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16 días en las AntípodasAutor: Govynd Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (12 Votos) Índice del Diario: Maravillosa Nueva Zelanda
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Etapas 10 a 12, total 17
Bastante temprano nos presentamos en la playa de Kaiteriteri, donde empezaríamos nuestra excursión semiorganizada con Wilsons. El plan era:
- Kayak marino a la entrada del parque. - Acuataxi hasta la zona de la isla de Tonga. - Una pequeña caminata por nuestra cuenta, y vuelta en acuataxi a Kaiteriteri Pero necesitamos unas pequeñas compras previas: una gorra, antimosquitos y crema para después de las picaduras y las quemaduras solares. Nuestro aspecto era un poco lamentable rojos como salmonetes por el sol y llenos de picaduras de mosquitos. Formamos parte de un grupo con otras siete personas y una monitora muy símpatica cuyo inglés nos resultaba desconcertante. Tras algunas sencillas instrucciones nos pusimos a paladear (¿se dirá así?). Yo estaba un poco preocupada por si volcaba el kayak, ya que temía que me fuera imposible desprenderme del cubre y quedarme atrapada bajo el mismo. Pero el mar estaba muy tranquilo y no hubo ningún peligro, a pesar de los esfuerzos de Jorge por menear la piragua. ![]() Fueron unas dos horas por el mar, en las que llegamos hasta Split Apple Rock, una enorme piedra redonda de granito partida por la mitad. Allí nos bajamos en la playa y dimos una pequeña vuelta por unas cuevas. ![]() ![]() Una vez en la playa de Onetahuti teníamos por delante 7 kilómtros de ruta hasta la playa de Bark Bay donde cogeríamos de nuevo el aquataxi de regreso a Kaiteriteri, con tres horas de margen. La ruta discurre por un bosque mucho más seco que el resto de los que habíamos visitado, más parecido a los pinares mediterráneos. Pero las vistas son impresionantes, playas de arena dorada entre monañitas onduladas cubiertas de árboles ,y aguas cristalinas verde y turquesa. Y lo que es sorprendente, playas maravillosas que en pleno verano no estaban repletas de toallas. ![]() ![]() ![]() ![]() En cada bahía, protegidos del viento, había veleros y varios kayaks recorrían la costa aquí y allá. ![]() Es curioso que varios tramos de rutas discurren por las playas, y sólo pueden recorrerse en bajamar. En pleamar hay alternativas más largas a través del monte. Nosotros llegamos al desvío: a la izquierda bajamar, a la derecha pleamar. Yo creía haber leído que la bajamar había sido de madrugada, por lo que pensaba que era más recomendable ir por la montaña. Pero como teníamos dudas razonables, preguntamos a una pareja de mochileros. Ellos pensaban que la mejor ruta era por la playa. Finalmente nos juntamos un pequeño grupo con la playa como mejor opción: una ruta más corta y cuesta abajo.Allí nos dirijimos..¡Y sorpresa!... no había camino, una lengua de unos 30 metros de agua nos separaba de la arena de la playa. Ya nos volvíamos, cuando un americano intrépido decidió cruzar andando y como el agua no le llegaba más allá del culo, cruzamos todos en fila india. Pero pasé un rato de lo más desagradable, como llevaba botas de montaña me tuve que descalzar. ¿Conoceis esa sensación de pisar lodo?...añadirle el crujido de las conchas bajo los pies.. Parece poco ¿Verdad? pues sumarle el asco que produce cuando llegas a la arena y descubres que el suelo está lleno no sólo de almejitas sino también de unos gusanos blancos gordos como mis dedos de la mano. ![]() Atravesamos la arena y llegamos a un pequeño refugio donde nos despedimos de los mochileros. Junto al albergue mucha gente acampaba, no obstante dormir en el Parque está limitado por lo que hay que reservarlo con antelación. Nosotros no nos quedamos exactamente en la playa más grande, sino que el acuataxi nos recogía en otra mucho más pequeña en la misma bahía. Creo que esta playa es mucho más agradable para acampar ya que sólo permiten unas pocas tiendas de campaña. Nos dimos un bañito, aunque el agua estaba fría para mi gusto, y tomamos el sol esperando nuestro barco. Regresamos de nuevo a Kaiteriteri, más rojos de lo que nos fuimos por la mañana. Tras una más que merecida ducha cenamos en el mismo Kaiteriteri, en The Beached Whale, pizza y confit de pato. Etapas 10 a 12, total 17
Esta etapa, en la que abandonamos la Isla Sur, fue quizá una de las de menor contenido de nuestro viaje en Nueva Zelanda.
Nada más desayunar partimos de Kaiteriteri rumbo Picton, donde teníamos previsto coger un ferry a las sobre la 1. No hay mucha distancia entre estos dos puntos, pero la carretera tiene tramos difíciles y queríamos estar pronto ya que debíamos devolver nuestro cochecito antes de subir al ferry. El primer tramo de carretera trascurrió por la zona de Nelson donde nos sorprendió mucho más tráfico y más actividad industrial que en el resto de la isla sur. Paramos en Havelock centro neurálgico de los Green Mussels, pero como no era hora de tomar mejillones nos decidimos por un pequeño café. Éste estaba regentado por dos abuelillos que debieron verse superados por los turistas que se dirigían al ferry, porque tardaron una media hora en servirnos un capuchino, lo que redujo considerablemente nuestro margen de tiempo para llegar al ferry. Pero lo más complicado y bonito estaba por llegar, ya que los últimos kilómetros nos llevaban a Picton por la Queen Charlotte Drive. Esta carretera toma el nombre del fiordo que bordea, y es una sucesión interminable de curvas a derecha e izquierda. Es una zona bastante bonita que creo que merece algo de tiempo para recorrerla e incluso realizar algunas rutas o deportes marítimos. Por fin llegamos a Picton, y nos dirigimos a la terminal de Interislander para facturar nuestras maletas. Posteriormente, tras llenar el depósito del coche tuvimos que devolverlo. ADIOS NISSAN PULSAR ..ADIOS. Nos esperaba un largo viaje en ferry, hasta Wellington, abandonando la Isla Sur através de los Marlborough Sounds y cruzando el estrecho de Cook. ![]() El ferry se nos hizo un poco pesado, comimos, obserbamos el precioso fiordo, vimos la tele, paseamos, escuchamos a un músico en directo, y finalmente decidí que lo mejor era pasar el mal trago con cerveza. Son más de tres horas de viaje, y me mareo bastante en los barcos. En este caso el mar no estaba muy picado, por lo que no llegué a marearme pero me sentía como en el interior de un globo. Por fin llegamos a Wellington donde nos esperaba un señor de la compañía de alquiler de coches, que en apenas 30 segundos nos despachó, y nos dejó a los mandos de un Toyota Corolla, más pequeño pero mucho más cómodo que el Nissan Pulsar. Nos perdimos un poco hasta llegar a nuestro hotel, Wellesley Boutique Hotel, en el Centro de Wellington. Este hotel era un antiguo club de caballeros, con una fantastica escalera de madera y un comedor con cortinas de leones (al más puro estilo Gryffindor). El ascensor era también de madera lo que resultaba un poco espeluznante, y las habitaciones y los pasillos estaban decorados con el mejor gusto inglés, papel pintado, alicatados en forma de ajedrez, enormes bañeras esmaltadas. En resumen un sitio con mucha solera. ![]() Tras una ducha nos fuimos a dar una vuelta por Wellington, nuestro hotel estaba situado en la zona financiera con altos edificios de espejo y parques de hormigón. Pero pronto desembocamos en la Civic Square, allí junto al mar un montón de chavales entrenaban remando con Wakas (canoas maorí). Estas barcas llevan muchísimos remeros, las más largas pueden llegar a 80. ![]() ![]() Desde allí llegamos al museo Te Papa justo a la hora del cierre, por lo que no tuvimos oportunidad de verlo (Una de tantas cosas a las que tuvimos que renunciar en nuestro viaje). Continuamos por Cable Street hasta el Waitangi Park, toda esta zona tenía mucho ambiente juvenil, y muchos de ellos nativos maories, más de los que habíamos visto juntos en toda la Isla Sur. Atraves de la calle Wakefield llegamos hasta Cuba Street. Era aproximadamente la hora en que los kiwis salen del trabajo, y todos los bares estaban a tope de gente tomando algo...muchísimo ambiente. Por cambiar nos decidimos por un restaurante indio, Tulsi en Cuba Street. Comimos muchísimo y bastante barato y el mejor plato fue sin duda el famoso Butter Chicken. Con el estómago lleno y la habitual acidez que acompaña a los indios, nos fuimos a la cama tras ésta brevísima visita a Wellington. Ruta Kaiteriteri-Picton. 172 km. ![]() Etapas 10 a 12, total 17
Necesitabamos cambiar dinero, entre otras cosas porque mi nueva tarjeta me estaba dando algunos problemas. Y aprovechamos la horita de margen, hasta la apertura de los bancos, para hacer unas compras en Wellington, más concretamente para ir a una tienda de Adidas dedicada a los All-blacks. Compramos varias camisetas, pero creo recordar que las mismas se pueden comprar en el Aeropuerto un poco más baratas.
Una vez hechas las gestiones monetarias salimos destino el Parque Regional de Kaitoke. No hablan muy bien de él en la Lonely Planet, pero al fin y al cabo allí montaron Rivendel los chicos del Señor de los Anillos, por lo que decidimos acercanos, ya que faltaba alguna visita totalmente friki en nuestro viaje. Y pese a mis dudas iniciales Kaitoke me pareció un lugar precioso, menos salvaje que los bosques de la isla sur pero muy bonito. ![]() ![]() En el parque es posible nadar y hacer algunos deportes acuáticos, por lo que si se va con tiempo merece la pena llevar bañador y toalla. En el bosque abundan los helechos, de varias variedades, siendo la más carismática el Silver Fern, emblema del país, y que por primera vez vimos en este parque. ![]() ![]() También en Kaitoke vimos numerosas trampas para Possums, y carteles que advertían de la distribución de veneno 1080 en la zona, para acabar con este depredador foráneo. Pero esto será objeto de otra entrada completa en mi diario. Salimos de Kaitoke direccion Whakapapa con más de 300 kilómetros de camino. Lo que vimos de la Isla Norte nos pareció muy distinto a la isla Sur. Era muy verde, pero sin embargo la naturaleza estaba totalmente domesticada y europeizada, con mucha más población y más zonas cultivables. ![]() Paramos a comer en Te Horo, en The Red House Cafe, un agradable cafe con una carta interesante, buen precio y buen servicio. Y seguimos camino del tirón hasta Whakapapa Village, una estación de ski dentro de Parque Nacional Tongariro. Se trata de una zona volcánica donde destacan tres conos: Ngauruhoe, Tongariro y Ruapehu. Donde se supone aún habitan Kiwis en libertad. ![]() ![]() ![]() Nuestro alojamiento era el carismático Bayview Chateau Tongariro, un maravilloso edificio histórico, donde un gran salón con piano de cola recibe a los visitantes, numerosas cristaleras permiten una preciosa vista sobre el parque natural y gruesos corinajes rojos crean un ambiente delicioso. Suelo fiarme mucho de las críticas de Tripadvisor, y sobre este hotel decían verdaderas barbaridades por lo que estaba un poco preoupada con la calidad del alojamiento. Pero sucedió todo lo contrario, no sé si se debió a que teníamos una situación privilegiada en el ala nuevo del hotel, pero nuestra habitación era cómoda y moderna, y con unas vistas espectaculares sobre el volcán Ruapehu. ![]() La siguiente foto no es mía pero me parecía que la localización de este hotel no puede valorarse sin la misma: ![]() Foto de Tim Whittaker Whakapapa Village es un pequeño resort de ski, pero es tan abrumadora la naturaleza circundante, que hace que la estancia allí merezca la pena. Nosotros tan sólo pasamos dos noches en el lugar, lo suficiente para afrontar al día siguiente la Tongariro Alpine Crossing...pero eso es otra historia. Cenamos en Tussock, unas fantásticas hamburguesas, ya que era importante coger fuerzas para nuestra siguiente aventura. Wellington - Whakapapa Village (pasando por Kaitoke R.P.) 354 km. ![]() Etapas 10 a 12, total 17
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