![]() ![]() Transmongoliano ✏️ Blogs de Rusia
Mi Luna de Miel sobre raíles.Autor: Aderyn Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (5 Votos) Índice del Diario: Transmongoliano
01: Planificando el viaje
02: Presupuesto aproximado
03: Día 1: Moscú
04: Día 2: el primer tren. Camino de Ekaterimburgo
05: Día 3: Llegamos a Ekaterimburgo
06: Día 4: Ekaterimburgo
07: Días 5 y 6: Camino de Irkutsk
08: Día 7: Llegada a Irkutsk y Litsvyanka
09: Día 8: Litsvyanka
10: Día 9: Irkutsk y tren rumbo a Mongolia
11: Día 10: El paso de la frontera Ruso-Mongola
12: Día 11: Tour 1
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Etapas 4 a 6, total 23
El Hostel Godzilla tiene un cuarto donde te pueden guardar el equipaje cuando ya has dejado la habitación. Te dan una clave para abrir la puerta y listo. Aprovechamos la mañana para desayunar tranquilamente en una terracita y luego buscar un supermercado y comprar provisiones para el tren: café instantáneo, minidosis de leche, azúcar, galletas, noodles, patatitas, chicles, té, agua mineral…
En nuestro billete (bueno, la hoja con el código de barras de la que hablé en la introducción) ponía que la estación de partida era МОСКВА КАЗ, es decir, “Moscú Kaz”, y mirando en el mapa vimos que había una estación llamada Kazanski… pues sería esa, ¿no? Sí que era. Pero fuimos con tiempo, unas 3 horas, porque queríamos asegurarnos de si con esa hoja podíamos subir al tren o había que canjearla por los billetes físicos. A lo mejor es que somos algo torpes, pero estuvimos 1h de reloj dando vueltas por la gran estación tratando de que alguien nos resolviera la duda. Topamos con un empleado muy alto que ni me miró mientras hablaba en ruso y yo preguntando “biliet ok?” y enseñándole el papel; lo mismo una taquillera de la rzd que ni miró la hoja cuando se la enseñé y debió de decir algo como que ahí sólo era venta de billetes. Al final, en un mostrador de la rzd el empleado nos dijo que “directly to the train”, así que nos quedamos más tranquilos y nos buscamos un sitio por los andenes para sentarnos a esperar. Cuando llegó el tren, fuimos hacia nuestro vagón (tienen el número en un cartelito) y enseñamos nuestra hoja y los pasaportes a la “provodnitsa” (“encargada” del vagón); ella miró la hoja extrañada, luego los pasaportes; comprobó que estábamos en la lista que tenía y nos indicó que subiéramos. Un poco seria, pero amable. Más adelante, volvió a nuestro compartimento a devolvernos la hoja, y nos pidió perdón y todo y nos explicó más o menos en inglés que si necesitábamos algo la avisáramos… Nos dijo que se llamaba Margarita y, efectivamente, en su chapita ponía Маргарита, le dijimos que en Español es una flor, hasta le hicimos un dibujo, y parece que le gustó, una tía maja. A las 16’50, puntual, arrancó el tren. Estuvimos curioseando un rato por el vagón, el samovar (una especie de calentador de agua que hay en todos los vagones, con un grifo para hacerte noodles, té o lo que quieras), los recovecos de nuestro compartimento… comimos nuestros primeros noodles con agua del samovar y decidimos dormir un rato. La verdad es que la comida instantánea que hemos estado probando no está nada mal, los noodles y el puré de patatas; incluso unos noodles con setas muy ricos. Después de la siesta fuimos al vagón restaurante “PECTOPAH” a tomar una cerveza; allí estuvimos charlando en inglés con una parejita rusa muy joven y con unos neozelandeses cincuentones que también estaban haciendo el transmongoliano (a este matrimonio nos lo encontraríamos varias veces más, incluso en medio de la Gran Muralla). Más tarde apareció un grupo de rusos muy jóvenes que con la cosa del fútbol se pusieron a hablar con nosotros; acabaron invitándonos a chupitos de vodka y nosotros les regalamos una bufanda de España… vamos, una fiesta muy divertida; y las provodnitsas del vagón echándonos porque cerraban… nos lo pasamos muy bien y nos echamos unas risas. Esa noche dormimos como troncos, claro. Etapas 4 a 6, total 23
El tren va haciendo paradas durante el recorrido, claro. Algunas muy breves que no abren las puertas y otras más largas, de 10,20,30 minutos; hasta tuvimos una de 50 minutos. En esas ocasiones puedes bajar al andén a estirar las piernas, fumar (aunque en el tren hay espacios entre los vagones donde se puede fumar), y comprar alguna cosilla. En muchas estaciones se acerca gente del pueblo de turno a vender artesanía, comida y bebida; y también hay tiendecitas o quioscos donde venden de todo: tabaco, noodles, agua… En el Vagón PECTOPAH el café cuesta 80 rub, unos 2€. Las cervezas creo que eran 150 rub cada lata de 0’5l, casi 4€.
El "samovar": [img] ![]() La provodnitsa se queda al pie de la escalerilla y te avisa con un gesto cuando hay que volver a subir al tren; por si acaso, nosotros también le preguntábamos: “/minít/?” (=¿minuto?) y ella nos indicaba con los dedos. De todas maneras, “¿dónde va la gente?donde va vicente”, y te fijas en el resto de pasajeros: cuando el tren para en una estación, mirábamos por la ventanilla y si veíamos a gente bajando, bajábamos, y cuando los veíamos subir, pues lo mismo. Al andén siempre bajábamos la cámara de fotos y yo mi bolso con la documentación y el dinero.. “porsi”. La cama del tren es dura, pero cómoda y para mí el traquetreo es como un arrullo, así que siempre dormí bastante bien. Se me pasó comentar que la provodnitsa te da sábanas, almohada y en el compartimento hay mantas por si hace frío. También nos dio unas toallas. Llegamos a Ekaterimburgo sobre las 5 de la tarde hora local. En los billetes y en los horarios de las estaciones normalmente pone la hora de Moscú, al igual que en nuestras “hojas con código de barras” que llevábamos impresas desde Madrid. Sin embargo, en los billetes que compramos a través de Real Russia ponía la hora local, muy bien indicado que era hora local de los sitios. Si no, muy importante: hora de Moscú. La primera impresión fue buena: en la estación todas las indicaciones estaban en ruso y en inglés. Nuestro hotel, Marins Park, estaba justo en frente de la estación, así que sólo tuvimos que atravesar la enorme plaza y cruzar una avenida por un subterráneo para poder llegar. Nos hicieron parar en el momento de registrarnos, lo hicimos con la tarjeta de débito de nuevo porque la de crédito no iba (no sabemos por qué). El hotel es la típica mole soviética enorme y está en remodelación; qué casualidad que nuestra planta, la 9ª era de las antiguas, así que nada, todo un poco viejo pero bien. La habitación muy grande, con nevera y tv y vistas a la enorme plaza con la estación de tren. Se escuchaba el ruido del tráfico, pero bueno. Hacía mucho calor pero aún así salimos a dar una vuelta y a ver si cenábamos algo. La ciudad es grande, con grandes avenidas, muy … “soviética”; dicen que es la ciudad con más contaminación de Rusia, y tiene una historia triste, con todo el tema de la masacre de los Romanov… pero no sé por qué nos transmitía muy buen rollito; tiene unos palacios preciosos y un lago con barquitas y un parque al lado para sentarte tranquilamente en un banco… se ve a bastante gente joven y el ambiente parece muy bueno. Los nombres de las calles están en ruso e inglés, por lo que es más fácil moverse que en Moscú. En los 2 restaurantes que estuvimos tenían carta en inglés y los camareros se defendían, al igual que en los puestos de las calles… Un poco de casualidad decidimos entrar en un restaurante con logotipo de un gato que tenía una terraza con flores y una cerca de madera blanca muy bonita, Se llama Паштет (Pashtet, que significa "paté"); estaba en la calle Толмачева (tolmacheva),23. Paralela a Ul Bratyev Bykovikh. Por dentro también era muy bonito, como una casita, con estanterías con libros y manteles de flores… Cuando vieron que éramos extranjeros, nos atendió una camarera que hablaba inglés y nos trajo una carta en inglés. La verdad es que fueron muy amables. Tomamos dos ensaladas, unos entrantes que eran panecillos con relleno y unos “pelmeni”: una especie de ravioli rellenos de carne muy ricos, que nos los pusieron en una ollita con unas salsas para mojarlos (en otros sitios los sirven en sopa). De beber, agua y cocacola. No recuerdo exactamente la cuenta, pero no fue caro, unos 30€ los dos. Los "pelmeni": [img] ![]() Uploaded with ImageShack.us[/img] Aprovechando que teníamos tele, estuvimos viendo la final del fútbol, que ganó España. Con el cambio horario, aquí empezó a la 1 de la madrugada… yo no conseguí ver el partido entero, pero ya me enteré al día siguiente de que habíamos ganado, jeje. Etapas 4 a 6, total 23
Este día queríamos hacer un tour para ir a ver la frontera de Asia con Europa y el lugar donde encontraron los restos de los Romanov. La Lonely Planet dice que no hay oficina de turismo propiamente dicha, pero que hay una empresa, Ekaterimburg Gude Centre, que organiza visitas. Fuimos a la dirección que indicaba = ¡¡ERROR!!
Como comenté, nuestra edición de la guía no está actualizada y nos jugó alguna pasada y esta fue la primera: la agencia no estaba en ese sitio, pero nosotros tardamos en darnos cuenta, y perdimos bastante tiempo callejeando. En la otra guía, (“Trans-Siberian Handbook” de TRAILBLAZER) ponía que esta agencia estaba en “pr Lenina 52/1, office 12”. La avenida Lenina es una calle muy grande en el centro de la ciudad, por lo que tuvimos que caminar bastante. Lo de “52/1” era un poco raro: es como que las manzanas están numeradas, y era la número 52, portal 1. Encontramos un cartelito con un 52 en la esquina de un edificio, pero el 1 no aparecía por ningún lado, dimos varias vueltas y a punto estábamos de desistir cuando entré a un supermercado a preguntar. Casualidades de la vida, le enseño la dirección de la guía a un vigilante del súper y me presenta a un señor que estaba comprando; ¡resulta que ese señor era el director de la agencia! (surrealista total); él se presenta, se llama Konstantin y habla muy bien inglés; le explico que no encontramos la oficina, y me dice que es un poco difícil, sale conmigo a la calle y justo al lado del súper hay una puerta metálica gris sin ningún número ni nada, la abre y me dice que en el primer piso, en la puerta número 12 está la agencia, que hablemos con su colega, la señorita María. Efectivamente, así hicimos; el edificio estaba un poco destartalado por dentro, pero la oficina estaba muy bien. Cuando le explicamos a la chica lo que queríamos, nos dice que justo Konstantin iba a hacer un tour de unas 4 horas con dos señoras australianas y que salían en ese momento, que si nos interesaba; le dijimos que sí y le llamó inmediatamente; nos dijo que bajáramos que nos recogía en su coche. En la calle nos montamos con él (yo creo que le pillamos ya de camino y se dio la vuelta) y nos fuimos a recoger a las australianas para comenzar nuestra visita. ¡Tuvimos muchísima suerte! Eran las 12 del mediodía, y pensar que si nos hubiéramos entretenido más buscando en la otra dirección o si no hubiera preguntado en el supermercado, habríamos llegado tarde… Konstantin es un tío muy majo, te va explicando muchas cosas por el camino, sobre la ciudad, sobre la gente… La primera parada fue en un memorial a las víctimas de los gulags que hay en las afueras de Ekaterimburgo. Unas losas enormes con miles de nombres y apellidos de la gente que encontraron en las fosas comunes que había por allí, y una representación de los símbolos de las religiones de los allí enterrados: católica, ortodoxa, judía y musulmana; la verdad es que ponía los pelos de punta. Después fuimos a ver el monumento que hay en la frontera de Asia con Europa. Allí Konstantin nos dio unos “certificados” en plan coña con nuestro nombre, que dice que somos muy valientes por haber traspasado la frontera, y sacó una botella de una especie de sidra achampanada para brindar todos juntos (¡la botella que estaba comprando en el súper cuando lo encontré de casualidad!). Como nosotros estábamos de luna de miel, nos dijo que nos teníamos que hacer una foto en una especie de monumento bastante hortera con la silueta de dos cisnes de hierro que hay justo al lado, porque allí van las parejas de recién casados a sacarse fotos… nos lo pasamos muy bien. Volvimos a coger el coche para ir a un complejo de monasterios e iglesias que ha construído la Iglesia Ortodoxa en honor a los Romanov, en el sitio donde supuestamente el ejército rojo trató de quemar los cuerpos. Son unas iglesias de madera, muy bonitas, pero todas nuevas, no es un sitio “histórico”. La entrada la incluía el tour, pero si querías hacer fotos tenías que sacar un ticket y nosotros no lo hicimos. Las mujeres tienen que ir con la cabeza cubierta y con falda. Yo me puse un pañuelo mío en la cabeza y como llevaba pantalones tuve que ponerme encima una especie de “pareo” que tenían en la puerta para ese fin. Además de las iglesias tienen también una exposición de fotografías de los Romanov; lo que más me impresionó fueron dibujos infantiles que habían hecho las princesas de pequeñas. Tras esta visita, nos desplazamos por una carretera y Konstantin aparcó en la cuneta; en medio de la maleza y del bosque está la auténtica tumba de los Romanov, donde encontraron sus restos, después de que no pudieron quemarlos, y el sitio está marcado con una cruz. La verdad es que es curioso cómo la Iglesia ha montado todo ese despliegue y luego el sitio de verdad puede pasar casi inadvertido. [img] ![]() Volvimos a la ciudad y nos preguntó dónde queríamos que nos dejara; le pedimos que queríamos ver el “Beatles Corner” del que nos había hablado al principio de la visita que había en la ciudad, y nos dejó cerca. Le pagamos en ese momento. Konstantin nos había comentado que en Ekaterimburgo es muy fácil visitar los sitios relevantes de la ciudad: tan sólo hay que seguir una línea roja que han pintado los propios ciudadanos en la acera para que los turistas la sigan y encuentren cómodamente todo. Este fue otro de los motivos que hizo que nos sorprendiera esta ciudad tan agradablemente… nuestra imagen de los rusos había cambiado radicalmente, tan sólo hay que salir de Moscú. Pasamos la tarde en la ciudad, alternando el paseo y las fotos con un refresco en un banco de un parque y con alguna cerveza en una terracita, debido al cansancio y al calor. Para cenar fuimos al “Mamma’s Big House” ya que lo recomendaban en ambas guías y habíamos visto también algún cartel. Cenamos hamburguesa y pizza. Nuevamente todo muy rico y más o menos de precio como el día anterior. Tienen post-it de colores y lápices para que dejes tus notas pegadas por ahí, nos gustó mucho este sitio. Etapas 4 a 6, total 23
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