Por fin he descansado como Dios manda... Me levanto a las 7 y al entrar al comedor para desayunar, todo el mundo ya se ha largado, y no ha quedado nada de comida. Me quejo en recepción y me traen, de mala gana, un poco de fruta, unas tostadas frías, unas tortillas pírricas y café recalentado. Desde luego, vaya viaje llevo...
Me voy a andar un rato para estirar las piernas antes de la larga jornada en coche. El chófer, que parece ser la única persona seria y cumplidora del país, espera puntual en la entrada, así que cargo las maletas, le doy las llaves al botones y me voy sin pasar por recepción para pagar las consumiciones de ayer. Va por el desayuno.
Las carreteras están en tan mal estado que es imposible entretenerse en el viaje, ni leer, ni dormir, pues el coche hace ruido por todos lados, y con tanto bache parece que se vaya a desmontar en cualquier momento. Al cabo de un buen rato de conducción que imagino debe ser agotadora, paramos en un gran recinto al lado de la "autopista", en el que hay varios vehículos detenidos, autobuses incluidos. El chófer necesita descansar un rato y tomarse un té. Yo doy una vuelta por la inevitable tienda de souvenirs y refrescos, dónde coincido con un grupo de españoles que también han parado a descansar y van en dirección contraria a la mía. Charlamos un rato sobre las distintas experiencias en este y otros viajes, y cuando veo salir al chófer, nos despedimos, deseándonos suerte mútuamente en la continuación.
Al cabo de poco rato, llegamos a FATEHPUR SIKRI, un palacio imperial abandonado hace mucho tiempo, muy cercano a Agra. La entrada con el vehículo está prohibida, pero el chófer ya sabe con quién debe encontrarse y nos aborda un guía local, que se cuidará de darme la paliza en esta localización solamente. Para llegar al palacio, hay un buen trecho y el guía comenta de coger un "rickshaw", pero resulta que el precio no está incluido. Paso. Me paga el billete del autobús que lleva hasta el interior, tampoco es que haya mucho trecho. Hay que ver como intentan timarte con cualquier cosa, si llego a aceptar el rickshaw, tengo que pagar de mi bolsillo, y él se queda con el dinero del bus y la comisión del rickshaw...
El interior del palacio con sus patios, aposentos para mujeres, columnas talladas y fuentes, es bastante anodino, y el guía me aburre con sus explicaciones, aún más cuando cree que sabe español y a veces intercala palabras en italiano, pensando que es español. No le corrijo, para qué? Unas cuantas vueltas y fotos, más que nada para poder estirar las piernas, no es que sea una visita muy interesante, y me voy por el mismo camino de subida, pero andando, que no está tan lejos...Llego a tiempo de ver como un taxi embiste a un rickshaw y lo deja majo, por suerte no hay heridos, pero el pobre hombre del rickshaw va a estar unos días sin poder trabajar.
Al volver a subir al coche, como parece que estamos cerca y tendremos tiempo, le pifo al chófer que me lleve a ver la puesta de sol al TAJ MAHAL. Incomprensiblemente, me entiende! Me lleva a un lugar desde el que no se ven las típicas imágenes del templo, está lejos, pero es una perspectiva nueva.
El tráfico en Agra es poco menos que caótico para variar, aunque la ciudad tiene un aire más europeo por lo que veo de momento. Al chófer le cuesta bastante encontrar el Hotel Crystal Inn, pero preguntando a varios peatones (hay para escoger), al final llegamos. No tiene mala pinta. Allí ya me espera el guía de Agra, justo a tiempo de intentar convencerme de quedar a las 8 para las visitas. Le digo que quiero ver la salida del sol, así que al final quedamos a las 6. El hotel tiene un restaurante en el piso superior desde el que se vería el Taj Mahal si estuviera iluminado de noche. La comida no está mal, pero el servicio es lento y nefasto, pues soy el único cliente y tardan lo indecible...
27 de noviembre
Al quedar tan temprano con el guía, no puedo desayunar en el hotel, así que tras pedirlo ayer por la noche, me preparan el desayuno y me lo ponen en una bolsa de plástico para llevar. Salgo del hotel a las 5:45, a punto de salir el sol. Por suerte, el hotel está relativamente cerca del Taj Mahal. Por el camino me como unos bocatas de los que me han preparado para el desayuno, para llegar a la visita y no perder tiempo comiendo. Durante el trayecto desde el aparcamiento hasta la zona de taquillas, multitud de vendedores ofrecen sus tiendas para comprar souvenirs a la salida. Ya veremos. Las colas son enormes, y por lo visto las puertas no se abren hasta la salida del sol. Me pongo a hacer cola, una para hombres, otra para mujeres (??). No se permite la entrada de tabaco, comida o bebida para no ensuciar las instalaciones, por ese motivo a la entrada se forman tantas colas, el registro es exhaustivo.
Una vez dentro, enseguida quedo maravillado de la belleza del mausoleo. Creo que es lo único que realmente ha valido la pena del viaje. Las torres de mármol blanco, la enorme cúpula, los colores cambiantes a medida que los rayos del sol inciden en diferentes ángulos (blanco, pastel, amarillo, rosa). Es un espectáculo, aunque la cantidad de gente es tan grande que es muy difícil disfrutarlo como se merece. Casi imposible sacar una foto del templo sin que salga un ser humano. Tras varios intentos infructuosos, decido que da igual (si supiera como funciona el Photoshop se arregla fácil), y saco las instantáneas con gente. De lejos, de cerca, con fuentes, sin fuentes, con reflejos... Da igual, no te cansas de mirarlo. Dispongo de un buen rato para pasear por el recinto y entrar en el mausoleo, aunque las colas allí otra vez son eternas. Hay que descalzarse para poder entrar, pero por suerte, te entregan unos patucos de tela para no ensuciarte los pies. En el interior, en teoría no se pueden hacer fotos, pero la gente pasa de todo. Me apunto. Tras el edificio principal se ven unas bellas vistas del río, aunque no apetece para nada bañarse en él. Desde los edificios adyacentes también se obtienen bellas fotos, pero el tiempo apremia y debo salir.
A la salida, entro en una tienda y miro un rato, sin llegar a comprar.
La siguiente visita es al FUERTE ROJO (esta vez el original). Mostrando la entrada del Taj Mahal, hay un descuento en la entrada al Fuerte, o sea que guardadlas! La visita es muy parecida a la de Delhi, jardines, museos, salas de columnas labradas de mármol... Un pastel de visita.
Poco antes de mediodía, he acabado con las visitas programadas por la agencia, al haber empezado horas antes de lo que tenían planeado. El guía comenta que él ha acabado su trabajo y me abandona con el chófer otra vez. El tren no sale hasta las 7 de la tarde, o sea que tengo varias horas por delante sin ningún plan. Me las arreglo para comunicarme con el conductor y quedar con él a una hora determinada en una zona bastante concurrida para que me lleve a la estación, y yo voy a callejear, intentar encontrar algún sitio para comer y hacer unas compras. Tras mucho rato andando entre coches, cerdos, vacas y ciclistas, sin poder ver ningún chiringuito en el que arriesgarme a comer algo, veo el familiar letrero de un Pizza Hut, y no me lo pienso. Me como una pizza no muy mala, y disfruto del aire acondicionado un buen rato. Saliendo me voy de tiendas, a comprar unos recuerdos y regatear un ratito. A la hora convenida, me encuentro con el chófer, que pacientemente espera en el coche. Es el único profesional responsable que he visto hasta ahora, los demás se escaquean en cuanto pueden. Conduce a la estación, me ayuda a descargar las maletas y se despide cordialmente sin ni siquiera esperar a ver si cae una propina. BRAVO!
La estación es un caos, está a reventar de gente, sentada en el suelo, durmiendo en el andén, fumando, comiendo... "Allí dónde fueres, haz lo que vieres", dicen, así que me siento a esperar. El tren llega más de dos horas y media tarde, y para mi parece una eternidad, ya no sé qué hacer. Finalmente, casi a las 10, puedo entrar en el vagón asignado y buscar mi "cama". Una litera durísima, en el pasillo, sin puertas, solamente unas cortinas... Un desastre. No lo recomiendo a nadie. La gente paseando por el pasillo toda la noche, imposible descansar.
Próxima parada: Jabalpur.
Si creéis que viajar en tren en India puede ser una experiencia enriquecedora en algún sentido, olvidadlo. Yo lo hice con la intención de ahorrar en tiempo y dinero (vuelos y hoteles), y la verdad es que no lo repetiría. Qué desastre de noche...
Llego molido y 3 horas tarde (retraso habitual en India) a la estación de Jabalpur, para encontrarme con que nadie está esperando, al menos en el andén y sala principal de la estación. Salgo cargado con todo el equipaje a dar una vuelta por los alrededores, sin alejarme demasiado, a ver si encuentro a alguien que pueda ser el guía. Necesito una ducha con urgencia. En los alrededores de la estación, multitud de taxistas ofrecen sus servicios para llevarme a dónde sea, pero no pierdo la esperanza de encontrar lo que busco. Pienso en dar una llamada a la agencia para ver qué pasa, pero evidentemente no hay cobertura, o sea que me siento y a esperar. Al cabo de un rato, aparece un viejo bajito y con una sonrisa sin dientes que se presenta como el nuevo conductor e intenta ayudar con el equipaje. Demasiado grande para él. Cargo maletas en el coche y empezamos el recorrido por carretera hacia el Parque Nacional de KANHA, en el que se inspiró Rudyard Kipling al escribir "El libro de la selva". Está situado a 200 kms de Jabalpur, o sea va para largo. Antes de dejar la ciudad, pido al chófer que pare en una tienda a comprar provisiones por si acaso. En los PN estoy a pensión completa, pero nunca se sabe...Las carreteras continúan siendo una sucesión de baches y agujeros, pero al menos el paisaje es más agradable que en la parte de Delhi y Agra, es más natural, con mucha vegetación. La velocidad media apenas sobrepasa los 40 kph, y lo de adelantar es poco más que misión imposible: tardamos más de 4 horas en hacer los 200 kms.
Llegamos a las cercanías del PN de Kanha, estoy destrozado, y preguntando a la gente si conocen la ubicación del hotel: el Mowgli Resort (en honor al protagonista de la novela de Kipling). Finalmente doy con el lodge, y a primera vista tiene muy buena pinta (para ser India).
Compuesto por un edificio central que contiene comedor, cocina y sala de recreo, y unos jardines en los que se reparten los bungalows que sirven de alojamiento a los huéspedes. Incluso hay una piscina. Soy absolutamente el único cliente en el día de hoy, e incomprensiblemente me dan uno de los bungalows más alejados del comedor... Cuando me he registrado y me han explicado como va todo, le digo al encargado que antes de comer quiero darme una ducha, pero dice que no puedo, pues el agua deben calentarla manualmente, ya que no hay agua caliente corriente, así que hasta después de la comida no podré ducharme. Voy pues, a comer: una mezcla de platos típicamente indios (sopa, arroz, lentejas, verduras, pan) intercalados con platos occidentales (patatas fritas y pollo frito). No es una delicia, pero estoy tan hambriento que pido varias raciones de patatas fritas. Tras el ágape, una ducha relajante y una siesta, pues hoy no tengo nada programado por la tarde, no sabía a qué hora llegaría. En el techo del bungalow han "anidado" unos monos que no paran de hacer ruido y me estropean la siesta, pero por lo menos descanso. A eso de las 7, llaman a la puerta y aparece el guía del safari de mañana con los permisos y papeles que debo rellenar para eximirles de responsabilidad en caso de que se me coma un tigre. Tras el papeleo, a cenar. Continúo siendo el único huésped en el resort, y la cena parece una repetición de la comida, pero como está rico, da igual. Me voy a la cama, creo que hoy dormiré como un tronco...
29 de noviembre
He descansado profundamente toda la noche. A las 5 me viene a buscar el guía del parque para empezar el safari. Ya casi estaba vestido cuando ha llamado a la puerta. Es noche cerrada y la temperatura bastante fresca, así que me abrigo con varias capas de ropa e impermeable. El desayuno, empaquetado para comer en ruta. Total, a esta hora y con todo lo que comí ayer, no entraría nada... Las puertas del PN de Kanha abren a las 6, y en las taquillas hay una larga cola de jeeps esperando. Esta vez, el safari será en vehículo pequeño abierto, no en camión. A ver si tengo más suerte. El guía comenta que durante el safari, tendré la oportunidad (pago aparte), de perseguir al tigre por la espesura montado en un elefante, como en las cacerías de los antiguos maharajas. Cuando comenta el precio, amablemente (y con ojos como platos), declino la oferta.
En el coche, aparte del conductor y el guía, me acompaña un naturalista, que se dedicará a explicar curiosidades sobre la fauna y flora que pueda observar. Tampoco le voy a hacer mucho caso, pero es lo que hay.
Una vez dentro del parque, no es que haya mucha fauna para comentar: lechuzas, arañas, algún ciervo... Aparte, el entorno no se parece al que se ve en la película de "El libro de la selva". Me muestro un poco decepcionado por todo ello. Por lo menos veo una espectacular salida de sol en el más absoluto de los silencios.
Tras varios kms recorridos en el coche, nos detenemos en una especie de campamento con un comedor y unos servicios. Aquí vendremos después para desayunar, de momento parada técnica para aguas menores. Reanudamos la marcha, con la esperanza de ver algún tigre cuando en un recodo del camino veo 4 jeeps parados y mirando un punto en la espesura. A lo lejos veo un leopardo descansando en lo alto de un árbol, y nos quedamos un rato mirándolo, pero está muy lejos. Cuando volvemos a ponernos en marcha, a pocos cientos de metros de nuestra posición, vemos un elefante con conductor salir de la espesura, y escucho perfectamente los rugidos de dos tigres que, o se pelean o se cortejan.
Detenemos el coche en medio del camino, pues los rugidos se van acercando. Estoy expectante ( y los otros 2 jeeps que hay en el camino también). Espero. Y espero más. Los rugidos cesan. El elefante vuelve a entrar en lo profundo del bosque, a ver si los espabila. Espero un buen rato. Los rugidos han parado hace rato y no se han vuelto a escuchar. Me aburro de esperar. El guía lo percibe y comenta si quiero ir a desayunar. Acepto, pues el campamento no está lejos. Me como los bocadillos rápidamente, y regreso al jeep para volver al punto en que dejamos a los tigres. Durante mi ausencia, obviamente, los tigres han cruzado el camino por delante del punto en que estábamos detenidos antes del desayuno y se han internado en la selva al otro lado. Todavía se les oye, pero no se les ve. Me dispongo a esperar pacientemente un buen rato más, pero no parece que tengan intenciones de mostrarse de nuevo. A mediodía, el parque cierra sus puertas, o sea que tenemos que empezar a regresar a la entrada. Al cruzar por el punto en que vimos al leopardo, veo con alegría como baja del árbol y se dirige hacia nosotros. Nos paramos, pero lo pierdo de vista entre el sotobosque. Ya no lo volveré a ver.
Voy al resort para comer, por la tarde volveré para otro safari, pero le pido al conductor que en lugar de llevarme al resort me deje en el pueblo, así compraré algunas bebidas y chucherías para ir picando. Ya volveré a pie, no está lejos. Hoy no estoy solo en el comedor, han llegado más huéspedes. La comida continúa siendo buena, pero la variedad es escasa: sopa, patatas fritas, pollo, arroz, lentejas...
A las 2:30 me recogen para el safari de la tarde. Otro rato perdido, dando vueltas en busca del condenado tigre, para ver solamente unas huellas y unas marcas de garras en un árbol, aparte de un chacal. Había decidido que si en el safari de la tarde veía un tigre, mañana por la mañana haría otro (pagando aparte), en caso contrario, saldría temprano hacia Bandhavgarh. Regreso al lodge frustradísimo, deseando darme una ducha, cenar e irme a dormir. Mañana salgo temprano...
30 de noviembre
Me despido del lodge con un buen sabor de boca por el trato recibido, la comida, la habitación... pero muy cabreado por no haber visto los dichosos tigres. Como es habitual, el chófer llega tarde, y al cabo de menos de cinco minutos de subir al coche, cuando aún no hemos salido del pueblo de Kanha, tenemos que parar para que nos reparen un neumático pinchado. Empieza bien el día...Por suerte, esta gente tiene una gran práctica y habilidad para estas cosas que deben ser muy habituales, y en menos de 10 minutos estamos en ruta. Tenemos un recorrido largo y aburrido por delante, con un paisaje monótono y una conducción no apta para cardíacos.
Finalmente, tras una parada en la carretera para ver unos árboles de los que cuelgan cientos de murciélagos, llegamos a mediodía al nuevo lodge: Wildhaven Resort. Nada que ver con el anterior, este es sucio, polvoriento, viejo y descuidado.
Me despido del chófer, quedando con él para las 7 de pasado mañana. En vista de que la hora de llegada es adecuada, intento hablar con la agencia para organizar un safari para esta misma tarde, pero son tan rematadamente obtusos que no hay nada que hacer, hasta mañana, nada de safaris. Así pues, voy a comer. No hay más clientes en el lodge (no me extraña), y tengo que comer bajo la atenta mirada del propietario, que me observa como si le fuera a robar las mesas. La comida (lo de siempre), no es terriblemente mala, pero he comido mejor en el Mowgli. Por lo menos me dan una botella de litro de agua para la comida y no tengo que ir pidiendo.
Tras la comida, voy dando un paseo hasta el pueblo, para ver si hay algo interesante que ver. Un par de tiendas, un centro de internet, muchos animales por la calle y varios perros hambrientos rebuscando entre los montones de basura. Hace mucho calor, así que no prolongo demasiado el paseo y vuelvo al hotel a pegarme una siesta.
Toda la tarde leyendo, y matando arañas en la habitación... Llegada la hora de la cena, voy al comedor, y antes de que me sirvan, le pido al propietario que el desayuno de mañana me lo pongan en plan picnic, para llevarlo al safari y comer en el PN. No problem. La comida servida para cenar recuerda sospechosamente a lo que ha sobrado al mediodía, debidamente tuneado y camuflado, pero eso sí, me dan otra botella de agua. Me veo venir que me las van a cobrar... En el lodge se ven un montón de empleados, por lo menos hay 10, pero soy el único huésped y no parece que vaya a cambiar. Tampoco se ve a nadie haciendo nada, ni disimular. Sólo "trabaja" el propietario y el chaval que sirve las comidas.
Mañana tengo safari a las 5:30 de la mañana, o sea que pongo el despertador a las 4:30 y me retiro pronto a dormir. No hay tele ni nada mejor que hacer...
1 de diciembre
Bufff. Son las 4:30 de la mañana y hace fresquito. Es noche cerrada, y me temo que el agua caliente para la ducha no funciona muy bien. Llaman a la puerta, pero al abrir no hay nadie. Han dejado unos bollos y unas tazas con café e infusiones para calentarme. Algo es algo... Salgo a esperar al guía del safari bien abrigado, y pido unas mantas para llevarme en el coche, que supongo será un jeep descapotable como en Kanha. Con el desayuno, me entregan una botella de agua. Con el retraso habitual, llega el jeep y me instalo, guardando el desayuno a mis pies para ir picando. El parque no está lejos, aunque el camino para llegar a la entrada es un sinfín de baches, y a la hora de apertura de puertas (6:15), ya estamos esperando. Consta de 6 zonas diferentes, y a mi me asignan la número 2. La fauna del parque es de las más pobres que he visto aquí, peor que en Ranthambore... Puedo distinguir varias huellas de tigre y leopardo, pero ni rastro de los animales.
A las 8, paramos a desayunar y continuamos dando vueltas sin sentido por los caminos del parque. Las puertas se cierran a las 10 de la mañana incomprensiblemente, y hasta después de la comida no podemos reanudar el safari. Eso sí, me ofrecen la posibilidad (pagando extra, 2000 rupias), de hacer un combo safari + trekking de 11 a 5. No habíamos quedado que el parque cerraba??? Regreso al lodge bastante cabreado como viene siendo costumbre, y tras visitar los servicios, como es muy temprano para comer, voy al pueblo a dar una vuelta. En la mochila llevo algunos restos de comida que doy a los perros que deambulan por la calle y me empiezan a seguir dónde quiera que vaya.
A mediodía vuelvo al lodge, a darme una ducha y a comer. Otra botella de agua. No he quedado hasta la 1:30, así que me echo una siesta.
Para el safari de la tarde, me hacen entrega de otra botella. Tengo una colección de botellas de agua llenas, pues apenas me he acabado las dos primeras... Esta tarde tengo asignada la zona 1. Las puertas abren a las 2:30. El safari de la tarde, otra porquería, unos monos y algún ciervo, pero una espléndida puesta de sol. Empiezo a estar seguro de que lo de los tigres en India sólo es un mito. Se han extinguido hace tiempo, pero turistas tontos como yo seguimos creyendo en ellos.
Vuelvo al lodge a cenar. Otra botella de agua. Pido el desayuno de mañana en formato picnic otra vez, y un poco de fruta para el postre. Tras la cena, el propietario me pasa una nota con lo que tengo que pagar: un montón de botellas de agua y la fruta. Le devuelvo todas las botellas de agua que tenía en la habitación y no le pago nada. Encima faltaría eso...
A las 6 de la mañana me levanto y como ayer, tengo a punto un café, infusiones y galletas en la puerta. Preparo todo para irme de aquí, y para mi sorpresa, el chófer ha llegado puntual y está esperando con el motor en marcha. Recojo el desayuno empaquetado y me despido del propietario y demás personal, que he tenido a mi completa y única disposición. Tras poco más de una hora de camino, al disponerme a comer el desayuno, veo que no han preparado lo que les pedí (tal vez como castigo por no pagar las aguas?). Durante muchos kms, la carretera es incluso buena, sin socavones ni zonas sin asfaltar. De repente, entramos en una zona plagada de curvas cerradas en todas las direcciones, en las que veo varios camiones que se han salido de la carretera y están volcados en la cuneta, con la carga desparramada por el suelo. Poco más tarde, hacemos una parada para que el conductor pueda tomarse un té en un garito al lado de la carretera, que debe de ser el equivalente a nuestras zonas de servicio en las autopistas, pues en el exterior del garito, hay una gran "piscina" al aire libre, en la que puedo ver como varios camioneros se lavan la ropa y ellos mismos se toman una ducha, junto al asfalto. No mucho antes de llegar a Khajuraho, nos detenemos en una especie de templete situado a pie de carretera, en el que un monje se pasa el día rezando. El chófer le compra unos trozos de coco y me ofrece unos gajos deliciosos.
Finalmente llegamos al hotel, el Best Western Greenwood Khajuraho, situado enfrente del aeropuerto. Tras un rápido registro y dejar el equipaje en la habitación, estoy a punto para ir a ver los templos. El nuevo conductor me lleva hasta la entrada a los templos, en la que espera el guía local, que para mi sorpresa, me informa que tengo que pagar las entradas. Ni hablar, el trato con la agencia era que no debía abonar nada en ninguna visita. El guía habla por teléfono con sus superiores y regresa aduciendo que todo ha sido un lamentable error. Y si cuela, cuela... El guía que narrará acerca de las esculturas y los templos, habla una especie de idioma a medio camino entre español e italiano, así que tendré que soportar la paliza en una especie de español, con lo que prestas mayor atención inconscientemente.
Entramos a los templos del oeste en Khajuraho, muy bien cuidados, con jardines, flores... Los templos tienen las paredes absolutamente repletas de tallas en piedra representando multitud de escenas eróticas, con parejas, tríos, animales, hombres y mujeres solos... Es una auténtica orgía, para muchos de los que los visitan debe parecer ciencia ficción, pues hay que tener mucha imaginación y flexibilidad para probar según qué cosas se ven reflejadas. El guía pronto descubre que tampoco le hago mucho caso, y me deja explorar por mi cuenta. La entrada a la mayoría de templos del conjunto está permitida, pero siempre hay que descalzarse. Tengo que reconocer que tras la visita, la líbido había subido ligeramente.
Al salir, nos dirigimos a los templos del este, no tan bonitos, grandes ni bien cuidados. No valen la pena. El guía me informa de que me va a llevar a una tienda trampa, pero antes le pido de ir a ver los templos del sur. Son incluso más pobres y abandonados que los del este, situados junto a una escuela. Tampoco valen la pena, pues a la entrada está lleno de gente pidiendo y que no para de molestar.
A la hora de ir a la tienda trampa, el guía me sorprende por su sinceridad, por cada venta, él se lleva un 5% de comisión. Con los precios que exhibe la tienda, poco se va a llevar gracias a mi... Menudo robo. La verdad es que hay objetos preciosos y sumamente delicados, pero con precios superiores a 100€. Además no parecen muy dispuestos al regateo, así que salgo igual que había entrado. Tras esta visita, el trabajo del guía ha concluido, así que se despide y me deja con el chófer local, que me ofrece varias actividades (extra) para hacer antes de la cena. Rehuso y quedo con él para mañana a las 11:15, puesto que quiero hacer unas compras por mi propia cuenta y regresar a pie al hotel, solamente alejado un par de kms de la zona de los templos del oeste.
Ya de regreso, conecto brevemente a Internet para comprobar el correo, las cuentas bancarias, etc y me dispongo a comer alguna cosa en la habitación de las provisiones. Después de cenar, preparo las maletas para coger el avión mañana.
3 de diciembre
Tengo la mañana libre de visitas, o sea que me puedo levantar un poco más tarde de lo habitual. Bajo al comedor para desayunar y el camarero intenta colarme un gol, diciendo que el desayuno no lo tengo incluido y debo pagarlo aparte. Ya estamos. Le digo que no es cierto, que consulte con su superior y la reserva pertinente y verá como sí está incluido. Obviamente, a los 5 minutos vuelve y me pide disculpas por un malentendido que se está convirtiendo en habitual. Desayuno tranquilamente, mientras observo como intenta repetir la jugada con el otro único comensal de la mañana. Tampoco pica...
Después, voy andando hasta el centro del pueblo, para hacer unas compras, y durante todo el camino, un bici-taxi me persigue ofreciéndome sus servicios. No entienden que me guste caminar... Entro en casi todas las tiendas de la zona de los templos del oeste, que tampoco son tantas, y tras mucho regatear, acabo comprando cuatro cosas de recuerdo. En el trayecto de regreso al hotel, el mismo bici-taxi insiste en que por una miseria me lleva de vuelta. Antes de bajar a esperar al chófer que me tiene que llevar al aeropuerto, me doy una 2ª ducha, puesto que en la primera, el agua no estaba todo lo caliente que habría deseado. A esta hora, apetece una ducha refrescante. Me siento en recepción a esperar, viendo como el tiempo pasa y el chófer llega mucho más tarde de lo habitual. No me preocuparía si no fuera porque tengo que coger un vuelo. Al final, cuando ya me preocupaba de verdad, llega el transporte, descarga unos pasajeros y me carga. Total para un trayecto de 5 minutos hasta la terminal, a pie hubiera llegado hace mucho rato! Facturo y me pongo en la cola de los controles de seguridad, una para hombres, otra para mujeres. Prácticamente todos los pasajeros tienen que abrir la maleta y dejar algún objeto no permitido a bordo: mecheros, líquidos, navajas... Como si no hubieran subido nunca a un avión! (Y no eran viajeros locales, sino turistas...). Una vez en el avión, despegamos con una hora y pico de retraso, pero por suerte, el vuelo sólo dura 40 minutos, y llegamos a Benarés, dónde me recoge el nuevo guía y me lleva hasta el hotel, bastante chulo por lo visto hasta ahora. El Hotel Surya está situado en los edificio de lo que parece un antiguo palacio, con un gran jardín en el centro, rodeado de las edificaciones que contienen habitaciones, restaurante, bar de copas... No está mal.
A las 5 de la tarde tengo que asistir a una ceremonia en el Ganges, concretamente en el Prayag Ghat, uno de los muchos Ghats de la orilla del río. El tráfico es caótico como siempre, y el coche me deja, junto con el guía, a la entrada del barrio que se extiende a la orilla del río, con multitud de calles, callejuelas y callejones por los que es muy fácil perderse. Por suerte, sigo al guía de cerca. El ambiente está cargadísimo de diferentes olores, algunos agradables, otros no tanto. Finalmente llegamos al río, donde se ve a muchos devotos, rezando, lavando ropa, lavándose e incluso bebiendo agua. Si lo hiciera yo, moriría en el intento, por muchas vacunas que hubiera tomado.
Me suben a un bote de remos en el que observaré la ceremonia desde el agua, como tantos otros cientos de turistas que ya están esperando frente al Ghat. Los botes se amarran unos a otros, ofreciendo una especie de pasarela para los vendedores de té y demás que se desplazan por ellos. También se me ofrece la posibilidad de hacer una ofrenda a los dioses: por 10 rupias te entregan una vela en un flotador hecho de hojas, que puedes encender y tirar al río. La ceremonia en sí es una algarabía de ruido y humo provocados por 5 "gurús" que hacen su espectáculo durante 1 hora, para disgusto de mis oídos y narices.
Tras la ceremonia, la inevitable visita a la tienda-trampa, en la que paso un rato y compro un frasco de aceites esenciales a precio de oro, con propiedades contra la congestión y el dolor de cabeza. Tras los aceites esenciales, pretenden engatusarme con un gran surtido de especias, pero ya he tenido bastante y regreso al hotel, pido la comida al servicio de habitaciones y ceno en la cama.
4 de diciembre
A las 5 toca diana y vestirse rápido pues el guía y el chófer esperan ya en el coche para ir a hacer lo mismo que otros tantos turistas que deambulan por el hotel a esta hora tan intempestiva: ir a ver la salida del sol navegando por el Ganges. Al llegar allí, con un poquito menos de tráfico por el camino, parece que esté en una continuación de lo que dejé anoche. El río continúa plagado de gente lavando, rezando... Y por supuesto, botes llenos de turistas que, con cara de dormidos, van a presenciar la salida del sol.
Como no podía ser de otra manera, por cada 3 botes de turistas, hay un bote que parece un mercado ambulante, con infinidad de objetos para vender situándose al lado del barco que sufre el abordaje. El amanecer sobre el Ganges, hoy viene rodeado de una bruma que apenas deja distinguir el contorno del sol, quitándole nitidez al tema, aunque sin embargo, le da un aire místico que no está mal.
Tras la navegación (a remo) durante un par de kms arriba y abajo del río, para ir observando los diferentes ghats a medida que aumenta la luz natural, volvemos al lugar en que he embarcado para continuar a pie. El guía me cuenta acerca del tema de las cremaciones en la India, costumbre en teoría de acceso prohibido a turistas, pero que en realidad, si pagas suficiente, te dejan ver en primera fila, por delante incluso de la familia directa del difunto...
Durante un rato más, visito, en un visto y no visto, un nuevo templo, la Universidad de Benarés y otro templo, pero en esta ocasión sólo desde el exterior.
Después me llevan al hotel para que pueda desayunar, pues el estómago empieza a rugir. Me pongo las botas en el buffet libre, compartiendo comedor con un grupo de monjes tibetanos que tampoco se cortan nada a la hora de pillar comida. Tras el desayuno me pego una paliza en coche atravesando la ciudad y los arrabales para ir a ver unas ruinas que nos podíamos haber saltado tranquilamente, porque no tienen nada de especial (no me acuerdo ni del nombre).
Regreso al hotel para darme una ducha, ya que el calor es asfixiante y con tanta gente en todos lados, uno queda fácilmente impregnado de los olores del lugar, no muy agradables por cierto. De camino a la estación de tren, parada en otra tienda-trampa, esta vez de productos de seda. Primero asisto al proceso de teñido, hilado y tejido. El patrón está "codificado" en cartulinas agujereadas. Muy interesante pero no quiero nada, gracias.
Antes de la hora de partida del tren, aún tengo tiempo de callejear un rato, pero como no hay nada interesante que ver, y pasear por las calles en medio de tanta porquería no es muy agradable, regreso pronto. Me dejan en la estación, sin ni siquiera comentarme en qué andén debo esperar el tren. Todas las señales están en hindú, y por megafonía resulta poco más que imposible entender una palabra, tendré que apañarme como pueda...Es de esperar que el tren lleve retraso, así que me siento en el andén, a leer y ver como la gente pasa el rato observando unas ratas del tamaño de cabras que juguetean por las vías. Más de una hora después de la teórica hora de salida del tren, estoy a punto de llamar a la agencia para que me cambie el billete de tren por uno de avión y no tener que aguantar las esperas, la incomodidad sufrida en el anterior y sobre todo las ratas... Al final, decido dar otra oportunidad a los trenes. Con más de tres horas y media de retraso, al fin llega mi tren. Sé cuál es porque en el último instante ha vuelto el guía para decirme dónde esperar. Seguramente ya sabía que el tren llegaría tan tarde, pero igualmente me han dejado aquí tirado...
Ojalá no le hubiera dado la oportunidad: el tren es incluso peor que el anterior, sobran más palabras. Duermo en la litera del pasillo de nuevo, con toda la gente paseando a todas horas, y alguna rata (de menor tamaño que las de la estación), escondida bajo las literas inferiores. No voy a dormir mucho... Próxima parada: Calcuta!
Pues una vez terminado te dejo todas mis estrellitas. Gracias por compartirlo, seguro que sirve a muchos de los que deseamos conocer este pais con lo bueno y lo malo
He visto tu diario de casualidad, buscando información por vacunas y tal y cuando empiezo a leer veo que habeis hecho Parques Nacionales!!!! Vamos en Semana Santa y hay muy pocos diarios de la India que incluya parques! Vaya rollo no ver el tigre, nosotros vamos exclusivamente a verlo, espero tener más suerte. De dos personas que había leido los dos vieron el tigre y uno se hartó de verlos. Cruzo los dedos pq no vamos a ver ciudades ni otras cosas... Te dejo las estrellitas y luego lo leo con más calma!
Keira en la India.Me llamo Keira y tengo 11, en este blog pretendo narrar mi viaje por la India durante el verano de 2016, desde el punto de vista de una niña, que ya era...⭐ Puntos 5.00 (8 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 196
INDIA POR LIBRE. INDESCRIPTIBLELo mejor que puedes hacer en la India es vivirla, vivir sus calles, vivir su gente, vivir sus...⭐ Puntos 5.00 (9 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 139
INCREIBLE INDIA DE NORTE A SUR23 dias recorriendo la India desde Delhi hasta Kerala, trenes nocturnos por el Norte desde Varanasi hasta Rajastan, Bombay y Aurangabad. Una vision general...⭐ Puntos 5.00 (1 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 94
Hola , quiero ir a la India con los viajes de la Comunidad de Madrid , qué agencia me recomendáis? Alguien ha ido por este medio? gracias
Puedes ir por tu cuenta perfectamente ,sin ningun problema , empieza por saber cuantos días tienes y a donde quieres ir , tienes muchos blog como el mio aquí que te ayudan mucho
Hola ,yo quiero viajar en noviembre ,voy a ir con viajes culturales para mayores de 55 años , estoy un poco indecisa por el tema de la comida ,soy un poco delicada con el estómago y me han dicho que es un país que impresiona bastante . He estado en Egipto y Marruecos ,no me impresionó aunque supongo que la India es diferente . Alguien ha viajado en este tipo de viajes o me puede hacer alguna recomendación?
IndiGo, Delta Air Lines, Air France-KLM y Virgin Atlantic se asocian para conectar India con Europa y Norteamérica
IndiGo, Delta Air Lines, Air France-KLM y Virgin Atlantic anuncian una alianza para conectar la economía india, en rápido crecimiento, con Norteamérica y Europa.
El grupo de aerolíneas firmó un Memorando de Entendimiento con el objetivo de construir una alianza líder en la industria entre Norteamérica, el Reino Unido, Europa, India y otros países.
IndiGo, Delta Air Lines, Air France-KLM y Virgin Atlantic anunciaron hoy sus planes para construir una alianza líder en la industria que conecte India con Europa y Norteamérica, con la ambición de expandirse a escala global.
India, uno de los mercados de aviación de más rápido crecimiento del mundo, es el eje central de esta colaboración. Al unir la extensa red nacional de IndiGo con la fortaleza de Delta en Norteamérica y el Atlántico, el amplio alcance de Air France-KLM en Europa y Norteamérica, y la presencia de Virgin Atlantic en el Reino Unido y el Atlántico, la alianza está preparada para ofrecer a los viajeros un acceso más amplio, viajes más fluidos y una experiencia más consistente en todos los continentes.
Al conectar docenas de ciudades en Estados Unidos, Canadá, Europa e India, las aerolíneas buscan satisfacer la creciente demanda de viajes internacionales y al mismo tiempo establecer nuevos estándares de conectividad y cooperación en la aviación global.
Recientemente, IndiGo anunció el inicio de sus servicios a Europa.
Esto, además de ampliar la colaboración existente con Air France-KLM y los vuelos transatlánticos de Virgin Atlantic, facilita una nueva oportunidad de colaboración entre IndiGo y Delta, permitiendo a los clientes de Indigo conectarse a la amplia red transatlántica de Delta.
Una vez completados los contratos comerciales y los procedimientos regulatorios que permitan a IndiGo vender vuelos de socios como propios bajo sus códigos de comercialización 6E*, los clientes de IndiGo podrán reservar vuelos de conexión en vuelos seleccionados operados por sus socios internacionales, lo que facilitará el acceso a destinos en Europa y Norteamérica. Estos incluyen:
Vuelos de KLM desde Ámsterdam a 30 puntos dentro de Europa
Vuelos de Delta y KLM desde Ámsterdam a Estados Unidos y Canadá
Vuelos de Virgin Atlantic desde Manchester a Estados Unidos
Por su parte, la nueva ruta anunciada recientemente por KLM que conecta Ámsterdam con Hyderabad ofrece una nueva oportunidad de cooperación con IndiGo. Con el lanzamiento de la ruta en septiembre de 2025, Air France-KLM comenzará a vender vuelos de IndiGo a 24 destinos más allá de Hyderabad.
Hola compañeros viajeros, este verano me voy a recorrer la India por libre 1 mes y me gustaría preguntaros por los sleeper bus. He visto que hay muy buenas opciones, mejor que muchos trenes, y me gustaría que me dierais vuestra opinión. He visto que hay infinidad de compañías y agencias que venden, pero no es nada claro. Se que se pueden comprar vía online en 12Asiago, pero no se la fiabilidad y las características de la compañías.
Si alguien los ha usado y tiene referencias me podría aconsejar?
Muchas gracias.
Pd: ya sé lo del monzón y la dureza del país, pero tengo experiencia... Leer más ...