Para visitar la ciudad rosa, tal como llaman a Jaipur, nos levantamos más pronto que los últimos días. Hemos quedado a las 9 con el driver, quién nos acerca con el coche hasta el palacio de los vientos, Hawa Mahal.

Ahí conocemos a Babu, quién va a ser nuestro guía durante el día de hoy. Nos explica que la fachada del palacio tiene esa forma para que las mujeres del Harén pudieran ver la calle sin ser vistas. Además al tener ventanas tan pequeñas, conseguía entrar el aire y se estaba muy fresco en su interior. (Este palacio está conectado con el Palacio de la Ciudad y permitía que las reinas acudieran ahí a ver la vida de la calle y los desfiles).

Tras hacer unas cuantas fotos, y huir de los múltiples vendedores que hay, volvemos a montarnos en el coche y vamos dirección al Fuerte Ámber.
Antes de llegar, vemos el palacio acuático Jal Mahal, pero no paramos ya que a la vuelta lo podremos ver con más detalle.
Para acceder al fuerte, hay que subir por una carretera ya que está en lo alto de un monte.
A mitad de camino, hicimos una primera parada para ver el deposito de agua de Panna Mena ka kund. Allí nos contó el guia que justo por debajo del agua hay 20 metros de profundidad más.

Antiguamente, las gente de la zona venían a recoger el agua. Ahora ya no se usa, y únicamente tiene un fin turístico. Pero hay que decir que la consecución de escaleras, hacen un efecto hipnótico muy recomendable de visitar.

Volvimos al coche momentáneamente ya que unos 5 minutos después nos bajamos a ver Shri Jagat, un templo que es un auténtico desconocido en la zona. Se trata de un templo tallado con distintas figuras bailando, animales y otros detalles. También destaca su entrada, con una escalera y 2 elefantes de mármol, cada uno a un lado.
También entramos a su interior y el guía nos contó en qué consiste su religión.
Después de esta interesante visita, llegamos al fuerte. Antes de comprar las entradas, pudimos ver cómo había unos cuantos elefantes, ya que se puede subir al fuerte en estos animales, los cuáles se paran en la entrada principal, la puerta de los leones, lugar por donde accedía el Maharajá.

Tras comprar las entradas, entramos accediendo por la puerta de los leones y desde arriba, Babu nos contó que el complejo se divide en 3 partes, correspondientes a cada uno de los emperadores que construyeron el fuerte.

El primer lugar que visitamos era un patio con una sala donde el gobernante hacia las audiencias. También había unos baños turcos que están muy bien conservados y a parte, nos asomamos a una terraza que daba hacia el lago artificial y desde donde también se veía toda la carretera que sube al fuerte.
También pudimos ver la gran puerta que daba acceso a la segunda zona, el patio de los espejos.

Se llama así porque hay una sala lateral donde se encuentran entremezclados pequeños espejos y detalles en color plata. Además hay un jardín en medio del patio al estilo persa.
Por último, accedimos a la terraza, con vistas también al lago y donde el maharajá dormía en verano cuando hacía calor.
Por último, visitamos la zona más antigua del palacio, que consiste en un patio central con una pequeña zona elevada y alrededor se encontraban las habitaciones de casa una de las 12 mujeres que tenía.
El guia nos contó que existían distintos códigos para llamar a cada mujer y poder irse con ella a la habitación, para llamar a alguna concubina si el maharajá estaba interesado en ella etc.

Con esta parte, terminaba la visita del fuerte, y lo primero que hicimos bajando fue parar a comprar agua. En el complejo militar hacia mucho calor así que fue más que necesaria. A diferencia de nuestro anterior conductor, Vansh no llevaba apenas agua, por lo que teníamos que ir comprándola nosotros. Paramos a comprarla justo al lado del Palacio del Agua, así que aprovechamos para descansar ahí y poder disfrutar de las vistas.

Después del fuerte, el guía nos llevó a una tienda de telas en la cual imagino que se llevaba comisión.
Allí nos explicaron como hacían los estampados de las telas y a continuación, subimos a la parte superior de la tienda a qué nos enseñara todo su catalogo.
Caímos en las redes y finalmente compramos algo. Pero nos vino muy bien el descanso y así nos evitamos pasear por la ciudad con todo el calor que hacía.
Cuando salimos, nos dirigimos al palacio de la ciudad. Se trata de un complejo situado en el centro de la ciudad rosa. El cual se compone por distintos museos (de armas, de ropa etc.) que están situados en los muchos palacios que hay. Además también hay un palacio central y un patio decorado con 4 puertas, cada una dedicada a una estación del año distinta.
Cuando salimos de aquí, nos despedimos del guía ya que sus servicios terminaban aquí y le dijimos a Vansh de poder ver alguna cosa más.
Así que nos dirigimos con el coche a ver el Albert Hall, que es un palacio enorme y que en su interior hay un museo.
Está parada fue rápida y como era pronto, nos acercamos a ver los múltiples bazares que hay en la ciudad rosa (que es el complejo que alberga el centro de la ciudad, dentro de las murallas y que se caracterizan porque todas sus casas son de ese color).

Caminando por las calles del bazar, pudimos ver la pobreza de la India en su máximo esplendor. Calles repletas de gente, con muchas motos pasando por esas vías tan estrechas y bastante suciedad. La basura la acumulan en los rincones, por lo que es un foco de suciedad y de enfermedades.
Las calles de estos zocos se dividen por gremios. Las primeras por las que accedimos eran donde se vendían joyas. Después pasamos por la zona de ropa de mujer. Ahí giramos para volver a una calle principal y así acercamos al Hawa Mahal. En esa calle principal se encontraban tiendas de artículos múltiples, como especias, ropas, alguna que otra ferretería, pequeños electrodomésticos, bisutería...
Para poder llegar al palacio del viento, también tuvimos que hacer el deporte de moda de la India, que es cruzar las calles con los coches en mitad, los cuales no paran. La clave es caminar lentamente, así los vehículos te esquivan y te vas haciendo hueco.
Después de tomar unas pocas fotos, seguimos por la calle mirando alguna tienda. Mi idea era comprarme una camisa de lino, estampada con detalles típicos del país. Sin embargo, no me gusta que me agobien comprando, así que tras entrar a un par de tiendas a mirar y ver cómo los vendedores te atosigan para que compres, me fui de manos vacías.
En un principio íbamos a seguir nuestro paseo por el mercado, pero en la zona donde estábamos había multitud de gente, pitidos de coches, conductores de tuc tuc que se te acercan a intentar montarte. Nos dio un poco de ansiedad el lugar así que llamamos a nuestro conductor y nos marchamos a ver el último lugar que teníamos apuntado para el día de hoy, el templo de Birla Mandir.

Aunque se trate de un templo relativamente nuevo, construido sobre los años 80 por la familia Birla en mármol completamente. Entramos a visitarlo, nos quitamos los zapatos y accedimos. Es gratis así que está muy bien. Su exterior está decorado con muchos detalles, como figuras, animales etc. Su interior es mucho más sencillo, con un pequeño altar donde están los dioses que veneran.
Una vez salimos, ya era tarde así que fuimos directos al hotel, eran sobre las 18:30 y estábamos cansados. Pero teníamos que pagarle al chófer la mitad de lo acordado, así que intentamos cambiar dinero en una casa de cambio cerca del hotel pero era muy malo lo que nos daban, así que intentamos sacar dinero en varios cajeros pero también fue misión imposible. así que le pagamos en euros finalmente.
Al hotel entrábamos definitivamente sobre cerca de las 7, bastante cansados de nuestro paseo. Como no habíamos comido ese día, tomamos algo en la habitación, unas cervezas y unas bolsas de patatas, que como no, picaban también.
Al tener piscina en el hotel, nos cambiamos rápidamente y bajamos a refrescarnos un poco. Un pequeño baño nos vino genial, de esa manera hacíamos frente al enorme calor y humedad que hacía en las ciudades indias.
Después de este momento de tranquilidad, y tras prepararnos para salir, nos acercamos a un restaurante que estaba cerca del hotel para cenar. Era un sitio que estaba dirigido por sordos, así que fue una bonita experiencia pedir a través de códigos.
El día de iba acabando, así que ya llegaba la hora de dormir. Muy deseada porque el cansancio ya iba haciendo mella y además, mañana iba a ser nuestro última jornada. Íbamos a ver algo de Jaipur y tras esto, comenzaríamos el viaje de vuelta en coche hacia Nueva Delhi, donde cogeríamos el vuelo de vuelta a España.
GASTOS DEL DIA
- Entradas Amber Fort--> 1000 rupias (11€)
- Entradas Palacio de la ciudad--> 2000 rupias (21,50€)
- Sprites en el palacio--> 80 rupias (0,90€)
- Pago guia babu (guía Jaipur)--> 2100 rupias (23€)
- propina templo Birla Mandir por guardar zapatos--> 20 (0,25€)
- patatas fritas en puesto callejero--> 30 rupias (0,33€)
- cervezas en tienda--> 340 rupias (3,70€)
- cena en Vittals: 569 + 50 rupias (6,80€)
