Transmongoliano ✏️ Blogs de Rusia

Este era el día de las compras. Después de ponernos las botas de nuevo en el desayuno del hotel (¡tenían hasta pizza y nuggets!).

Cogimos el metro hasta la parada Yonganli y desde el mismo metro accedimos al famoso Mercado de la Seda, “Xiushui Market”.

Es un centro comercial lleno de tiendas donde hay que regatear los precios. Hay de todo, desde tecnología, relojes, maquillaje, ropa deportiva, calzado… distribuido por plantas. Al principio cuesta regatear, pero luego le coges el tranquillo. Según lo que habíamos leído, hay que ofrecer el 10% de lo que te piden. Por ejemplo, si te piden por unas zapatillas 1500yuanes, tú les dices que 150. Todo lo apuntan en una calculadora, y te la ofrecen para que tú escribas tu oferta. Si compras varias cosas, también te hacen descuento.

A mí lo del regateo no me va mucho, sobre todo porque siempre terminas con la sensación de que podías haberlo conseguido más barato y claro, ellos nunca van a perder, siempre sacan beneficio, si no, no lo venderían, no lo olvidemos. Pero bueno, es una experiencia divertida. Lo importante es ir sin “necesitar” nada, porque si te ven interesado es peor. Si no alcanzas un acuerdo, te das media vuelta y “sorry, pero me voy”; y saldrán detrás de ti o te agarrarán del brazo para seguir negociando. Nuestra única experiencia con el regateo había sido en el Gran Bazar de Estambul, y los chinos nos parecieron más pesados que los turcos. También nos pasó que en un puesto nos echaron al ponerles el primer precio que ofrecíamos por unos zapatos. La dependienta puso cara de pocos amigos y nos señaló la puerta. Pues bueno, le habría parecido poco, pero siempre ofrecíamos primero el 10%. También hay souvenirs, pero nos dio la sensación de que al final del regateo consigues más o menos el mismo precio que en la calle.

Como digo, es una experiencia para vivirla, aunque puede agobiar un poco tanto regatear y el hecho de que los dependientes te llamen para que entres en cada tienda, pero es curioso ver cómo enseguida te cogen el acento y te hablan en español… ¡saben latín estos chinos! Jeje.

Tras pasar por el hotel para dejar las bolsas de las compras, volvimos a caminar hacia la callecita de las tiendas que habíamos visitado el día anterior entre la calle Di’anmenwai y el lago Qianhai, para hacer las últimas compras y tomarnos una cervecita a orillas del lago.

Esa noche cenamos en un restaurante que está en la misma calle que el Quanjude, en la calle Quianmen Dongdajie, al sur de Tiananmen.

Pedimos “dumplings”, cerdo con una salsa buenísima, pollo con almendras (pollo “rebozado” de almendras y con una salsa para mojar buenísima, nada que ver con el de aquí) y cervezas. Nuestra sorpresa fue que en mitad de la cena nos avisó el camarero de que tenían un espectáculo de marionetas con música en directo, y estuvimos viendo un cuento sobre un cazador, un zorro y una garza. Fue una experiencia muy bonita y muy especial, como despedida de nuestro viaje y la comida, como siempre, espectacular.

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Salimos a las 8 de la mañana; el vuelo era a las 11’40. Después de pagar en el hotel (creíamos que ya habíamos pagado el primer día, pero nos aclararon que era un depósito; de hecho el precio final fue algo menor); fuimos con nuestros macutos al metro (habíamos leído que es fácil que los taxis en Pekín no te quieran parar, o que te timen con el precio) hasta la parada de Dongzhimen para coger el tren que lleva al aeropuerto. Está muy bien indicado desde el metro. En la guía Trailblazer pone que son 25 yuanes por persona, pero juraría que fueron 26. Tarda una media hora.

El tren hace 2 paradas en las terminales, es muy fácil.

El vuelo de vuelta con Aeroflot no fue mal. El primer tramo, de Pekín a Moscú, son unas 8 o 9 horas, pero no se nos hizo pesado porque cada asiento tiene una pantallita donde puedes ver pelis, series, documentales (en ruso o inglés) y jugar a videojuegos. Nos dieron comida y cena.

El vuelo Moscú – Madrid (también con Aeroflot) tardó en salir por una tormenta, así que estuvimos en el aeropuerto de Moscú unas 5 horas en lugar de 3. Aprovechamos para gastar los últimos rublos, puesto que luego en España no se pueden cambiar. Nos dieron otra vez de cenar. Llegamos a Barajas hacia las 12 de la noche, cuando la hora prevista original eran las 22’30.

Cuando llegamos a casa, con los cambios horarios y tal, habían pasado 24 horas desde que habíamos salido del hotel de Pekín por la mañana, pero con el jet lag no teníamos sueño, jeje.

Ha sido un viaje estupendo no, lo siguiente. Hemos vivido unas experiencias tremendas y se lo recomiendo a cualquiera. Ya habéis visto que mi memoria no es muy buena, y no apunté todos los precios y horarios exactamente, por lo cual este diario no es tan meticuloso como el de otros viajeros; sólo trato de devolver un poquito de todo lo que tomo de este maravilloso foro. No obstante, en lo que os pueda ayudar, me mandáis un mensajito, que seguiré por aquí.

AGRADECIMIENTOS

Infinitas gracias a TIERRAS INSOLITAS, por su información en el foro de losviajeros y por su web, muy útil, sobre todo, en el tema de visados:

http://www.tierrasinsolitas.com/?p=43

Infinitas gracias también al sitio de EDU&ERI, sin cuya magnífica información habría resultado imposible comprar los billetes de tren por internet:

http://www.eduyeriviajes.com/mundo110415moscuysanpetersburgocomprartren.htm

Un aplauso enorme para ellos y para todos los viajeros que a diario comparten sus experiencias y ayuda desinteresada en este estupendo foro y en sus blogs particulares:

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