Esta vez os propongo un paseito agradable por el Barrio de Salamanca, entre la Plaza del Sr. Marqués y la calle Juan Bravo y entre Príncipe de Vergara y Núñez de Balboa. Y digo bien con lo de paseito porque los palacetes que vamos a ver sólo se pueden ver desde la calle, no se puede acceder a ellos. Pero pasear es bueno para la salud y, en este caso, tambien para la vista .
Iniciaremos nuestro recorrido en la Plaza del Marqués de Salamanca, metro Nuñez de Balboa, línea 9 salida a la Plaza del Marqués.
Una vez que salís a la Plaza nos encontramos con los primeros palacetes:
El actual ministerio de Asuntos Exteriores, anteriormente sede del Instituto Nacional de Industria (época franquista) que ocupa la manzana entre las calles José Ortega y Gasset, General Pardiñas, Padilla, Príncipe de Vergara y la propia Plaza de Marqués de Salamanca. Es un edificio enorme y no muy bonito, pero ahí está.
En la misma plaza tenemos varios palacetes más.
Uno de ellos está en obras por lo que no se le puede ver, pero quedan otros, algunos con buenos y frondosos jardines.
Y ahora propongo saltarse el plan establecido y coger la calle Príncipe de Vergara justo en la dirección contraria, es decir en dirección al Retiro (esto es solo por confundir ) y a los 10 pasos os encontrareis con el Colegio El Pilar (más información en otra etapa de este mismo diario)
Y el colegio Ntra. Sra. de Loreto., justo enfrente del anterior. Este colegio es de estilo neomudejar, construído entre 1889 y 1898, siendo su arquitecto Juan Bautista Lázaro de Diego . Se trata de un edificio sobrio, realizado en ladrillo y pensado como colegio desde su concepción.
Bueno y ahora ya nos podemos ir a pasear por la zona propuesta en el inicio. Rodeamos el edificio del Colegio de El Pilar y tomamos la calle Castelló. En esta calle, en el número 76 nos encontramos con nuestro primer palacete: la sede de la Deusto Busines School.
En esta misma calle un poco más adelante, en la esquina con la calle José Ortega y Gasset tenemos el palacete de la Fundación Juan March.
Es un edificio con fachada a la calle José Ortega y Gasset y Castelló y un frondoso jardín hacia la calle Castelló.
Son varios los edificios que conforman este complejo y algunos de ellos tienen preciosas ventanas abuhardilladas.
Y siguiendo la calle Castelló, en la esquina con la calle Padilla tenemos este coqueto palacete que es la residencia del embajador de Bélgica
Desde aquí, por la calle Padilla volvemos hacia Príncipe de Vergara y en el número 38 de esta calle nos encontramos con la casa donde vivió el poeta Juan Ramón Jiménez que, sin ser un palacete, tambien es un edificio muy bonito.
y siguiendo calle Padilla adelante, en la esquina con Príncipe de Vergara nos encontramos con el edificio que es la actual sede del Real Instituto Elcano, que hace chaflán entre las calles Padilla y Príncipe de Vergara.
En la parte posterior del edificio hay un bonito jardín con dos balcones cubiertos o galerías dando hacia él.
Es un edificio precioso, con fachada blanca, balcones en madera, rejas de hierro,
artesonados en los aleros y balcones
y elementos decorativos de azulejos.
Y ahora, si todavía no estamos muy cansados os propongo ir por Príncipe de Vergara hasta la calle de Juan Bravo y coger esta calle en dirección al Paseo de la Castellana y en la esquina de Juan Bravo con la calle Lagasca nos encontraremos con otra de las joyas de este paseo: La embajada italiana en Madrid
El edificio fue proyectado por el arquitecto Jaquín Rojí y se inspiró para su construcción en el barroco francés. Perteneció al Marqués de Amboage, que debía su título de nobleza al Vaticano. Se construyó en 1917.
El solar ocupa toda una manzana del ensanche y el edificio consta de 3 plantas y un magnífico jardín de 680 m2. al que dan muchas de las habitaciones del palacete. Dentro de la manzana se encuentra una pequeña edificación anexa para el servicio.
Y llegados ya a este punto estamos a dos manzanas de la calle Serrano a dónde podemos acercarnos a tomarnos un muy merecido descanso , cosa que podemos hacer en el Centro Comercial ABC, antigua sede del periódico ABC y la revista Blanco y Negro, hoy convertido en un centro comercial de postín y, de paso, admirar el edificio que realmente merece la pena.
La parte que vemos desde Serrano se debe al arquitecto José López Sallaberry, y data del año 1899. Su fachada es neoplateresca y fué diseñada para no desentonar con el entorno residencial que le rodeaba, aunque el edificio albergaba los talleres de estampación, tirada y tambien las oficinas administrativas.
Por el acceso del paseo de la Castellana el edificio es de estilo regionalista sevillano, de ladrillo y azulejo, muy dinstinto al de la calle Serrano y es obra de los arquitectos Aníbal González Álvarez y Teodoro Anasagasti y es posterior, fue construido en el año 1926 y albergaba las máquinas.
El modernismo es una tendencia artística que surge a finales del siglo XIX y perdura hasta principios del XX y lo hace como respuesta a la llamada arquitectura del hierro, dura y sin adornos.
El Modernismo se caracteriza por el uso de la línea curva y la asimetría, junto con la profusión de decoración basada en motivos florales y de la naturaleza, a veces de forma estilizada, el uso de la figura femenina principalmente en posturas sugerentes e, incluso, incitadoras.
Esta tendencia se extiende a todo lo que rodea a la arquitectura, desde el mobiliario hasta las manijas de las puertas, a todo.
Madrid no fue una ciudad donde gustara este nuevo estilo, pero algunos edificios existen y hoy vamos a darnos un paseo por la calle Mayor y la Cava de San Miguel para admirar algunos ejemplos de este estilo.
Nuestro paseo comienza en el número 5, en el edificio conocido como Casa Ruiz de Velasco.
Este edificio data de 1906 y se debe al arquitecto José Lòpez Salaberry. No se puede catalogar a este arquitecto como modernista, pero este edificio fue construido siguiendo las normas de este estilo, con profusión de adornos florales.
Así como elementos fantásticos, grifos, serpientes, etc.
Después cruzamos de acera y nos acercamos hasta los números 16-18, donde nos espera este precioso edificio
Que se debe a los hermanos Miguel y Pedro Mathet. Data de 1908 y fue la sede de la Antigua Compañía Colonial como lo proclaman los azulejos que se encuentran en la última planta del edificio.
En esta otra foto podemos observar reunidos casi todos los elementos modernistas: adornos florales, mujeres ligeras de ropa, líneas curvas y envolventes y cómo se extienden más allá de los elementos arquitectónicos: marcos de las ventanas y rejas.
Ya que estamos en esta acera nos vamos a acercar al número 4 de la calle Mayor para visitar un edificio que, sin ser modernista, merece la pena verlo por dentro. No os preocupéis es un edificio comercial y es de acceso libre.
Lo primero que nos llama la atención son sus ascensores al pie de la escalera de acceso (perdonad la mala calidad de la foto). Dos ascensores gemelos con una estupenda reja que parece envolver la escalera.
En cuanto subimos la corta escalera nos encontramos con esta preciosidad
Si miramos hacia arriba podemos admirar el lucernario
Y al marcharnos apreciaremos otra vista de la pared donde se encuentran los ascensores.
Bueno y, ahora, a lo nuestro, a seguir nuestro paseo modernista calle abajo hasta llegar al número 59 de la calle Mayor donde encontraremos una antigua farmacia “La antigua botica de la Reina Madre”. Data de 1913 y fue diseñada por José Carrasco Encina.
Es una farmacia abierta al público por lo que es de libre acceso y está conservada tal cual, con los armarios, mostrador, artesonado original Lástima que no me dieron permiso para hacer fotos, así que las tuve que obtener de tapadillo y son de mala calidad.
Es posible que a estas alturas esteis cansados, o puede que no, pero de todas formas os propongo acercaros a la calle del Rollo que está calle Mayor abajo hasta la Plaza de la Villa, allí entrais a la plaza y la cruzais por cualquiera de las dos calles de teneis enfrente y salías a la calle del Sacramento, pues entre los número 3 y 5 de la calle está la calle del Rollo, os meteis por ella y vereis que hay una sucursal de la Caja de Madrid, torceis y vereis una reja que está abierta los días de diario hasta las 17 horas, pues entrais allí y os encontrareis con uno de esos rincones de Madrid que sólo los conocen unos pocos afortunados: El huerto de las monjas. Un lugar ideal para un descanso.
Y ahora encaminamos nuestros pasos hacia la Cava de San Miguel donde encontraremos toda una manzana de edificios modernistas, en los números 2, 4 y 6.
Fueron encargadas por la Duquesa de Fernán Núñez y se construyeron entre los años 1905-1911, bajo la dirección del arquitecto Valentín Roca.
En el número 2 nos encontramos con un edificio adornado con motivos florales
En esta foto podemos ver como se aprovecha la ménsula que sujeta el balcón para abrazar al de abajo y enmarcarlo. Tambien podemos fijarnos en la reja, también modernista.
El edificio de los números 4 es más sobrio
Aquí podemos ver un detalle de los adornos que enmarcan las ventanas, mucho más sencillos que los del número 2 pero, sin embargo, la reja es más bonita.
Y con esto damos por terminado nuestro paseito modernista por esta zona de Madrid.
Dejaremos para otra etapa otros edificios por zonas mas alejadas.
Ya con anterioridad al siglo XIX los antiguos cascos urbanos delimitados por murallas se quedaron pequeños y los gobiernos empezaron a ver la necesidad de aumentar estos centros urbanos extendiendo los mismos a las zonas rústicas limítrofes. Esta situación se acentuó más en el XIX con el auge de la industria, sobre todo en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona (por poner un ejemplo). A estos nuevos barrios que debían surgir se les denominó "ensanches".
En Madrid y después de varios intentos, se publicó en 1860 la memoria de un plan para llevar a cabo esta ampliación firmado por el arquitecto Carlos María de Castro. Este plan preveía para Madrid un crecimiento circular alrededor de la ciudad ya consolidada y limitada por “Las Rondas” y se basaba en una separación total por estratos sociales y también por los diferentes usos de las distintas zonas.
En aquel entonces existían ya varias industrias ubicadas en la zona de la Arganzuela por lo que se consideró dedicar el ensanche proyectado para esta zona, a usos industriales y por eso en este barrio encontramos restos de diferentes talleres e industrias, aunque alguna pueda haber sufrido alguna pequeña o gran transformación, como puede comprobarse en este antiguo taller.
Antes de proseguir debo advertir que los edificios que hoy os presento no son espectaculares y, en muchos casos, ni siquiera bonitos, pero el recorrido puede darnos una idea de cómo era el Madrid industrial de finales del XIX y principios del XX.
Podemos empezar nuestra visita por la Fábrica de Tabacos, que anteriormente fue la Real Fábrica de Aguardientes. Este edificio se encuentra en la Glorieta de Embajadores c/v a Embajadores 53
Las obras de construcción de este edificio se iniciaron en 1781 durante el reinado de Carlos III y se terminaron en 1790 ya en el reinado de Carlos IV y tuvo como finalidad albergar el conjunto de industrias que constituían los monopolios del estado: aguardientes, anís, naipes, papel sellado, etc.
La fábrica gira alrededor de 3 patios porticados y abiertos y bajo sus soportales se ubicaban los distintos trabajadores (hay que tener en cuenta que en aquellos años todos los trabajos eran totalmente artesanos) y había un capataz por cada patio para controlar el trabajo de todos ellos. Cada artesano ocupaba el espacio que hay bajo cada arco. Daros cuenta que eso significaba que los artesanos trabajaban al aire libre, tanto en invierno como en verano, sin apenas protección ante las inclemencias del tiempo.
Posteriormente se cubrió el patio con este lucernario, pero el lugar nunca tuvo calefacción, excepto las hogueras que puedieran encender. De todas formas su utilización para estos fines fue efímera pues la fabricación de anises le fue concedida en monopolio a la condesa de Chinchón y la de naipes a Heraclio Fournier, por lo que sólo quedó la elaboración de papel sellado.
En 1808 el edificio estaba abandonado y en él se acuartelaron las tropas napoleónicas. Estas traían consigo hojas de tabaco pero no cigarrillos y en Madrid no había una fábrica dedicada a este fin, pero si había una industria clandestina de fabricación de los mismos a cargo de numerosas mujeres. José Bonaparte unió la necesidad con la oportunidad y creo la Fábrica de Tabacos en este edificio dando trabajo a 800 cigarreras, cantidad que en 1850 creció hasta 3.000 y en 1890 hasta 6500, sobre una población total de 300.000 habitantes. En el último tercio del siglo XX su actividad empezó a decaer y cerró sus puertas en el 2000. Hoy pertenece al Ministerio de Cultura y se ha cedido parte de las instalaciones para el uso a los vecinos. Su estado es de total abandono, razón por la que no pongo fotos porque el estado es realmente lamentable. Corrijo, voy a ponerlas para que pueda apreciarse el alcance de este deterioro. Aquí podeis ver lo que antiguamente era la administración.
Aquí hago un homenaje a estas mujeres de empuje, valerosas, que defendieron sus derechos como trabajadoras con toda la fuerza y garra de las chulapas de entonces. Consiguieron jornales suficientes para mantener a sus familias, condiciones dignas de trabajo, escuela y guardería, sala de lactancia e, incluso, que la fábrica comprara un edificio cercano para dedicarlo a asilo para las cigarreras retiradas. No dudaron en ir a la huelga ni en organizar algaradas para conseguir estas mejoras.
En cuanto enfilamos por la Ronda de Atocha nos encontramos con la antigua Fábrica de Maderas de la que se conserva la fachada, un edificio de estiloneomudejar.
Siguiendo la Ronda de Atocha en dirección hacia la plaza del mismo nombre nos encontramos con La Casa Encendida que fue construida en 1878 y es obra de Fernando Arbós. Fue sede de la segunda sucursal de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, lo que da idea de la importancia económica de esta zona hasta el punto de que decidieran construir un edificio nuevo exclusivamente para albergar oficinas bancarias.
El edificio es fiel a la moda neomudejar del momento, con utilización principalmente del ladrillo como elemento constructivo y también de adorno, consiguiendo un edificio funcional y carente de ostentación pues la zona era eminentemente obrera. Parece que el nombre “encendida” viene del color claro del ladrillo del que está construida y del efecto que sobre él causa la luz del sol.
En la acera contraria y casi a la misma altura de este edificio nos encontramos con una antigua fábrica de maderas y el edificio del Circo Price que se levanta sobre el solar donde estuvo la fábrica de galletas Pacisa y del que se conserva la fachada.
Un poco más arriba encontramos la calle del Salitre que recibe este nombre porque en ella estuvo ubicada una fábrica de Salitre, elemento indispensable para la fabricación de la pólvora. Cruzando la calle Atocha, en la calle de la Alameda nos encontramos con la antigua Fábrica de Maderas de El Paular, edificio que tiene la singularidad de ser el primero en utilizar susmuros para ofrecer publicidad de sus productos.
Junto a él nos encontramos con el edificio de Caixa Forum, que se levanta sobre lo que en su día fue la antigua Central Eléctrica de Mediodía, que generaba electricidad a partir de carbón.. La electricidad empezó a usarse de forma generalizada a partir de la segunda mitad del siglo XIX y se concedieron diferentes licencias para su comercialización. Este edificio, construido en ladrillo visto, constaba de dos naves paralelas unidas por una de sus paredes más largas, con tejados a dos aguas y un lucernario en el tejado para dar luz al interior. Fue destruida por un incendio ya en el segundo tercio del siglo XX y hoy en día aloja el museo Caixaforum. Se han conservado las antiguas fachadas de ladrillo y en el interior se conservan algunos restos de la antigua fábrica.
Otro de los edificios industriales que se conservan en Arganzuela es la Fábrica de cervezas El Águila, construida en 1900 por el empresario Augusto Comas y Blanco que eligió esta zona por su proximidad al ferrocarril.
Fue una empresa pujante e innovadora que introdujo el barril de aluminio y el envase de litro entre otras innovaciones. Fue ocupada durante la guerra civil pero volvió a abrir sus puertas al término de la misma hasta 1985 en que cerró definitivamente. Hoy en día alberga la biblioteca Joaquín Leguina y el Archivo Histórico de la Comunidad de Madrid.
Como la mayor parte de los edificios industriales de esta época está construido en ladrillo visto, con adornos realizados a partir de este mismo material y también con azulejos y piedra.
Naturalmente no podía faltar la picaresca nacional o, mejor llamado, la corrupción nacional. Digo esto porque este ensanche estaba destinado a zona industrial pero si os dais un paseíto podéis ver que toda la zona está llena de edificios de viviendas de 6 alturas y algunos, muy pocos, de dos alturas.
En el trazado original del ensanche estaban previstas algunas viviendas para los dueños de los talleres que aquí se ubicaran y algunas para los obreros de estas mismas empresas, con una altura máxima de 2 pisos por edificio en las calles interiores y de 4 en las calles más anchas. Y aquí es donde interviene la corrupción generalizada que permitió, mediante diferentes trampas, la edificación de viviendas de hasta 6 alturas.
Lo primero que nos llama la atención es la sobriedad de este edificio, sin apenas adornos y el material del que está hecho: ladrillo. Eran viviendas para obreros y por tanto tenían que ser baratas y no era necesario que demostraran el nivel económico de sus habitantes.
En segundo lugar notareis que todos los pisos son iguales sin que se perciba la existencia de un “principal”. Esto se debe a que el dueño no vivía en el edificio sino que todo él se dedicaba al alquiler y por tanto no había diferencia entre los pisos. Sí había diferencia en cuanto al precio del alquiler, no es lo mismo alquilar un primero que un quinto, hay que tener en cuenta que estos edificios no disponían de ascensor.
En tercer lugar los bajos no se dedicaban a comercios sino a talleres. En este en particular había una galería industrial como se anuncia en el letrero de encima de la puerta.
Estos edificios de varios pisos de altura se levantaron en las calles más anchas y en el resto de calles se diseñaron edificios de 2 plantas de los que apenas queda alguno en pié. Pues a lo largo de los años han sido demolidos para edificar otros de mas alturas. En la calle Bustamante se conserva uno de estos edificios de 2 alturas.
Por último hablar sobre las Corralas. Estos eran edificios que giraban alrededor de un patio central. Los diferentes pisos tenían todos ellos una galería corrida que se abría al patio y se accedía a las viviendas desde estas galerías. Las viviendas no podemos considerarlas como tales según los parámetros actuales pues ninguna tenía baño, en muchos casos ni siquiera cocina y muchas veces consistían en una única habitación que hacía de comedor y dormitorio y en donde se cocinaba a base de un infiernillo. Esta precariedad de espacio hacía que la vida se realizase principalmente en las galerías y el patio, como en las antiguas casas romanas. Estas corralas disponían de un retrete común en el patio.
Durante un tiempo fueron consideradas como chabolismo vertical y se demolieron algunas pero actualmente las pocas que quedan están catalogadas y protegidas. Han sido restauradas y se han convertido en viviendas dignas, como esta de la fotografía.
¡Cuánta razón tienes! En Madrid triunfó el neomudéjar, mucho mas serio que el modernismo catalán. Yo también prefiero a Gaudí y sus discípulos, pero hay que conformarse con lo que hay.
Gracias por tu comentario y me alegro que te haya servido de algo el diario.
Es cierto, se ven bastantes edificios neomudéjares, estilo que a mí también me gusta mucho.
También me ha sido muy útil un plano con rutas y direcciones de tapeo, que puso Alfrito en el hilo correspondiente. Deben ser famosos, porque muchos estaban a rebosar de gente. Nos ha parecido que en Madrid se come bien y nada caro.
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Hola! Cuando yo viajé conocí varios lugares pero entre mis favoritos fue la Catedral de la Almudena, la Plaza de la Villa por su aspecto medieval podrias tomarte unas fotos increíbles y el Templo de Debod, este último aunque yo fuí de dia te lo recomendaria ir al atardecer y en la parte de atrás, se encuentra un mirador con vistas a la Casa de Campo.
angiedel Dr. Livingstone Mar 04, 2013 Mensajes: 8579