![]() ![]() China en tren Junio 2025 - En creación ✏️ Blogs de China
15 días recorriendo China en trenAutor: Mundofila Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (2 Votos) Índice del Diario: China en tren Junio 2025 - En creación
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Etapas 10 a 12, total 12
Por rápidos que sean los trenes, la suma del tiempo de los distintos desplazamientos más las esperas, hacen que se "pierda" mucho tiempo. Y pongo entre comillas lo de perder porque no considero que sea un tiempo realmente perdido, ya que siempre vas a ver cosas muy curiosas aunque sean simples escenas cotidianas de la vida china, en muchas ocasiones mucho más interesantes que cualquier visita de pago.
Me refiero a perder tiempo en el sentido de programar los horarios del viaje, ya que etapas que parecen que se podrían hacer en un par de horas, realmente se prolongan mucho más. Eso nos sucede este día, en el que a pesar de que entre la estación de Fenghuanggucheng (no confundir con Fenghuangcheng) y Zhangjiajiexi apenas hay una hora, y como los trenes no salen hasta casi las 12 del mediodía, llegamos a nuestro hotel en Wulingyuan casi a las 4 de la tarde, demasiado tarde para hacer planes allí, así que nos lo tomamos con calma. Dedicamos la primera hora de la mañana a pasear por las zonas no turísticas de Fenghuang, y llegado el momento volvemos al hotel a por nuestras mochilas y solicitamos un didi para ir a la estación de tren de Fenghuangucheng, que no hace honor a su nombre, ya que está en las afueras a varios kms de distancia. La aplicación de Didi no nos localiza ningún vehículo y acabamos parando un taxi para que nos lleve. No usamos mucho los didi, pero de 4 intentos, uno fue satisfactorio, otro así así y en dos casos tuvimos que acabar usando otro medio ya que tras un cuarto de hora de espera no nos ofrecía ningún conductor. No es la panacea. Una hora escasa en tren de alta velocidad hasta Zhangjiajiexi, pero nosotros habíamos decidido alojarnos en Wulingyuan, a unos 25 kms, ya que esta última está en las puertas del parque natural. Ademas, Zhangjiajie en sí, como casi todas las ciudades anónimas chinas (tiene millón y medio de habitantes), es horrible, mientras Wulingyuan no voy a decir que sea un pueblito, pero tiene otro aspecto. Al salir de la estación vamos hacia la izquierda donde vemos una estación de autobuses, pero hay muy poca información, no hay taquilla, y los conductores no están por la labor de ayudarnos mucho. Tras un buen rato, un joven que chapurrea algo de inglés nos dice que hay otra estación de autobuses en el otro extremo de la estación de tren, y que es allí donde podremos coger el bus a Wulingyuan. Así que si queréis hacer ese trayecto, recordad, saliendo de la estación de tren, a la derecha. El hall de la esta estación de autobuses es nuevo y enorme, pero no hay prácticamente nadie. Mostradores desvencijados, luminosos apagados,...solo un par de máquinas automáticas para coger billetes, con el chino como única opción. A tientas consigo seleccionar los billetes que quiero, pero al final siempre me pide que pase la identificación china (que evidentemente no tenemos). En esto, se acerca un hombre que nos pregunta dónde vamos y, con señas, nos dice que le sigamos. Acabamos en un mostrador donde nos saca un código qr para pagar y aquí yo, desconfiado por haber sufrido infinitos intentos de timo en estas situaciones, me hago el remolón y le digo que no, que me lo voy a pensar. Por supuesto, toda esta conversación la mantenemos yo en inglés y él en chino, pero nos entendemos perfectamente. Otro rato haciéndonos los dubitativos, tanteando si un didi podría ser la solución,... pero como pasa el tiempo y no avanzamos, volvemos donde el hombrecillo y le pagamos. Nos marca 15 yuanes por persona y nos dice que nos sentemos fuera a esperar. Al rato aparece el típico minibús chino y nos dicen que montemos. Media hora después estamos en la estación de autobuses de Wulingyuan. Tarifa oficial: 15 yuanes. Son casi las 4 de la tarde, así que poco más podemos hacer que ir dando un paseo por la orilla del río hasta nuestro hotel, el Louzhongxiaoge Inn (9,90€), en la línea de los anteriores, habitación decorada con gusto y todos los servicios. Quizás si volviese no lo cogería porque está al lado opuesto del pueblo donde se sitúa la entrada al parque y obliga a caminar unos 20/25 minutos para llegar. Cuando veníamos hacia el hotel ya habíamos visto que el río que atraviesa el pueblo venía muy crecido y con fuerza, y estaba lloviendo con cierta intensidad. Lo que no esperábamos es que en el hotel nos anunciaran que el parque estaba cerrado y que posiblemente siguiera así unos días ya que las inundaciones habían destruido varias carreteras. No os voy a negar que fue la gran decepción del viaje. Según pude leer, desde su creación en los años 80 jamás se había cerrado el parque por motivos metereológicos. Ibamos mentalizados y preparados para soportar la lluvia durante la etapa maratoniana que teníamos pensado hacer, recorriendo el parque a pie durante unas 12 horas, pero no para quedarnos en tierra. Dimos una vuelta al atardecer, nos acercamos a ver la entrada al parque y nos fuimos a la cama con la esperanza de un milagro que cambiara la situación al día siguiente. Cosa que no sucedió. Etapas 10 a 12, total 12
Habíamos quedado con la del hotel que nos avisaría por wechat si había cambios respecto a lo anunciado. A las 7 de la mañana el móvil no da ningún movimiento, pero me niego a aceptar lo evidente y, ya que no hay nada que hacer, me acerco paseando a la entrada del parque donde compruebo con mis propios ojos que esta todo clausurado. Un cartel anuncia que estará cerrado un par de días más y luego se abrirá con restricciones ya que algunas conexiones no son posibles. Así que adiós a cualquier opción de Zhangjiajie.
Desayunamos con calma y preguntamos en el hotel si la zona de Tianmen estaba operativa. Nos dice que sí, así que, aunque no entraba en nuestros planes y sigue lloviendo bastante, preparamos la excursión. Paseo a la estación de bus y por 15 yuanes llegamos a Zhangjiajie donde está situado el arranque a la excursión de Tianmen, una curiosa montaña sita a unos pocos kms. de Zhangjiajie, una especie de pequeña meseta elevada sobre escarpados precipicios. Supongo que hace años alguien pensó en sacarle partido y dijo: ¿cómo podemos llevar a la gente hasta allí? Nada, construimos un teleférico de varios kilómetros de recorrido y llevamos así a la gente desde el centro de la ciudad hasta la cima. Otro comentó: pero la montaña tiene barro, piedras, caminos incómodos,... ¿cómo haremos que el ciudadano chino que casi no es capaz de caminar disfrute la montaña? Nada, enlosamos todo el monte, les ponemos chiringuitos de comida cada 500 metros, baños que ya quisieran tener en otros lugares, tiendas,...y listo. Otro concluyó: ¿y los desniveles de la montaña, como los salvaremos? Y como si fueran del mismo Bilbao, decidieron perforar toda la montaña construyendo sucesivos e interminables tramos de rampas mecánicas que llevasen a la gente de un lugar a otro sin necesidad de dar un paso. Eso es Tianmen, una oda al turismo chino: masificación, comodidad, destrucción,... pero a veces todo esto también es muy curioso de ver. La entrada completa cuesta 275 yuanes, comprada en el momento en taquilla previa presentación, como siempre, del pasaporte (llevadlo siempre encima porque lo piden para casi todo). Hay dos formas de hacer el recorrido circular, en ambas se ve lo mismo, simplemente varía el sentido de la excursión. Parece que hay una tercera opción por una sinuosa carretera pero vista desde el aire esa carretera estaba destrozada por desprendimientos en múltiples sitios y me parece difícil que esté operativa. El teleférico arranca desde el centro de la ciudad y te deja en la cima, donde empieza un camino circular que bordea los precipicios por unas pasarelas construidas en el mismo borde. También existen unos tramos donde el suelo está hecho de cristal. Si al hecho de que, aunque curioso, todo nos parece un despropósito, le sumas que diluvia sin cesar y estamos metidos en medio de las nubes con lo cual la visibilidad es cero, la visita transcurre rápida. Lo único que nos pareció notable fue un templo budista que había en la zona más alta. Es verdad que nosotros no somos capaces de distinguir un templo antiguo de uno hecho hace dos días, y que sobre religiosidad budista no tenemos ni idea, pero disfrutamos recorriendo este templo, escalonado en varias terrazas, con todo tipo de esculturas en su interior. El hecho de que tuviera las puertas de los pabellones abiertas permitiendo la entrada en el interior de la niebla, el aire, la lluvia,... le daba un toque muy original. Eso sí, a pesar de que todo el monte estaba a tope de gente, aquí no había nadie. Descendemos por unos túneles excavados en la roca mediante unas interminables rampas mecánicas hasta la zona de la famosa abertura, donde hay una explanada petada de gente. De ahí parte una larga escalera hacia la zona alta, pero como hace un tiempo horrible, está cerrada. Así que paseo para abajo hasta otro funicular que nos dejará a unos kilómetros de la ciudad, recorrido que hacemos en unos buses incluidos en la entrada. Hacía tiempo que no me mojaba tanto, porque fueron varias horas bajo una fuerte lluvia constante. Como dije, hace calor y no importa estar empapado... pero vaya diluvio. El calzado que llevé ese día no se me secó casi hasta el final del viaje. Vuelta a Wulingyuan en bus, buscar algo para cenar y a la cama, que tras dos días por aquí mañana dejamos esta zona para seguir viaje. ¿Volvería a Tianmen? No , ni loco. ¿Volveré a Zhangjiajie a ver el parque? Espero que sí. Etapas 10 a 12, total 12
He de confesar que hasta un par de meses antes de nuestro viaje no había oído hablar nunca de esta ciudad china. Pero cuando planeábamos el viaje y mis hijos dudaban en si venir o no (que al final por una cosa u otra fue que no), mi hijo dijo que él solo venía si íbamos a Chongqing.
Buscando información encontré que la ciudad tiene un área metropolitana con más de 30 millones de habitantes y es bastante popular en internet por las imágenes de sus edificios, aunque no suele incluirse en las típicas rutas turísticas. Como no estaba demasiado lejos de nuestra ruta (hablando en distancias chinas), decidí visitarla, para lo cual, tras abandonar Wulingyuan en bus, tomamos el tren de las 11 y pico en Zhangjiajiexi que nos dejaría a media tarde en Chongqingbei con la idea de visitarla de noche, mientras al día siguiente haríamos la visita a la luz del sol (por primera vez tuvimos un día completo soleado). Cuando llegas a cualquier ciudad china en tren, lo primero que ves son los barrios exteriores que están plagados de edificios de 30 o 40 plantas, creando grandes zonas de pequeños rascacielos. Normalmente impresiona ver semejante acumulación de ese tipo de edificios, pero en el caso de Chongqing alcanza su máxima expresión. Durante kilómetros, un denso bosque de altos edificios se va extendiendo hasta donde alcanza la vista, unos junto a otros, auténticas colmenas humanas donde vive el equivalente a 2/3 partes de España. Si no hubiera suficientes, los pocos espacios libres se rellenan con más rascacielos en construcción ya que la ciudad continúa creciendo en casi medio millón de habitantes por año, habiendo tenido años donde el crecimiento rondaba el millón anual (lo que obliga a construir ¡unas 1000 viviendas diarias!). La estación de Chongqingbei está bien comunicada por metro, así que en una media hora más estamos a las puertas de nuestro hotel, el Chongqing Goodtime Art Fashion Apartment (17€), sito en la planta 22 de un alto edificio céntrico que parece de oficinas y con un amplio ventanal con vistas sobre la ciudad, aunque no sobre la parte más conocida. El hotel es una especie de piso con 4 habitaciones, incluso la nuestra tiene un pequeño vending con algunos artículos eróticos. Hemos pasado ya el ecuador del viaje y tenía miedo que, una vez dejadas atrás las actividades al aire libre que son las que más nos gustan, el resto del periplo disminuyera en intensidad; solo nos quedaban 4 ciudades por ver, pero afortunadamente fueron las mejores ciudades que visitamos en el viaje. Salimos a media tarde a pasear por la ciudad sin un destino definido con la idea es perdernos por las calles para poco a poco acercarnos a la orilla del río Jialing. El centro de la ciudad es una especie de península algo elevada rodeada por los ríos Jialing y Yangtze, y una de sus características es que muchos de sus rascacielos han sido construídos en cuesta, algo poco habitual. Ello crea un curioso urbanismo, un pequeño caos de edificios, alturas, puentes,... por el que merece la pena deambular. Tras un buen rato llegamos a la orilla donde se sitúa Hongyadong, una reconstrucción de lo que fue años atrás la zona portuaria de Chongqing llena de tiendas y sitios para comer. Es un tanto caótico y al anochecer se llena de miles y miles de personas, quizás haya sido el lugar donde hemos visto mayor concentración de gente, cuesta caminar. Todo el lugar está profusamente iluminado, lo que sumado a que en las dos orillas del río hay decenas de altos rascacielos compitiendo por cual tiene la iluminación más espectacular hace que el skyline nocturno de la ciudad sea uno de los más impresionantes del mundo. Etapas 10 a 12, total 12
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