El zoo más grande del mundo - Kenya (2009) ✏️ Blogs de Kenia

7 de julio

A pesar de levantarme pronto, el comedor está abarrotado en el turno de desayuno, gente esperando para unirse al convoy hacia Tsavo, como yo, o gente que regresa a Nairobi. A los pocos minutos de haber dejado el lodge en solitario, nos detenemos en un punto indeterminado de la "carretera", para que se reúnan los demás vehículos del convoy, y los militares que nos van a acompañar y proteger. Un joven soldado armado con una metralleta se mete en mi coche, junto al conductor, y me escoltará todo el camino. Resulta que al final, todo no es más que una comedia, pues el "convoy" se compone de 2 furgonetas, y la otra va tan rápido que solamente la tenemos a la vista los primeros 5 minutos de la ruta. El trayecto es relativamente corto, no dura más de hora y media, y la entrada a la reserva de Tsavo se produce a través de campos de lava, es un paisaje totalmente desolador, en el que poca fauna se puede ver. Nos detenemos a tomar unas fotos en el Campo de lava de Shetani.





Al cabo de unos kms, paramos en el garito de entrada para pagar el pase. Durante el trayecto hacia el Kilaguni Serena Lodge, pararemos en las Mzima Springs, una fuente de agua dulce que proviene directamente del Kilimanjaro, tras varios kms de fluir bajo tierra. Es un oasis en medio del paraje volcánico. Oddis comenta que es donde se rodaban las películas de Tarzán. En dichas fuentes se pueden ver cocodrilos, hipopótamos y alguna especie de pescado. Estos últimos se pueden ver bien gracias a una cabaña construida en la ribera de una charca enorme. Esta diminuta cabaña contiene una parte sumergida con unas grandes cristaleras desde las que se ve el fondo. Apenas caben 4 personas en su interior.






Las aguas que fluyen tras estas fuentes se dirigen hacia Mombasa, para abastecer a la población. Tras una breve caminata que permite ver algunos hipopótamos y cocodrilos, vamos hacia el lodge, y llego a tiempo de darme un chapuzón en la piscina antes de ir a comer. Allí me encuentro con una pareja de españoles relajándose. Me cuentan acerca de sus viajes, y yo hago lo propio.
La comida tiene lugar en un gigantesco comedor sin paredes, con vistas a la habitual charca destinada a la observación de animales, pero durante el día sólo se ven pájaros y una jirafa despistada. Después de comer, me dirijo a mi último safari, que será el peor de todos, debido al desconocimiento del parque por parte de Oddis. Solamente alcanzo a ver algunas jirafas, un kudú y varios buitres, en un paisaje bastante desolador.





De regreso, comento los safaris con la pareja conocida antes, y me cuentan que el suyo ha sido genial, con muchos animales interesantes, lo que me irrita aún más.
Durante la cena, por lo menos, tengo la suerte de ver varios elefantes y antílopes que se acercan a beber a la charca. Tras la cena, conozco a un hombre vasco que montó hace muchos años una empresa de safaris en Kenya y Tanzania. Charlamos largo y tendido y me cuenta sus experiencias, y tras rechazar el ofrecimiento de hacer un safari nocturno (por el que me piden un pastón), me voy a dormir.




8 de julio

El día de hoy empieza temprano con un espectacular desayuno. Aprovecho para preparar unos bocadillos para el camino, pues inmediatamente después de desayunar, partimos de regreso a Nairobi, ya que las entradas son válidas sólo por 24 horas, así que si salimos de la reserva después de las 9 de la mañana (hora en que entramos ayer), me cobrarían un día entero más. Por lo menos durante el desayuno he estado entretenido con los animales en la charca, había varias especies: búfalos, impalas, jirafas, facóqueros, hasta un hipopótamo...






El camino de regreso a Nairobi, como todos los tramos de carretera, largo, polvoriento y aburrido. Para mi sorpresa, llegamos a Nairobi sobre las 2 del mediodía, y Oddis me deja directamente en el aeropuerto, cuando el vuelo no sale hasta las 10 de la noche. Por suerte, puedo facturar las maletas varias horas antes en KLM. Me quedaré de compras en el aeropuerto, dando vueltas y leyendo. A la hora de embarcar, estoy agotado, así que va a ser fácil dormir hasta Amsterdam. Una vez en Schipol, tengo que pegarme una carrera para coger el vuelo de enlace hasta Barcelona, con lo que me quedo una vez más sin disfrutar de un paseo por este gran aeropuerto.
Esto es todo amigos!

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