Mallorca con niños en agosto ✏️ Blogs de España

Y eso me preguntaba yo antes de llegar a Mallorca, ¿estamos locos? ¿En agosto? ¡Si no nos gusta viajar en agosto!, hace calor y está todo masificado…
Pero allí terminamos, y es fácil de entender (o no)

Mis cuñados viven en Londres y nosotros en Tenerife. Desde tiempos inmemoriables (desde que conocí a mi marido hace 15 años vaya) ellos veraneaban en nuestra casa, dos parejas jóvenes, sin niños y Tenerife para nosotros.

En 2022 nació nuestro hijo y en 2023 el de ellos. Ya no entrábamos todos en nuestro mini piso y ellos empezaron a quedarse de hotel. Así sucedió el verano del 22, 23 y 24.
El año pasado ya nos dijeron que sus 15 días que tienen de vacaciones al año les gustaría hacer algo más que ir a Tenerife, que en 2025 les apetecía otro destino de España. Lo entendimos y pensamos en ir nosotros a visitarles a ellos a Londres, pero hace unos meses nos dicen que alquilaron una preciosa villa con piscina en Mallorca, la segunda quincena de agosto, y que tienen 3 habitaciones, que nos invitan. Amigos… ¿quien se resiste a eso?

Empieza la búsqueda de vuelos y coche de alquiler, nos vamos a Mallorca ✈️

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Vale, parece que la cosa pinta bien, y nada más empezar la búsqueda de billetes (mes de abril) descubrimos que Binter tiene vuelo directo Tenerife-Mallorca, nos venimos arriba, es una de nuestras compañías favoritas para viajar con el peque y compramos los billetes por 330€ equipaje de mano incluido sin dudarlo mucho.
Al menos nos ahorramos la escala en MAD o BCN.

Ahora toca buscar coche antes de que sea más tarde, que agosto estará bastante solicitado.
Tras un ratito en internet alquilamos a través de Hiper rent a car (no habíamos escuchado esta compañía en la vida) un coche clase económica para 6 días por 242€ con seguro básico y silla de bebé (5€/dia = 30€).

El resto de compañías conocidas para nosotros superaban bastante el precio, a ver qué nos encontramos… No tienen oficina en el aeropuerto pero te recogen y te acercan en minibus dicen.

Llegados a este punto solo queda esperar que pasen los meses y conocer por fin el otro archipiélago de España.

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Por fin llegó agosto.
Llegamos a las 15h de la tarde en vuelo directo desde Tenerife. El viaje una maravilla, pudimos ver toda la costa de África, el estrecho, Gibraltar con su peculiar aeropuerto, los plásticos de Almería y ¡por fin las Baleares!

Hace mucho calor y mucha humedad, 35° que parecen más. Nada más salir de la terminal de llegadas vemos el minibus de Híper que nos lleva a la oficina a recoger nuestro coche. No está lejos y la gestión es rapidísima, nos dejan elegir silla de bebé en la oficina, la instalamos y rumbo a la villa donde nos esperan nuestros cuñis que también acaban de llegar.

La villa es preciosa, en la campiña mallorquina, de estilo tradicional y con una piscina perfecta para refrescarse. Es antigua, pero bien conservada y decorada con muchísimo gusto y lo más importante con este calor, tiene aire acondicionado. Se encuentra en las afueras de Llucmajor y se puede espirar la tranquilidad de la zona al instante, solo escuchamos algún gallo y alguna oveja balar.
Nos pegamos un chapuzón rápido en la piscina y nos vamos a la compra, esta noche vamos a encender la barbacoa y cenar en el porche.

Las vacaciones empiezan bien, excepto por los mosquitos que ya me tienen abrasada

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