DISTRIBUCIÓN DEL HOTEL
El hotel es más o menos simétrico (sin contar la zona Royal, que es “exclusiva” y por tanto no podíamos acceder). En el plano, partiéndolo en dos, a la izquierda están el Kantenah y el Colonial y a la derecha el White Sand y el Riviera. Estos hoteles se agrupan de dos en dos formando dos zonas: Colonial/Kantenah (a la que me referiré como C/K, y no es Calvin Klein) y White Sand/Riviera (a la que me referiré como WS/R). Cada zona tiene una piscina principal, una barra húmeda un tren para las villas, un buffet grande, un buffet con terraza más informal, un teatro… pero luego cada uno de los cuatro hoteles tiene su propio lobby, es decir, en cada zona hay dos lobbys casi pegados y totalmente simétricos.
NUESTRA HABITACION
Según había leído por el foro, en la zona C/K es en la única en la que hay habitaciones estándar, así que contábamos con ir a ésa pero ohhhhhh SORPRESA, nos pusieron en el Riviera en una junior suite en la segunda planta y, además, gracias a la iniciativa de Mario de Simartour (suele poner luna de miel en las reservas), tuvimos de regalo una botella de tequila y una cesta de frutas y también nos invitaron a la cena de lunamieleros (pero no fuimos porque nos da vergüenza jajaj, que no estábamos realmente de luna de miel).
Lo único negativo que estábamos en la villa 64 (en general todas las villas del Riviera están bastante apartadas) y nos pegábamos unos paseos importantes, también cogimos el trenecito varias veces. Mirándolo por el lado bueno, esto nos sirvió para apenas engordar en este viaje (el año pasado vinimos mi chico y yo con 4 y 2 kilos de regalo respectivamente), no hay mal que por bien no venga.
La habitación era enorme: saloncito con sofá junto a la terraza, cama gigante, escritorio, televisión, minibar, armario empotrado con plancha y tabla de planchar, baño con ducha y con jacuzzi…
El minibar lo reponen todos los días, contiene dos botellas de cerveza Sol, dos botellas de otra cerveza un poco más fuerte, dos de Mirinda de naranja (jajajaj), dos de Coca-Cola o Pepsi (no recuerdo) y tres botellas de agua medianas.
Los botecitos de gel, champú o crema que gastas también los reponen todos los días.
Las toallas para que te las cambien tienes que dejarlas en el suelo y, para que te cambien las sábanas, según pudimos ver en el canal Palladium en la tele, tienes que dejar el edredón sobre ella.
La caja fuerte funciona con un código que metes tú y los enchufes sirven para los españoles, aunque cargan más despacio.
NATURALEZA EN ESTADO PURO
El hotel está en plena jungla jajaj, el 80% del terreno se ha mantenido tal como estaba antes de que lo constuyeran y la mayoría es manglar. Hay unos pasillos de madera con tejadillo muy majos para atravesar los manglares, a mí al principio me daba un poco de cague (hay una variedad de ruidos de origen animal impresionante) pero una vez que te acostumbras vas tranquilamente y la verdad que en las horas en las que casca mucho el sol se agradecen estos caminos porque están más fresquitos…
Hay varios cenotes pequeños en el hotel (nosotros vimos tres) pero no están muy cuidados y no son muy bonitos que se diga, no merece la pena molestarse en buscarlos.
La fauna autóctona del hotel es variadísima: de día las iguanas tomando el sol (hay cientos), al principio me daban asquete pero te acabas acostumbrando y si te acercas se escapan, también hay una especie de lagartijas pero verde fosforito y con la cabeza más grande, muy majas; ardillas, otro bicho marrón cuyo nombre no recuerdo parecido a la comadreja pero sin cola y con el culo muy gordo, cocodrilos (éstos están encerrados en su recinto, se agradece), pájaros de todo tipo (en el buffet Gran Azul hay decenas de cuervos esperando a que te levantes para birlarte la comida, parece “Los Pájaros”), peces enormes en los estanques (se nota que la gente les echa buenos trozos de pan porque están muy muy grandes, de hecho a cierta hora ponen unas cajas con comida para que les alimentes con eso y con otras cosas, se ve que les ha subido el colesterol), al atardecer y por la noche los coatíes (sobre todo en el Punta Emilia, te comen de la mano)…
En fin, para nosotros la fauna y el paisaje de lo mejor que tiene este hotel. A mí al principio me daba miedo, sobre todo por la noche (no os podéis imaginar la cantidad de ruidos), pero te acostumbras y al final acabas apreciándolo mucho. Se te hacen los días muy amenos todo el rato “mira allí un…, mira una…, mira la iguana qué maja” jajaj.
PISCINAS
En el hotel hay 6 piscinas (sin contar la zona Royal y el spa) y pudimos disfrutarlas todas.
Piscina principal zona C/K: Esta es muy grande, con su barra húmeda, dos jacuzzis pequeños entre columnas y otros dos más grandes con chorros, tumbonas sumergidas, animación por la tarde… en ésta yo no hacía pie, aún así fue de las que más frecuentamos, sobre todo por la barra húmeda jejej. Encima justo de la barra húmeda está el buffet Gran Azul donde no te ponen pegas para comer en bañador y mojado pero la variedad no es tanta como en los buffet grandes.
Piscina principal zona WS/R: Sin duda mi favorita. Es prácticamente igual que la anterior (barra húmeda, jacuzzis, tumbonas sumergidas, animación…) sólo que tiene un poco menos de profundidad y aquí sí que yo hacía pie. El buffet que tiene ésta encima de la barra húmeda es La Laguna, similar al Gran Azul, pero no lo probamos porque estaba cerrado.
Piscinas de adultos: Hay dos, una en la zona C/K, que está entre los lobbys de esta zona y las villas del Colonial, en medio de la jungla, y otra en la zona WS/R que se comunica con la principal de esta zona por un puente. Fuimos sólo a la primera (la otra la vimos de pasada), está muy bien si quieres pasar un rato tranquilamente leyendo porque el ambiente está muy calmado. Hay un bar con baños y las tumbonas son un poco más cómodas que las de las otras piscinas o las de la playa. Es pequeñita pero también tiene un jacuzzi de los de las columnas y tumbonas sumergidas.
Piscina El Rinconcito: Está entre la piscina principal de la zona C/K y las villas del Kantenah. Es muy similar a la que acabo de comentar pero supongo que aquí pueden ir niños, aunque cuando fuimos no había.
Piscina Las Rocas: La teníamos prácticamente junto a la villa así que fuimos unas cuantas veces. El primer día nos despertamos a las 6 de la mañana y fuimos a hacer unas fotos (hacía poco que había amanecido), se veía preciosa con esa luz.
Es una piscina construída en zona de rocas, con unas aperturas por la que le entra el agua del mar (y los peces jejej, de hecho puedes hacer snorkel en ella). Hay hamacas situadas a distintas alturas (como en una especie de grada) y camas balinesas. Una tarde fuimos a una de estas camas después de comer y estuvimos hasta que cerró el bar, ponían musiquita en plan chill out y se estaba muy muy agusto…
PLAYA
La playa del hotel dicen que no es de las mejores de la RM y yo digo, depende para qué. En la mayor parte de la playa hay restos de coral muerto (como piedrecitas) que te destrozan los pies al entrar pero, como bien leí en el foro, en la zona que está justo delante del bar La Jarra no hay ni una sola piedra, hay una zona enorme de arena fina y agua transparente para bañarte tan agusto (eso sí, no cubre).
Esto es lo que hay después de las banderas que indican el fin del hotel:
¿Qué es lo bueno de que en la playa haya tanto coral? Pues que si te gusta hacer snorkel, te puedes tirar horas, hay muchísimos peces… Eso sí, también os digo que si sois un poco aprensivos (como yo, el agua no es mi medio) acojona un poco porque hay peces bastante grandes y, como están acostumbrados a que la gente les eche comida, casi se te pegan, se te acercan mucho mucho…
SPA
El spa nos encantó, está mucho mejor que el de Punta Cana. Tiene una piscina larguísima muy cómoda para nadar. De ésta sale una especie de río (pero sin corriente, vamos una piscina haciendo curvas) que va hacia la zona de spa propiamente dicha, por el camino hay un par de jacuzzis para descansar contemplando la selva (precioso). La zona de spa yo creo que deberían remodelarla, está dividida en dos zonas completamente iguales que se supone una es para hombres y otra para mujeres pero, obviamente ya que casi todos los huéspedes del hotel son parejas, nadie hace caso de esto y se van juntos a un lado o a otro indistintamente (así que está un poco desaprovechado). En cada una de las dos zonas hay: duchas en cascada, jacuzzi muy caliente, tanque de agua muy fría, pediluvio, duchas mayas, baño de vapor y sauna. En medio de las dos zonas hay un jacuzzi más grande con chorros para la espalda. Ya saliendo hacia la recepción hay duchas normales, agua para beber, taquillas para dejar las cosas (se pide la llave en recepción dejando como señal la tarjeta/llave de la habitación). Yo os recomiendo que entréis por este lado (según entras al spa a la izquierda atravesando otra puerta de cristal) porque así podéis dejar las cosas en las taquillas y no tenéis que recorreros todo el río si no queréis nadar. Una visita al spa después de todo el día de excursión pateando y pasando calor no os podéis imaginar lo bien que te sienta…
INSTALACIONES DEPORTIVAS
Hay pistas de tenis, paddle, voleybol, fútbol… nosotros no utilizamos nada, el año pasado en Punta Cana sí que jugamos varias veces al paddle pero aquí es que casi no tuvimos ni tiempo, entre excursiones, playa, piscinas, spa…
Lo que sí intentamos un par de veces fue jugar al minigolf pero nada, misión imposible… A la hora que lo intentamos era hora punta de mosquitos y, como está metido en medio de la vegetación, te comían… de hecho la mayoría de los “recuerdos” que me traje son del minigolf.
LOBBYS
Cada hotel tiene su propio lobby pero, para la noche, sólo hay un lobby animado por zona: en la zona del C/K es el lobby del Colonial (aquí estuvimos la mayoría de las noches) y en la zona del WS/R es el lobby del Riviera. Tanto en el Colonial como en el Riviera hay música en directo y teatro, aunque los mejores espectáculos son en el lobby del Riviera sobre las 22:15 o 22:30. Sólo vimos el espectáculo de Piratas del Caribe, que nos dijeron que era el mejor, no estuvo mal pero tampoco para tirar cohetes.
En el lobby del Colonial además había un mercado de artesanía casi todos los días, no sé qué tal de precio y cuánto de fácil se regatea porque no miramos nada, las pocas compras que hicimos fueron en Chichén Itzá.
En todos los lobbys hay internet wifi gratuito. Creo que ya se puede pedir en las habitaciones pero pagando.
Para moverse entre los cuatro lobbys hay un trenecito rojo, pero ojo porque algún día que éste no funcionaba había uno blanco como los de las villas que hacía este servicio. Tenéis que fijaros en los carteles de arriba que ponen “Lobbys Colonial – Kantenah – White Sand – Riviera”. Los de las villas ponen “Villas Colonial – Kantenah” o “Villas White Sand – Riviera”. Leí o escuché que hay un tren que va por las villas de los cuatro hoteles pero nunca lo vimos y de haberlo creo que te eternizarías esperando a que recorra las villas de todo el complejo. Nosotros en Punta Cana no cogimos el trenecito ni una sola vez pero aquí sí los usamos bastante y funcionan muy bien, alguna vez tuvimos que esperar un poco más pero generalmente sobre 5 minutos.
RESTAURANTES
Sólo hablaré de los que probamos. Primero los buffet:
Buffet Kabah: Nuestro segundo hogar jajaj. Aquí desayunábamos todos los días (excepto los que salimos de excursión muy temprano) y comimos también un par de veces.
En el desayuno todo lo imaginable: zumos naturales (mi favorito el de naranja y piña), pan de mil tipos, bollería, comida mexicana (sí, no estoy de broma, para desayunar…), tortillas con los ingredientes que elijas hechas al momento, gofres hechos al momento, tortitas americanas, salmón ahumado, embutidos, quesos, varias cosas calientes (huevos revueltos, salchichas, bacon, patatas, etc.), frutas, yogures, cereales de varias clases… seguro que me dejo muchas cosas pero es más o menos lo que recuerdo.
Para comer pues también muchísimas cosas: cuatro tipos de pescado que te hacen a la plancha en el momento, cuatro tipos de carne que también te hacen a demanda, varios tipos de pasta y salsa que te pasan por una sartén con los ingredientes que quieras, pizza de distintas clases, mil cosas diferentes para hacerte tu propia ensalada, también zumos, panes, frutas, postres dulces… uffff me está entrando el hambre. Había varios platos mexicanos ya preparados y también había una persona para hacerte las fajitas en el momento con los ingredientes que quieras y, como no, los nachos (allí los llamaban totopos) riquísimos con guacamole o salsa de queso. El guacamole espectacular, el mejor que he probado en mi vida.
Buffet Gran Azul: Fuimos un día a comer porque estábamos en la piscina con otra pareja y no queríamos irnos más lejos. La variedad es mucho menor que en los buffet grandes y la elaboración de los platos también, por ejemplo de fruta no había casi nada, sólo papaya. Lo único que si estás medio mojado y no te apetece ir a cambiarte aquí no te ponen pegas y en los grandes no te dejan entrar.
Buffet Tikal: Sólo fuimos a cenar una noche que era cena asiática porque los temáticos que abrían ese día no nos gustaban. No estaba mal de variedad y todo bastante rico pero es más pequeño que el Kabah o La Hacienda (éste estaba cerrado).
Ahora hablaré de los temáticos que probamos. Tengo que decir que el tema de la organización de los temáticos regular. En Punta Cana sólo cerraban uno o dos temáticos al día, normalmente el que coincidiera con la cena temática que había ese día en los buffet. Aquí cada día abrían 5 temáticos (en realidad sólo 4 si excluímos el Punta Emilia, al que sólo puedes ir una vez), podría pensarse que era por baja ocupación pero en realidad esto se traducía en casi una hora de espera en los restaurantes abiertos así que no me cuadra mucho. A nosotros en realidad nos daba igual porque íbamos bastante temprano a apuntarnos y en lo que esperábamos nos tomábamos algo en el lobby, el día que más esperamos fueron 45 minutos, pero alguna vez escuchamos a las chicas decir que había una espera hasta de hora y media.
Pido perdón por la calidad de las fotos de la comida, están hechas con el móvil.
Ribbs & More (americano): Uno de nuestros favoritos, cenamos el primer día.
Nosotros pedimos de entrantes alitas y dedos de pollo, las alitas no nos gustaron mucho pero los dedos riquísimos, sobre todo la salsa…
De plato principal pedimos pollo a la parrilla para mí y un T-bone (chuletón) para mi chico, buenísimos los dos.
De postre suflé de chocolate mmmmmmm y del otro no me acuerdo.
La Adelita (mexicano): El segundo que más nos gustó, a pesar del esfuerzo de nuestro camarero que era bastante lento y de memoria breve. La comida estaba exquisita y nos amenizó la cena un grupo de mariachis cantando canciones de Los Panchos que lo hacían realmente bien.
De entrantes no cogimos nada aparte del buffet de entrantes fríos porque sólo había sopas. De platos principales fajitas de pollo marinadas a las hierbas y burritos norteños de res, compartimos los dos platos. ¡Buenísimos!
De postres tarta de manzana y pastel de tres leches, muy ricos pero casi no los aprecié porque estaba bastante llena…
Punta Emilia (arroces y pescados): Aquí sólo puedes ir una vez en toda la estancia y tienes que reservarlo el día antes (por la mañana temprano, porque se suele llenar) para una hora concreta. Esto le da cierto carácter exclusivo que lo hace muy especial. Este restaurante está en la playa (de hecho durante el día funciona como snack bar), las mesas están distribuidas en tres tarimados de madera que por la noche cierran con cortinas blancas, ponen velitas, antorchas… y está plagado de coatíes que casi te quitan el pan de la mesa jajaj. Sólo por el ambiente merece mucho la pena pero además la comida está exquisita.
De entrantes pedimos ensalada de pulpo y sopa de pescado. La ensalada buenísima y con una presentación perfecta pero la sopa no era lo que yo esperaba ya que quería más bien un caldo y tenía muchos tropezones (sobre todo de verduras más que de pescado) aunque estaba rica.
De plato principal paella de marisco y pescado Tikin-chic. Muy buenos los dos
De postre pastel de chocolate para mí (como no) y sorbete de mandarina para él.
El Dorado (carnes): Podríamos decir que fue nuestro favorito, tenemos dudas entre éste y La Adelita. Fuimos con otra pareja, cogimos algo de la isla de entrantes (la más pequeña de todos los temáticos en los que estuvimos) y de plato principal cogimos todos New York (entrecot) a distintos puntos de cocción cada uno excepto mi chico que pidió Filete Mignon (solomillo). Todo venía acompañado de una patata al horno y verduras, además podías elegir entre varias guarniciones y salsas para acompañarlo. Cada uno estaba en el punto de cocción que pedimos, de hecho el camarero nos pidió que los cortásemos para comprobar que estaban bien, por si queríamos que nos los hicieran más.
No me acuerdo qué pedimos de postre porque la carne estaba tan tierna y rica que nos impactó jajaj pero seguro que estaba bueno. A este restaurante tenéis que ir, no os lo perdáis porque merece mucho la pena.
Rodizio (brasileño): Una auténtica m… pinchada en un palo (nunca mejor dicho), fue el único que nos decepcionó. Tras comer lo que quieras de la isla de entrantes, pones el semáforo en verde y empiezan a traerte espadas de carnes varias para que pruebes: empezamos por unas salchichas que parecían estar allí desde ayer, continuamos con unas alitas (bien! me encantan las alitas… pero no… éstas están asquerosas), seguimos con conejo (no me gusta), pavo (seco no, sequísimo), cerdo (también seco), cordero (a mí no me gusta pero mi chico dijo que estaba bueno, menos mal) y por último lo mejor y lo único que merece la pena, la picaña (y eso que tampoco estaba para tirar cohetes). Dicho así parece rápida pero nos llevo casi una hora y media para no comer prácticamente nada, indignados y aburridos nos fuimos sin tomar el postre. Además ¿alguien ha visto conejo o alitas de pollo en algún rodizio? Lamentable la gestión y la cocina de este restaurante. El de Punta Cana sí que nos había gustado por eso lo probamos pero no vayáis, os vais a amargar una cena.
El último día queríamos repetir en La Adelita o El Dorado pero estaban cerrados así que nos fuimos al buffet. No probamos el Bamboo (chino) y el Sumptuori (japonés) porque teníamos muy malas referencias, sin embargo en Punta Cana fueron nuestros dos favoritos sin duda (podéis ver los comentarios y fotos de los platos en mi diario de Punta Cana). Tampoco probamos el Porto Fino (italiano) y el Mare Nostrum (mediterráneo) porque las referencias que teníamos era que ni fu ni fa así que teníamos otras prioridades y el último día estaban cerrados.
BARES Y CÓCTELES
Aparte de los bares que hay en cada piscina, en la playa, en los lobbys… también tenéis el Sports Bar y el Beach Bar. La carta de cócteles es la misma en todos los bares del complejo, nuestros favoritos eran los margaritas (el mío sobre todo el de fresa), chi-chi’s (no es broma jejej), Caribean Sunset, Blue Hawaian y Bloddy Mary… aunque os aconsejo que probéis y probéis hasta que encontréis el vuestro. Había otros bares en el complejo, de bebidas premium, como el Hemingway o el Churchill pero no fuimos nunca.
Sports Bar: Aquí tenéis dos billares, dos mesas de ping-pong, dos futbolines, juegos de mesa, pantallas gigantes para ver los partidos, barra de bebidas y barra de snacks (no cogimos nada pero creo que había palomitas, nachos, sandwiches y guarrerías varias). Aquí vi la guarrería del viaje, una guiri echando ketchup (catsup como dicen allí) ¡a las palomitas!
Beach Bar: A éste fuimos varias veces porque es el 24h del complejo. Está mucho mejor que el 24h del Palladium de PC (allí era el Sports Bar) porque tiene más variedad: además de hamburguesas, perritos, bocadillos, nuggets, aros de cebolla… tienes comida mexicana como nachos, quesadillas, fajitas… todo muy bueno. Lo recomiendo por si os interesa comer algo fuera de hora o, para la hora de comer si no queréis cambiaros el bañador mojado, para mí es mejor opción que el Gran Azul.
En el Beach Bar asistimos el viernes a la barbacoa en la playa (hay que reservar el día antes, llegamos tarde de una excursión y todavía había hueco para las 9:00). No puedo opinar objetivamente porque ese día estaba regular del estómago y casi no comí pero si volviera no perdería una cena en esto. La verdad que la ambientación está muy bien, todo decorado con colores, muy mexicano pero la comida es poco variada. Hay varios tipos de carne a la parrilla y luego algunas cosas para acompañar pero tampoco mucho, yo sólo cogí una patata al horno. Además si sois dos os van a poner en una mesa de 4 compartiendo con otra pareja a la que tenéis que conocer mientras os coméis el pollo, no sé un poco violento…
PERSONAL DEL HOTEL Y PROPINAS
He leído comentarios de que el personal del hotel es menos agradable que en Punta Cana pero no estoy para nada de acuerdo. Casi todos (siempre hay alguna excepción pero en PC también) son muy agradables y educados, puede que no tengan la chispa dominicana pero tienen la suya y algunos fueron muy muy simpáticos (como la chica que te colocaba en la mesa en el buffet Kabah, todos los días nos preguntaba qué tal, qué íbamos a hacer, que si estábamos disfrutando…).
No vimos en ningún momento la necesidad de dar propinas para que nos atendiesen bien y de hecho casi no dimos, sólo a los maleteros (subir al segundo piso con nuestro maletón tenía mérito), a la de la limpieza de la habitación dos veces y al camarero del bar de la piscina Las Rocas, que fue muy majete y a mi chico le cayó bien. Solíamos dar 20 pesos, que vienen siendo como un euro.
Para las excursiones contactamos por el foro con varias personas que estaban organizando grupos, al final nos unimos a un grupo para hacer dos excursiones: una a Cobá, Gran Cenote, Tulum y Playa Paraíso y otra a Ek Balam, Chichén Itzá, cenote Iz Kill y cenote Diztnup. Finalmente seríamos 14 y llenaríamos la van (bueno para la segunda excursión tuvimos dos bajas y nos quedamos en 12 pero igualmente nos salió muy barato).
Excursión Cobá – Gran Cenote – Tulum – Playa Paraíso
El guia nos recogió en nuestro hotel a las 6:30 de la mañana, puntualidad inglesa. Habíamos llegado al lobby un rato antes para desayunar algo, había una máquina de café en la que ya no quedaba café (salía agua sucia) y algunos bollos un poco secos (eran como los del buffet pero yo creo que del día anterior).
La primera parada fue
Cobá. Cogimos un guía para el grupo, al ser tantos salía muy barato pero siendo menos yo igual no lo cogería, el guía sólo te acompaña durante el primer grupo de ruinas y luego te deja al principio del camino hacia la pirámide, el cual puedes hacer a pie o alquilando una bici o una bici-taxi (para dos). Mi idea era coger la bici-taxi porque había leído que los que las llevan también saben cosas y te hacen medio de guía pero finalmente cogimos el guía para el grupo e hicimos este camino andando, no es mucho, se hace bien. La pirámide de Cobá mide 42 metros de altura y se puede subir hasta arriba, los escalones son muy irregulares lo cual dificulta un poco la subida pero se hace bastante bien, eso sí llegas arriba agotado. Las vistas desde arriba están bien pero tampoco nos parecieron tan espectaculares como habíamos leído, se ve la inmensidad de la selva y el pico de las otras ruinas de Cobá (las que vimos al principio con el guía). Para mí la bajada fue mucho peor que la subida, al ser los escalones tan altos e irregulares fuerzas mucho la pierna y me dieron varios tirones musculares que me supusieron agujetas muy fuertes durante dos días (no fui la única del grupo a la que le pasó, en la excursión a Chichén estábamos todas averiadas).
Hoy por hoy no iría a Cobá, para mi no mereció mucho la pena.
Después fuimos al
Gran Cenote. Es muy bonito, con agua cristalina que permite ver las piedras del fondo y varias grutas que puedes recorrer, por una de ellas llegas a otro pozo. Yo no me bañé, ya he comentado que el agua no es mi medio y bañarme en una semi-cueva con agua fría y murciélagos volando no me parecía demasiado apetecible (y eso que tenía un calor de muerte). Posteriormente me he arrepentido de no haberme bañado porque pensaba que me apetecería más en algún otro de los cenotes que íbamos a visitar y no fue así, al contrario.
La siguiente parada fue
Tulum. Son unas ruinas junto al mar preciosas y muy muy fotogénicas, esto sí que merece la pena, de hecho se nos hizo corta la visita porque para el tiempo que teníamos tuvimos que ir a toda leche sin poder casi pararnos a leer los carteles ni nada, también es cierto que ya cascaba muchísimo el sol y teníamos unas ganas locas de llegar a la playa de las ruinas para poder bañarnos… La playa es preciosa, muy pequeña pero con un agua turquesa increíble, este rato de baño lo disfrutamos mucho. Hay un trenecito para llegar a las ruinas desde donde nos dejó el taxista (creo que eran unos 50 pesos ida y vuelta) se puede hacer andando porque no es muy largo pero con la solana que hacía no era plan. Si yo volviera, iría a Tulum por mi cuenta en van desde el Palladium, bien temprano para poder ver las ruinas tranquilamente y pararme a hacer millones de fotos sin tanto calor y con menos gente… Nosotros lo hicimos en excursión porque a Cobá es más difícil llegar por tu cuenta pero, como ya he dicho que si repitiera no iría a Cobá, pues aprovecharía mejor la mañana para ver Tulum con más calma…
Después fuimos a comer al
restaurante Oscar y Lalo, donde ya nos tenían preparada una mesa redonda gigante para los 14. Estaba todo muy bueno pero para los precios que yo había leído por el foro me pareció un poco caro, pagamos unos 480 pesos la pareja por un plato cada uno y tres cervezas (en nuestro caso). Cierto es que el restaurante está muy bien decorado y es muy bonito pero vimos a la dueña y es americana y eso me echa un poco para atrás, le resta autenticidad al sitio. Desde luego no era un restaurante donde vayan los mexicanos, de hecho estábamos sólo nosotros ese día. Si hacéis las excursiones por vuestra cuenta, poneos de acuerdo entre todos para pedirle al taxista que os lleve a un sitio auténtico, si no os llevará al sitio para turistas de turno donde sospecho que le darán una comisión.
Por último nos quedaba
Playa Paraíso. Aquí tuvimos una hora más o menos porque a las 17:30 cerraban el parking y ya no nos podría recoger el taxista. La playa es la típica playa caribeña de postal con arena blanca, agua turquesa y palmera inclinada… pero con gente. Después de estar en la isla Saona el año pasado en nuestro viaje a Punta Cana no nos sorprendió demasiado.
Poco después de las 18:00 ya estábamos de vuelta en nuestro hotel. La excursión nos salió completa contanto transporte, entradas, aparcamientos, comida y guía en Cobá por unos 600 pesos por persona.
Excursión Ek Balam – Chichén Itzá – Cenote Iz Kill – Cenote Diztnup
Como hasta Chichén hay un buen trecho, para esta excursión el taxista había quedado en recogernos a las 5:50. No teníamos pensado desayunar para madrugar un poco menos pero al pasar por recepción vimos que había zumo y más variedad de bollos así que nos cogimos alguno para ir comiendo en la van, este día estaban tiernísimos y había muchos, supongo que porque era más temprano.
La primera parada fue
Ek Balam (tardamos bastante en llegar hasta aquí, no recuerdo cuánto pero se nos hizo largo, sobre todo porque íbamos en la van atrás del todo y no escuchábamos las explicaciones del taxista). Estas ruinas son muy chulas y muy diferentes a las anteriores, merecen una visita. Además hay un templo principal al que también se puede subir, no es tan alto como el de Cobá pero tiene vistas similares y las escaleras son mucho más “amigables”. Yo no subí porque todavía tenía unas agujetas tremendas de Cobá, sobre todo al bajar escaleras… pero vi fotos y vídeos y ya os digo que yo sin duda cambiaría Cobá por esto.
Después seguimos hasta
Chichén Itzá. Allí nos esperaba el guía oficial con el que había contactado el taxista para que nos acompañara en la visita. Sólo tengo buenas palabras para Arturo, qué control y que manera más amena de explicar las cosas, te enganchaba… Las ruinas de Chichén Itzá son algo impresionante, no se puede explicar, es algo que hay que ver in situ, no podría describir la sensación que te recorre el cuerpo cuando te paras en la base de la pirámide de Kukulcan y escuchas el eco de tus aplausos, es sorprendente. El guia nos explicó el fenómeno de luz y sombra que se producía con cada equinocio, era justo 22 de septiembre, así que ese día a partir de las 16:00 se podría ver, si hubiéramos cambiado el orden de las visitas… No nos dio pena porque por lo visto al ir a esa hora veríamos las ruinas atestadas de gente y ya bastante había cuando estuvimos nosotros… además días más tarde nos enteramos por una pareja que conocimos en el hotel que esa tarde se había nublado y no habían podido ver nada, además de pillarse una buena chupa y compartir las ruinas con miles de personas. A nosotros la visita a Chichén fue la que más nos gustó junto con Tulum, y eso que pasamos un calor indescriptible, todos chorreando sudor. Yo me llevé un paraguas en plan japonesa y os lo recomiendo encarecidamente porque el guia siempre iba buscando la sombra pero de un sitio a otro chupábamos bastante sol…
Después de la visita el guia nos dejó un tiempo libre a nuestro aire para hacer fotos y compras, la verdad es que nos dio el tiempo justo para comprar dos o tres cosas que queríamos pero, si tenéis intención de comprar más, decidle al guía que os deje por lo menos una hora porque en el regateo se va bastante tiempo. Si en el grupo hay varios que quieran comprar lo mismo, lo ideal es que os juntéis para regatear porque al pedir el precio por varias unidades puedes apretar un poco más. Nosotros nos cogimos un calendario azteca de piedra de tamaño mediano por 50 pesos y dos vestidos (tipo bata) para mi madre bordados a mano por 450 pesos (en realidad nos juntamos con otra pareja y sacamos 4 por 900), cuando pedían al inicio casi 400 pesos por uno, incluso creo que los podríamos haber sacado por menos. Muy importante, si os juntáis varios para regatear lo mismo, poneos de acuerdo en el precio que queréis sacar y que sea uno el que lleve la voz cantante, siempre hay que ofrecer menos del precio que queréis sacar para poder ir ajustando.
Después de esta visita tocaba comer. El taxista nos llevó a un
restaurante tipo buffet en Pisté (pueblo junto a Chichén Itzá). A mí no me gustó mucho, había poco para elegir, estaba todo bueno pero tampoco para tirar cohetes. Era un sitio totalmente orientado al turismo, todas las mesas estaban reservadas para excursiones de una agencia, afortunadamente llegamos antes que ellos porque cuando llegaron todos a la vez (varios autobuses) se formó una cola impresionante para coger la comida. A mitad de comida unas parejas vestidas con trajes típicos se pusieron a bailar una especie de danza regional con una bandeja con vasos y botellas en la cabeza, una turistada. Además a la salida hay otra señora pidiendo propinas para los bailarines que poco más te bloquea la puerta. Pagamos por la comida 120 pesos por persona, bebida aparte (una cerveza eran 35 pesos).
Yo este sitio no lo recomiendo para nada y me consta por varios diarios que son unos cuantos los taxistas que llevan a las excursiones aquí. Por favor, ¡no lo hagáis!
Pedidles que os lleven a sitios auténticos que, para un día que salís del hotel, ir a meterse a este circo es un pecado…
Después de la comida nos fuimos al
cenote Iz-Kill, a mí fue el que menos me gustó. Para las fotos queda muy chulo con tanta liana cayendo desde el agujero pero está super masificado, no sé cuántas personas podría haber allí. Eso sí, los chicos se lo pasaron bomba tirándose desde lo alto de las escaleras. Este cenote tiene muchísima profundidad, unos 40 metros, con lo que el agua se ve muy oscura, en ese sentido no es tan bonito como el Gran Cenote.
Por último nos quedaba el
cenote Diztnup. Este está muy bien para hacer fotos aunque necesitaréis un trípode o, si no lleváis, os podéis apoyar en las cercas de madera como hice yo. Aquí tampoco me bañé ¿qué raro no? Es un cenote totalmente cerrado (como en una cueva), sólo hay un pequeño agujero en el “techo” por el que entra la luz. El agua estaba fresquita (más o menos como en todos los cenotes) y había unos peces negros con muy mala pinta (creo que no hacían nada porque se bañaron varios del grupo y salieron sanos y salvos).
Después de esto ya nos volvimos al hotel, llegamos un poco más tarde que el día anterior, sobre las 18:30, de cabeza al spa. Esta excursión nos salió completa contanto transporte, entradas, aparcamientos, peaje, comida y guía en Chichén Itzá por unos 800 pesos por persona.
Playa Akumal – nado con tortugas
Aquí fuimos por nuestra cuenta. Una mañana después de desayunar salimos a la carretera para coger la van, hay que cruzar al otro lado para cogerla en dirección Tulum. Antes de llegar al otro lado ya nos estaba esperando una, le dijimos que íbamos a Playa Akumal y nos sentamos. Creo que no tardó ni 10 minutos y pagamos 40 pesos por los dos.
Al bajarte de la van, tienes que cruzar por un puente al otro lado de la carretera. Después de la marquesina de autobús, a la izquierda, sale un camino recto que en unos 10 minutos andando te deja en la playa, hay que pasar un arco y luego a la izquierda.
Hay varias personas que os intentarán vender paseos en barca para ver las tortugas pero NO ES NECESARIO. Uno de los vendedores nos explicó como se dividía la playa en zonas, que si pasto marino, que si arrecifes… y nos llegó a decir que el uso del chaleco era obligatorio, ya que si te cansas y te pones de pie puedes dañar el pasto marino, que lo alquilásemos en el centro de buceo. Fuimos al centro de buceo y preguntamos qué era necesario para poder meterse a ver las tortugas (teníamos nuestro propio equipo de snorkel, gafas, tubo y aletas) y nos dijo que si nadábamos bien no hacía falta nada más. Yo no nado bien pero para eso me llevaba un cinturón de estos con flotadores que me vino de perlas. Nos explicó que no podíamos tocar las tortugas, que también podía haber mantas raya… y hasta luego. Vamos que, como dijo mi chico, si te quieren engañar al menos podrían ponerse de acuerdo.
De primeras yo no me atreví a entrar, lo de las mantas raya me había dejado impactada y todavía tenía en la retina el recuerdo de los peces gordos acosadores de la playa del Palladium… Mi chico (que en otra vida creo que fue pez) se metió y tardó un buen rato en salir, venía alucinado, que si era increíble, que si no pasa nada, que sólo hay peces pequeños, que las tortugas son muy majas y pasan de ti… vamos, que me convenció. Y menos mal, porque fue una de las mejores experiencias del viaje si no la mejor. Cuando ves la primera tortuga no te lo puedes creer, ahí tan tranquila pastando en el fondo… y cuando salen a respirar… madre mía eso es increíble… son tan elegantes y tienen esa carita de bonachonas… ¡yo quiero una!
También vimos una manta raya bastante grande pero pegada al fondo, yo no quise mirarla mucho porque me dan bastante cague…
Y unos pececillos muy majos como con una trompeta morada en la nariz… de éstos no tengo foto.
Después de un buen rato en el agua nos salimos, casi sin creernos el momento que acabábamos de vivir. Nos secamos un poco, recogimos nuestras cosas y emprendimos el camino de vuelta a la carretera para coger la van. Esta vez nos tocó esperar unos cinco minutos por ella, subimos, le dijimos que íbamos al Palladium y de nuevo en menos de 10 minutos estábamos allí, 40 pesos los dos igual que a la ida.
Así que por el módico precio de 80 pesos los dos y sin perder el desayuno ni la comida en el hotel, habíamos hecho la excursión que mejor sabor de boca nos dejaría.
Otras excursiones que se pueden hacer pero no hicimos son los parques de Xelha o Xcaret o la reserva natural de Sian-Kan. Esta última sí que nos la recomendaron otros foreros que habían ido así que, quién sabe, quizás para el próximo viaje…
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