![]() ![]() RAJASTÁN Y TRIÁNGULO DORADO ✏️ Blogs de India
Recorrido de 1 mes por Bombay, Agra, Benarés, Jaipur, Udaipur, Jodhpur, Delhi.Autor: Yanada Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.3 (4 Votos) Índice del Diario: RAJASTÁN Y TRIÁNGULO DORADO
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Etapas 7 a 9, total 9
CONSEJOS PARA VIAJEROS EN JODHPUR
En India hay ciudades en las que uno puede descansar y relajarse. En otras es imposible hacer nada. No hay vida nocturna, es difícil moverse en ellas o hay poco que ver. Jodhpur es muy oscura por la noche, no hay transeúntes y es fácil perderse por sus calles, muy laberínticas en el centro. Creo que permanecer más de dos días en Jodhpur es perder algo de tiempo (a no ser que estés muy cansado o que, como nosotras, no hayas encontrado billetes de tren a tiempo). Casi todos los alojamientos que merecen la pena están cerca de la Torre del Reloj, es decir, cerca del mercado. Puedes dedicar una tarde a pasear por las tiendas hasta perderte y luego pedirle a un rickshaw que te lleve hasta tu hotel. Hay algunos puestos de antigüedades que merecen mucho la pena (cuanto más polvorientas mejor) y también hay buen textil y especias. Ya sabes de sobra que si un local te acompaña a la tienda te va a costar más regatear los precios. Ese tío tan amable se va a llevar entre un 10 y un 15 por ciento de las rupias que tu pagues. Así que el vendedor no querrá bajarte mucho el precio, porque él pierde más de lo que parece. Necesitarás una mañana entera para visitar el fuerte. Toma un autorickshaw para llegar hasta allí. Está más lejos de lo que parece y el camino es empinado. Te costará 50 INR. No contrates los servicios de un guía, porque la entrada incluye una audio guía muy buena. Te ofrecerán además la posibilidad de subir a la parte alta en ascensor por 20 IRN. No merece la pena, la subida no es tan dura como parece y hay cosas en el camino que tienes que ver. El resto de cosas que debes ver están bastante separadas entre si. Si contratas un rickshaw durante un día entero o unas 8 horas puedes ver el resto de lugares importantes. Lleva linterna por las noches. Es una ciudad con monos, ojo con los balcones de las habitaciones de hotel. Mi experiencia en Jodhpur es que los conductores van a intentar cobrarte unas 30 ó 40 IRN más de lo que deben por desplazamiento. No les dejes. Nosotras nos hospedamos en el “Heaven guest House”, behind mehta market, manak chowk road. La primera noche pagamos 300 INR por una doble con baño sin AC. La segunda noche nos cambiamos a una habitación con aire acondicionado por 700. Sólo se lo recomiendo a mujeres que viajan solas. O tal vez para comer, porque hacen muy buenos platos, aunque tardan bastante en servirlos. En la temporada alta, se puede dormir en la azotea al aire libre por 50 rupias. Eso de da derecho a usar un baño con ducha. VIAJANDO EN BUS POR EL DESIERTO Decidimos, al empezar el viaje, no llegar a ninguna ciudad por la noche. Por comodidad. Por seguridad, Por lógica. Así que escogemos los horarios de transporte en función de la hora a la que vamos a pisar por primera vez la nueva ciudad. No nos ha ido mal hasta ahora. Ayer hicimos nuestro primer y único trayecto en bus, porque no hay trenes que unan Udaipur con Jodhpur. Un autorickshaw nos llevó hasta la estación (Setenta rupias. No, my friend, sabes que el trayecto vale 50. Ok, lets go) pero no era allí donde nos esperaba nuestro vehículo, ya que los tickets eran de una empresa de transporte privada y este tipo de autocares no para en las estaciones públicas. Afortunadamente, sólo tuvimos que andar unos setecientos metros hasta encontrar la agencia adecuada. Son ellos los que luego te llevan a un parking en el que están todos los buses privados. Hay asientos normales y literas. No hay baño ni aire acondicionado. Nosotras y una pareja inglesa eramos los únicos turistas. Estar lejos de los occidentales es preferible a veces, pero no en esta ocasión. A penas había una mujer más o dos en todo el pasaje. El resto eran hombres que no nos miraban bien. Es decir, que nos miraban demasiado. Dos mujeres viajando solas por la noche en Rajastán ser tan raro de ver como a papa Noel comprando bikinis en el Corte Inglés. En una de las paradas bajamos a estirar las piernas. Acabamos meando detrás de un camión, soltando tacos en español y peleando con un hombre que nos quería cobrar varias rupias de más por una botella de coca-cola. No cedió aunque el precio correcto estaba marcado en el envase. Y siempre ceden cuando el precio está marcado. Tal vez el tipo no tenía cambio o no quería dejarse ganar por una mujer delante de los otros gallitos o sólo pensaba que no debíamos comprar refrescos en medio de un pueblo extraño sin nuestros maridos. No hablaba inglés. De hecho no hablaba. Jamás me sentí tan observada. No se trata de notar que estás fuera de lugar, sino de percibir que nadie quiere que estés ahí donde estás. Trescientos kilómetros separan Udaipur de Jodhpur. Se invierten más de siete horas en recorrerlos. La carretera es un hilillo de cemento, de forma que los vehículos grandes van con las cuatro ruedas pisando la cuneta. Es, además, un trayecto muy transitado, así que nuestro bus se salía del camino para dejar pasar a los camiones y, en esa maniobra, se quedaba a veces atorado en la arena del desierto. Los hombres salían con linternas a gritarse entre si hasta que el bus volvía de forma agónica a la carretera. Desierto. Ya hemos llegado al desierto. Lo hemos notado en el paisaje, en la suciedad que ha cubierto nuestros macutos y en el polvo que se nos ha colado en la garganta. Y en que, si te asomabas por la ventanilla del autobús, podías ver, entre los tumbos y el viento, todas las estrellas de esta parte del globo. Es, por ahora, un desierto plano, lleno de matojos secos y con pinta de descampado. ((Nuestro último día en Udaipur nos levantamos muy tarde. Hicimos el check out e invertimos la mañana en visitar el Saheliyon Ki Bari, es decurm el jardín de las damas de honor, al norte de la ciudad. Puedes prescindir del paseo por completo. De todas formas, si deseas ir, el autorickshaw no debería costarte más de 40 INR. Por la tarde paseamos por un barrio fuera del circuito turístico y vimos el atardecer sobre el lago)) JODHPUR WAY OF LIFE La conocimos a las cinco de la mañana cerca de la torre del reloj de la ciudad. Se bajó de una motocicleta y nos dio su tarjeta. Tenía la voz ronca. Es de esas personas que tarda en arrancar por las mañanas y sus mañanas comienzan muy pronto, porque los autobuses dejan a los viajeros de madrugada en la ciudad y ella trata de convencerlos para que se alojen en su casa. Nosotras decidimos probar. Tuvimos suerte una vez más. El precio era razonable, aun no había amanecido y solo quedaba de nuestro rickshaw el sonido del motor rebotando por los callejones. Misha es una mujer planeta. Grande, redonda, fuerte y en torno a la cual orbitan numerosas cosas. Su familia, el guest house que regenta, el restaurante que ha construido en su tejado, sus empleados, los huéspedes, sus dos tortugas. Mujer planeta que influencia de forma decisiva la vida de los demás. Que es energía pura. Bondad. Nunca está cansada. Lleva al médico a una mujer francesa que viaja sola. Me encuentra sentada frente al ordenador muy pronto por la mañana y me ofrece una tostada de su propio plato. Se preocupa de que los taxistas y los comerciantes no nos cobren de más. Me pasa la mano por el pelo como solo sabe hacerlo una madre. Cocina de miedo. Le grita a Aida cada vez que olvida quitarse los zapatos al entrar en la casa. Nos ha dicho que cojamos todas las botellas de agua que queramos del refrigerador y que ella llevará la cuenta. Es jainista. En su casa no se comen animales. Todo es natural. Y yo solo he encontrado pequeñas hormiguillas en la habitación. Tiene la cocina más limpia que he visto en India. Es un misterio cómo es capaz de hacer todas las cosas que hace a la vez y que parezca simple. ((Tercer día en Jodhpur: Contratamos un rickshaw para visitar algunos puntos importantes de la ciudad que están distantes entre si: El Palacio y museo de Umaid Bhawan, el Jaswant Thada y los jardines con templos de Mandore. Al atardecer montamos en bote por un lago y visitamos una feria local)) Etapas 7 a 9, total 9
Por nuestra experiencia y la de otros viajeros, trata de evitar comprar los billetes en la estación. A veces hay colas de varias horas y puede que no queden plazas en el tren que deseas. Casi siempre los trenes van llenos. Así que mi primer consejo (y el más importante) es que compres el billete para tu siguiente destino en cuanto llegues a una ciudad. Así evitarás perder más días de lo preciso.
Descartando la estación, hay dos formas para comprar un billete de tren. 1- A través de internet, en páginas como “cleartrip”. A nosotras, este tipo de compra nos ha dado problemas varias veces, pero otros viajeros la utilizan sin complicaciones. A nosotras nos han cobrado dos veces billetes que luego han sido cancelados (en una de las ocasiones nos han reintegrado el dinero). Si te ocurre algo así, tendrás que comprar un nuevo billete, aunque sea general y luego pagarle la diferencia a un revisor para que te deje permanecer en otra clase superior. 2- En agencias o en los hoteles. Normalmente, la comisión que se llevan por la gestión oscila entre 50 IRN y 150. Yo pago ese dinero por tener la tranquilidad de que estoy dentro del tren. Y que mi nombre está en la lista de papel que pegan en la puerta de cada vagón. Existen muchas clases de vagón en el mismo tren. En la “general”, si no me equivoco, no tienes asignado un asiento y aquello está a rebosar. Nosotras hemos viajado en Sleeper class. Son literas. Se descasa bien en ellas. No hay aire acondicionado, pero si viajas por la noche ese no es gran problema. Es un poco fastidioso el polvo que entra por las ventanas, pero nada más. Hay clases superiores (segunda y primera clase, con aire acondicionado, sábanas y cortinas que te aislan del resto del compartimento, etc) Algunas cosas más: - Si vas en litera pide “upper”, es decir, la más alta. Nadie te va a molestar, es difícil que te roben y tu no molestas a nadie si quieres dormir. (Las literas bajas se usan como asiento triple hasta que todo el mundo se va a dormir, o sea que si tienes litera baja tienes que esperar a que a los demás les apetezca irse a dormir). - Cuidado con tus objetos personales. Sobre todo en los parones en las estaciones. Venden cadenas, aunque yo no llegué a utilizarlas. - Hay vendedores de agua y chai que gritan en cada parada. También venden packs de comida... pero mejor lleva bocadillos preparados. - En la estación, mientras esperas el tren puedes colarte en las salas de espera de las clases superiores. Las letrinas están más limpias y puedes tumbarte en el suelo, la gente se mantiene en silencio en esas salas. Tú, probablemente no tengas el ticket adecuado para estar allí porque viajarás en una clase inferior... pero nadie te va a preguntar nada. Etapas 7 a 9, total 9
DELHI LA CIUDAD DE LA QUE TODO EL MUNDO HABLA MAL
Trato de buscar en mi memoria a alguien que me haya hablado bien de Delhi. Pero no la encuentro: “Todo el mundo sale de Delhi en cuanto puede. Haz tú lo mismo”. “En Delhi no hay gente buena. Tened cuidado” “Los días en Delhi son días perdidos” “Nada que ver. Nada que hacer. Muy poco segura. Cuidado”. Y entonces llegamos a la ciudad comprobando que cada paso que damos es en firme al menos dos veces. Vigilando nuestras carteras, templando nuestros nervios ante los ejércitos de conductores, buscavidas y vendedores que nos van a salir al paso para timarnos. Y nada de eso una vez más. Llegamos a la estación, buscamos la cabina de prepago de autorickshaws, le damos la dirección de un hotel que nos han recomendado y nos dejan en la puerta . Nos dan una buena habitación por un precio más que razonable. Hace mucho calor, pero me gusta pasear por la ciudad y mirar para arriba. Delhi es una maraña de cables de luz ennegrecidos. ((Llegamos a Delhi en torno a las siete de la mañana y conseguimos hotel en la zona de Paharganj. Visitamos el Fuerte Rojo – Lal quila- durante toda la mañana. La tarde la dedicamos a pasear por algunos bazares locales de la Vieja Delhi cercanos a Chadni Chowk. En calles estrechas. Se agrupan por profesiones. Hay un par de calles enteras dedicadas sólo a tiendas de cuentas de colores para collares. También nos acercamos al templo jainista Degambara Jain, en el que se puede visitar un centro de recuperación de aves. No apto para gente sensible)) ((Nuestro segundo día en Delhi lo empleamos en ver tiendas y acabar con todas nuestras rupias. No salimos del barrio en el que nos alojamos, en el Main Bazaar de Paharganj. Es como un rastro, pero con todo cuatro o cinco veces más barato. También caminamos hasta Connaug Place)) PAHARGANJ Paharganj no está en en centro de Delhi, pero en el centro de Delhi no hay mucho que ver. Se puede caminar desde allí hasta la parte vieja de la ciudad o tomar el metro. Por cierto, recomiendo el metro para moverse por Delhi. Es muy barato, limpio y sencillo. Paharganj es, desde hace décadas, la primera o la última parada para muchos viajeros. La calle principal está sin asfaltar (tal vez el año que viene ya tenga cementado el suelo) llena de guest house, casas de cambio de moneda, joyerías que venden al por mayor y tiendas de todo tipo que ofrecen productos al gusto occidental. Bolsos de cuero, cortinas de seda, pendientes baratos, incienso empaquetado, sitares, bindis, sandalias y vestidos de colores que jamás llevaría una chica india. Subiendo y bajando esta calle uno se gasta las rupias que no va a cambiar de nuevo, se preocupa por el exceso de equipaje y vuelve a saborear alguno de los platos que más le han gustado durante el viaje(en mi caso, las setas al curry), porque esta puede ser la última vez que uno esté en India. Y la última cerveza, y el último viaje en autoricksaw. Hay hippies experimentados en el regateo, punkys tan colocados como estrellas del rock acabadas, modernitos pasándolo un poco peor de lo que habían pensado en su primer viaje a India, blancos medio hindues que llevan tanto tiempo en el país que han olvidado que pertenecían a otro sitio. Han olvidado como volver. Mujeres fuertes que viajan solas. Tenderos que solo con verte entrar por la puerta ya saben de qué pais eres y cuanto estás dispuesto a pagar. Hay cerveza barata, carteles luminosos, un anciano que me hace tatuajes de henna gratis. Y turistas. Ha sido la única vez que me he visto rodeada de turistas en todo el viaje. Por la noche, Paharganj se convierte en una estepa para que los toros callejeros peleen entre si. No queda ni rastro del bullicio que había durante el día. Lo peorcito de Delhi se sienta en sus calles a fumar hachis de mala calidad. ((Nuestro último día en Delhi lo pasamos subiendo y bajando por la calle principal del Main Bazar. Puede parecer demasiado tiempo comprando, pero yo, por ejemplo estuve más de dos horas en una joyería charlando con el dueño y sólo compré una gargantilla de plata que no pasaba de los cuatro euros. Acabé llorando porque voy a echar de menos India y él, acostumbrado a ver a los viajeros al final del recorrido -Delhi es punto de llegada y retorno- me dio un abrazo. Nuestro hotel estaba justo en el ombligo de esa calle y lo recomiendo encarecidamente a los viajeros: Anup Guest House)) Etapas 7 a 9, total 9
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