Y casi sin darnos cuenta llegó el día de nuestra primera excursión: Tulum, cenote Caracol y snorkel con tortugas en Akumal.
La contratamos con Xplora Riviera, una agencia solvente pero que, cuidado, no tiene grupos exclusivamente en español. Nos encontramos que éramos 10 personas, pero solo nosotros hablábamos castellano. El guía – Enrique – fue muy agradable y nos explicaba todo en nuestro idioma, pero tenía el problema de que al final el grupo de ingleses era más numeroso y estaba más por ellos que por nosotros. Además, el día había amanecido nublado y amenazaba lluvia cuando llegamos a Tulum.
Si os soy sincera, Tulum me decepcionó: no sé si fue el día, que nuestra hija se aburría y se dedicó a torpedear sistemáticamente la visita o que nuestra explicación era rápida y breve en comparación a la que daba el guía en inglés. Mi impresión general es que dio sensación de ser “Port Aventura”. Todo era muy artificial: mucha gente a la entrada tratando de venderte cosas, tuvimos que pasar por una tienda gigante de souvenirs para acceder a las ruinas…no me convenció.

Tampoco ayudó que las vistas a la playa eran desalentadoras, con las nubes negras y el sargazo. En fin, la excursión no tenía la mejor pinta.

Por suerte, al llegar al cenote poco a poco todo cambió: tras una tormenta, la peque, al verse en mitad de la jungla sacó su lado explorador y empezó a animarse. Cenote Caracol es una maravilla. La visita comienza visitando la Caverna Sayab, un sistema de ríos subterráneo impresionante. Vimos murciélagos de la fruta y la peque estaba encantada con eso.

Y finalmente nos encaminamos a la última parada de nuestra excursión: Akumal. El tiempo seguía siendo horrible y volvía a amenazar tormenta, pero ver tortugas era lo que más ilusionaba a nuestra pequeña y no nos íbamos a echar atrás. Así que nos pusimos el chaleco de nuevo, le añadimos un flotador a la niña – había marejada –, atravesamos una zona con mucho sargazo y a buscar tortugas se ha dicho. Nuestra decisión tuvo premio: a pesar de todo, pudimos ver un montón de tortugas gigantes y la terremoto estaba encantada chillando ¡TORTUGA! Para que todos se dieran por enterados. Y eso a pesar de que el tiempo no nos acompañó para nada, nos volvió a llover.
Así que, a fin de cuentas, no fue tan mal día. Empezó bastante complicado, pero fue mejorando mientras avanzaba. De vuelta en el hotel, la peque estaba tan cansada que se quedó dormida en la silla mientras cenábamos, así que cuando terminamos nos fuimos a descansar. El día había sido muy largo.