![]() ![]() Cuba, Relatos, experiencias, consejos. ✏️ Blogs de Cuba
Una semana en Cuba, en combinado La Habana-Varadero, con innumerables fotos y muchísimas anécdotas.Autor: LAsturcon Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (60 Votos) Índice del Diario: Cuba, Relatos, experiencias, consejos.
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Etapas 4 a 4, total 4
En nuestro viaje a Cuba dedicamos 2 días de nuestra estancia en La Habana para buscar información sobre un tío-abuelo de mi mujer; Secundino Fernández fue a buscarse la vida a Cuba con 18 años durante la depresión de los años 20, en un barco que tardo más de un mes en llegar y, tras mucho trabajar allí consiguió montar un imperio, era dueño de los edificios de una calle entera y poseía una cadena de Ferreterías.
![]() Cuando llegó la Revolución... le quitaron todo, le dejaron vivir en un edificio en La Habana centro, en un apartamentito a pie de calle, en su día la zona residencial pero que ahora es casi la parte mas ruinosa de la ciudad. [url=http://%22http://i2.photobucket.com/albums/y8/lAsturcon/cuba/busqueda/calle.jpg%22]
![]() Nada más llegar al hotel la primera noche hablamos con un taxista, necesitábamos que al día siguiente nos llevara a una dirección que mi suegra tenía en una de las escasísimas cartas que llegaron a Asturias en 80 años. Secundino Fernandez se casó con una cubana, no tuvo hijos, y cuando se murió su mujer, el abuelo de mi mujer (su hermano) lo fue a buscar, para traerlo a Asturias de nuevo y darle una apacible vejez. No quiso volver, estaba tan enamorado de su mujer, y de la isla en general, que prefirió quedarse a morir alli, en la pobreza, ayudado por una asistenta a la que pagaba con lo poco que tenía... y a la que quería dejar sus posesiones, ya que, aparte de la casa donde vivía, tenía los títulos de propiedad de todo lo demás, por si algún día cambiaba todo de nuevo y podía ella recuperarlos. Se murió hace 10 años. Solo. A las 10 de la mañana nos metemos en aquel taxi, modelo ruso, oliendo a puro que apestaba (como no podía ser de otra manera). Le decimos la dirección al taxista, está cerca según el Google maps pero, ni el mismo sabe llegar, es una calle paralela al Malecón, como 5 cuadras(manzanas) hacia el centro de la ciudad. Callejeamos, cogemos confianza con el taxista, tiene que preguntar 2 veces porque obviamente, las calles no tienen ni chapa con el nombre, alguno la habrá arrancado para fundirla y fabricar un carburador -son expertos en estas cosas, y no me refiero a robar, sino a inventar artilugios con lo poco de materia prima que consigue entrar en la isla.... -"EMBARGO, maldito embargo", murmura el taxista. Es fácil encontrar a quien preguntar, nos llama la atención que nadie usa las aceras; a nuestro lado, en la ventanilla, la gente camina por el asfalto... o lo poco que queda de él, esquivando los ya no baches, sino socabones... Rogelio, nuestro chofer particular, conduce esquivando ahujeros y gente. La pregunta del “por qué" le provoca una leve sonrisa... -"Mirar arriba", nos señala con un dedo uno de los balcones del edificio de enfrente... "Ya se ha muerto mucha gente debajo". Las casas están habitadas, pero en ruinas, no tienen ni cemento para arreglarlas y cada día se cae alguno balcón, incluso con gente asomada. Nos repite por segunda vez que NUNCA caminemos por las aceras, por lo que pueda pasar. Encontramos la calle, y el número. El ambiente es tan... tan... TAN! que me da miedo hasta sacar la cámara de fotos. Mi mujer está nerviosa, no sabe como va a reaccionar la gente que ahora vive en esa casa, ni siquiera si será la chica que cuidaba a su tío-abuelo. Viendo la situación, le pido por favor al taxista que no se vaya, que se quede a esperarnos. Así lo hace. Salimos del taxi, yo entro decidido al portal, en ruinas, pico en la puerta del bajo, nadie abre. Volvemos a la calle, aparece al rato un morenito en la ventana, le digo "Hola!" con la mejor de mis sonrisas... me saluda con la cabeza, nada amigable el gesto. Le preguntamos si vive aquí, "si", masculla, sin dar más explicación, le preguntamos si conocía a Segun, el asturiano... nos dice que no, que él lleva poco aquí, pero quizás su madre si... Sale a la calle. Por el rabillo del ojo veo que el taxista se nos acerca por la acera, se da cuenta de la situación, tensa, y viene en nuestro rescate. No hace falta, del edificio de enfrente oímos como una señora, mayor, a voces desde la ventana, empieza a decirnos que ella si conoció a Secundino... Dejamos al "okupa" (aunque técnicamente no lo es, las casas son del estado y éste asigna sus habitantes, está allí porque el gobierno decidió que sea así). Cruzamos la calle y nos acercamos a la ventana de la señora, en la planta baja. Nos cuenta con tono cariñoso que Secundino y su mujer eran muy queridos en el vecindario, que a ella le daban las revistas del Reader'digest que recibían y un poquito de aceite de oliva, que ellos siempre tenían en casa. Nos cuenta que se murió solo, pero que nunca le faltó de nada, que él era un hombre bueno pero, que le robaban los vecinos sus pertenencias de la casa. ![]() Nos vamos, tras sacar unas fotos del edificio y ver como la gente empieza a rodearnos, escuchamos como poco a poco se corre la voz de que somos familia de Secundino, a voces de ventana en ventana. El taxista, siempre pendiente de nosotros, nos señala donde tiene el coche. "Al parque Central", le decimos. ![]() Pasamos el día ejerciendo de turistas, pero con el regusto amargo de perder la pista a Segun. Al llegar al hotel de noche hablamos con Rogelio, nuestro taxista particular, y le pedimos que esté allí mañana a las 10 de la mañana, llevábamos un saco de ropa nueva y usada de mi suegra y ya habíamos encontrado a quien regalárselo: a "la vecina", y así intentar averiguar donde estaría enterrado, grabar todo lo que nos pudiera contar en video, para que despues, aqui en España, lo vieran sus familiares. Al día siguiente a las 10:15 ya estábamos en la casa, pero la señora no estaba, así que, para hacer tiempo, nos vamos con Rogelio a la plaza de la Revolución, a hacer unas fotos y esperar a que regrese. Regresamos, pero no tenemos suerte. No está. Decepción. ¿y ahora que hacemos? el taxi nos costaba 15 pesos la hora, y el día entero era una pasta (no lo recordamos, pero mucho mucho) en fin, como aun no habíamos estado en la Bodeguita de en Medio le preguntamos si podía llevarnos en taxi, "sin problema!, "vamos hasta allí y de paso veis la Catedral". Le invitamos a un refresco (no quiso mojito ni nada de alcohol, un profesional), y en La Bodeguita nos salvó de lo importante, en aquella zona están todos a "la caza del turista", pero al verte con un cubano, pasan de ti. Atentos: [url=http://%22http://i2.photobucket.com/albums/y8/lAsturcon/cuba/busqueda/bodeguita.jpg%22]
![]() Hay un señor con un montón de pines colgados de la camisa (lo veréis seguro) que al llegar estaba "ocupado" con un grupo en la barra, pero en cuanto consiguió lo que quería, vino a preguntarnos nuestros nombres, y de donde éramos; salió a la calle y en ese momento Rogelio nos indicó que lo mejor era irnos; el tipo se dedica a hacer poemas con esos datos y claro, te mete en un compromiso al regresar con la hoja manuscrita sabiendo como sabemos la escasez que hay de papel. Somos la fuente de sus ingresos, que no se os olvide. Volvemos a intentar ver a la señora después de 2 horas, y la pillamos entrando en casa... ¡BIEN!, le preguntamos si podemos pasar y hacerle algunas preguntas, nos invita de lo más contenta, pero se disculpa por no poder ofrecernos nada. En fin, cordiales hasta en eso, ¡que nos podría ofrecer esta buena mujer! Hogar estilo años 50, quiero decir, los mismos muebles que tenía hace 50 años... a mi mujer solo se le ocurre decir "que bonito!" al encontrarnos con un elefante de cerámica, lo mas hortera que os podáis imaginar... la miro con cara entre vergüenza y sorpresa. La señora había sido amable y ella también quería serlo pero... en fin, en Cuba el sentido del gusto y la decoración choca frontalmente con la falta de medios. Nos sentamos en el sofá y nos cuenta historias de Segun mientras se emociona, y, aunque mi mujer dice que era por los recuerdos, yo mas bien pienso que era porque veía la bolsada de ropa y zapatos sin estrenar que le traíamos, y sabía que la íbamos a hacer la "más rica del barrio". 12 kilos de ropa. Casi ná!. Con ésto ella podrá negociar y “truequear” como dicen ellos, intercambiando cosas con sus vecinos o comerciantes de la zona. No hay dinero, pero si disponibilidad para poder cambiar lo tuyo por lo mío. Grabamos en video mientras nos contesta a las preguntas que le hacemos, nos dice que posiblemente esté enterrado en el cementerio de Colón, que allí hay un mausoleo de Asturianos, y que todos los de La Habana se solían enterrar allí. Regresamos al taxi, impacientes al tener una nueva pista y, tras acomodarnos en la parte de atrás, Mi mujer y yo nos miramos a los ojos: “Rogelio... ¡AL CEMENTERIO DE COLÓN!.” ![]() El cementerio de Colón es como una ciudad en sí, hay calles de doble sentido y circulan los coches dentro; eso sí, hay que pagar entrada (solo turistas) y si llevas cámara, una entrada más ¿...? Preguntamos por la "zona asturiana" mientras pagamos y el encargado nos suelta: "Que pena!, acaba de irse el responsable (asturiano) de la Sociedad Asturiana de Beneficencia, el que lleva un registro de todos los asturianos enterrados en el cementerio” ...Cachis! estaba en la puerta cuando llegamos, pero se nos escapó delante de las narices. Igual igual que las pelis de detectives. Callejeamos en el taxi con las indicaciones del encargado, el que nos había dicho que, "si Secundino era asturiano, seguro que está enterrado aquí", y llegamos al Mausoleo. ![]() Según parece, todo asturiano que vive en La Habana es enterrado aquí, lo tienen 2 años en las lápidas de la entrada y tras ésto, lo añaden a la fosa común. Sin pagar un duro. Sacamos unas fotos y nos vamos, el cementerio es inmenso y tras un rato le pedimos a Rogelio que nos deje en el mismo sitio del día anterior, en el Parque Central, nos hace precio y pagamos 2 horas en vez de las 3 y pico que llevamos con él, le damos 5 pesos de propina (que menos) y le regalamos 2 cajas de lápices de colores... os aseguro que le hace más ilusión ésto que la propina... "que bien, para mis nietos" nos dice. Callejeamos, tomamos algo, vemos un paseo con artistas... cuadros, fotos, lo recorremos... a lo lejos vemos una bandera de Asturias en un soportal... ¡COÑO! ¡el Centro Asturiano! Entramos y tomamos una cerveza... ¡a oscuras! "un frío del carajo" como dirían por allí, tenemos hambre pero allí no comemos ni locos, después de otras experiencias, pantalón corto, velas y AA a 100% no es agradable. Salimos, en la puerta me paro a hablar con el portero, "que si somos asturianos... que si estuvimos en el cementerio de Colón... que si que hacíais alli... que si el tío abuelo de mi mujer..." A nuestro lado otro hombre, 50 años, delgado, mas bien "chupado", del tabaco y la hambruna, "yo también soy asturiano, ¿queréis saber algo de algún asturiano de La Habana? tenéis que hablar con XXXX (no recuerdo el nombre), es la señora que lleva los libros de los residentes aquí, desde hace ni se sabe" El tipo se va a enterar, a ver si está... "Que lástima, se acaba de ir a casa" En fín!, es nuestro "sino", llevamos todo el día llegando tarde por minutos. Es una película. Al rato regresa y nos dice, "he hablado con alguien y, si queréis hablar con la presidenta de la asociación de Asturianos en Cuba, os podría recibir en su despacho ahora... " “¡Como no!” Subimos, entramos en un despacho decorado con fotos de Asturias, nos recibe con besos y abrazos, para ella es "casi un honor" hablar con nosotros. A su lado otro hombre, ¡de Tineo!, lleva toda la vida allí, les contamos lo del cementerio y nos dicen que, sí, la beneficencia está allí, pero JUSTO ENFRENTE, están los camposantos asturianos, ordenados por... ¡CONCEJOS!, hay todos los concejos asturianos divididos en zonas y, por supuesto, la zona del concejo de nacimiento de Secundino. El hombre nos dice que él ya tiene comprado "su sitio" y que, si Segun tenía medios, seguro, PERO SEGURO, tiene su tumba allí, en el Concejo. Al otro lado de la calle donde estuvimos haciendo fotos al Mausoleo. ¡Que lástima!. Estuvimos a unos metros de la foto donde mi suegra habría encontrado la tumba de su tío, y con la que seguro habría llorado viéndola... el video de la vecina lo agradeció un montón y se emocionó... pero nos faltó rematar "la película". Una vez llegamos a Asturias, nos enteramos que Secundino Fernández había sido Presidente del Centro Asturiano en La Habana durante unos cuantos años, y, por supuesto, su tumba individual estará allí, en su concejo. (a 5 metros nos quedamos!!!) En el restaurante/bar del Centro asturiano hay un montón de fotografías de época en las paredes en blanco y negro, seguro que en alguna de ellas está él pero, no les prestamos ninguna atención y ahora nos lamentamos de no haberlas fotografiado. Algún día volveremos a La Habana, tras la tumba de Secundino Fernández. AVISO: Las referencias personales y la mayor parte de las imágenes han sido sustituidas para preservar la intimidad. Etapas 4 a 4, total 4
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