![]() ![]() China en tren Junio 2025 ✏️ Blogs de China
Viaje de 17 días recorriendo China en tren por libre, en un viaje mucho más sencillo y barato de lo que pareceAutor: Mundofila Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (2 Votos) Índice del Diario: China en tren Junio 2025
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Etapas 13 a 15, total 20
Nuestra siguiente etapa del viaje era Xian, distante unos 700 kms o lo que es lo mismo, unas 5 horas de tren. Hay muchos trenes diarios para este recorrido, y como queríamos pasear por Chongqing tenía pensado aprovechar todo el día y coger el tren nocturno que sale a eso de las 20:00 horas y llega a Xian a las 6 de la mañana.
Pero cuando quise coger los billetes, el mismo día que salían a la venta, ya no quedaban, así que hubo que improvisar un recorrido alternativo que explicaré al final de la etapa. Nos levantamos sin prisa ya que tenemos todo el dia para pasear por Chongqing. Lo primero que hacemos es dirigirnos hacia la estación de Liziba, uno de los lugares más icónicos de la ciudad, donde el metro atraviesa un edificio. Cuando llevamos bastante rato caminando veo que apenas hemos avanzado en el mapa, así que decidimos acercarnos en metro. El lugar está lleno de gente pero, sinceramente, no es para tanto. Nuestra siguiente parada era la zona de Raffles City, donde hay una especie de rascacielos compuesto de varias torres altas unidas por otro edificio horizontal. Curioso. En su base hay un gran centro comercial con multitud de tiendas de lujo. Como siempre nos pasa, caminando caminando el día avanza, y a eso de las 4 de la tarde nos acercamos a Jeifangbei, el epicentro de la ciudad, una zona semi peatonal llena de tiendas, lugares para comer,... por donde acabas pasando sí o sí. Habíamos estado la noche anterior y queríamos volver a hacer algunas compras de regalos, comer algo y hacer acopio de provisiones en algún supermercado. Poco a poco hemos aprendido a encontrar lugares donde podemos comprar comida para llevar, supermercados donde adquirir cosas más habituales,... en general la comida es muy barata, pero algunos productos poco frecuentes por estos lares, como los lácteos, son algo más caros (más o menos se pagan al mismo precio que en España, pero eso aquí es caro). Volvemos al hotel a por nuestras mochilas y nos vamos en metro a la estación de Chongqinbei, donde a las 19:36 comenzaremos nuestro itinerario nocturno a Xian que se compone de tres trenes: El primero, de apenas una hora de duración, nos llevará a la conocida ciudad de Suining El segundo, a las 21:35 y de varias horas de duración, nos dirigirá hasta la todavía más conocida Ankang El tercero, a las 04:00, nos dejará en Xian a eso de las 7 de la mañana Los transbordos entre trenes eran de una hora aproximadamente, tiempo de sobra para salir y volver a entrar en las estaciones. Con tanto cambio y en asiento, está claro que no pudimos más que dar alguna cabezada para dormir. Los trenes, como siempre, puntuales y sin ninguna queja, aunque es cierto que en el trayecto entre Suining y Ankang (en principio un trayecto como otro cualquiera) el ambiente del vagón fue algo diferente. Nos habíamos acostumbrado a ser los únicos occidentales del tren, pero más allá de alguna mirada curiosa o saludos con sonrisas, no nos habíamos sentido raros en ningún momento. Pero el vagón de este tren era algo diferente. Desconozco el motivo, pero este tren y sus viajeros parecían sacados de 50 años atrás: mucha gente fumando, gente dormida por el suelo, mucha algarabía,... y de repente, cuando entramos al vagón, todo el mundo se calló y se quedaron mirándonos. Unos segundos algo incómodos, pero tras la sorpresa por los occidentales, todo volvió a su ser y, como siempre, salvo miradas curiosas, ningún problema. Etapas 13 a 15, total 20
Xian, otra "pequeña" población de 13 millones de habitantes, es conocida sobre todo por el yacimiento arqueológico de sus famosos guerreros.
Nosotros no fuimos. Lo estuvimos valorando y decidimos no ir porque, realmente, no nos llamaba mucho. Y eso que soy Licenciado en Historia Antigua y reconozco el valor de un descubrimiento arqueológico de semejante tamaño, pero visualmente nos daba la sensación de que nos iba a decepcionar. Hace unos años nos acercamos a Catal Huyuk, en Turquía, un yacimiento importantísimo, casi mítico, del neolítico, pero que una vez allí, visualmente es poco más que una campa y unas zanjas. En ocasiones la importancia y el valor histórico no van de la mano con el disfrute visual, así que como de los guerreros de terracota, sinceramente, tampoco tenemos muchas referencias (no sabría situarlos en el tiempo ni en el contexto histórico), no nos acercamos a verlos. Pero no pasa nada, porque Xian nos pareció realmente una ciudad que merece la pena visitar. Llegamos a eso de las 7 de la mañana a Xian, donde tomamos el metro y nos dirigimos al centro, donde tenemos nuestro hotel, el Xian Shuyuanli Homestay (13€), en un edificio del centro histórico cerca de las murallas. Como son las 8 de la mañana no hay nadie en recepción (es verdad que todos los hoteles a los que vamos son pequeños y no hay mucho personal) pero vemos un código qr, lo agregamos a wechat y le preguntamos a ver si es posible hacer el check in. En 5 minutos ya estamos instalados en nuestra habitación. Todo el personal de los hoteles es muy servicial y siempre muestran su interés en quedar bien, te dan la habitación antes, te ayudan,... muy amables. El hotel, aunque se entra por una callejuela estrecha, está muy bien decorado imitando un edificio antiguo. Xian, al menos su centro, tiene forma más o menos cuadrada y está confinada dentro de unas grandes murallas con varios kilómetros de lado, abriéndose unas monumentales puertas de acceso en cada punto cardinal. Nuestro hotel está nada más pasar la puerta sur, en una zona de pequeñas casas que mantienen cierto aspecto típico chino. El centro de la ciudad se encuentra en torno a las torres de la campana y el tambor, donde se abren zonas peatonales con infinidad de tiendas y muchísima gente. En general la ciudad es bastante agradable para pasear aunque también tiene algún edificio moderno y zonas con amplias avenidas y mucho tráfico. Hacia el norte está situado el barrio musulmán, quizas la zona más bonita para callejear, llena de comercio local y habitada por musulmanes chinos, fácilmente identificables por su gorrito característico. Dedicamos la mañana a patearnos la ciudad, descubriendo sus calles, tiendas, mercados,.... Encontramos en su esquina noroeste un templo budista que, sin ser nada del otro mundo, en aquel momento recibía la visita de un grupo de lamas (perdonad mi incultura, no sé si todos se llaman así) que rezaban, hacían ofrendas, ... curioso. Personalmente, lo que más me llamó la atención fue un mercado de cigarras, todas en sus jaulitas artesanales, divididas por colores, con su incesante canto. Ya veis, cuando digo a la gente que estuve en Xian todos me preguntan por los guerreros y yo les respondo con mis historias de cigarras enjauladas. Parece ser que la gente las compra para tenerlas en casa o en el negocio y oír su sonido. Y así se nos pasó todo el día, de aquí para allá, con parada al mediodía para descansar eso sí, que la ciudad es grande y hoy que hay tiempo, hay que aprovechar para recuperarse un poco del trote que llevamos. De las ciudades que hemos visitado, quizás haya sido la más bonita para callejear y perderse. Etapas 13 a 15, total 20
A las 9:45 sale puntual nuestro tren desde Xianbei hacia Pingyaogucheng, a donde llegamos a eso del mediodía.
Nuestro hotel en Pingyao es el Juxiange Inn (13€), cuyo dueño nos había escrito la víspera para preguntarnos cuál era nuestro tren y así poder ir a buscarnos a la estación, lo cual es un detalle ya que se encuentra a varios kilómetros de la ciudad. Cuando llegamos a las murallas, nos cambiamos a un pequeño tuktuk con el que vamos callejeando por el interior hasta llegar al hotel. Todo este trayecto, así como el inverso cuando nos fuimos al día siguiente está incluido en el precio. En China no hay propinas, ni se dan ni se piden. Pingyao, al igual que Xian, está rodeada de murallas, aunque en este caso estamos en un pueblo que ha conservado toda su arquitectura típica. No se permite el tráfico de vehículos salvo a primera hora y en algunas calles, lo que sumado a que es un pueblo donde realmente vive gente, resulta un lugar muy agradable. Existe otro Pingyao, mas allá de las murallas, pero es una típica ciudad china sin mucho que ofrecer. Nuestro hotel está en una casa típica, con patios y estancias varias decoradas con los típicos farolillos rojos. Pingyao es, resumiendo, el pueblo de La linterna roja, de hecho la película se filmó en la casa de un noble en las afueras de la ciudad. Todas las habitaciones del hotel están decoradas en ese estilo, se agradece visualmente. Dedicamos el día a recorrer el pueblo, que no es pequeño. Hay algunas calles comerciales, pero la mayoría son calles anónimas donde se entremezclan viviendas y algunas solares abandonados. Nos haremos paseando todo el perímetro del interior de la muralla, que en algunas zonas esta bastante deteriorada (casi cayéndose) pero ello permite ver cómo está construida con distintos materiales y capas. Salimos por la puerta norte hacia el moderno Pingyao pero tras un buen rato caminando no conseguimos más que avanzar por una inmensa e insulsa avenida que nos hizo desistir de continuar. A la noche hicimos un nuevo intento por la puerta sur, y ahí sí encontramos algo más de vida, con sitios para comer, supermercados,.... En general es un lugar para perderse caminando sin rumbo, basta con dedicarle unas horas de día y otro rato de noche, cuando encienden todos los farolillos. A última hora el pueblo se queda bastante oscuro ya que muchas calles carecen de iluminación, así que nos retiramos a nuestros aposentos para emprender mañana a la mañana nuestro último desplazamiento. Etapas 13 a 15, total 20
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