23 días en Tailandia con niños ✏️ Blogs de Tailandia

Comenzamos el día con un breve desayuno en el hotel y el padre de los dueños nos lleva al puerto (3 minutos en coche). Llegamos con la antelación suficiente que pedían y nos sobra mucho tiempo aunque el barco va casi lleno.

He de decir que como queríamos ir en el primer ferry de la mañana y para la vuelta queríamos también el primero, reservé los tickets con antelación desde España. Me costaron 2.800 bath (ida y vuelta). Cuando haces la reserva te pone que si necesitas transfer hasta el puerto te lo ponen de manera gratuita. Nosotros para la ida no quisimos (la idea inicial era ir andando) pero para la vuelta nos vino genial ya que el ferry nos dejaba en Krabi pero teníamos el hotel en Ao Nang.

El trayecto en ferry lo pasamos leyendo y jugando y cuando llegamos a Phi Phi nos dimos cuenta de la locura que era la isla. ¡Llena de gente! Calles estrechas y mucho calor.

Fuimos directos a nuestro hotel (Phi Phi hotel) y al hacer el check-in nos dicen (en ese momento eran las 11:00 h.) que nuestras habitaciones no están preparadas y que dejemos las maletas y volvamos más tarde. No nos preocupa ya que nuestra idea era salir a dar una vuelta y ver qué opciones de excursiones teníamos y ver cómo y con quien las contratábamos.

Realmente en todas las agencias ofrecen lo mismo: Bamboo y Mosquito Island, Monkey beach, Maya bay, Pileh lagoon y plancton bioluminiscente. Hay algunas que ofrecen algún trayecto más y otras menos. Tienes la opción de hacerlo en long tail o en speed boat. Y sobre todo esto, a negociar precios porque te dan uno inicial y si tuerces el gesto, te lo bajan… tal cual.
Hablamos con dos agencias y vimos que era lo mismo en todas (100-200 bath arriba o abajo). En muchas te van vendiendo lo que quieren. A nosotros nos llegaron a decir que con niños la de todo el día no era viable porque se cansan (que digo yo que gracias por el consejo pero ya sabré yo lo que quiero hacer, ¿no?)

Finalmente llegamos a una agencia (Phi Phi Local Tour) y nos dicen que la excursión que queremos la tienen y, además nos están tratando súper bien (se lo curran vendiéndonosla) y nos genera buen feeling. Mirando el tiempo vemos que el pronóstico para los dos días siguientes es peor que el que hay hoy y el chico nos dice que tiene plazas para hoy pero que la excursión sale en 15 minutos. Nos la deja en 3.800 bath los 4 en speed boat y el precio nos incluye la tasa de Bamboo Island, que en algunas agencias el precio es más barato pero hay que sumar esta tasa (400 bath/persona).

Dudamos un poco pero nos liamos la manta a la cabeza y pagamos, nos vamos al hotel a cambiarnos de ropa, coger las gafas, tubos y escarpines y nos vamos al puerto que allí nos están esperando.

La excursión nos encantó. Tanto el guía como las personas de la agencia que nos acompañaban (incluyendo al conductor) nos trataron de 10 tanto a nosotros como al resto de personas que hicimos la excursión.





Los puntos más débiles de la excursión (no de la agencia) diría que son que la primera parada en la playa de los monos es una turistada y una locura. Yo hubiera pasado de ella. Te bajas del barco, estás con muchísima gente y sólo para ver una playa con monos. No me pareció nada espectacular. También cuando llegas a Bamboo Island te encuentras una playa masificada, llena de long tail y speed boats pero igualmente la isla es una pasada. Ojo con Maya Bay que la cierran dos meses al año. A nosotros nos ocurrió y la vimos desde lejos.
El tema del plancton bioluminiscente me pareció un poco bluff pero nos llevaron a un sitio al lado de las rocas y nos dejaron 5 minutos (que tampoco da para más). Quizá haya excursiones sólo para hacer esto que te lleven a sitios más espectaculares y sean la releche.

En sí, en líneas generales, la excursión nos gustó mucho y la recomiendo. Mi hija se lo pasó en grande ya que el guía (una persona increíble) la tomó de la mano en muchos momentos para llevársela a ver tiburones y tortugas mientras hacíamos snorkel (mi marido iba con ellos siempre). Si no llega a ser por él, no hubiéramos explorado lugares de snorkel increíbles.

Y poco más que contar, llegamos al hotel a las 19.30 h exhaustos pero súper contentos.
Si tuviera que hacer una recomendación diría que escogierais speed boat ya que merece la pena. Los trayectos a veces son largos y este tipo de barcos mola mucho.

Y poco más en este día. Buscamos un sitio para cenar y nos vamos a dormir que estamos agotados.

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Hoy no madrugamos. Tranquilamente bajamos a desayunar (un desayuno normal) y después de asearnos y ponernos los bañadores decidimos ir a pasar el día a Long Beach. Nos lleva unos 20-25 minutos llegar hasta la playa y plantamos las toallas y nos bañamos.
La playa es muy tranquila, mucho relax y de vez en cuando llegan los long tail trayendo y llevando a pasajeros.


Disfrutamos de unas cervecitas a la sombra y decidimos comer allí en el restaurante de uno de los hoteles. Después de comer nos quedamos un ratito más de playa y volvemos al hotel por el mismo camino de vuelta.

Aprovechamos para comprar algo en el 7eleven (unas cerves y algo de merienda para los niños) y pasamos un ratito en la piscina del hotel (que realmente es un charco).

Al cabo de un rato se pone a llover y ya decidimos volver a la habitación y prepararnos para salir a dar un paseo y cenar tranquilamente.
El día de hoy cenamos en un restaurante que se llama “Toro” o algo así. Pedimos un pescado a la brasa (que lo hacen allí mismo) para compartir y pensando que los niños no iban a comer. Como se lo comieron ellos enterito, pedimos otro igual para mi marido y para mí. ¡¡Que rico!!

Después de cenar nos acercamos a la playa (la que está al otro lado del puerto) y vemos que allí hay mucha música y hay un espectáculo con fuego así que buscamos sitio entre la multitud, nos sentamos en unas sillas y vemos el jaleo. Pedimos unas cervezas y unos refrescos y pasamos la noche. En torno a las 23.00 h o así ya nos aburrimos y nos vamos al hotel a descansar aunque a mis hijos hay que sacarles con espátula porque les va la marcha.

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Nuestro último día en Phi Phi amanece lloviendo y, además, no tiene pinta de parar en ningún momento. El cielo está muy gris y vienen nubes muy negras al fondo.

Teníamos pensado subir a los miradores y hacer algo de “turismo” por la isla pero nada más lejos de la realidad… Se nos quitan hasta las ganas de bajar a la piscina y estamos un poco de bajón.

Nos ponemos a reorganizar las maletas (ya que al día siguiente volvemos a Krabi en el primer ferry) y también sacamos los juegos de mesa y pasamos la mañana en familia en la habitación del hotel.

Y por más que miramos a través de la ventana, no deja de llover y no se atisba ni siquiera un trocito azul de cielo. Está todo muy cubierto.

Bajamos a comprar unas patatas y unas cervezas a media mañana y seguimos con nuestros juegos de mesa. No era lo esperado pero ¡lo estamos pasando fenomenal!

A la hora de comer (sigue lloviendo) bajamos al McDonalds a pillar unas hamburguesas. No era mi ideal de comida, la verdad, pero los niños se empeñaron y tampoco nos parecía mal probar esta franquicia fuera de España. En fin… la comida nos costó casi 40€. Bastante más caro que cualquier restaurante local pero bueno… un día es un día.

Después de comer, dejó de llover ¡por fin! Estábamos con el ánimo algo decaído así que directamente nos pusimos los bañadores y bajamos a la playa que está al lado del hotel (la de detrás del puerto). Allí estuvimos parte de la tarde. Volvimos pronto al hotel, una ducha y salimos a dar un paseo para tomar algo y cenar.

Encontramos un restaurante que era como de piratas donde había música en vivo (que a mis hijos les entretiene mucho) y allí cenamos. La comida muy correcta, rica y a buen precio.

Después de ahí nos fuimos a las discotecas de la playa, de nuevo a ver el espectáculo de fuego (es el mismo siempre). Tomamos unas cervezas y para el hotel.

Hoy el día ha sido un poco bastante regulero pero es lo que toca. No podemos luchar contra el tiempo y ya sabíamos que esto podía ocurrir en la zona en la que estamos en estos meses. Nos la hemos jugado y estas son las consecuencias.

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