Tres semanas por Tailandia y Camboya ✏️ Blogs de Tailandia

Por la mañana fuimos en taxi hasta una parada del Skytrain, ya que desde el hotel está un poco lejos. Es curioso, es cómo un metro aéreo y merece la pena verlo, a parte que para desplazarse, según donde os alojéis, va perfecto y el precio del billete es muy barato. Nos bajamos en la parada de National Stadium (Muay Thai) para ver el centro comercial MBK. Tiene 6 plantas y es enorme. Tiene de todo, varias plantas dedicadas a falsificaciones, electrónica y móviles, hogar, restaurantes, etc. Por la tarde teníamos la intención de ir a la estación de trenes de Hualampong para reservar un billete para cuando volviéramos de Camboya con destino a Chumphon (puerto desde donde salen los ferrys a la isla de Ko Tao, pero era un poco lioso y decidimos contratar un billete conjunto de bus y ferry con la empresa Lomprayah. En total nos costó 3900 bats (92€) los dos, ida y vuelta. También existe la posibilidad de ir en avión pequeño de hélices por unos 240€ dos personas. Después por la noche, volvimos a la zona de Patpong y cenamos por allí. Nos recogimos pronto porque al día siguiente salía el bus hacia Aranya Phratet a las 6 de la mañana.
Al día siguiente, a las 5 de la mañana, cogimos un taxi hacia la estación de autobuses Mo Chit. Pensábamos que la estación estaría vacía a esas horas, pero la verdad es que estaba llena de gente y todo abierto. El autobús no estaba mal, pero finalmente salió media hora más tarde e iba parando en bastantes sitios, así que llegó a Aranya Phratet a las 11 de la mañana. La estación, por llamarla de alguna manera, daba bastante pena y no nos atrevimos a reservar el billete de vuelta porque no nos daba ninguna garantía. Allí cogimos un tuk-tuk para ir a la frontera, unos 5 minutos, pero nos encontramos con nuestro primer intento de timo. Nos dejó en una oficina donde no había nadie uniformado, dónde tan sólo habían 5 turistas y donde nos pedían 1200 bats (30€) por persona para hacer el visado, bastante más de los 20 dólares que ponía la guía. Así que nos pusimos serios y nos marchamos de allí porque era muy raro. Caminamos un rato pero al menos, por curiosa que fuera, estábamos en la frontera de verdad. Primero realizas la salida en la parte tailandesa, después la entrada en la parte camboyana, pagando los 20 dólares más 100 bats (2€) en concepto de no sabemos qué, y finalmente ya nos dieron el visado. A la salida hay un bus lanzadera gratuito que te lleva hasta la zona de taxis y autobuses a Siem Reap. Cuando llegamos, queríamos un taxi, pero costaba 48 dólares el vehículo entero, es decir, que mejor esperar a que se llene y así sale a 12 por persona. El taxi tarda 2 horas y el bus, bastante más barato, tarda 3. Finalmente llegamos a nuestro hotel, Tara Angkor, que nos salió un poco más caro que el resto, unos 32€ la noche, pero valía la pena porque era un auténtico lujo, lo único malo que estaba un poco alejado de la ciudad. Por la tarde cogimos un tuk-tuk para ver el centro, el mercado antiguo, pub Street (una calle llena de bares y restaurantes con mucha animación) y el mercado nocturno. Por la noche llegamos al hotel y quedamos con el conductor del tuk-tuk para hacer la excursión del poblado flotante Chong Kneas, en el lago Tonle Sap.

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Desayunamos en el hotel y salimos con el tuk-tuk, pero la verdad que es donde nos tocó peor tiempo, ya que se habían producido varias inundaciones por la zona y la carretera que iba al poblado flotante estaba totalmente anegada. Así que nos propuso ir al pueblo de Kompong Plug, que también se encuentra en el lago Tonle Sap pero un poco más alejado. La verdad es que no sabemos cómo el conductor del tuk-tuk podía pasar por ciertas carreteras, sobre todo porque el agua llegaba a veces a entrar dentro, y teniendo en cuenta que aquí, más que un tuk.tuk como en Bangkok, era directamente una moto de 125 cc con un remolque tipo calesa de caballos, increíble. Tras 45 minutos, llegamos al lago donde cogimos una barcaza por 20 dólares por persona y tras una hora más por el lago, llegamos al poblado. Realmente increíble porque es un pueblo levantado unos 5 o 6 metros del suelo para que no le cubra el agua, con su escuela, comisaría, etc. La gente nos pareció encantadora, y aunque estábamos viendo más pobreza que en Tailandia, los niños no perdían la sonrisa. La barcaza nos dejó en una de las casas para hacer si queríamos un recorrido por el bosque inundado. Costaba 5 dólares más por persona, pero colaborabas directamente con la comunidad local y lo hacías esta vez en una barca mucho más pequeña. La verdad es que valió la pena porque íbamos los dos solos con el hombre que llevaba la barca por una zona muy tranquila, tan sólo escuchabas la fauna del lugar y las olas que se producían en el lago bajo las copas de los árboles sumergidos. Por la tarde habíamos quedado en el hotel con una pareja de amigos que también estaban de viaje por Vietnam y decidimos coincidir en Camboya para ver Angkor, aunque llovió tanto que el centro de la ciudad estaba totalmente inundado y no pudimos salir del hotel, así que cenamos y tomamos unas copas.
Al día siguiente nos levantamos pronto y nos dirigimos en tuk-tuk a los templos de Angkor. El día no acompañaba mucho, pero al menos no diluviaba. Además, habíamos venido a Camboya a ver los templos y tenían que verse sí o sí. La entrada cuesta 20 dólares un día, 40 dos días y 60 una semana, Empezamos por Angkor Wat, realmente impresionante, de unas dimensiones descomunales y de una belleza arquitectónica única en el mundo. Seguimos por Angkor Thom, concretamente el templo Bayon. Este quizá nos gustó más porque estaba más derrumbado y tenía un encanto especial. Después el tuktukero nos llevó a varios templos más por la zona y la verdad que quizá sea la mejor manera de verlos, porque las distancias son enormes y estar todo el día con él nos costó sólo 15 dólares. Con tiempo y buen clima, una buena opción sería la bicicleta, en cambio en coche, no se disfrutaría igual. Según iba pasando el día, los turistas iban marchando y podíamos visitar templos casi nosotros solos, una gozada. Finalmente llegamos al templo que más nos gustó, el Ta Phrom, el templo de la película Tomb Raider. Su característica principal es que la naturaleza ha ido engullendo al templo y las raíces de los árboles ahogan las piedras que lo componen. Después nos fuimos a comer a uno de los restaurantes que hay por los templos y por la tarde vimos un par más. A las 5 de la tarde ya estábamos en el hotel, nos duchamos, descansamos un poco y aunque la ciudad aún estaba inundada, nos fuimos a tomar algo y cenar a Siem Reap. Increíble porque en la avenida principal había 3 palmos de agua y teníamos que caminar descalzos por la calle.

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Con el hotel habíamos contratado la vuelta a Bangkok, ya que nuestro próximo destino era la isla de Ko Tao, en el golfo de Tailandia. Por 11 dólares por persona fuimos en coche hasta la frontera, hicimos otra vez el visado de entrada a Tailandia (no hay que pagar nada), nos llevaron a comer a un restaurante que también era oficina de viajes y esperamos a unas furgonetas muy cómodas que nos llevaron en 4 horas y media a Khaosan Road en Bangkok. No tuvimos mucho tiempo para descansar, ya que a las 8 y media de la tarde salía el autobús que habíamos contratado con Lomprayah para ir al puerto de Chumphon. El autocar también salía desde Khaosan Road y estaba realmente bien, de dos pisos y con mucho espacio entre asientos para poder estirarte.

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