![]() ![]() Hawaii. Aloha State. ✏️ Blogs de USA
Viaje al archipiélago más remoto del mundo
Oahu-Big Island-kauaiAutor: Wapiti Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (2 Votos) Índice del Diario: Hawaii. Aloha State.
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Etapas 4 a 6, total 6
Tocaba madrugar había que coger un avión a las 9h hacia Kona en Big Island. Los billetes internos los habíamos reservado desde España. Nos costaron 645$ y fueron tres en total.
Los reservamos con Go Mokulele, totalmente recomendable, la única cosa a comentar es el cobro de la maleta a facturar. El vuelo duró 45 minutos y fue bastante divertido. Al subir comprobamos que nuestras maletas de mano no cabían en el maletero del equipaje. Me entró la risa cuando veía a los pocos turistas que ibamos ese día a Kona meter a presión las maletas, pero sin éxito, y recordando que en facturación nos habían verificado el tamaño de la maleta. Se nos acercó el azafato para decirnos que las pusieramos debajo del asiento. Así lo hicimos. Sentados y con casi todo el avión para nosotros nos dispusimos a despegar. Cuando el avión estaba maniobrando los simpáticos pisters se despedían de nosotros al estilo hawaiano. Empecé a sentir un gelido frío por los pies y mi sopresa fue al ver un humo compacto y blanco salir por debajo de los asientos. Aquello parecía Londres. ![]() ![]() Una vez en el aire tuvimos la suerte de ver unas magnificas vistas del Hanauma Bay, Diamond Head y Waikiki todo aquello que días anteriores habíamos vistos desde tierra.
![]() ![]() Aterrizamos sin problemas en Kona, la costa Oeste de la isla. El día era soleado y corría una frisa que aliviaba el calor. Fuimos en busca de nuestro coche de alquiler. Elegimos un jeep 4x4 porque habíamos leído que en esta isla era útil por el terreno abrupto de los accesos a algunas playas, y para subir al Mauna Kea, en el que se necesita un coche potente debido a su pronunciada pendiente de ascenso.
Nos montamos en el jeep, programamos el gps y fuimos en busca del hotel, mientras veíamos que el paisaje era completamente diferente al de Ohau. Pasamos de montañas de un verde intenso a parajes áridos y cubiertos de lava. Llegamos a Kona Seaside Hotel bien situado en el paseo marítimo, y con muchos restaurantes en los alrededores. Comentaros que la primera noche casi nos quedamos sin cenar porque no controlamos los horarios y al ser un pueblo muy tranquilo los restaurantes no tenía horario para turistas y muchos cerraban antes de las 21h. Hicimos el checking in, dejamos las maletas en la habitación y nos fuimos a Kahaluu Beach. Esta playa está a 7 km de Kona, es el mejor acuario natural para los aficionados al snorkel. El día empezó a nublarse bastante, pero nos pusimos el bañador y fuimos a inspeccionar esa playa. Mientras esperaba mi turno para meterme en el agua, porque me quedé vigilando las cosas, se me acercó una agradable señora y empezó a explicarme que en esa playa habitaban muchas tortugas y que muchos turistas no respetaban su espacio al querer hacerse fotos constantemente muy cerca de ellas. Ella era una de las voluntarias que pasaban el día allí vigilando a la gente que no se acercasen mucho a las tortugas y así evitar estresarlas. La conversación derivó a muchas otras como el idioma de Hawaii, de donde procedíamos etc. Después de casi una hora con ella, le deseamos lo mejor y partimos al siguiente lugar a visitar, que era Kealakekua Bay. Seguimos por la costa viendo desde el coche Keauhou Bay, nos desviamos por una carretera estrecha hasta una zona residencial. Al final de esa carretera nos encontramos con un puesto clandestino de alquiler de Kayaks, con unos personajes dignos de ver y que parecían salidos de una película. En realidad ese sitio era el punto de partida de las excusiones en kayak por la Kealakekua Bay hasta el monumento del Captain Cook. Este remoto lugar es inaccesible por tierra y solo se puede llegar por mar. La bahía es muy rica en corales, peces tropicales y está frecuentada por los delfines Spinner. Aparcamos el coche, estuvimos paseando entre las rocas, haciendo fotos desde lejos al monumento del Captain Cook y viendo como algunos turistas llegaban y salían hacía allí en Kayak. Estuvimos dudando si hacer la excursión pero el tiempo y el estado del mar nos hecho para atrás, además el puesto clandestino no nos daba mucha seguridad. ![]() Proseguimos la ruta hasta Puuhonoau O Honaumau National Historic Park. Empezó a llover, solo sacamos el ticket para visitar el recinto y no para hacer snorkel. En este lugar también es habitual ver delfines nadar cerca de la orilla.
![]() El recorrido se puede hacer más o menos en una hora, según el rato que te entretengas en cada uno de los puntos del recinto y del templo. El tiempo empeoró y de la fina llovizna que caía al principio se convirtió en un buen chaparrón. Nos resguardamos un rato en una de las cabañas con techo de paja hasta que amainó un poco y corriendo nos metimos en el coche dirección a la zona más meridional de los Estados Unidos conocida como South Point o Ka Lae. Antes quisimos pararnos en el pueblecito Miloli, pero no tuvimos mucho éxito en encontrarlo.
![]() ![]() Las señales en las islas no son muy abundantes y hasta que consigues interpretarlas te pasas varios kilómetros de largo. Como íbamos a pasar otro día por esa carretera decidimos dejarlo para otro rato. Segimos por la Mamalahoa Hwy hasta llegar al cruce del South point Road, carretera que tomamos hasta llegar a su fin.
El trayecto se complicaba según te ibas acercando a la costa hasta llegar a un parking de arena. Allí dejamos el coche pensado que hasta la Green Sand Beach había un corto paseo. Hacía muchísimo aire y veíamos a la gente regresar andando, supuestamente de la playa. Habíamos leído que se podía llegar en todoterreno pero en vista del estado del camino de los 100 metros que había del parking a la entrada del camino decidimos dejarlo porque el nuestro no era apto. Comenzó nuestra travesía sin saber lo que teníamos que ver ni a que distancia se encontraba. Cuando llevábamos un rato caminando adelantamos a una familia que nos comentó que había autóctonos que ofrecían su ranchera para llevarte hasta la playa por unos $. Camínanos unos metros con ellos hasta que apareció una ranchera y se subieron a ella. Nos ofrecieron también ir con ellos pero pensando que no quedaba mucho les dijimos 'No thanks'. ![]() ![]() Vimos desaparecer el vehículo tras las dunas. Tras ellos fueron adelantándonos varias rancheras más cargadas de turistas. Era por la tarde, llevábamos una hora caminando, no teníamos agua, no sabíamos cuanto nos quedaba para llegar y ni si nos daba tiempo a volver de día. Pero ahí estábamos los dos más solos que la una y sin rastro de la playa ni de los coches. Después de varias tentaciones de darnos la vuelta por la incertidumbre de no saber donde estábamos, al final a lo lejos escuchamos gente chillar.
Por fin avistamos las rancheras y llegamos al acantilado donde pudimos apreciar esta playa tan exclusiva. Vimos a la gente que nos habían adelantado bañándose y pasándoselo en grande con el fuerte oleaje que había en la cala. ![]() Nos quedamos con las ganas de bajar a bañarnos pero cada vez nos quedaba menos horas de luz y un largo trecho de regreso, por lo que pusimos el turbo hasta el parking llegando al anochecer. Etapas 4 a 6, total 6
Algún sonido extraño me despertó antes de hora. Miré por la ventana, el suelo de la calle estaba mojado. Estuvo lloviendo toda la noche. Hoy prometía ser un día bonito ya que el sol estaba saliendo con fuerza por el horizonte. Después de buscar y rebuscar por toda la habitación de donde podía provenir el dichoso ruido nos dimos cuenta que el aire acondicionado había estado toda la noche en funcionamiento. Ya decía yo que había mucha humedad y el ambiente era fresco, pero al llegar exhaustos a la habitación la noche anterior no nos dimos cuenta de que el AC estaba en la posición ON.
Desayunamos en el hotel, comprobamos la ruta que tocaba hacer y nos montamos en el coche dirección a Makalawena Beach. Cogimos la carretera principal Highway 19 y empezamos a subir hacia el norte. Esta playa solitaria está situada muy cerca de Kona, pero a nosotros no nos pareció tan cerca. Como no estaba señalizada estuvimos subiendo y bajando por la misma carretera durante casi una hora. Al final nos metimos por un camino y a medida que nos íbamos adentrando en él percibimos que nos habíamos equivocado. Estábamos en un exclusivo club de golf. Paramos delante de la caseta del guarda y le preguntamos al chico donde estaba Makalawena Beach. Después de sus indicaciones nos abrió la barrera para poder dar la vuelta, ya que era imposible dar marcha atrás.
Volvimos otra vez a la misma carretera donde minutos antes habíamos recorrido un millón de veces. Con más tranquilidad y con las señas que habíamos entendido del amable chico del club de golf, nos desviamos por un camino de tierra. Al llegar al final, nos encontramos con una valla cerrada con candado y nos detuvimos un rato a ver si se acercaba alguien para preguntar si por ese camino se llegaba a la playita. A los pocos minutos llegó un coche con una pareja, fui hacía ellos para preguntarles si sabían algo de esa playa. Me enseñaron en su guía como se llegaba hasta la playa. Estábamos en el camino correcto pero lo que nos costó encontrarlo no lo sabe nadie. Cuando volví hasta nuestro coche le dije a mi pareja que vaya birria de guía que llevábamos. La de ellos si que era una buena guía, te indicaba absolutamente todo. Allí estábamos unos cuantos coches esperando a que alguien abriera la valla. Al cabo de unos minutos apareció una ranchera que paró delante de nosotros, se bajó un señor muy amable que nos saludó con ‘Aloha’ y abrió la valla. Él pasó delante, luego íbamos nosotros y detrás todo una hilera de coches. El camino era completamente de lava, abrupto, y difícil de transitar. Parecía que estuvieras montado en una atracción de feria. Fue muy divertido. Al cabo de unos pocos kilómetros el camino se cortó y ya no se podía seguir en coche. Lo dejamos aparcado, cogimos los bártulos y proseguimos a pie. Después de 10 minutos y a toda prisa para ser los primeros, llegamos a la remota y escondida Makalawena Beach. Aquel lugar paradisiaco y a la vez salvaje nos dejó grabados en la retina magnificas vistas y una agradable sensación de tranquilidad. El paisaje nos recordó algunas películas de náufragos e incluso en unos instantes llegar a experimentar ser uno de ellos. Fue fantástico disfrutar de ese lugar los dos solos. ![]() ![]() Durante nuestro recorrido por esta playa vinieron a visitarnos una familia de cabras salvajes. Iban saltando entre las rocas de lava. Fuimos tras ellos pero desaparecieron entre las palmeras y arbustos.
Cuando ya empezaron a llegar los demás turistas decidimos seguir nuestro planning. Tocaba buscar Hapuna Beach. Está situada a 11 km al norte de Waikoloa Coast. Cogimos de nuevo la Hwy 19. Esperábamos que ésta fuera más fácil de encontrar que la anterior, y así fue, en un plis plas estábamos en una amplia zona llamada Hapuna Beach State Recreation Area. La playa estaba rodeada de cabañas para dormir, zona de picnic y todo lo necesario para pasar un placentero día en familia. Había poca gente o eso parecía al ser una extensa playa. Algunos los veías pasear de punta a punta, otros haciendo snorkel, tumbados al sol y nosotros plantados en medio de tan inmensa playa de aguas cristalinas y de fina arena blanca y un sol abrasador que no teníamos idea de que hacer. Paseando un rato por la orilla me acordé que había leído que a unos pocos kilómetros de Hapuna Beach (creo recordar a 1,5 km al norte de esta bahía) se hallaba la bella Kaunaoa Beach. Esta playa con forma de media luna, solo accesible a través de Mauna Kea Beach Hotel era ideal para nadar y hacer snorkel.
Hacía mucho calor y ya tenía ganas de darme un baño. Buscamos el hotel Mauna Kea para ir a Kaunaoa Beach y refrescarnos mientras hacíamos snorkel. Entramos en los jardines del hotel pasando entre medio de turistas que descansaban en sus tumbonas con vistas al mar. Seguimos por un estrecho camino que bordeaba toda la costa, mientras caminábamos sin saber si el camino era correcto, avisté unos delfines saltando a pocos metros. Esperamos unos minutos para volver a verlos pero se escabulleron rápidamente mar adentro. Por fin llegamos a la media luna, dejamos entre las rocas nuestras pertenencias y nos metimos en el agua. ![]() Volvimos después de unas horas a Hapuna beach, nos quitamos la sal en las duchas públicas y pusimos rumbo a Hawi. Antiguamente fue una importante zona por sus plantaciones de azúcar.
Hoy día es una agradable población para pasear por sus aceras de madera y coloridos escaparates. Estuvimos pocos minutos en Hawi porque teníamos que parar en Pololu Valley Lookout y luego llegar a Waipio Valley antes del atardecer. Queríamos llegar a ver la puesta de sol en la cima de Mauna Kea. ![]() Para acceder a cada uno de estos valles se tiene que dar un buen rodeo a la zona norte de la isla porque en línea recta no se puede acceder.
Al final de la Hwy 270 nos encontramos con el lookout de Pololu valley. Este valle está aislado por las exuberantes paredes del cañón, el ancho suelo del valle se une con el mar en una playa de arena negra. La zona del mirador era muy estrecha y apenas cabían más de 7 coches. Tuvimos suerte porque en ese momento se iba uno. Aparcamos, nos pusimos las botas de montaña y comenzamos el descenso hasta la playa. ![]() Nuestro look era de lo más chic. Imaginaros con la ropa de playa y las botas de montaña, podíamos crear tendencia. Desde el observatorio las vistas eran preciosas. Muchos turistas solo se quedaban en el mirador pero nosotros no nos conformábamos con eso. Queríamos bajar y ver desde más cerca la belleza del lugar.
![]() El camino hasta la playa dura aproximadamente 20 minutos. Estaba lleno de badenes y surcos, parecía fácil bajarlo pero un poco complicada la ascensión.
Descendimos a toda prisa. Una vez en la orilla y solos completamente disfrutamos de las vistas. El fuerte oleaje hacía imposible el baño, era lo más bonito del lugar junto con las paredes del cañón. ![]() ![]() ![]() Sin agua ni provisiones subimos sin fuerzas, el recorrido bastante empinado se hizo interminable.
![]() Al llegar al coche los demás turistas nos preguntaban que tal nos había ido y si costaba mucho hacerlo, nuestra respuesta fue: El fantástico paisaje compensa el esfuerzo de la dureza del camino.
Volvimos a Hawi para coger la hwy 250 dirección Waimea, en este corto trayecto en la pequeña localidad e Kapaau nos topamos con la estatua original de Kamehameha el Grande, la cual se perdió en una tormenta y posteriormente fue recuperada en el fondo del mar. En su lugar, en Honolulu, se erigió una réplica que es la que actualmente preside el Ali’iolani Hale (Edificio de la central de Hawaii 5.0). ![]() El trayecto Hawi a Waimea de unos 32 km sigue el costado occidental de la Kohala Mountain road. Es un recorrido precioso con una carretera serpenteante, estrecha y bordeada de árboles, ofrece vistas impresionantes y un paisaje muy variado, de verdes colinas y llanos prados a rocas volcánicas y playas remotas.
Cuando llegamos a Waipio valley con su 1,5 km de ancho y sus casi 10 km de extensión tierra adentro, es el mayor de los siete valles que forman esa costa. Se puede acceder a la base del valle pero al ser el camino muy inclinado limita el acceso a vehículos 4x4. El trayecto a pie dura 30 minutos. Nos llevamos una pequeña decepción porque nos pudimos disfrutar de las vistas ya que el sol nos daba de cara y se producía un efecto como de neblina. Es un lugar para visitarlo a primera hora del día cuando el sol refleja sus rayos en todo el valle. ![]() Nuestra última etapa del día llegaba a su fin, pisamos el acelerador hacía Mauna kea. Teníamos por delante casi 70 km hasta llegar al volcán y poder fotografiar la puesta de sol.
Íbamos solos por Saddle road. Esta carretera une Waimea con Hilo. La duración de este recorrido se nos hizo muy larga porque el gps no nos indicaba el punto de llegada. Carecíamos de referencias y el sol cada vez estaba más bajo. El cruce que teníamos que coger para subir al volcán sabíamos que estaba a medio camino entre Waimea y Hilo pero en la carretera no había indicaciones para llegar a Mauna Kea. Paramos en un área de descanso pensando que era la base del ascenso ya que así lo indicaba. No había ni coches ni gente a la vista. Nos adentramos un poco más y un perro nos empezó a ladrar y a seguirnos, fue que entonces cuando vimos a tres hombres bebiendo cerveza y cortando leña. (Lo malo de ver tantas películas es que la mente trabaja sola y parecía una secuencia de la Matanza en Texas). Les preguntamos por donde se accedía a la cumbre y nos indicaron que a pocos kilómetros carretera adelante se hallaba el cruce. Nos dimos la vuelta y así lo hicimos. Llegamos al cruce correcto y comenzamos a ascender. ![]() Según íbamos subiendo una densa niebla nos cubría, cosa que nos dejó momentáneamente tristes porque pensamos que no veríamos el atardecer. No nos dimos cuenta de la causa de este fenómeno hasta que de golpe desapareció la niebla y nos percatamos que habíamos pasado en nivel de las nubes.
A medida que íbamos avanzando nos daba la sensación de que el coche perdía potencia y que la aguja de la gasolina cada vez estaba más baja. No sabíamos a que era debido hasta que al dar una curva vimos que el tramo que habíamos pasado estaba muy por debajo de nosotros. El desnivel de ascenso al Mauna Kea es de un 18 %, se asciende en 7 km unos 1,3km de ahí que para la subida recomienden coches potentes con tracción 4x4. En uno de los point view vimos que se bajaban de una furgoneta un grupo de orientales con chaquetones de alta montaña. Mi pareja y yo nos miramos pensando que no era para tanto todavía íbamos vestidos con nuestros bañadores. Fue entonces al llegar a la cumbre y vimos a todos con chaquetones y mantas cuando nos dimos cuenta que nuestra indumentaria no era la más apropiada. Nos pusimos nuestra ropa de montaña y vimos que no era suficiente, empezamos a remover el coche buscando todo tipo de prenda que nos pudiera resguardar del frío, conseguimos chubasqueros y toallas que nos abrigaron un poco más. ![]() ![]() Una vez allí solo quedaba esperar. Las vistas desde que llegamos, aún con el sol en alto, hasta que nos fuimos ya de noche fueron espectaculares en todo momento. Decir que el Mauna Kea con sus 10203 m es la montaña más alta del mundo si se mide desde su base contando la parte que tiene bajo el mar. Desde el nivel del mar su altitud es de 4205 m. El aire en la cima es muy puro tanto que mi pareja hasta que se aclimató se mareó un poco. ![]() Estuvimos allí hasta que oscureció. La mayoría de los turistas nos marchábamos dando paso a los expertos con sus grandes telescopios.
![]() Etapas 4 a 6, total 6
La noche anterior lo habíamos recogido todo y dejamos a punto las maletas para no perder tiempo durante la mañana y salir escopeteados de Kona dirección Hilo. El día prometía, teníamos un largo camino repleto de lugares fantásticos para descubrir.
Volvimos a pasar por Milolí, ya que la primera vez no lo encontramos. Bajamos hasta la mitad de una serpenteante carretera e hicimos algunas fotos a aquel pueblo devastado por la lava. No había vegetación y quedaban algunas casas desperdigadas en medio del paisaje. ![]() ![]() Cogimos la Hwy 11 y llegamos al distrito de Kau. Esta formado por 3 ciudades donde crecen las famosas nueces de macadamia, la caña de azúcar y naranjas.
Lo que destacamos de esta zona es Punalu’u Beach Park, situado a 8 km al sudoeste de Pahala. Es una playa de arena negra rebosante de cocoteros y donde puedes encontrar grandes cantidades de tortugas, comiendo en la orilla y nadando en el mar. Estuvimos unos minutos admirando tan bonito paisaje. El aire soplaba con fuerza y movía enérgicamente las palmeras de los cocoteros, el mar estaba un poco enfurecido y las olas rompían con fuerza contra las rocas. ![]() ![]() ![]() Seguimos por la Hwy 11 sin parar hasta llegar al hotel que teníamos reservado en Hilo. Hicimos el check in, dejamos en la habitación los bártulos y proseguimos nuestro planning en busca de las Akaka Falls State Park.Dos de las cascadas más impactantes del Estado se hallan en este parque, en las colinas de Hamakua Coast. Condujimos por la Hwy 220 y a 5,5 km al oeste de Honomu se encuentra este parque. Llegamos al parking, dejamos el coche y justo en la entrada para acceder al recorrido nos encontramos un joven apoyado en una máquina de tikets. Nos paró para comentarnos que si dejábamos el coche dentro teníamos que pagar el parking, pero si lo dejábamos afuera no hacía falta. Sacamos el coche y lo estacionamos a unos pocos metros de donde estábamos. Realmente me sentí un poco mal por el tacañismo que nos entró por no querer pagar el ticket del parking. El camino para acceder a la cascada era sinuoso y precioso, la vegetación frondosa y verde te transportaba a un cuento bucólico. Se recorre en menos de media hora y une la Kahuna Falls de 120 metros con Akaka Falls de 130 metros. En el mirador principal puedes escuchar el agua caer con fuerza y desde el borde del camino la puedes observar en toda su dimensión, incluido el estanque que hay abajo. El mirador de la primera no tiene tan buena visibilidad como la segunda. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Después de esta breve pero bonita visita nos dirigimos hacía Kaumana Caves. De camino a estas cuevas nos desviamos por la Scenic Road. Es un corto trayecto por la carretera antigua que pasa por medio de frondosa vegetación, desde allí se puede ir al World Botanical Gardens. Nuevamente por falta de tiempo y porque nos quedaba poca gasolina desistimos acercarnos al Jardín Botánico.
Kaumana Caves no estaba indicada en nuestra guía, Este lugar los descubrimos en internet, lo sacamos de alguno de los diarios que leímos de Hawaii. Es una maravilla de la naturaleza. En cuanto llegamos dejamos el coche aparcado en el arcén de la carretera, daba un poco de respeto porque no había ni un alma a la vista. Bajamos por una escalera tupida de flora autóctona y bastante empinada que nos daba entrada al tubo de lava. ![]() ![]() Con nuestras luces de minero nos adentramos en la oscuridad de la cueva creada por la lava. Fue increíble estar los dos solo en la completa oscuridad, escuchando sonidos que te hacían volar la imaginación.
![]() ![]() ![]() Tras un breve visita al tuvo de lava nos fuimos hacía Rainbow Falls. Situado a 3 km al oeste del centro de Hilo en Waianuenue Avenue.
El nombre de estas cascadas se debe a los arcos iris que se crean cuando el sol se filtra a través de la bruma que produce la cascada de 24 m. Al llegar por la tarde no pudimos ver el arco iris creado en la cascada, hicimos algunas fotos y paseamos un rato por los alrededores. Accedimos por un camino señalizado aún pequeño bosquecillo de banyan trees. El suelo estaba minado de raíces de estos grandes árboles, que hacían divertido caminar por él. ![]() ![]() ![]() ![]() Tras jugar como niños por este bosque que parecía sacado del señor de los anillos seguimos por el camino hasta llegar a la parte trasera de la cascada. Allí nos encontramos con una preciosa estampa, un estanque que en sus calmadas aguas se reflejaba el bonito paisaje y que daba paso a la caída de la cascada. Un lugar tranquilo y encantador para acabar el día.
![]() Comentar que en los lugares visitados en esta etapa no hay que pagar entrada. Etapas 4 a 6, total 6
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