![]() ![]() Un recorrido por Oregon y Washington: El norte por el noroeste ✏️ Blogs de USA
Diez dias de excursion por los montes, las islas, las ciudades y las costas salvajes de Washington y OregonAutor: Jp177 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (49 Votos) Índice del Diario: Un recorrido por Oregon y Washington: El norte por el noroeste
01: Introduccion--de Portland, Oregon a Mt. Rainier National Park
02: DE MAT RAINIER NATIONAL PARK A GRANITE FALLS, WASHINGTON
03: En al sierra de las Cascadas, paseos y cocina de primera
04: Las islas San Juan y llegada a la peninsula olimpica
05: El norte de la peninsula olimpica y Forks, la zona de Crepusculo
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Etapas 7 a 9, total 10
Otra noche que no dormía gracias al dichoso dolor en el hombro. Estaba manteniéndome a base de cantidades industriales de Ibuprofen y, así y todo, el dolor, me tenía harto. Decidimos que “algo había que hacer” y, después de desayunar, recoger las maletas y llevarlas al coche, hablamos con el encargado de recepción del hotel para que nos sugiriera algún medico que pudiera recibirme rápidamente. Nos indico que la mejor opción seria ir directamente al salón de urgencias del hospital local que, nos asevero, era magnifico. Nos explico en detalle como llegar a al lugar aunque, realmente, no era necesario porque Forks es tan pequeño que no es muy difícil encontrar lo que uno busca. De hecho, el hospital estaba tan cerca de nuestro hotel que casi se podía ir andando.
El hospital resulto estar localizado en un edificio blanco, nuevo y bonito. Para mi sorpresa, es el mismo que utilizaron en el film “Crepúsculo” para mostrar el centro de trabajo del Dr. Cullen, el medico “jefe” de la familia de vampiros. (Aclaro, por cierto, que aunque no soy súper fan de la saga, vi las películas, que me parecieron entretenidas, para ver si “reconocía algo”). Y el hospital de Forks es el que aparece en el film. O, si no lo es, se parece mucho. El high school del film es también, para nuestra sorpresa, realmente el high school de Forks. Tengo entendido que en el hospital tienen un aparcamiento señalizado para el supuesto “Dr. Cullen”, pero nosotros no lo vimos. Estábamos más interesados en resolver el problema del hombro que en ninguna película. La verdad que fueron muy rápidos y eficientes. El medico me aseguro que no tenia ningún músculo ni ligamento rasgado y me receto un analgésico y relajante muscular bien fuerte que me dijo no debía tomar a no ser que ya estuviera preparado para dormir. Fue tan agradable que me cohibí de preguntarle, en plan de chiste, si no me iba a sacar sangre para un “análisis” porque el pobre señor debe de estar ya aburridísimo de que todos los que pasen por allí le salgan con la misma gracia. La farmacia local también fue súper eficiente y nos lleno la receta en seguida. Veis… Por eso uno nunca debe criticar ni burlarse de nadie… Después de pintar a Forks como un pueblo indecente, la realidad es que nos trataron casi mejor que en nuestro hospital mas cercano que, a pesar de sus lagos rodeados de palmeras y sus enormes aparcamientos subterráneos, sus tres manzanas de terreno con exóticos jardines interiores, su centro de urgencias con 60 habitaciones para tratar emergencias, sus equipos fabulosos y sus robots que se deslizan por los pasillos, yendo de una habitación a otra con las bandejas de medicinas (en serio, la primera vez que vi a uno de ellos entrar a la habitación de un amigo a quien visitaba me quede de piedra), nunca ha funcionado tan rápidamente ni han sido tan simpáticos. Con la medicina en mano, seguimos camino hacia el sur por la 101. Adiós Forks y adiós a los vampiros del cuento y hasta más ver… La carretera continuaba entre enormes bosques y, unos Kms mas adelante, comenzó a acercase a la costa que, en esta zona, es parte del parque nacional. Hay muchos puntos donde las playas son accesibles directamente de la carretera y, finalmente, nos detuvimos en el aparcamiento de una de las mas conocidas, Ruby Beach. Esta es un área muy bonita donde se puede caminar por la arena, después de cruzar un arroyo, para ver de cerca los enormes “stacks” y los maderos que, a lo largo de los años, las tormentas han ido acumulando a lo largo de la costa. También se suelen encontrar, a veces, unas bolas de cristal de diferentes colores que utilizan para los pescadores japoneses y que la corriente del Japón trae, vía el polo norte, y deposita sobre la arena. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** La vista de Ruby Beach siempre es bonita pero ese día había un poco de niebla y frío, así que seguimos camino hasta llegar al Kalaloch Lodge, otro de los hoteles del parque, que consiste en una serie de cabañas de madera a lo largo de una las playas salvajes del Pacifico. Es bastante moderno y es, tal vez, el que menos me gusta de los hoteles oficiales del parque. Ahora, tiene hermosas vistas al mar y, según tengo entendido, en el restaurante se come muy bien. El precio de las cabañas oscila entre los $125 y los $170 en verano y son más económicas en invierno. Un poco más adelante nos desviamos para visitar el lago Quinault, que esta rodeado del último trozo de bosques de lluvia incluido dentro de los límites del Olympic National Park. Este lago recuerda un poco al Crescent Lake, pero parece estar más separado del mundo a pesar de que, a lo largo de la ribera, hay varios hoteles y cabañas. Nos detuvimos en el Lake Quinault Lodge, otro de los hoteles del parque, que fue construido en la década de los 20 en un estilo rustico pero elegante. La edificación consiste en el “lodge” original, donde están las habitaciones mas antiguas, el restaurante, el lobby con sus enormes chimeneas y el área de recepción, y una serie de cabañas de diferentes tipos esparcidas entre el bosque por la orilla del lago. Las habitaciones oscilan entre los $110 y los $225 la noche y varían de precio con la época del año y dependiendo de si tienen, o no, terraza, chimenea y/o vista al lago. Ahora, sea cual sea el alojamiento, el lodge es un lugar encantador que combina un ambiente sencillo y relajado con todo tipo de comodidades y la sensación de estar rodeado del intenso “silencio del norte”. Mi señora se quedo fascinada con el lugar, insistió en quedarse a comer y, por primera vez desde que salimos de Lake Crescent, sugirió regresar “para pasarnos unos días”. Me encanta la idea. Ya la sacare a relucir en algún momento. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Una de los aspectos más agradables del hotel es el enorme prado que se extiende hasta el borde del lago con muchas sillas “Adirondack” para sentarse a leer un libro o disfrutar del paisaje. Hay canoas y barcos de remos para montar, el lobby con sus chimeneas para entretenerse con juegos de salón o calentarse junto al fuego y, afuera, el espectáculo del bosque de lluvias junto a las aguas súper claras del lago. Realmente, es un lugar muy especial a donde nos gustaría volver. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** El restaurante resulto un éxito y la comida riquísima. Mi señora se tomo unos crostinis de salmón, yo un sándwich Montecristo (que consiste en jamón, queso gruyere y pavo, envuelto en huevo y ligeramente frito). Hacia años que no lo veía en ningún menú y estaba buenísimo. De postre, un “cobbler” (tarta caliente) de moras de la zona con un helado de vainilla que compartimos y que estaba francamente pecaminosa (y eso que yo no soy de postres). *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Ninguno de los dos nos queríamos ir, pero no quedaba otro remedio… De nuevo a la 101… Pasamos por el feo pueblo de Aberdeen, que antes vivía de la industria maderera y ahora, después que cerraron los aserraderos de la zona por salvaguardar la ecología, parece un pueblo fantasma. Y finalmente entramos en los estuarios que anuncian la cercanía del río Columbia y la frontera de Oregon que, bueno, para mí, es algo así como llegar a casa… Al fin llegamos al Columbia, que cruzamos para llegar a Astoria, la primera ciudad de Oregon y el centro urbano más antiguo de EEUU al oeste de las Rocosas. Astoria fue, inicialmente, un centro de distribución y un punto de embarque de pieles finas. Esta localizado cerca de la desembocadura del Columbia y no muy lejos de donde los exploradores Lewis and Clark acamparon durante su primer invierno después de terminar la primera parte de su famoso viaje de investigación del territorio de Luisiana, que el gobierno de EEUU acababa de comprar a Francia. Con el tiempo, Astoria se convirtió en un puerto importante y, aunque continua siendo una ciudad pequeña, recuerda a San Francisco por sus calles súper empinadas y por la enorme variedad y belleza de las casas victorianas que trepan por las colinas. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Esta comunicada con el estado de Washington por un enorme puente de varios Kms de largo. El paisaje, al cruzar el río, es francamente espectacular. Pero es aun mas bonita la vista que se ve desde la famosa “columna de Astoria”, una especie de torre en la punta de una loma que cuenta, por medio de mosaicos, la historia del estado y honra, al mismo tiempo, a los pioneros que llegaban a Oregon a través del famoso “Oregon Trail”. Desde allí, viendo los verdes valles de la zona, los estuarios y las lejanas montanas que rodean a la ciudad, no es difícil imaginarse los trenes de carretas ni tampoco las caras que pondrían aquellas pobres gentes al encontrarse al final del viaje en un sitio que debe de haberles parecido paradisíaco. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** El Oregon trail tenia mas de 3000 Kms. de largo desde su comienzo, en Kansas, y era extremadamente difícil. Aunque en las películas se ve a la gente montada en las carretas, la realidad es que las carretas solo llevaban los enseres que traían. Los colonos tenían que traer sus aperos de labranza, las semillas, las estufas y todo tipo de artículos de primera necesidad con ellos porque, una vez llegados a su destino, no había forma de conseguirlos. Las familias iban caminando detrás de los carros y no sentadas en ellos. No me puedo imaginar que tipo de desesperación por tener un pedazo de tierra que fuese suyo, y que necesidad de libertad, podía tener aquella gente para cruzar, primero, hacinados en barcos, un océano y, luego, andando, un continente, dejando atrás a más de la mitad de los que emprendían el viaje en cementerios improvisados a lo largo del camino. Pero bueno, los que llegaban aterrizaban en una tierra fértil que, por lo menos, era suya. Y los que sobrevivían el viaje podían estar seguros que, con ese preámbulo, iban a también a sobrevivir todo lo que se les pusiera por delante, ya fueran bosques, osos, bandidos, inundaciones o inviernos crudos... Hay varias partes de Oregon (y de otros estados) donde aun quedan restos del Oregon trail y en Baker City, en el este de Oregon, hay un magnifico museo sobre el tema que realmente recrea el ambiente de la época y acerca al visitante, por medio de presentaciones audiovisuales y actuaciones teatrales, a los peligros, y las experiencias positivas, del camino. Astoria es una ciudad pequeña pero muy agradable. Recientemente se ha abierto, en el área de los antiguos muelles y almacenes, un museo que, tengo entendido, esta muy bien sobre el tema de la navegación en el siglo XIX. Hay también un magnifico hotel en la misma zona, montado en un antiguo edificio restaurado al pie del puente. Su restaurante tiene fama por sus excelentes pescados y mariscos pero, aunque he leído criticas en revistas, no lo conozco. Añado también que en Astoria se han filmado varias películas. Aunque ya antigua, una de las mas conocidas es la de los “Goonies”. La casa de los niños en la película de Spilberg todavía esta en la ciudad pero es, hoy en día, una residencia privada y no se visita. Por cierto, la mina “de los malos” esta un poco más adelante, en el Ecola State Park, un parque estatal que visitaremos próximamente en las afueras de Cannon Beach. Después de la corta visita a Astoria, continuamos hasta Seaside, que esta a unos 25 Kms. Seaside es la mas antigua estacion veraniega de Oregon--comenzo a utilizarse como “lugar de vacaciones” a finales del siglo XIX. Me sorprendio lo mucho que ha crecido la zona y la cantidad de construccion nueva que ha surgido a lo largo de la 101. Seaside tiene un bonito paseo al borde de la playa y sus concursos de fantasticos y super elaborados castillos de arena son bien conocidos. Paramos un momento en nuestro hotel, un Minotel al borde la carretera, para dejar las maletas y continuamos nuestro paseo. En esta zona los hoteles son bastante caros y nosotros lo único que queríamos era un lugar donde dormir que estuviese “bien” pues playas buenas ya tenemos en la Florida. Este motel cumplió perfectamente con el cometido. Teníamos una habitación amplia, con una cama king, un baño amplísimo y, a la mañana siguiente, un desayuno bastante completo que incluía huevos, bagels, queso, cereales y frutas por $95 la noche. Nos pareció muy bien. Mi idea original había sido quedarnos en Cannon Beach, que recordaba de mis días de estudiante en Pórtland como un lugar muy especial. Cannon Beach sigue siendo preciosa, pero a los hoteleros se les ha ido la preciosidad a la cabeza porque las habitaciones mas económicas no bajaban de $250 la noche y, exigían, además, 2 noches (o mas) de estancia durante el verano. En invierno (después de Octubre) los precios son muchísimo mas económicos. Seaside no es tan bonito ni elegante (ni tan pijo) como Cannon Beach, pero tiene buenas tiendas y restaurantes (incluyendo un outlet mall), esta solo a 9 Kms de Cannon Beach y es bastante más económico. Dejamos nuestro equipaje (y mi hombro en estado candente) y nos fuimos a ver la puesta del sol a Cannon Beach. La verdad es que disfrutamos de un atardecer realmente espectacular, igual que los que yo recordaba, frente al enorme monolito de Haystack rock. Este monolito es uno de los mas grandes de la costa del Pacifico y se puede acceder al el perfectamente por la arena cuando la marea esta baja. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Nos encontramos con montones de gente en la playa, haciendo fogatas, tomando algo, viendo a los niños jugar al borde del mar y esperando a ver como el sol entraba al Pacifico; con bancos de niebla colgados de los acantilados de Tillamook Head y con las mismas olas, que iban del naranja al rojo intenso, rompiendo sobre la playa. La verdad es que Cannon Beach no había cambiando casi nada (aparte de los precios de los hoteles)… Y menos mal… Hay lugares que deben seguir siempre iguales. Y este es uno de ellos… *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Aprovechamos para cenar allí mismo en el Wayfarer Inn. Cannon Beach siempre a tenido fama de buenos restaurantes y en esta ocasión se lucio. Conseguimos una mesa con vista a la playa y nos dimos un festín de cangrejo de Dungeness—primero en “crab cakes”, unas tartas de cangrejo en plan aperitivo que pensamos son las mejores que hemos comido nunca y, después, compartiendo un cangrejo entero acompañado por puré de patatas al ajo y mantequilla derretida. El cangrejo estaba de muerte. En serio. Y con uno, y un crab cake por cabeza, nos basto y sobro para los dos. De postre, soufflé de chocolate. La cuenta: $60 con propina. Regresaremos. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Y, bueno, de ahí nos fuimos al hotel y yo me tome la pastilla que me había recetado en Forks y, la verdad, ahí termina el cuento por hoy porque no recuerdo nada mas… Etapas 7 a 9, total 10
Al fin pude dormir toda la noche! Aunque no se si dormí bien porque me dolió menos el hombro o porque la pastilla me mando al otro lado. La cuestión es que, cuando me desperté, no tenía tanto dolor y me sentía mas descansado. Desayunamos bien en el hotel y salimos inmediatamente a explorar.
No teníamos mucho tiempo para que mi señora conociera algo de la famosa costa de Oregon y yo estaba empeñado en que tuviera, al menos, una idea de la zona. La verdad es que es un área muy especial. Desde Astoria, en la frontera con Washington, hasta Crescent City, en la frontera de California, el litoral de Oregon es un verdadero calidoscopio de cambiantes paisajes que ha hecho que esta zona se considere como una de las costas más bonitas del mundo. La carretera 101, que va bordeando el mar, da acceso a acantilados, ríos salvajes, pintorescos pueblos de pesca o veraneo, grandes playas donde se acumulan los troncos que traen las olas, enormes dunas de arena y espectaculares formaciones rocosas batidas por las olas y coronadas por faros o pinos milenarios. Aqui va, como ejemplo, una foto de Tillamook Head, el cabo que divide la playa de Seaside de la de Cannon Beach. *** Imagen borrada *** Oregon tiene, además, una particularidad. Sus ciudadanos han sido líderes en la conservación de los recursos y han estado a la vanguardia del cuidado de los espacios naturales mucho antes de que se pusiera de moda el tema de la ecología y la preocupación por el futuro del planeta. En el año 1964 los oregonianos pasaron una ley que definió todos litorales del estado como propiedad pública (algo que actualmente es también ley en todo el país). En el caso de Oregon, la ley exige que los dueños de propiedades colindantes con el litoral no construyan ninguna tipo de edificación que desvirtúe el ambiente natural y que, aquellos que dispongan de grandes zonas de terreno, abran algún camino a través de su propiedad para permitir el acceso público a la costa. A cambio, el estado limita los impuestos aplicables a estas zonas, se compromete a mantener los accesos públicos arreglados y multa a todo el que tire basura o perjudique de alguna forma la propiedad por donde cruza. Esta campaña para salvaguardar la integridad de la zona costera fue un gran éxito y, hoy en día, Oregon puede vanagloriarse de que la mayor parte de su espectacular litoral ha pasado a formar parte del sistema de parques estatales. Algunos de estos parques fueron constituidos sobre terrenos comprados por el estado a sus propietarios originales y, otros, sobre áreas que sus dueños donaron para uso público. Esto último parece raro. Por lo tanto, aclaro que, en EEUU, hay una vieja y muy arraigada tradición de servicio social que implica, con frecuencia, la donación al estado de bienes privados para el disfrute del público en general. Con esas dadivas (muchas veces anónimas) se han llenado los grandes museos de arte y se han establecido algunos de los parques nacionales mas conocidos. Sin ir mas lejos, gran parte del espectacular parque nacional del Grand Teton, en las cercanías de Yellowstone, y del también espectacular parque nacional de las Islas Vírgenes, en St. John, Islas Vírgenes Americanas, (una zona de bahías selváticas, con un precioso fondo marino, donde se encuentran algunas de las playas mas bonitas del mundo) fueron regalos a la nación de la familia Rockefeller (si, los del Rockefeller Center en Manhattan), cuyos miembros fueron los dueños originales de esas fincas. Bueno… Basta de divagar sobre el tema de los parques nacionales y estatales y la conservación de los recursos naturales (que es uno de mis temas favoritos) y continuemos el recorrido: Volvimos a Cannon Beach pero, esta vez, en vez de entrar al pueblo, nos desviamos hacia el norte por la pequeña carretera que sube al Ecola State Park. Este parque estatal cubre al cabo Tillamook y ofrece vistas espectaculares de esa zona de la costa. Aquí van unas vistas de Cannon Beach desde los acantilados donde están algunos de los miradores y las zonas de picnic con sus barbacoas. Bonito, no? *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Después de caminar hasta la punta del promontorio aledaño a la zona de aparcamiento (y comprobar que parte se había caído al mar desde mi ultima visita) nos montamos de nuevo en el coche y nos fuimos a un segundo aparcamiento, junto al Indian Cove, o la “caleta de los indios”, donde es mas fácil bajar a la arena y donde nos encontramos con muchas familias merendando y con un montón de surfistas aprovechando el día de sol y las grandes olas del Pacifico. Demás esta decir que, viniendo de la Florida, ni se nos ocurrió meter ninguna parte del cuerpo en el agua. Aquí os incluyo algunas fotos de la zona. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Dejamos atrás Ecola y tomamos la 101 en dirección sur. No teníamos mucho tiempo, pues queríamos llegar a Pórtland esa tarde pero podíamos, por lo menos, dar una vuelta y dar a mi señora “una idea” del área. Unos Kms. al sur de Cannon Beach paramos en otro parque estatal, Oswald West. En este no hay carretera hasta la playa. De hecho, solo se puede acceder a la arena, y a la zona de camping, por senderos que bajan entre el tupido bosque de lluvias para evitar que el ruido y el jaleo que plantean los coches entrando y saliendo altere la tranquilidad de las zona donde la gente esta de acampada. Para facilitar el proceso, el parque presta a los campistas unas carretillas con las que pueden bajar el equipo de camping y la comida que traigan hasta la zona que les ha sido asignada. Es divertido y la verdad que, según recuerdo, el aislamiento de los coches crea la sensación de estar haciendo montanismo muy lejos de cualquier zona urbana cuando, realmente, se esta a solo unos 100 metros de una carretera importante. Oswald West es, además, un lugar muy bonito. Desde los senderos que suben a los promontorios que cierran la caleta se ven preciosas vistas del área. Tengo unas buenas fotos de Cape Falcon, el acantilado del lado norte, tomadas hace ya unos años pero, como no están digitalizadas, no se como pasarlas a un diario de este tipo. Por cierto, para las personas a quienes gusta acampar o estar en medio de la naturaleza: Oregon tiene 230 parques estatales y, en muchos de ellos, se puede acampar con tiendas o vehículos de recreo y/o alquilar cabañas. Para más información sobre el tema, o reservar espacios de acampada, el enlace de los parques estatales es: www.oregon.gov/ ...t_us.shtml El website tiene una traducción a otros idiomas, entre los cuales esta el español, pero sospecho que la traducción es “mecánica” y, por lo tanto, no muy correcta. De todas formas, supongo que para las personas que no son anglo parlantes, mas vale un castellano “extraño” y mal escrito que un ingles que no se entiende en absoluto. Bueno, al salir de Oswald nos encontramos con una bonita vista de la costa desde la altura de Nekahanie Mountain, un promontorio a donde sube la carretera antes de bajar a la playa de Manzanita y a los estuarios que rodean a Tillamook, una pequeña ciudad famosa por su fabrica de queso. Aqui van unas fotos de la zona. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Esta fabrica, que es toda una institución, aprovecha los productos de las fincas de la zona para hacer quesos de estilo ingles, como el cheddar, el jack o el colby. Los quesos de Tillamook tienen fama y la fábrica se ha convertido en la mayor del mundo. No es un queso de artesanía, claro, pero resulta interesante y divertido hacer la visita gratis y ver, desde un área con paredes de cristal colocada sobre la zona de trabajo, como los trabajadores cortan, preparan y empaquetan el queso utilizando sistemas automáticos. La fábrica ha añadido en los últimos años una tienda donde se pueden comprar todas las variedades de queso que hacen además de jaleas, mermeladas, miel y algunos quesos de artesanía hechos por la gente local. Aquí fue donde encontramos el regalo ideal para los familiares y las amistades porque los productos están muy bien, son suficientemente “folklóricos” y no resultan caros. Nos encontramos, además, una especie de “food court” que sirve comidas hechas con los productos lácteos de la zona donde paramos a tomar algo. Mi señora pidió una sopa tomate al queso que estaba realmente buenísima y, yo, un bocadillo de queso derretido, hecho con tres tipos diferentes de queso, que estaba afuera de serie. Acompañamos la cuestión con una ensalada cesar y vino blanco de la zona. Comida rápida, pero estupenda. *** Imagen borrada *** De Tillamook ya giramos hacia Pórtland. Cruzamos la cadena costanera pasando por hermosos bosques y ríos pero la verdad es ya no les hacíamos ni caso… Al llegar a este punto del viaje, habíamos visto tantos paisajes increíbles que solo algo completamente fuera de serie podría llamarnos la atención . Entramos a Pórtland sobre las 5 de la tarde y, antes de ir al hotel, quise llevar a la señora a conocer el “Portland Rose Garden”, el famoso jardín experimental de rosas que sospechaba (con razón) no tendríamos tiempo de visitar al día siguiente. Pensé que a ella le gustaría mucho conocerlo, pues es muy amante de las rosas y, efectivamente, el jardín fue un verdadero “hit”. Aclaro que Pórtland es conocida como “the rose city” (la ciudad de las rosas) porque su clima es particularmente favorable para el cultivo de estas flores. Y, de hecho, en las fiestas de la ciudad, en el mes de Junio, Portland festeja su flor favorita con un espectacular desfile donde las carrozas están hechas de rosas o de pétalos de rosa. Es realmente algo muy diferente y muy bonito de ver. Este jardín es la rosaleda mas conocida de la ciudad porque lleva ahi toda la vida, esta casi en el centro de Portland y es parte del popular y enorme parque de Washington, una zona boscosa que se extiende por todas las lomas que sirven de fondo al río Willamette y al “down town” y es el parque urbano mayor del país. Dentro del parque se encuentra también un magnifico zoo, el centro de información de la industria forestal, un precioso jardín japonés y muchas otras atracciones. Sin embargo, lo que todo el mundo conoce es la rosaleda que es, francamente, un espectáculo. Ahora, el problema era dar con ella porque yo ya no me acordaba de cómo andar por Pórtland ni de donde estaba ni la rosa, ni el clavel, ni nada. Después de dar muchas vueltas por calles y plazas que me parecían vagamente conocidas, dimos con una entrada al parque de una forma inesperada (al menos, para mi) y, eventualmente, con el jardín. Es realmente precioso. Contiene más de 750 variedades de rosas y más de 7000 arbustos (o, por lo menos, eso dice el letrero informativo a la entrada). La visita es completamente gratis. De hecho, la rosaleda es un lugar favorito para dar una vuelta, sentarse a estudiar o conversar con las amistades y, en verano, es el marco que se utiliza para presentar conciertos y obras de teatro (tambien gratis) en un anfiteatro aledaño. La rosaleda tiene, además, una vista muy bonita de los edificios del centro de la ciudad con el pico nevado de Mt. Hood como fondo (si no llueve ni hay niebla y si el aire esta despejado). *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** De ahí fuimos dar una vuelta rápida por mi antiguo vecindario. NW Pórtland era, entonces, una zona de grandes y bonitas casas victorianas que había “venido a menos”. Las mansiones se habían dividido en apartamentos y servían de albergue a estudiantes y a un personal un poco alternativo. Lo mejor que tenia la zona era sus delis y cafés, el fácil acceso a los bosques del parque de Washington y lo económicas que eran las rentas. Bueno, pues me lo encontré todo cambiado. Las casas han sido restauradas y están mucho más bonitas de lo que eran entonces, el barrio se ha vuelto nuevamente elegante y las calles principales se han llenado de restaurantes “étnicos”, cafés al aire libre, tiendas chic y gente de moda… Hay hasta una sucursal de Sonoma Williams, que es colmo del "yupismo", en la calle principal... Vaya por Dios… No hubo forma de que encontrara la casa donde vivía. Es verdad también que tampoco me acordaba muy bien del nombre de la calle donde estaba. Esta claro que no hay forma de regresar a casa con cierta naturalidad y un poco de estilo…. De esta extraña excursión a un pasado incierto, nos fuimos al Fairfield Inn, el hotel que ya conocíamos de antes. No teníamos mucha hambre, así que compramos cosas sencillas en un supermercado para picar algo pero nos encontramos que la habitación no tenía micro ondas. El personal del hotel, que resulto ser majísimo, nos dejo calentar lo que habíamos traído en los micro ondas del área del desayuno, indicándonos, además, que podíamos tomar refrescos, te, café, leche con chocolate o frutas del frigorífico. La verdad que fueron super amables. Y, bueno, de ahí a la tele y a dormir para poder aprovechar, al día siguiente, nuestro ultimo día en la zona. Etapas 7 a 9, total 10
Nuestro ultimo día de vacaciones en el North West. Había guardado para este día la visita a la garganta de río Columbia, una de las atracciones mas conocidas del norte de Oregon y la zona de Pórtland. La verdad es que me quedaba poco tiempo para impresionar a la señora y hacerle pensar que unas vacaciones en el North West, de vez en cuando, no eran mala idea, así que un plato fuerte no venía mal… Aunque también tenía en cuenta que le había dado una tunda de paisajes impresionantes que, a lo mejor, acababan por aburrirla y tener resultados negativos… Pero no, seguía con ganas de explorar y yo había dormido bien y me había despertado con menos molestia en el hombro, así que, desayunamos y a la calle…
A la zona de la garganta del Columbia (el “Columbia Gorge” en ingles) se accede vía al I-84, la autopista que continua hacia el este de Oregon y llega, eventualmente, a Idaho. Pero no hay que ir muy lejos. La salida de la carretera “escénica”, que es desde donde se ven la vistas mas bonitas de la zona, esta a nivel del pueblo de Troutdale, a solo unos Kms. al norte de Pórtland. Troutdale antes era un pueblito sin mucha importancia, así que cual no seria mi sorpresa al encontrarme el centro del pueblo restaurado, revitalizado y lleno de tiendas muy simpáticas y al tropezarme con un “outlet mall” (un centro comercial con ventas directas de fabrica) en la zona. Por lo tanto, el que este por allí y quiera hacer unas compritas a buenos precios, puedo combinar el paseo por la garganta del Columbia con una parada Troutdale para visitar las tiendas de marca con descuentos (y, siendo Oregon, también sin impuestos sobre la venta). Se puede “cruzar” la garganta vía la autopista. Ahora, realmente vale la pena utilizar la antigua carretera escénica que aparece marcada como la “carretera histórica”. Esta carretera, construida en 1916, fue una de las primeras rutas puramente turísticas en el país y, aun hoy en día, resulta una interesante obra de ingeniería, ya que atraviesa el paisaje con elegancia, llevando a los viajeros a los puntos principales de interés sin que casi se note su impacto sobre la zona. La primera parte de la carretera tiene unos 30 Kms, de largo y enlaza de nuevo con la I-84 después de cruzar áreas rurales típicas de la zona, con sus graneros rojos y sus cercas blancas, miradores sobre el río y multitud de cascadas. En la garganta hay más de 25 cascadas, la mayoría de las cuales exceden los 50 metros, pero no todas se ven desde la carretera. Muchas de ellas solo son accesibles por senderos que aparecen marcados junto a las diferentes áreas de estacionamiento. La primera vista de la garganta es de un pequeño mirador desde donde se aprecia el “Crown Point” un punto de mira con un antiguo centro de visitantes que acaba de ser restaurando en su estilo “art deco” de los años 20. La vista del Columbia de allí es preciosa y, probablemente, muy conocida para todo el mundo, porque aparece en cientos de calendarios (sin que se explique realmente donde esta). *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Después de pasar por el Crown Point la carretera empieza a cruzar algunas zonas de bosques de lluvia y a tropezar con cascadas. La primera a que se accede desde la carretera es Latourelle Falls, de unos 80 metros de altura. Mucho mas espectacular en primavera, cuando trae mas agua pero, como todas las cascadas de la zona, bonita todo el año. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** A Latourelle sigue Wahkeena, una triple caída de unos 73 metros de altura de gran belleza y delicadeza. Se ven algunos saltos desde la carretera pero, para poder verla bien, hay que subir un poco por el sendero que va loma arriba, bordea el río y sale de desde la zona de aparcamiento. *** Imagen borrada *** Después de estas cascadas viene el “plato fuerte” en caídas de agua: Multnomah Falls, de unos 170 metros de alto, la más alta de Oregon y una de las más altas de Norteamérica. Junto a la caída de agua hay una tienda y restaurante. Suele haber mucha gente por allí los fines de semana en el verano (menos en otoño y primavera) pero siempre se elimina un poco de gente si se sube un poco… En este caso, hasta el primer puente desde donde se ve una bonita vista del río y de la cascada. Multnomah es también espectacular en invierno, cuando se cubre de de hielo y escarcha. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** El siguiente punto es el Oneonta Gorge, un canyon de “ranura” (de esos canyones muy estrechos) en el que, para entrar, hay que vadear un río (donde el agua suele estar súper fría). Para los valientes a quienes no importe la temperatura del agua y quieran entrar al canon, al fondo, después de caminar un poco entre las paredes, hay un bonito estanque donde cae una cascada. Un sendero sube por el costado del canyon y lleva hasta las “cascadas triples”, 3 chorros de agua de unos 50 metros de altura. La última cascada al borde de la carretera es la de la “cola de caballo”, que cae a un estanque inmediatamente al lado de la ruta. Un sendero al costado del estanque sube por el desfiladero y lleva a otras dos cascadas mucho más altas. Medio kilómetro mas adelante la carretera escénica se conecta con la I-84. Desde allí se puede volver a Pórtland o continuar hacia el este. Nosotros optamos por seguir para completar el círculo alrededor de Mt. Hood, el volcán que es el símbolo de la ciudad y de la zona, antes de regresar a Portland. Un poco más adelante esta la represa de Bonneville, que puede ser visitada. Es muy interesante ver las instalaciones y, sobre todo, las “escaleras” hechas a los costados de la represa donde, a través de enormes ventanas de cristal, se puede ver como los salmones “suben” el río durante su migración y a esturiones y truchas todo el año. Hay unas maquinitas a la entrada donde se puede comprar alimento para los peces. Un poco antes de llegar a Cascade Locks, una segunda represa, hay una salida para el “Eagle Creek Trail” o el “sendero del arroyo del águila”, uno de los senderos de montaña más bonitos de Oregon. Este sendero se construyo en 1910 para acompañar la carretera escénica y pasa por media docena de cascadas espectaculares. Es, como la carretera, una buena obra de ingeniería porque, para evitar las subidas casi verticales por este estrecho canyon, los constructores lo montaron en cornisa sobre los desfiladeros y hasta abrieron un túnel en la roca sólida para pasar por detrás de las “cascadas del túnel” a unos 12 Kms. del principio del sendero. El sendero tienes muchísimos Kms de largo ya que, eventualmente, llega hasta las laderas de Mt. Hood pero, para aquellos que les guste andar por el monte, los primeros 3 Kms son muy bonitos, bastante llanos y llevan hasta la muy conocida “cascada de la ponchera” que cae en una especie de pozuelo rodeado de espesos bosques. Desde allí continuamos a Hood River, una pequeña ciudad donde desde donde sale la carretera 126 en su camino hacia Mt. Hood. Pero antes, le hicimos un visita al Columbia Gorge Hotel, un antiguo hotel de los años 20, favorito de las estrellas de Hollywood de aquella epoca y, muy especialmente, de Rudolph Valentino, que ha sido restaurado en el estilo de la epoca y que tiene bonitos jardines y un buen restaurante. Desde los jardines, al fondo del hotel, se puede ver a montones de personas haciendo “wind surfing” en el río pues se supone que, en esta zona del Columbia, se dan los vientos mas favorables para este tipo de deporte en todo el país. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** El valle del río Hood es famoso por sus huertas, que producen los conocidos melocotones, peras y manzanas de Oregon. Desde un mirador, cerca del pueblo de Hood River, se ve toda la zona que, en días claros, esta rodeada por los picos de los montes Hood, Adams, Jefferson y Santa Helena. Hoy, desgraciadamente, no se veía ninguno porque estaba el día un poco nublado, pero el paisaje seguía siendo muy bonito. Tomamos camino abajo desde el mirador y paramos en una de las tiendas donde venden fruta de la zona y nos comimos unas peras estupendas. Añado que, en primavera, cuando el valle florido resalta contra los picos de los volcanes nevados, la zona es un verdadero y total espectáculo. Vale la pena también visitar, en la zona, Lost Lake, un lago que esta tan perdido como el Empire State, porque lo conoce todo el mundo. Ahora, el que no este “perdido” no quita la gracia a la vista maravillosa de Mt. Hood enmarcado por bosques y reflejándose en las tranquilas aguas del lago. Hay un bonito lodge en la zona y se pueden alquilar canoas para pasear. *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** *** Imagen borrada *** Continuamos nuestro camino hacia Mt. Hood con la idea de subir hasta Timberline, el famoso hotel y centro de ski hecho en los años 30 como un proyecto para promover trabajo durante la epoca de la “gran depresión”. Es un hotel de montana super agradable y tiene una vistas muy bonitas. Ahora, como nos encontramos la lluvia por el camino, decidimos no hacer los Kms. extra para llegar hasta allí. Para el que este por la zona, recomiendo el restaurante, que es de primera. Y para el que se quiera quedar una noche, hay pocos lugares más agradables. (Aunque advierto que la terrorífica película de Jack Nicholson “The Shining”—El Resplandor, en castellano—fue filmada parcialmente allí). Aclaro, por si acaso, que yo aprendí a esquiar en Timberline, fui muchas veces y nunca me salieron los niños ni salí yo por los pasillos con un hacha… De Mt. Hood volvimos directamente a Pórtland. Es un paseo muy bonito por los montes, pero lo que queríamos era llegar pronto. Llevábamos varios días de coche y estábamos cansados, llovía y, además, esa noche nos esperaban a cenar antiguos amigos de la universidad con quienes habíamos quedado, como “gran final”, en un restaurante del down town. La cena fue en Newport Bay, un restaurante de pescado que esta construido sobre una balsa en el Willamette, con vista a la ciudad y los puentes. El lugar es muy bonito. Para despedirme de la zona me tome un salmón buenísimo. Me encanto ver a mis amigos (a algunos de los cuales hacia varios años que no veía) y, sobre todo, a mi antiguo compañero de piso y a su esposa, a quienes parece que les va muy bien y que siguen siendo muy divertidos. Bueno… Y de ahí a casa… No había mas remedio, porque al día siguiente, a las 7 de la mañana, salíamos para la Florida. Mal asunto y cuestión de dormir rápido…. *** Imagen borrada *** Etapas 7 a 9, total 10
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