Kaeng Krachan, Ayutthaya y Erawan ✏️ Blogs de Tailandia

Después de llegar bien de noche el día anterior a Bangkok desde el Parque Kaeng Krachan, pasaron por la mañana por nuestro hotel a recogernos para un tour compartido a Ayutthaya y alrededores.

Como siempre ocurre en este tipo de excursiones, empleamos un buen tiempo en ir de hotel en hotel recogiendo a otros compañeros de visita.

Ayutthaya se encuentra a 80 kilómetros al norte de Bangkok y se llega en un cómodo viaje por autovía.



Lo que queda de la antigua ciudad, que hoy conforma el Parque Histórico de Ayutthaya, se encuentra dentro de la ciudad moderna, distribuido en unos cuantos puntos no muy lejanos unos de otros.

Nuestra primera parada fue en el templo llamado Wat Yai Chai Mongkhon, en cuya entrada hay una estatua de un Buda reclinado que atrae a multitudes para hacerle ofendas y para fotografiarlo. Junto al Buda hay un templo moderno, al que no entramos por lo masificado que estaba


Por detrás, en una zona bastante más tranquila, se encuentran la pagoda y el templo con su Buda sentado, del siglo XV. Este templo sigue siendo utilizado para el culto en la actualidad.


Después de visitar este templo, volvimos al autobús para trasladarnos a ver otra parte del complejo arqueológico: el templo Wat Maha That, que conforma una parte principal de las ruinas que se visitan.

Fue un templo sagrado budista, comenzado a construir en el siglo XIV, cuando Ayutthaya era la capital del reino de Siam. Aunque tiene bastantes visitantes, no tuvimos aglomeraciones importantes y pudimos verlo y fotografiarlo de manera relajada.

Aquí se encuentra la famosa cabeza de Buda en las raíces de un árbol, de la que la leyenda cuenta que corresponde a uno de los budas decapitados en la invasión birmana y que ha permanecido protegida durante siglos por las raíces de una higuera sagrada.

La versión de nuestro guía difiere mucho y remonta su origen al siglo XX, cuando la cabeza se movió a ese lugar durante unas labores arqueológicas y la naturaleza hizo el resto.


Uno de los elementos típicos de los templos budistas era la torre muy ornamentada, llamada Prang. Dentro del complejo del Wat Maha That hay varias de ellas, entre la que está la Prang inclinada.


Después de tomarnos nuestro tiempo en recorrer todos los restos de este templo, en el que abundan las estupas y estatuas de Buda, nos fuimos a ver el templo anejo llamado Wat Phra Si Sabphet, al que se puede ir a pie y que será inicio de la segunda etapa de esta visita

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El templo de Wat Phra Si Sabphet es el más importante y emblemático del complejo arqueológico de Ayutthaya.

Está constituido por tres grandes pagodas, muy bien conservadas y formaban parte del Palacio Real. Dos de ellas se construyeron en el siglo XV y la tercera en el XVI.


Terminada la visita a este templo, nos incorporamos de nuevo al grupo para trasladarnos en autobús a la siguiente parada, que incluía la comida (a base de arroz) al aire libre y el templo Wat Lookayasutharam, que estaba enfrente del restaurante.

De este templo sólo se conserva un muro delante del que se encuentra un Buda reclinado de 42 metros de largo.


Por detrás de este templo se encuentra el Wat Ratchaburana, templo con una Prang gigante estucada que, no sé por qué motivo no se incluyó en la visita. Tan sólo pudimos verlo de lejos.


De vuelta al autobús, esta vez hicimos un recorrido más largo, para irnos a las afueras de la ciudad, donde se encuentra la gran Pagoda Phu Khao Thong, del siglo XVI. Esta pagoda ha sido restaurada en tiempos recientes. Desde la parte superior hay unas vistas muy bonitas del entorno.


Con la visita a la gran pagoda terminó el tour y tomamos camino de regreso a nuestro hotel en Bangkok.

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Nuestro tercer y último tour en Tailandia fue la excursión de un día desde Bangkok para ver las cascadas de Erawan, con una parada en el río Kwai.

El Parque Erawan se encuentra al oeste de Bangkok, a unos 200 kilómetros de distancia, y se precisan unas tres horas para llegar, principalmente por los grandes atascos que hay en Bangkok y sus alrededores.


Hacíamos el tour solos y, muy temprano por la mañana, nos recogió en nuestro hotel el conductor que, como ya era costumbre, sólo hablaba tailandés, y nos llevó hasta la ciudad de Kanchanaburi, donde recogimos a la guía que nos iba a acompañar en las visitas.

Tuvimos la suerte de tener una guía muy simpática que hablaba un inglés perfectamente comprensible para nosotros, así que durante toda la jornada pudimos hablar de temas variados y conocer más de la vida y costumbres del país.

Muy cerca de donde la recogimos, nos desviamos algo de la ruta para acercarnos al río Kwai y ver el famoso puente construido durante la Segunda Guerra Mundial por los japoneses, utilizando presos como mano de obra esclava.


Dimos un paseo por el puente, donde la guía nos contó la conocida historia de su construcción y otra, que desconocíamos: que la película que lo hizo mundialmente famoso no se rodó aquí, sino en Ceilán (hoy Sri Lanka).


El puente sigue teniendo un uso ferroviario, además del turístico, de tal manera que si viene el tren mientras das el paseo, hay que apartarse a unas plataformas hasta que pasa. En el rato que estuvimos nosotros no pasó ninguno.

Después de dejar Kanchanaburi, tomamos la carretera para Erawan, que ya discurre por una parte más montañosa y con bosque selvático.

El Parque Erawan es visitado muy mayoritariamente por sus cascadas y dispone de una zona de acampada usada por el turismo nacional. Cuando hicimos la reserva de la excursión, nos recomendaron evitar el fin de semana, porque la afluencia es aún mucho mayor.

Era día entre semana, pero la zona de parking, accesos y restaurante estaba más que concurrida. Esperamos en el Parking a que la guía viniera con las entradas y accedimos al interior del parque.

Al entrar hay un letrero, con el itinerario de las siete cascadas, con la distancia entre ellas, su nombre y una fotografía de cada una, que recuerda a los menús de sus restaurantes, donde va la foto del plato, su nombre y el precio.


Teníamos la opción de usar una consigna para dejar las pertenencias y unos vestuarios donde cambiarte, porque en algunas de las cascadas está permitido el baño. Hecho todo esto, con bañador, chanclas y cámara de fotos, nos dispusimos a hacer la caminata de las siete cascadas.

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