![]() ![]() Una semana de mayo en Malta. ✏️ Blogs de Malta
Recorrido de una semana por Malta, mitad en viaje organizado, mitad en autobús público.Autor: Artemisa23 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (10 Votos) Índice del Diario: Una semana de mayo en Malta.
01: Preparativos e itinerario de nuestro viaje a Malta.
02: Viaje a Malta y llegada al hotel, en Qawra.
03: Primer contacto con La Valeta. Paseo en dghajsa, barco típico maltés.
04: Las Tres Ciudades: Birgu, Conspicua y Senglea.
05: La Valeta de noche.
06: Templos de Tarxien. La Cueva o Gruta Azul.
07: Marsaxlokk. Ghar Dalam.
08: Mosta. Pueblo artesano de Ta Qali. Acantilados Dingli. Jardines de San Antón.
09: Rabat.
10: Mdina.
11: La Valeta (I).
12: La Valeta (II).
13: Recorriendo la isla de Gozo (I). Viaje en ferry. Templos de Ggantija.
14: Recorriendo la isla de Gozo (II). Victoria, su capital.
15: Recorriendo la isla de Gozo (III): Santuario Ta'Pinu y Dwejera.
16: Último día. La Valeta. Paola. Hipogeo de Hal Saflieni. Naxxar.
17: Regreso a casa y conclusiones del viaje a Malta.
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Etapas 7 a 9, total 17
![]() Marsaxlokk. Ghar Dalam.Continuamos la jornada visitando el pueblo pesquero de Marsaxlokk, donde almorzamos. Luego fuimos a la Cueva de Ghar Dalam.
Marsaxlokk.
Situado en la costa oriental de la isla, desde la carretera, de lejos, Marsaxlokk no pintaba mal, con sus casitas, su puerto y el agua del mar de un intenso tono turquesa. Ya de cerca, era otro cantar, y no porque el pueblecito sea feo sino por la inmensa multitud que surcaba su calle principal, la que bordea el puerto. Al tratarse de un pueblo de pescadores, se aconseja visitar Marsaxlokk en domingo para conocer su pintoresco mercado de pescado, que solo se pone ese día. Bueno, pues fuimos en domingo, supongo que de modo premeditado.
![]() ![]() Su nombre significa “puerto del sudeste”, aunque también hay quien lo traduce como “bahía del siroco”. Es una de las visitas recomendadas en todas las guías de Malta por su carácter de pintoresco pueblo marinero. Los pescadores emplean para faenar unos barcos de colores brillantes que abarrotan el puerto, ofreciendo una estampa muy llamativa sobre un mar entre turquesa y verde esmeralda bajo la luz del sol.
![]() Este tipo de barco de pesca tradicional maltés recibe el nombre de “luzzu” y su proa está decorada con dibujos de los ojos de Osiris, un símbolo que trajeron los fenicios desde Egipto y cuyo propósito sería proteger del mal, de los peligros del mar y como amuleto para la pesca. En cualquier caso, púnicos, cartagineses, griegos y romanos solían pintar ojos en sus naves. Naturalmente, también se puede dar un paseo por el puerto en estos barquitos sacando un ticket. En esta ocasión fue que no.
![]() Me acerqué a la Oficina de Turismo y pedí un mapa, aunque realmente no hace falta porque la visita del pueblo consiste en seguir la calle que bordea el puerto pesquero desde el malecón hasta el final, con una parada en la plaza a la que se asoma la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, que estaba cerrada.
![]() ![]() ![]() Más allá, trazando la línea del mar, continúan las casas tradicionales, de paredes ocres, con balcones pintados de colores, muchas de ellas convertidas en restaurantes, cuyas terrazas repletas hacían casi imposible la simple tarea de caminar sin tropezar con algo o alguien, además del peligro que suponían los coches, pues algunos circulaban, quizás eran residentes.
![]() ![]() ![]() ![]() Lo peor era que, en torno al puerto, estaba instalado no solo el afamado mercado de pescado, que se reducía a unos seis o siete puestos con poca mercancía, sino un mercadillo inmenso de todo tipo de cosas y productos, una mezcla entre el mercadillo de barrio de siempre y los de nuestras poblaciones playeras en verano. Siendo domingo y con tan buen tiempo, habían acudido centenares -¿o eran miles?- de turistas, especialmente sicilianos, que están al lado y aprovechan el fin de semana para comer allí y, de paso, comprar. En fin, tampoco hay que quejarse demasiado, pues a la masificación contribuimos todos.
![]() ![]() Almorzamos en el primer piso de uno de esos restaurantes, que contaba con un precioso balcón pintado de azul con buenas vistas del mar. Sin reserva, dudo que alguien pudiera haber encontrado una mesa libre. Tomamos ensalada, pescado fresco, guarnición de patatas con una salsa muy rica y sorbete de limón. Pedí vino blanco y me gustó.
![]() ![]() Por mucho que se recomiende visitar Marsaxlokk en domingo para ver el mercado de pescado, yo hubiese preferido la tranquilidad de un día de diario. Creo que el pueblo me hubiera gustado más. A los amantes de las compras, quizás no.
![]() Ghar Dalam. Ghar Dalam significa “cueva de la oscuridad” y era nuestra última visita del día. A esas alturas, ya estábamos empezando a cansarnos de la guía local, pues aparte de no entenderle casi nada (yo ya pasaba de ella e iba a lo mío) parecía empeñada en amargarnos la ruta. Obsesionada con la hora (la jornada debía acabar a las cinco en el hotel), se puso casi histérica ante el retraso ocasionado por el intenso tráfico y el consiguiente atasco. Así que se le ocurrió casi desaconsejar el siguiente lugar programado con el argumento de que la cantidad de escaleras y la posibilidad de que estuviesen resbaladizas podían constituir un grave peligro para un grupo de jubilados, máxime cuando habría que ir deprisa para cumplir el horario. No es que yo me asustase, claro está, pero algunos empezaron a preocuparse, pues nos dirigíamos a una cueva. La guía que llevábamos desde España (una chica argentina majísima) se hacía cruces, pero no conocía el lugar, así que solo dijo que no nos preocupásemos y que cada cual emplease el tiempo necesario para recorrer el sitio con seguridad.
![]() Aunque no es de los más visitados en Malta, este lugar tiene mucho interés a nivel paleontológico. Al final de la Edad de Hielo, 130.000 años atrás, gran cantidad de restos óseos de animales ya extinguidos en Europa como elefantes o hipopótamos fueron arrastrados por las corrientes de agua y arrojados en el interior de esta cueva. Un proceso similar se repitió hace 18.000 años, si bien entonces fueron osos, ciervos o lobos. Se han encontrado huesos y fósiles en otros lugares, pero la mayor concentración se halló en Ghar Dalam, donde también se descubrieron los restos humanos más antiguos de Malta, que datan de hace 7.400 años.
![]() ![]() ![]() La investigación de la cueva comenzó en 1885 y se abrió al público como museo en 1932. Lo primero que vimos fue la exposición, con restos óseos muy interesantes, algunos del Pleistoceno. Me llamaron la atención los de elefantes e hipopótamos. No entiendo mucho de paleontología, pero me sorprendió la enorme cantidad de huesos y fósiles que se conservan en las vitrinas.
![]() ![]() ![]() Para llegar a la cueva tuvimos que bajar las “terribles” escaleras con que nos había amenazado la guía local y que no eran sino una cincuentena de peldaños normales que se pueden encontrar en cualquier calle o parque. De camino, nos topamos con varias cosas: las ruinas de una antigua villa romana, los restos de una muralla tradicional maltesa y una torre vigía del año 1700. Igualmente, pudimos ver varios ejemplares de tetraclinis articulata, el árbol nacional de Malta, también conocido como ciprés de Cartagena, alerce africano o araar (għargħar, en maltés).
![]() Quien vaya con la idea de visitar una típica cueva de estalactitas y estalagmitas se llevará una decepción. Se recorre cómodamente a través de una pasarela con barandilla, no es muy profunda y no tiene salida. Se ven algunos grafitis, pues fue refugio antiaéreo durante la II Guerra Mundial.
![]() Se contemplan también las capas donde estaban depositados los restos de animales encontrados en su día, así como algunas estalagmitas de gran tamaño, a las que cada cual da su propia interpretación…
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() La visita me pareció curiosa y la cueva me gustó (me gustan casi todas las cuevas), aunque no lo considero un sitio imprescindible para ver en Malta, salvo que se disponga de tiempo suficiente o se esté muy interesado en el tema.
![]() Al terminar, volvimos al hotel. Más tarde, fuimos a ver el dolmen del Hotel Double Three by Hilton y dimos un paseo por la playa (ya lo he contado en su etapa). Esa noche, durante la cena acordamos con las otras tres compis que, en adelante, cada tarde haríamos nuestras propias excursiones en autobús. Etapas 7 a 9, total 17
![]() Mosta. Pueblo artesano de Ta Qali. Acantilados Dingli. Jardines de San Antón.Aunque vimos más lugares este día, en esta etapa me voy a referir a Mosta y su "Rotonda", al pueblo artesano de Ta Qali, a los acantilados Dingli y a los Jardines de San Anton, que son los del palacio del Presidente de Malta. El objetivo principal de la jornada era visitar el interior de la isla, es decir, las poblaciones de Mdina, Rabat y Mosta. Y también otras cosillas como el pueblo artesano de Ta’Qali, los acantilados de Dingli y los jardines de San Antón, que se encuentran en el palacio residencial del presidente de Malta. Unos treinta kilómetros en total, sin contar la vuelta al hotel, con el siguiente itinerario aproximado en Google Maps.
![]() Antes de subirnos al autobús nos dimos cuenta de una novedad: teníamos la visita de un supervisor de la mayorista para lidiar con el asunto de la guía local, pues nuestra guía le había transmitido el problema. Era un chaval español muy majo, que nos aseguró que al día siguiente llegaría una sustituta. De momento, él se ocuparía de traducir las explicaciones que la guía local “cesada” daría en… inglés. Ni que decir tiene que la surrealista situación resultó un tanto violenta, aunque casi más para nosotros que para ella, que pareció tomárselo con filosofía e incluso continuó soltando algunos de sus incomprensibles chistes. Menos mal que poco a poco, todos nos fuimos acostumbrando y la jornada trascurrió en paz y armonía.
Mosta. Tomamos una carretera hacia el interior de la isla para dirigirnos a Mosta, la primera parada del día, a unos seis km de nuestro hotel en Qwadra y a 17 km, aproximadamente, de La Valeta. Primero divisamos campos de cultivo y luego ascendimos por una colina que nos ofreció unas vistas estupendas del norte de la isla.
![]() Paramos en un mirador con una escultura religiosa de color blanco, pero no recuerdo dónde estaba ni por dónde fuimos; y tampoco logro a estas alturas identificar el lugar en el mapa. El panorama parecía más verde que los días anteriores, quizás se trata de una zona más fértil. No lo sé.
![]() Esa impresión se confirmó en Mosta, que nos recibió aposentada sobre un barranco boscoso. Situada más o menos en el centro de la isla, esta ciudad, una de las más grandes de la isla, cuenta con algo de más de veinte mil habitantes y desde tiempos antiguos ha sido un paso de referencia para los viajeros que cruzan de norte a sur y de este a oeste. Su población se ha dedicado tradicionalmente a la agricultura, cultivando los campos adyacentes, y se benefició de una posición interior que le proporcionaba protección frente a los ataques de los piratas berberiscos.
![]() El principal reclamo turístico de Mosta es la Iglesia monumental de Nuestra Señora de la Asunción, más conocida como la Rotonda de Mosta, que atesora la tercera cúpula sin soporte más grande de Europa, tras las de Roma y Londres, y una de las mayores del mundo.
![]() De estilo entre neoclásico y ecléctico, fue construida entre 1833 y 1866 por el arquitecto francés George Grognet de Vasse en el lugar que ocupó un templo renacentista anterior. Su diseño está basado en el Panteón de Roma.
![]() ![]() ![]() Una vez dentro, impresionan las dimensiones de la cúpula, que mide 37 metros de diámetro y está decorada con los mismos dibujos geométricos que la del propio Panteón.
![]() ![]() El interior es de estilo neoclásico. Las pinturas y esculturas son de los siglos XIX y XX. Son llamativas, pero no tienen demasiado interés artístico.
![]() Esta iglesia está ligada a un acontecimiento histórico que sucedió durante la II Guerra Mundial. El 8 de abril de 1942, mientras se estaba oficiando una misa, una bomba alemana de 200 kilos golpeó la cúpula y cayó entre las repletas naves pero sin explotar, así que no hubo víctimas y los daños en la cúpula pudieron repararse bien. Los fieles lo consideraron un milagro. En la sacristía se exhibe una copia de la bomba, ya que la auténtica fue arrojada al mar. Al final de la visita, se puede visionar un documental sobre el tema.
![]() Por la mañana, solo paramos a ver la iglesia. Así que, después de las excursiones, a última hora de la tarde, las cinco volvimos en autobús 31 desde el hotel (quince minutos escasos) para dar una vuelta y tomar unos helados. Así, de paso, comprobamos el funcionamiento del trasporte público, que utilizaríamos muy a menudo en adelante. ![]() ![]() No es que Mosta cuente con muchos sitios destacados para visitar, pero no le falta una pequeña fortificación, una iglesia antigua, las inevitables esculturas de santos en las esquinas y varias calles típicas maltesas, de esas tan resultonas, con sus balcones de madera pintada de colores. Había algunas obras. Quizás están tratando de embellecer la ciudad para atraer visitantes al margen de la Rotonda, aunque no lo tienen fácil, pues desde cualquier rincón se divisa la inmensa mole de su cúpula redonda. Y tampoco queda mal.
![]() ![]() Pueblo artesano de Ta Qali. El pueblo de Ta’Qali fue utilizado como base aérea por la Royal Air Force británica durante la II Guerra Mundial. Tras la contienda, los antiguos hangares y las vetustas pistas de aterrizaje se reconvirtieron a Parque Nacional, con zonas verdes y senderos; también alberga el Museo de la Guerra y el Estadio Nacional de Malta. En una zona, se ha instalado un pueblo artesanal con talleres tradicionales de soplado de vidrio, orfebres y ceramistas, que elaboran y ofrecen obras únicas al tiempo que ofrecen demostraciones de su trabajo. En fin, no digo que no sea interesante, ni que las cosas que tenían a la venta no fuesen bonitas, pero… Bueno, no digo más, ya me entendéis. Solo saqué una foto de unos payasos de cristal, que se vendían en la tienda de soplado. Son similares a uno mío, muy antiguo, que me regaló una de mis tías, hace un montón de años. Bueno, el mío -el de abajo, a la derecha- es más grande y más guapo…
![]() ![]() ![]() En absoluto pretendo menospreciar la meritoria labor que realizan los artesanos aquí y en todas partes, pero creo que hay bastante sitios para ir en Malta antes que a Ta’Qali, salvo que no se haya visto nunca soplar vidrio, grabar miniaturas en plata o cocer cerámica. Eso sí, el paisaje es bonito y, en los alrededores, se pueden vislumbrar unas panorámicas fantásticas de Mosta, con la gigantesca mole de la Rotonda, y, sobre todo, de Rabat y Mdina, cuya ciudadela aparece en el horizonte como un ensueño de épocas pasadas.
![]() ![]() Así que atentos los amantes de las fotos, porque desde la misma carretera se contemplan estampas espectaculares, incluso desde los autobuses públicos. No es que me quedasen muy conseguidas, pero el recuerdo permanece y las ganas de jugar con los efectos, también.
![]() A continuación visitamos Mdina y Rabat, pero el relato lo voy a dejar para una etapa propia, ya que mi amiga y yo no nos quedamos satisfechas con lo que vimos y regresamos otra vez el último día de nuestra estancia en Malta.
![]() Almorzamos en un restaurante típico del centro Rabat, no recuerdo qué, ni tampoco he localizado fotos, salvo de unos dulces que nos dieron para acompañar al café. Me parecieron algo empalagosos.
![]() Acantilados de Dingli. Estos acantilados se encuentran al norte de la Cueva Azul, tienen cinco kilómetros de longitud y alcanzan los 250 metros de altitud. En algunos puntos bajan en vertical hasta el mar y en otros forman pequeñas planicies, algunas cultivadas. Se puede llegar en el autobús público 201, que hace tres paradas a lo largo de los acantilados. Por cierto que muy cerca, en Ta'Dmejrek, se encuentra el techo de Malta, con una altura de 253 metros.
![]() Fuimos a un mirador que hay junto a la Capilla de Santa Magdalena, de la que se tienen noticias de su existencia desde el siglo XV, aunque la construcción actual data del XVI. Sinceramente, me decepcionaron las vistas. Supongo que hay sitios mejores para asomarse y verlos en condiciones. Mi amiga y yo pensamos volver en otro momento por nuestra cuenta, incluso hacer alguna ruta de senderismo, pero al final priorizamos otros lugares, pues acantilados hemos visto un montón, y muchos, más altos y espectaculares.
![]() Jardines de San Antón. Para terminar las visitas de la jornada, nos dirigimos hacia el Palacio de San Antón, la residencia oficial del presidente de Malta. El edificio no está abierto al público, pero se pueden visitar los jardines y la capilla de la Virgen del Pilar, de 1722.
![]() ![]() A principios del siglo XVII, un Caballero de la Orden de San Juan, llamado Antoine de Paule, comenzó a construir una villa en este lugar para su uso privado. En 1623, fue elegido Gran Maestre y transformó la casa en palacio, que se convertiría desde entonces en residencia de los mandatarios malteses, incluyendo a los gobernadores británicos. Por cierto, que aquí también se rodaron algunas escenas de la primera temporada de la serie “Juego de Tronos”.
![]() ![]() ![]() Los jardines constituyen el parque público más famoso del país. Cuenta con senderos, árboles centenarios de todo el mundo, esculturas, urnas, fuentes, un lago artificial con patos, peces rojos y tortugas, así como una pajarera. Acogen eventos variados y también un renombrado espectáculo anual de Horticultura.
![]() Se trata de un lugar tranquilo, bonito y vistoso por su gran surtido de flores, al que se puede llegar en autobús público. Además, con el calor que hacía, agradecimos la sombra de sus enormes árboles. Sin embargo, tampoco me parece una visita imprescindible si se va con tiempo justo.
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![]() Rabat.Aunque Rabat y Mdina se visitan juntas, en esta etapa voy a referirme solo a nuestro recorrido por Rabat. Como ya he comentado, estuvimos dos mañanas diferentes en Mdina y Rabat, la primera con el grupo y la segunda, por nuestra cuenta, llegando en autobús público, cuya parada se encuentra en unos jardines exteriores que hay junto a la muralla, muy cerca de la Puerta de Vilhena. Ambas ciudades se hallan en una zona elevada de la isla, la una al lado de la otra. De hecho, la calle de San Pablo, la más importante de Rabat, comienza en la puerta de Mdina y continúa hacia el sur, hasta la plaza principal, donde está la iglesia de San Pablo.
![]() ![]() ![]() En torno al año 800 a.C., los fenicios, convirtieron los puertos naturales de Malta en bases comerciales, se mezclaron con los lugareños y llegaron hasta el centro de la isla como lo prueban los restos encontrados cerca de Rabat. Se sabe que aquí convivieron más o menos pacíficamente fenicios, griegos y cartagineses. Los romanos tomaron Malta con la ayuda de los fenicios y trataron a los malteses como aliados, respetando sus costumbres y su culto. Sobre el primitivo asentamiento púnico, fundaron la ciudad de Melita.
![]() Los árabes conquistaron el archipiélago en el año 870, derrotando a los bizantinos. Sus dirigentes se instalaron en Melita y la dividieron en dos: la ciudadela, Mdina, donde establecieron su capital, mientras que al resto lo llamaron Rabat (el Barrio). Esas denominaciones son las que se utilizan todavía.
Foto del plano de Mdina y Rabat que me facilitaron en la Oficina de Turismo de Mdina.
![]() Rabat. Allí se han encontrado restos de la antigua ciudad romana de Melita, como la casa decorada con mosaicos de colores que se ha convertido en el Museo de Antigüedades. Descubierta en 1881, las excavaciones se extendieron hasta 1924. La fachada neoclásica porticada se terminó un año después. Desde fuera, se pueden contemplar parte de las ruinas. No visitamos el interior.
![]() ![]() Rabat se encuentra muy ligada a la figura de San Pablo, quien naufragó en la isla en el año 60, cuando era trasladado a Roma para ser juzgado. Según la tradición, el apóstol curó de unas fiebres al padre de Publio, el gobernador romano de la isla, que, muy impresionado, se convirtió al cristianismo. Tres meses después, Pablo siguió viaje hacia Roma, donde sufrió martirio. Publio, que ya era obispo, edificó una iglesia cerca de una cueva, bajo el foso de las antiguas murallas, donde se asegura que vivió el Santo durante su estancia en Malta. Hoy es la plaza principal de Rabat y allí se encuentra la actual Iglesia de San Pablo, construida en estilo barroco entre 1656 y 1681. En su entorno, hay una escalera que conduce a la cueva, convertida desde tiempos remotos en sitio de peregrinación.
![]() Catacumbas de San Pablo. El Derecho Romano prohibía realizar enterramientos en las ciudades, por lo que en los alrededores de la gruta donde vivió San Pablo, junto a la primitiva iglesia, se emplazaron cementerios de origen pagano, judío o cristiano. Fenicios, griegos, romanos y bizantinos excavaron tumbas en las rocas, algunas muy ornamentadas. Las catacumbas más interesantes son las de Santa Ágata y las de San Pablo, en el barrio de Hal-Bajjada. Aunque son más grandes, en las de Santa Ágata solo se puede acceder a una pequeña parte de sus 500 hipogeos, pues muchos están cerrados para preservar sus frescos.
![]() Visitamos las Catacumbas de San Pablo, que contienen más de 30 hipogeos y, según la leyenda, aquí estuvo el mismísimo apóstol. Constituyen la prueba arqueológica más antigua del cristianismo en Malta.
![]() Datan de la época romana y allí se realizaron enterramientos durante cinco siglos. En la Edad Media, se utilizaron para el culto y más tarde sirvieron como almacén de productos agrícolas. ![]() ![]() Antes de bajar a las catacumbas, hay un museo bastante interesante sobre el tema. Luego recorrimos las cuevas con sus tumbas, moviéndonos libremente por su laberíntico trazado. Los pasadizos son estrechos y están poco iluminados, aunque creo que solo agobiarán a personas muy sensibles o claustrofóbicas.
![]() La visita estuvo bien, pero me sentí satisfecha con esta “ración” de catacumbas y no me dieron ganas de entrar a ver las de Santa Águeda. Así que nos dedicamos a otros menesteres.
![]() Las calles de Rabat. Nos hubiera gustado entrar en el Museo Wignacourt, que está muy cerca de la Iglesia de San Pablo, pero nos entretuvimos mucho en Mdina y no nos dio tiempo.
![]() Algunas de las calles de Rabat, quizás por el color amarillento de sus fachadas, me transportaron al Norte de África, si bien los balcones pintados, las hornacinas con santos en las esquinas y la gran cantidad de iglesias dejaban claro que seguíamos en Malta. Aun así, vi rincones con encanto para tomar fotografías, algunos muy cuidados y otros, no tanto.
![]() ![]() ![]() ![]() Tras la dominación árabe, algunas órdenes religiosas se establecieron en Rabat, pues querían erigir sus monasterios en lugares tranquilos, pero no muy distantes del poder, asentado en Mdina. Posteriormente, llegaron los Caballeros, que prefirieron instalarse en la costa y en esta zona no construyeron gran cosa.
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