dura unas 2 horas, y la verdad que tienes muchas pequeñas cosas que ver.

Nosotros subimos en ascensor, para ahorrar un poco de tiempo, pero bien se puede subir sin problemas andando y ahorrar un poco de dinero y ganar encanto.


Tras la visita nos dejo el conductor en nuestro hotel.

Quynh Chau Homestay hoi An: un sitio encantador, hasta lujoso para mi opinión. Sin ascensor, pero sólo tiene tres plantas. Está muy bien situado para ver la ciudad, y muy cerca del mercado nocturno.
Tras descansar, aún de día, nos vamos a ver la ciudad. Primero el mercado nocturno que ya estaba puesto, y luego callejear por sus calles.
De repente nos damos cuenta de que estábamos rodeados de turistas japoneses.

Subimos a tomarnos algo a una azotea, y la verdad que se tienen unas vistas bonitas.
Pues de momento, como primer contacto, muy bien… pero el puente japones cerrado y tapiado. Está de reforma, así que no pudimos ver la joya de Hoi An. Cenamos en el centro en un sitio de comida local muy bien llamado Cao lầu Không Gian Xanh. Comida rica, pero sota caballo rey. Que quieres, esto toma, come, paga y el siguiente.

En el mercado nocturno vendían ranas espetadas, me quede con ganas de comerme una, pero habíamos prometido cuidar el estomago y no comer ni hielos, batidos, ni verdura lavada, ni puestos callejeros.

No cogimos las barcas con farolillos.

Tras dormir, compramos 5 tickets cada uno (los niños no pagan) y visitamos algunos templos, y un par de casas antiguas y aprovechamos el día para andar por hoi An con poca gente, ya que parece ser casi todos los japoneses van de noche con excursiones de Da Nang.


Hoi An mola. Mola mucho. Lo podemos colocar en el segundo puesto de nuestra visita después de Tam Coc.


Con una lagrima en el ojo, cogemos un coche privado que habíamos apalabrado en el hotel que nos lleva al aeropuerto destino Ho Chi Minh nuevamente.

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Ho Chi Min:


Tras otro retraso de Vietnan Airlanes, llegamos a las 00:30 al hotel de Ho Chi Minh.

A&A Toronto Hotel: 41€ Un hotel malo, con aspecto malo, con unos aires acondicionados terribles, con mucho ruido en la calle, pero yo dormi del tirón hasta las ocho de la mañana. Desayuno incluido con paca variedad, pero de buffet.

Bueno, pues poco hacemos. Nos vamos, y así es.

Visita al mercado para las últimas compras.
Visitamos una torre por unos 10€ cada uno, Bitextco Financial Tower, donde el ascensor te sube 60 plantas en menos de un minuto. Se te taponen los oídos y todo.
Pero claro... la terraza en obras, tampoco pudimos salir… Pero bueno, las vistas son muy hermosas.


Buscamos a unos que venden unas especies de plumas que le dan patadas, y los encontramos para comprarles unas cuantas. Son unos cracks. Están en un parque grande cerca de la Street walk.

Nos damos un paseo, recogemos y nos vamos… y se acaba. Así es la vida.
Nos vamos más tristes que llegamos, pero con la alegría de saber que hemos planificado un viaje en el que nos ha salido todo bien, excepto las obras… mira que tener cerrado el puente japones de Hoy An, la catedral de notre dame de HCM, media ciudad imperial de HUE, la planta mirador del edificio…
Al aeropuerto que nos espera un viaje muy estresante, con unas escalas muy ajustadas y una probabilidad tremenda de perder las maletas.

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El regreso

El vuelo vuelve a salir con retraso. 1 hora y media de retraso. Afortunadamente en parís nos esperaban 4 horas de espera, que finalmente fueron sólo 3.

Nos dieron un asiento roto que no se podía reclinar. Al quejarnos no pudieron arreglarlo, y me movieron a mi de sitio si quería. Eso nos vivo bien porque las dos chicas durmieron con bastante espacio.
Al salir a media noche hora local, nos tiramos todo el viaje durmiendo tras la cena.
En Paris, control de pasaportes y nos obligaron a tirar todo el agua al pasar un nuevo control de equipaje de mano. Afortunadamente ya podíamos beber de las fuentes nuevamente.
No pudimos hacer el cheking nuevamente al volar con dos compañías diferentes, pero ya nos lo sabíamos y sacamos las tarjetas de embarque en un puesto de Air france.

El problema lo teníamos en roma, que teníamos 55 minutos de trasbordo, pero unos meses antes me cambiaron el horario y nos dejaron sólo 40 minutos de trasbordo, y encima el vuelo de Paris a Roma se retraso unos 15 minutos, por lo que teníamos sólo 25 minutos de trasbordo, así que sólo podíamos pensar que adiós maletas.

Pues no. Resulta que vimos en Paris como nuestras maletas estaban a parte de otras, con unas pocas, y yo entendí que deberían de ser para el transito de roma.

Salimos corriendo y llegamos ya con el embarque abierto. Al subirnos en el avión, vi el carro de las maletas. Resulta que yo pensaba que las maletas deberían entrar en el aeropuerto y el sistema repartirlas de nuevo, pero no. Lo hicieron a manubrio. Y las maletas se metieron en nuestro avión.
Así que para casa, a sufrir síntomas extraños del cambio de clima y horario.
Pies muy hinchados que se me quitaron al día siguiente. Ojos muy secos, que me tuve que poner lagrima artificial. Y la piel reseca que se caía a cachos. Días después labios cortados.
Es lo que tiene de venir al extremo tropical, al extremo seco de la meseta.
Así que toca descansar, y hacer un recuento de las experiencias y de las conclusiones.

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