Comenzamos el día hiper pronto. Creo recordar que eran como las 7.00 h. o incluso antes. Mi memoria ha borrado los madrugones, jeje..
La idea es llegar al mercado de las vías del tren (se va a la última parada), ver pasar el tren hacia la última parada, esperar como 20 minutos y volver a ver pasar el tren de nuevo.
El tren pasa por primera vez sobre las 8 y cuarto y luego sobre las 8 menos 20 vuelve a pasar de nuevo.
Cuando reservamos la excursión el día anterior, nos confirmaron que dependiendo del tráfico llegaremos a verlo una o dos veces.
Afortunadamente nosotros pudimos verlo las dos veces. La guía nos recomendó (y reservó) sitio para verlo bien la primera vez, luego nos dejó tiempo libre y lo vimos pasar de nuevo.

Sinceramente, el mercado da para lo que da. Una vez has visto eso, ya es un agobio de gente pasando y haciéndose fotos. Nosotros no compramos nada (que es que no somos de comprar). Fuimos al punto donde habíamos quedado con el resto y ahí cogimos de nuevo la van y nos vamos al mercado flotante. Otro mercado abarrotado de gente pero oye, lo esperado.
Directamente nos llevan a un pier a coger un barquito (el que quiera) por 150 bath por persona y que nos da una vuelta por las 2 calles principales del mercado.

Una locura. Nosotros no vamos a comprar nada (sólo pillamos mango sticky rice en una de las barquitas que pasaba por nuestro lado) y el barquero parándose en las orillas de las tiendas y nosotros en plan “no, sorry”, “no, sorry”.


Damos una vuelta, el olor a gasolina se nos mete hasta en las entrañas y 20 minutos más tarde nos deja en el mismo sitio donde lo cogimos.
De ahí decidimos dar una vuelta, paramos en una especie de terraza a tomar una cerveza y vamos al baño (de pago).
Cuando ya estamos todo el grupo juntos nos vamos a coger un “speed boat” que nos lleva a dar una vuelta por los canales más alejados y donde vive la gente (ya no son tiendas) ya que nos quieren enseñar el “pueblo”.
Vemos algún “aligator” que se baña a nuestro lado y 15 minutos después nos deja en una explanada donde nos está esperando el conductor con la van.
El camino de vuelta (casi 2 horas) lo hacemos dormidos. Llegamos sobre las 12.00 h al punto de partida (justo al lado del hotel).
De ahí nosotros nos vamos a tomar algo y a comer (aunque sea pronto). Queremos organizar el resto del día. Sólo nos queda esta tarde y el día de mañana.
Después de comer en uno de los locales que hay en la calle Rambuttri, cerca de nuestro hotel y donde está la agencia (que es desde dónde hemos salido y llegado con la van), vemos que comienza a llover así que esperamos a que “escampe” un poquito y volvemos al “pier” más cercano para coger un barquito “orange flag” que nos lleve a Wat Arun. Es un “must” que aún no hemos visto y no queremos dejarlo para el último día.

Wat Arun es una pasada, pasamos un buen rato allí y después volvemos a coger un barco que nos lleve a la orilla de enfrente. Tenemos la idea de ir a alguna de las terrazas que hay para ver atardecer.
Cuando llegamos a una de las terrazas somos realistas de la hora que es (las 16:30 aprox) y que para ver el atardecer aún nos queda mucho así que directamente nos vamos dando un paseo de vuelta al hotel (visitando los templos y cositas que vemos por el camino) y listo.
En el hotel, una ducha y a cenar. Hoy cenamos en los puestecillos que hay al inicio de nuestra calle. Nos encantan los sitios donde puedes coger unos pinchitos y te los hacen a la plancha.
Cogemos una mesa, unas cervezas y los pinchos. Luego añadimos un Pad Thai de otro puestecillo y un postre de otro lugar que quieren mis hijos. Una cena redonda que no llega a 600 bath.
De camino al hotel, paramos en una terraza y ¡tomamos unas cervecitas!



