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Día 14 de julio: Xel há

Por fin ese martes, ya prácticamente recuperada del oído, y con buenas perspectivas climatológicas decidimos irnos a Xel há.
Nos íbamos en van, pero al cruzar la carretera para tomarla, un taxi que había por allí parado se nos ofreció: por 100 pesos os llevo hasta la entrada. Haciendo cuentas, lo vimos rentable (teniendo en cuenta que te cobraban eso para ir a Akumal, muchísimo más cerca...) y para allá que nos fuimos.
Efectivamente, el taxista nos dejó en las taquillas y aún no habían abierto. Cuando por fin lo hicieron entregamos el recibo del día de Tulúm y nos pusieron la pulserita. Y para adentro.
Primero nos dieron los sobrecitos de bronceador (dejamos un pequeño bote nuestro a cambio) y allí nos enteramos de que sí podíamos haber llevado repelente antimosquitos, ya que nos dijeron que en esa época sí los permitían porque había muchísimos. ¡Pues estupendo!
Bueno, nos dirijimos a uno de los vestuarios más amplios y allí dejamos parte del equipo. Nos pusimos los bañadores que íbamos a usar (en mi caso, un traje de lycra monopieza, para así protegerme del sol para el día de snorkel) y mi hermano, una de esas camisetas de lycra pensadas para el windsurf, etc. Cogimos la cámara de fotos acuática, el tubo gratuito, nuestras aletas, y nos dirigimos al camino que lleva al río.
Había 2 opciones: o cogías el tren, que no estaba; o te lo hacías andando (unos 15 minutos). Optamos por esta última y ahí vino lo gordo. Comenzamos a andar el sendero y a cada paso veíamos una nube de mosquitos mayor. A tal punto que con apenas 2 minutos de caminata y sintiendo a tope los picotazos, tuvimos que darnos la vuelta.
Mientras regresábamos, me sucedió algo para mí inédito hasta el momento: sentí un super picotazo en el brazo, me lo miro, y me veo a un mosquito enorme directamente "pinchándome" a través de la tela de lycra del traje. ¡Muy fuerte! Y a mi hermano se los tenía que apartar a manotazos de los hombros, el cuello, ¡fue tremendo!
El caso es que salimos de allí y nos comentan: "donde menos hay es en la zona de la salida hacia el mar". Vale, pues vámonos para ahí.
En una de las escalinatas de la zona cercana decidimos bajar al agua cuanto antes, y retirarnos de las orillas (desde donde se veían volar) para así comenzar a snorkelear.
En líneas generales la vida marina de Xel há me ha decepcionado, pero mucho. En toda esa zona el agua estaba de un verde tan intenso que parecía que te habías metido en un pantano, después de mucho recorrer y con el agua bastante fresquita, la verdad, apenas podíamos distinguir algún pececito de color por aquí o por allí y bastante dispersos.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

En la orilla derecha según se va para el puente, y a una cierta profundidad, distinguí lo mejor del día: una raya posada en el fondo arenoso. Me dirigí a ella cámara en ristre desde la superficie y no sé si porque se dio cuenta, cambió su dirección y se dirigió hacia nosotros por el fondo, así que le pude tomar 2-3 buenas fotos. ¡Estupendo!

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Desde allí seguimos hasta tropezar con el puente flotante. Subimos por el lado derecho de la orilla a investigar un poco aquella zona, pero había 2 problemas, el primero, que de nuevo te salían los mosquitos, el segundo, que no había posibilidad de beber nada en las inmediaciones. Así que después de sentarnos un rato en las tumbonas de allí, decidimos cruzar el puente andando.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Ya he dicho anteriormente, que me da bastante vértigo el tema de las alturas, las pasarelas, etc., pero bueno, me lancé a andar por el puente. La verdad es que me costó algo de trabajo y a veces de lo que me bamboleaba para los lados, creí que iba a terminar en el agua, pero no. Lo pasé.
Para esa hora ya había muchísima gente por el parque (y eso que se supone que la cosa estaba floja) así que todo estaba a mogollón.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Decidimos volver andando a los vestuarios, soltar las cosas, coger la otra cámara de fotos y darnos un paseito general.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Así, vimos la mayoría de las tiendas, nos compramos un repelente ecológico y terminamos comiéndonos un paquete de pipas sentados viendo el show de la gente con los delfines. Debo decir que me pareció muy bonito y tal vez en un futuro me anime a hacerlo, porque los grupos eran pequeños y tenías 2-3 delfines para cada uno de ellos, en piscinas separadas. Así se podía disfrutar de los saltos, etc.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Poco a poco fue llegando la hora de comer, y como no, el cielo comenzó a nublarse y se oyeron varios truenos en la lejanía. Nos fuimos a uno de los buffets y para mí lo mejor fueron las ensaladas y los camarones a la plancha (aparte de los helados). De lo demás no me gustaba nada, así que me puse a tope de camarones!!
Pero definitivamente, después de almorzar, con la lluvia amenazando y con el parque a reventar, sentimos que ya era hora de irnos. Nos duchamos y cambiamos, me tomé otro helado "para el camino" y salimos andando de Xel há.
Hay un caminito interior que te lleva justo al lado de la carretera, son unos 5-10 minutos andando. Después cruzas y ya estás en la general, adonde coges la primera van que pase.
Llegamos al hotel, ducha, daiquiris, y revisión de picaduras. A mi hermano sobre todo, lo habían "frito" y pese a echarse todas las pomadas del mundo, tenía los brazos, hombros y hasta la cara bastante hinchada por culpa de los mosquitos...
Esa noche le di una pastillita "antialérgica" a ver si le ayudaba algo, pero lo cierto es que estuvo los siguientes 3 días bastante fastidiado.
La cena fue en el restaurante brasileño "Rodizio": regular. Sartas o espadas con chorizo, salchichas, pollo, ternera, cerdo..., pero pasa una cosa: lo más rico llega al final y además, en muy poquita cantidad... No mereció mucho la pena.
Esto del Rodizio nos hizo pensar si no sería mejor cambiar nuestra restante reserva para el Steak House por otro, tal vez el Italiano... y al final así lo hicimos. Pero eso lo contaré otro día.

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