![]() ![]() MI VIAJE A PUNTA CANA ✏️ Blogs de Dominicana Rep.
Diario de mi primer viaje a la República DominicanaAutor: Jotape Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (61 Votos) Índice del Diario: MI VIAJE A PUNTA CANA
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Etapas 4 a 5, total 5
LAS PISCINAS
La ambientación de la piscinas, de lo mejorcito, todas rodeadas de palmeras y bastante limpias, para la cantidad de gente que pasamos por allí todos los días. Algo negativo, acostumbrados a la normativa española en materia de seguridad, es que ninguna piscina dispone de socorristas. Lo mejor, la barra húmeda, aunque tiene el problema de que hay gente que tira los vasos al agua, aunque la culpa no es del hotel si no de los clientes. Aunque hay gente que en los foros ha criticado que se sirvan las bebidas en vasos de plástico, yo pienso que es lo conveniente para evitar accidentes con la rotura de los vasos de cristal. A destacar que los camareros, cuando no hay demasiada gente en barra, pasan por las hamacas sirviendo las bebidas, eso sí, sin prisas (no me estrese). Todas las piscinas tienen su propio bar, aunque la del Palace se había quemado la noche anterior de nuestra llegada y estaban reconstruyéndola. ![]() ![]() La barra húmeda de la pisicna del Punta Cana LOS RESTURANTES Y BARES Los bares todos correctos, aunque en los de las piscinas y la playa había poca variedad de combinados, mucho mayor en los bares de los lobbys de recepción. El Sports Bar está abierto todo el día y tienes hamburguesas, pizzas y palomitas para matar el gusanillo. ![]() Los restaurantes sólo visitamos los buffets, y los encontré todos prácticamente iguales en cuanto a la comida. Nosotros habitualmente desayunábamos en el Behíque y comíamos en La Uva. Para cenar visitamos todos los buffets y me sigo quedando con el Behíque. He leído quejas con el aire acondicionado, nosotros no pasamos calor ningún día, ni tampoco frío. ![]() El restaurante La Uva LA ZONA INFANTIL La zon infantil no la visitamos personalmente, fue mi hija la qu estuvo allí en un par de ocasiones. Lo que se puede ver desde fuera es una gran zona vallada, con juegos infantils y una piscina para los peques. El equipo de animación recoge a los niños en el complejo y queda con los padres en la hora en que o bien los traerán a conde los han recogido o bien pueden ser recogidos en la zona infantil. También se los llevan a mediodía a comer al restaurante arrecife, dendo un pequeño respiro a los papis. Pongo una fota de la decoración de la zona exterior del mini club: ![]() EL PERSONAL Un 10 para todo el personal con el que tuvimos contacto. A destacar los maleteros ![]() el equipo de animación ![]() los jardineros ![]() y los camareros. Según nos informaron, en el hotel trabajan más de 1000 personas, muchos de los cuales viven en el propio complejo y otros en Higüei, y lo curioso es que los hoteles han comprado los típicos autobuses escolares americanos, esos amarillos tan raros, para el transporte de su personal. En resumen el hotel nos gustó mucho, el personal muy servicial y un buen lugar para pasar unos días de descanso y relax total. Las instalaciones muy limpias y todo muy cuidado. En la parte negativa, que todo está pensado para sacarle los dólares a los turistas de una manera descarada. Por ejemplo, en la zona de actividades acuáticas, para coger un catamarán, hay que hacer un curso previo de tres horas por 85$. Han montado un tobogán gigante para los niños donde hay que pagar para subir. Los cursos de submarinismo en la piscina son para promocionar las salidas a alta mar, de pago, por supuesto. A todas horas hay fotógrafos por las piscinas y la playa, con animales exóticos o con actores disfrazados de indígenas, también de pago, por supuesto. Etapas 4 a 5, total 5
Bueno, por fin, tras una semana de disfrutar del sol, el mar y la hospitalidad dominicana, llegó el momento de hacer las maletas y decir adiós a un paraíso y a un sueño que llevábamos años deseando cumplir.
Antes de ello, hicimos una de las excusiones de las que todo el mundo habla, la Isla Saona. Por circunstancias, la hicimos con el tour operador. En esa excursión es donde más noté la explotación del turista, especialmente por parte del guía, que desde el primer momento no quería más vendernos cosas, que si un botella con un líquido azul con la foto nuestra foto impresa, que si el vídeo de la excursión, que si la visita a un almacén de Higüei donde, con la excusa de promover la economía del interior, nos impulsó a comprar allí en lugar de en las tiendas de la costa, etc. En la excursión, disfrutamos de los fondos marinos de Isla Catalina (muy sucios, el turismo de masas suele ensuciar más que otra cosa), comida en la playa Saona, donde nos bañamos en las aguas cristalinas y la visita a las piscinas naturales y sus estrellas de mar. Y por supuesto, el recorrido en autobús por un paisaje menos turístico que el del hotel y alrededores y por la ciudad de Higüei. ![]() Isla Catalina ![]() Isla Saona ![]() Piscinas naturales y estrellas de mar La otra salida que hicimos del hotel fue al archifamoso Cortecito, donde el regateo se convierte en un arte y los turistas sufren el asalto de los vendedores. La técnica de venta es curiosa, te “asaltan” por la calle, te dan la mano presentándose y pidiéndote que entres a su establecimiento. Normalmente con un “no, gracias” o con decirles que los visitarás después es suficiente. Nosotros compramos en el puesto número 1, al lado del Grand Palladium a Ramón “el baratero” y allí es donde mis chicas se hicieron las trenzas, con una chica llamada Love, muy bien hechas, apretadas y que han durado casi un mes. ![]() El Cortecito ![]() Las trencitas de mi mujer El último día es el que se nos planteaba un poco complicado por el hecho de que a las 12 debíamos abandonar la habitación y no había posibilidad de estar hasta más tarde, ya que estaba asignada a otro turista que llegaba ese día. Nos dieron la opción de dejar las maletas en una habitación ex-profeso y utilizar una sala de duchas preparada para estos casos. La verdad es que la sala estaba muy bien, había dos duchas, un servicio, toallas, champú y gel y la podíamos cerrar por dentro, con lo que era como si estuviéramos en nuestra habitación. A la hora prevista llegó nuestro autobús y nos recogió con destino al aeropuerto, donde tuvo lugar otra escena curiosa. Cuando llegamos nos informó el guía que esperáramos arriba a que el personal del aeropuerto bajara las maletas. Cuando bajamos estaban todas las maletas en fila y había como 20 maleteros esperando para, a cambio de la correspondiente propina, llevarlas hasta la fila, ¡que se encontraba a metro y medio del autobús! Sin comentarios. El tiempo que esperamos hasta la salida del avión fueron los momentos más tristes de todo el viaje. Tristeza porque, como he dicho antes, volvíamos del paraíso a la vida normal. Pero siempre nos quedarán los recuerdos, las fotografías y, por supuesto, este humilde diario. Mi último comentario se lo dedico a mi hija. Cuando el piloto del avión comunicó por megafonía que nos disponíamos a despegar, mi hija, de once años, se puso a llorar desconsoladamente y, dándonos un beso a mi mujer y otro a mi nos dijo: “Gracias por el mejor viaje de mi vida”. ![]() Gracias Etapas 4 a 5, total 5
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