![]() ![]() VIENA (agosto 2023) ✏️ Blogs of Austria
Descripción de nuestro viaje de cuatro días a Viena, capital de Austria, en agosto de 2023, incluyendo itinerario, recomendaciones prácticas e impresiones de nuestras visitas.Author: Sergiobonilla Input Date: ⭐ Points: 5 (5 Votes) Journeys 1 to 3, Total 4
El primer día de nuestro viaje a Viena lo dedicamos a recorrer toda la zona comprendida dentro de la avenida de la Ringstraße, que incluye alguno de los monumentos y localizaciones más emblemáticas de la capital. Como en todos nuestros viajes, consideramos importante organizar las visitas de un modo lógico, agrupando los monumentos y lugares cercanos entre sí, ordenándolos de forma adecuada para encajar horarios y optimizar el tiempo, y poder disfrutar de forma completa pero tranquila de las maravillas de la ciudad.
Un primer apunte, y es que nosotros usualmente preferimos hacer el vuelo el día anterior ("Día 0") y empezar ya el recorrido desde primera hora del día presente, para optimizar más el tiempo, aunque esto nos suponga coger una noche extra de hotel. Comenzamos el día caminando desde el hotel pocos minutos hasta la Plaza Hoher Markt, considerada una de las plazas más antiguas de Viena y localizada en el centro del casco antiguo del primer distrito de Viena, el Innere Stadt. La plaza es famosa por su barroca Fuente de los Desposorios de la Virgen, pero sobre todo por el precioso Reloj Ankeruhr, de estilo art nouveau. Nosotros llegamos hacia las 9:50h y esperamos al tradicional desfile de las figuras de las 10:00h (suena cada hora en punto). También vimos las fachadas barrocas de algunos edificios interesantes en las calles que parten de la plaza, como el Altes Rathaus (antiguo ayuntamiento). Desde allí, fuimos caminando hasta el centro neurálgico de la ciudad, la Plaza de San Esteban, con bastante gente pero aún no tan masificada como la veríamos unas horas más tarde. Además de por supuesto contemplar con detalle y fotografiar (desde diversos ángulos) la maravillosa Catedral de San Esteban, estuvimos viendo otros edificios interesantes, como el Palais Equitable (actualmente sede de varias empresas de seguros) o la moderna Haas-Haus, edificio de cristal donde se reflejan las torres de la Catedral creando un contraste óptico de lo más chulo. ![]() Teníamos pensado entrar en ese momento en la Catedral para visitarla, pero estaban en misa y toda la zona interior estaba cerrada, por lo que hicimos un pequeño cambio de planes y la pasamos a primera hora de la tarde. Así que continuamos caminando la alargada plaza del Graben, preciosa con su columnata barroca conmemorativa de la Peste Negra, y entramos en la Iglesia de San Pedro (Peterskirche, gratuita), que pese a su lujosa decoración barroca parece pasar algo desapercibida entre el tumulto de turistas. La iglesia es gratuita y se puede visitar rápidamente en apenas 15 minutos, con lo que es altamente recomendable. De allí continuamos por la calle Kohlmarkt hasta la Plaza Mikaelerplatz, otro punto famoso de la ciudad por la vista de la fachada principal del Palacio Imperial Hofburg, residencia de invierno de la familia imperial. Pero antes, conviene detenerse y entrar en la Iglesia de San Miguel (Michaelerkirche, gratuita), que era la capilla privada de la familia imperial, y que destaca sobre todo por su imponente retablo escultórico en el altar mayor, pero también merece la pena observar las capillas e incluso hay frescos góticos del siglo XV bastante bien conservados. Ahora, ya sí, nos centramos en el Palacio Imperial Hofburg, con su cúpula verde y las espectaculares esculturas de los Trabajos de Hércules que adornan la fachada. La entrada estándar del palacio nos costó 18€ e incluía las siguientes visitas: 1) Colección de porcelana imperial (estad atentos porque, creo, se ubicaba en otra zona de las dependencias del palacio; nosotros no nos dimos cuenta y nos fuimos sin verlo ![]() ![]() ![]() Del Palacio se sale a la Plaza de los Héroes, una de las más bonitas de Viena, donde también está el acceso a la Biblioteca Nacional Austriaca. No nos daba ya tiempo y nos era complicado encajarla en otro momento, pero nos quedamos con ganas de visitarla, así que para futuras ocasiones. ![]() Ya era la hora de comer (14:00h aprox) pero no tuvimos demasiado problema en encontrar hueco para comer y nos sentamos en una terraza en la Plaza del Graben donde comimos un rico Schnitzel (el tradicional filete empanado), aunque claro, pagamos precio de ubicación, unos 18€/p. Pero como buena experiencia estuvo bien. Ya por la tarde, hacia las 15:30h aprox, entramos a ver, esta vez sí, la Catedral de San Esteban. Hay varias modalidades de visita: a) Visita gratuita, pero sólo puedes pasar por un pequeño pasillo en una de las naves laterales de la catedral, a priori se puede ver a través de las rejas la nave central, pero en nuestra opinión resulta una visita demasiado superficial, sólo recomendada si no se tiene excesivo interés en la visita y se quiere ahorrar el dinero. b) Visita exclusiva de la Catedral, que fue la que elegimos nosotros, y nos costó unos 6€. IMPORTANTE: Sólo se puede pagar en efectivo, de hecho nosotros no llevábamos suelto así que tuve que sacar dinero en un cajero cercano pero que me cobró 2€ de comisión. Con esta entrada, se puede recorrer la catedral al completo: nave central y naves laterales, ideal para poder ver mejor las obras de arte. Incluye una audioguía (bastante soporífera, todo sea dicho ![]() c) Visita completa, que incluye la catedral pero también acceso a la torre, las catacumbas y el museo catedralicio, por unos 15€ en total. Puede ser interesante sobre todo para ver en detalle los azulejos de los tejados, pero nosotros íbamos con tiempo algo justo. ![]() Ya hacia las 17:00h, seguimos con nuestro recorrido por el centro histórico, realizando un recorrido por la avenida de la Ringstraße, partiendo desde la Plaza de María Teresa hasta la Iglesia Votiva, recorrido fácilmente realizable a pie pues los monumentos y edificios se localizan uno inmediatamente siguiente al anterior, en un paseo calmado de unas 2 horas en total. Partimos como digo de la Plaza de María Teresa, donde están los palacios enfrentados del Museo de Historia de Arte y el Museo de Historia Natural (visita a ambos otro día). Aquí pasamos un buen rato haciendo fotos, aprovechando la tarde soleada en el jardín y viendo los preciosos detalles escultóricos de las fachadas y la estatua de María Teresa en el centro de la plaza. ![]() Continuando por la avenida, pasamos por delante del Palais Epstein y llegamos al Parlamento, de estilo neoclásico y uno de los edificios más fotogénicos de la ciudad. A continuación está el Ayuntamiento de la ciudad, en una plaza siempre animada (era verano y había instalado un cine de verano, puestos de fritanga y guarrerías, ocio, etc). En invierno aquí ponen uno de los mercadillos navideños más famosos de la ciudad. Enfrente, el Burgtheater, que se puede visitar por dentro aunque nosotros no lo hicimos. ![]() A continuación, pasamos por delante del edificio principal de la Universidad, de bonita fachada; el Monumento a Lienenberg; y finalmente la Iglesia Votiva, neogótica y muy bonita. Se puede visitar por dentro pero para cuando llegamos ya estaba cerrada y nos era difícil encajarla en otro día, así que quedará pendiente para otro futuro viaje. Acabamos nuestro recorrido hacia las 20h, así que estuvimos cenando algo relajadamente en los puestos de la plaza del Ayuntamiento y nos quedamos un rato al cine de verano, que era un documental en alemán subtitulado a inglés, hasta que nos cansamos y volvimos al hotel a dormir. Journeys 1 to 3, Total 4
Nos despertamos en nuestro segundo día en Viena y tras un buen desayuno en el hotel, ponemos marcha hacia las afueras del casco histórico para visitar uno de los grandes imprescindibles dela ciudad: el Palacio Schönbrunn, residencia de verano de la familia Imperial y uno de los palacios más famosos y visitados de Europa.
En una época en la que había una enorme rivalidad entre las monarquías absolutistas por ver quién la tenía más grande (o en este caso, quién lo tenía más grande ![]() De cara a información práctica, conviene reservar prácticamente una mañana entera para visitar el complejo, ya que es muy grande y además se tarda aproximadamente unos 40' de trayecto en transporte público desde el centro de Viena. La visita a los jardines es gratuita, aunque las instalaciones como la orangerie, el laberinto, el zoo, etc, son de pago. Para visitar el palacio, hay distintas opciones de entrada: visita estándar, que incluye aproximadamente unas 20 habitaciones, que puede ser útil para los que tengan suficiente con hacerse una idea de la belleza y el lujo del interior; o el "grand tour", que incluye 39 estancias visitables, incluyendo algunas especialmente bonitas y famosas como el Salón del Millón o el dormitorio de la emperatriz María Teresa. Esta segunda entrada cuesta algo más que la estándar por lo que en mi opinión, merece la pena pagar ese extra pero poder disfrutar de más habitaciones del palacio. Por otro lado, se pueden comprar estas entradas individualmente, o bien lo que hicimos nosotros, que fue comprar el llamado "Sisi Ticket", que incluye la visita al Palacio de Schönbrunn (modalidad "grand tour") + visita al Palacio Imperial Hofburg (apartamentos imperiales + museo de Sisí + museo de porcelana imperial) + Museo de Mobiliario Imperial. Este ticket cuesta 44€, prácticamente lo mismo que la suma de las entradas individuales de Hofburg y Schönbrunn, por lo que merece la pena comprarlo si se tiene previsto visitar ambos palacios, ya que no se paga de más, ahorras las colas de compra de entradas (que pueden ser muy largas) y además tienes la posibilidad de ver el museo de mobiliario, del cual hablaré más adelante. Por último, con la Viena Card, la entrada al palacio de Schönbrunn está incluida. Como decía, nosotros dedicamos la mañana entera de este segundo día a visitar el complejo. Primero recorrimos los jardines, ya que llegamos allí hacia las 9:30-10h y aún no hacía excesivo calor. De diseño "versallesco" (un término que a mí ya siempre me causa pavor ya que es equivalente a varios km de andar, andar y andar, bajo sol y sudando ![]() ![]() El interior del palacio cumple con lo que uno cabría esperar: lujo y suntuosidad extremos. Cada habitación es aún más espectacular que la anterior y la visita está bien planteada y organizada, para poder disfrutar tranquilamente de cada estancia sin que se generen grandes acúmulos de gente. La pena es que, al igual que en Hofburg, está prohibido hacer fotos, pero al igual que en aquel, no hay demasiada vigilancia con lo que con un poco de picaresca española se pueden sacar discretamente fotos de bastantes habitaciones. ![]() Nos dieron pasadas las 14h al salir del palacio y había que comer, y dado que no estábamos en pleno centro turístico, nos costó encontrar algún sitio abierto; por suerte, encontramos un restaurante asiático cerca del siguiente punto de visita que tenía cocina abierta hasta las 15h y nos dieron mesa para dos, así que tuvimos bastante suerte. Recuerdo que nos gustó bastante, era un menú por persona que incluía entrante, principal, bebida y postre por unos 12€; comida bien hecha y de calidad, limpio, bonito y con camareros amables. Por si a alguien le interesa, se llamaba Iaolao (Mariahilfer Str. 126, 1070 Wien, Austria). Una vez comidos, fuimos a visitar el Museo de Mobiliario Imperial, incluido en el Sisí Ticket. A priori, no era algo que hubiéramos visitado de haberlo tenido que pagar aparte, pero al venir incluido, merece la pena pasar a dar una vuelta si se tiene suficiente tiempo. Realmente, parece más un "almacén" con muchísimos muebles, cuadros y objetos decorativos de la casa de los Habsburgo, no expuestos en los palacios, ya que la organización es ciertamente mejorable, pero está bastante curioso y algunas salas recrean estancias de los palacios aprovechando todos estos muebles. Se puede visitar tranquilamente en 1 hora aproximadamente. Tras la visita, empezó a llover de repente así que entramos un ratito a un centro comercial que había en la avenida del museo e hicimos algo de tiempo. ![]() Ya hacia las 16:30-17h de la tarde, cogimos transporte público para ir a visitar las famosas casas del Hundertwasserhaus, edificio residencial de arquitectura original y vanguardista, con fachada de formas irregulares, variados colores y bastante vegetación. La visita es rápida, ya que al ser viviendas privadas no se puede acceder al interior del edificio, por lo que la visita se limita a la fachada y el patio exterior principal. Al ser un punto famoso, suele siempre haber gente viéndolo y haciendo fotos, pero en nuestro caso, no estaba especialmente masificado, así que se puede ver tranquilamente. Por cierto, justo en la misma calle de la Hundertwasserhaus, merece la pena ver el bonito edificio art déco del Palacio de Bellas Artes. ![]() Andando unos 20 minutos desde el punto anterior, llegamos al Stadtpark (uno de los parques municipales más bonitos de Viena), que aunque pueda parecer grande, se recorre fácilmente en poco más de media hora. Como había llovido un rato, había refrescado y hacía una temperatura agradable para pasear por el parque. Su principal atracción son las diversas esculturas que lo decoran dedicadas a personalidades de la política, el arte y la cultura austriacas, entre ellas la más famosa dedicada al compositor Johann Strauss. También hay en el parque la sala de conciertos Kursalon, aunque nosotros no pasamos. ![]() Por último, para cerrar el día, cogimos transporte público hasta el parque de atracciones Prater, una de las visitas más populares de Viena pero que, a mí personalmente, no me pareció para tanto. Por un lado, está la curiosidad de algunas atracciones y carteles de estilo art déco, herederos de ese pasado modernista, pero por lo demás no deja de ser una "feria" a media escala con diversas atracciones, que se pagan individualmente. No está mal, pero tampoco me pareció nada del otro mundo. En comparación, me pareció mucho más bonito y encantador el Tivoli de Copenhague, por poner un ejemplo. Si vais con niños, seguro que mejora la impresión. Subimos a la popular noria (13€) pero las vistas no son nada del otro mundo, por lo que yo creo que no merece demasiado la pena a menos que se tenga especial interés. Cenamos en uno de los restaurantes del parque (pizza y comida basura), dimos un paseo, nos subimos a las sillas voladoras, y hacia las 23h nos fuimos al hotel a descansar. ![]() Journeys 1 to 3, Total 4
Nuestro tercer en Viena lo dedicamos a varias visitas importantes localizadas al zur de la Ringstraße: por la mañana, el complejo del Belvedere y la Iglesia de San Carlos Borromeo; por la tarde, la zona del Nachtsmarkt, la Secesión, la Ópera y la avenida de la Kärtner Straße.
Tras desayunar en el hotel, cogimos transporte público hasta el complejo de los Palacios Belvedere, una de las visitas más emblemáticas de la ciudad que tan bien representan el espíritu artístico e imperial de la capital austriaca. El complejo está formado por dos palacios enfrentados que albergan la colección de la Galería Nacional Austriaca, siendo especialmente famoso el Belvedere Superior por el cuadro del "Beso" de Gustav Klimt. No obstante, conviene señalar que la colección del museo es muy rica y variada: en el palacio del Belvedere Inferior se expone la colección de arte medieval, mientras que el Belvedere Superior expone algo de arte renacentista (destacando buenos retablos y algunas esculturas en piedra de carácter religioso), pintura y escultura barroca austriaca, algo de impresionismo y post-impresionismo (cuadros menos famosos pero igualmente muy interesantes de Monet, Renoir o Van Gogh), modernismo y Secesión (Klimt, Egon Schiele, etc) y arte moderno hasta 1950 aproximadamente (Kokoschka, Munch, F. Kupka, etc). ![]() Se pueden visitar ambos museos con una entrada conjunta (con opción de incluir la tercera sede, Belvedere 21, fuera del complejo y centrada en arte contemporáneo) o bien comprar entradas individuales. Lógicamente, esto dependerá de vuestro interés, siendo generalmente mucho más visitado el Belvedere Superior por las obras de Klimt y Schiele. En nuestro caso, visitamos sólo dicho palacio por un precio de 16€ (aunque creo que actualmente el precio es algo más caro). La visita nos llevó unas 2 horas de forma calmada y con tiempo para hacer fotos, siendo las salas de Klimt las más concurridas, aunque en cualquier caso tampoco estaba muy masificado. Tras la visita del museo, paseamos los jardines, construidos en escala con un efecto óptico muy característico de los jardines de estilo francés, con las mejores vistas de ambos palacios justo en el centro del jardín. ![]() A continuación, nos dirigimos a la Karlsplatz para visitar la Iglesia de San Carlos Borromeo (Karlskirche), una de las iglesias más famosas de Viena y quizá la más importante tras la Catedral. Erigida en agradecimiento por el término de una epidemia de peste negra en el siglo XVIII, cumple con los cánones del barroco vienés, con una arquitectura impresionante y buena decoración interior entre frescos, pinturas y esculturas. Importante: al igual que en la Catedral, sólo se puede pagar la entrada en efectivo (a nosotros nos costó 9,50€) e incluye la visita a la iglesia y subida a la cúpula. Tras la iglesia, nos acercamos en la plaza a ver de cerca la estación de metro modernista de la Karlsplatz, muy bonita. ![]() ![]() Comimos por la zona y por la tarde estuvimos viendo algunas cosas concretas cerca de la Kärtner Strasse. Primero, dimos un paseo por la zona del Nachtsmarkt. Somos conscientes de que las 16h no era el mejor momento para visitarlo ya que este tipo de mercados son más matutinos, pero tampoco era algo que nos interesara demasiado como para ocupar parte de la mañana. No nos gustó especialmente, ya que es una hilera de puestos de comida para tomar algo, pero es pequeño, teníamos sensación de agobio (estaba bastante lleno) y olía a fritanga y mala calidad. Así que luego fuimos a ver el edificio de la Secesión, no tan popular entre los turistas pero con una arquitectura original típica de este movimiento. Tiene exposiciones temporales de arte contemporáneo, pero la parte más interesante es, lógicamente, el "Friso de Beethoven" de Klimt que se guarda en su interior, aunque la entrada resulta por tanto algo cara. Muy cerca, se encuentra otro edificio interesante: la Academia de Bellas Artes, de diseño neoclásico y al que se puede acceder gratuitamente para ver su lujoso salón principal, en el que estábamos completamente solos. Por otro lado, tiene una pinacoteca interesante con obras del Bosco (uno de sus dos trípticos del "Juicio Final"), Rubens, Cranach, Murillo o Tiziano, cuya entrada cuesta 10€ pero también está incluida en la Viena Card (nosotros no la visitamos). ![]() Ya habiendo visitado este pequeño cogollo, fuimos recorriendo la Kärtner Strasse, pasando por el emblemático edificio de la Ópera, con intención de merendar en el Hotel Sacher su famosa tarta. No obstante, la interminable cola nos desanimó así que continuamos callejando, viendo el exterior del Museo Albertina y las calles con varias iglesias (a destacar las de los Capuchinos o la de Santa Ana, de exhuberante barroco interior). Conseguimos hueco en la cafetería Aida en la zona de San Esteban y ahí merendamos la famosa tarta Sacher, que estaba muy rica pero pagas la fama (unos 8€ la porción de tarta y un café). ![]() Terminamos el día relajadamente, dando un paseo por el Canal del Danubio al norte del casco histórico y cenando en uno de sus restaurantes, de calidad precio bastante aceptable teniendo en cuenta la exclusividad del lugar. Journeys 1 to 3, Total 4
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