París, una semana de mayo. ✏️ Blogs de FranciaViaje en pareja a la ciudad de la luz, y del amor.Autor: Wawita Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (8 Votos) Índice del Diario: París, una semana de mayo.
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Etapas 4 a 6, total 10
Otro pequeño madrugón, y de nuevo mereció mucho la pena!! En el foro me aconsejaron que estuviéramos pronto en las colas de las torres de Notre Dame y luego visitar la Saint Chapelle. Así lo hicimos, de hecho estábamos en Notre Dame a las 8, así que dimos una vuelta por el interior y a menos veinte estábamos en la cola, había un poco de gente, pero pudimos subir en el primer turno. Estrenamos la PMP y disfrutamos de las vistas y de las famosas gárgolas.
Importante comentar que la campana de Emmanuel no se puede visitar por una restauración, pero las vistas merecen toda la visita. Al salir fuimos a la Saint Chapelle y tuvimos que hacer un poco de cola, una media hora, la verdad es que es de las iglesias que más me ha gustado de París, tiene un encanto especial. Después entramos en la Conciergerie, pero es una visita un poco tonta, no hay nada que para mi gusto tenga especial interés, lo cierto es que si no entrase en la PMP y no estuviese justo al lado de la Saint Chapelle, sería para pensárselo. Cruzamos hasta la fuente de Saint-Michelle y las 12 y media entramos en el Panteón. Llamadme tonta, pero a pesar del nombre no me imaginaba todas esas galerías de tumbas en la parte de abajo. Para comer, decidimos acercarnos a la tan comentada rue Mouffetard y me encantó, aunque al ser lunes no había mucho ambiente. Elegimos un sitio llamado La Maison de Verlaine. Menús con entrante, plato y postre por 14,90 y una copa de vino por 4,40(antojos…). El siguiente destino de nuestro día era la tumba de Napoleón, fuimos andando, atravesando por los Jardines de Luxemburgo, la verdad es que las distancias son más manejables de lo que pensaba, eso sí, acabamos reventados. Información práctica, el lunes cierra el museo de la Armada, pero la tumba sí permanece abierta, a nosotros nos tocó volver al día siguiente. De allí cruzamos por el puente de Alexandre III hasta el Petit y Grand Palais, y recorrimos los Campos Elíseos hasta el Arco del Triunfo. Impresionan mucho las vistas desde este arco porque tiene una imagen muy cercana de la Torre Eiffel, y la perspectiva de las avenidas es preciosa! A las 6 y media bajamos y nos parecía pronto todavía, así que cambiamos un poco los planes para acercarnos al Trocadero a ver en primera persona la Torre Eiffel, que aún no nos habíamos acercado! Estuvimos un buen rato haciendo fotos y cometimos la primera locura del viaje, volver andando hasta el apartamento. Fuimos bordeando el río, pasando por la llama de la libertad hasta la Place Concorde, de ahí por la Rue Rivoli hasta Les Halles. Llegamos con el ánimo suficiente para subir los 6 pisos y caer muertos en el sofá. Etapas 4 a 6, total 10
El Martes ya no teníamos tanta necesidad de levantarnos pronto, así que sin prisa, llegamos al Museo Orsay a las 10 y algo, había colas, pero con la PMP entramos en 15 minutos. A diferencia del Louvre, este museo no me gustó nada, la organización me pareció caótica, muchísima gente y la disposición de los cuadros en cubículos tan pequeños no facilita nada la visita. Una pena, porque las obras son impresionantes y hay mucho más que los cuadros impresionistas más famosos, escultura, mobiliario, mucho más de lo que esperaba, pero no se disfruta tanto como el Louvre a mi juicio.
Al salir, volvimos al Hospital de Los Inválidos para ver el museo de la armada, a mi novio le encanta el tema de las armaduras, uniformes militares y demás, así que disfrutó como una enano, la pena es que con las vitrinas es muy difícil que las fotos salgan bien. Cuando salimos ya era hora de comer, por la zona no tenía apuntado ningún restaurante y callejeando hicimos un descubrimiento que nos encantó. Un restaurante japonés en el 34 de la rue Chevert, se llama Koi y tiene una gran variedad de menús. Nosotros elegimos uno que incluía sopa miso, ensalada, bol de arroz y 3 platos a elegir(sushi, sashimi etc) Todo por 11,80 cada uno! El sitio, muy agradable y tranquilo. Con el estómago lleno de riquísimo sushi entramos en el Museo Rodin, de nuevo con la PMP. Es un museo muy agradable, parte de las esculturas están al aire libre y el día acompañaba para estar un rato en el jardín. Al salir yo quería acercarme al museo de la moda para ver los horarios ya que no había encontrado información clara por Internet. Así que dimos un paseo hasta el Museo Galliera, pasando por una de las calles más típicas y bonitas de París, la Rue Cler con sus tiendas de comida y vino. Al llegar al museo resultó que el edificio estaba de obras y la exposición sobre alta costura se estaba realizando en el Hotel de Ville, tan cerca del apartamento y si darnos cuenta!! De allí decidimos ir hacia la zona de la Madeleine por las calles adyacentes a los Campos Elíseos, vamos, la zona cara de París, pasamos por delante del Hotel Plaza Athenee, las tiendas más famosas y los edificios más impresionantes. En un momento vimos como paraban el tráfico y pasaba todo un cortejo de coches oficiales y de seguridad, deducimos que era Hollande y pensamos en acercarnos al Palacio del Elíseo que estaba allí cerca. Como dato curioso, no te dejan andar por la acerca que da al edificio, tienes que cruzarte, pero fue divertido ver a todos los periodistas en la entrada con su supercámaras. Después de una visita algo rápida a la iglesia de la Madeleine (estaba a punto de empezar un concierto) seguimos caminando hasta la Place Concorde, unas fotillos y seguimos el paseo hasta la Place Vendome (no sé por qué la imaginaba más grande) y a la plaza de la Ópera, que me pareció uno de los edificios más bonitos de la ciudad a pesar del dorado, del que no soy muy amante, pero que le da un toque único. Eran las 7 de la tarde y teníamos algo de hambre, así que una parada rápida en quick para probar las hamburguesas francesas, no estuvo mal, pero prefiero mcdonald’s. Proseguimos nuestro paseo hasta la Bolsa y la Galería Vivienne, pero ya estaba cerrado, así que no pudimos verla bien. Y entonces llegamos sin darle importancia a lo que puedo considerar mi lugar favorito de París: El Palacio Real. Los jardines son un remanso de paz en la gran urbe, el ruido de la fuente es todo lo que se oye y los árboles están tan bien cuidados que puedes estar un buen rato mirándolos. Las columnas de Buren me parecieron sublimes, a mi novio no le hicieron mucha gracia, pero reconoció que el sitio era mágico. Cuando salimos ya se había hecho de noche y llevábamos todo el día fuera, así que cenita en casa con delicias francesas compradas en monoprix (queso, paté, una tortilla precocinada…) Etapas 4 a 6, total 10
Ese día era fiesta en París y la exposición del Ayuntamiento no abría. Salimos de casa a las 9 y como ya habíamos adelantado muchas visitas cambié los planes que habíamos hecho, decidimos ir al cementerio de Pere Lachaise y luego a Montmartre. Nos acercamos a la estación Arts et Metiers pero estaba de obras, así que continuamos caminando a la estación Temple y cogimos la línea 3 que va directa. Fue el primer día que usamos el metro, compramos un bono de 10 viajes, barato y práctico.
El cementerio es muy grande y es difícil encontrar las tumbas que quieres ver, con el mapa de la guía El País Aguilar más o menos nos orientamos, y ante la duda, sigue a los pocos grupos de turistas que veas. Visitamos a Edith Piaf, Oscar Wilde y Jim Morrison por nombrar a los más famosos. A las 11 vuelta en el metro y directos con la línea 2 hasta Anvers. Aquí tuvo lugar mi decepción del viaje. Tenía muchas ganas de conocer el barrio de Amèlie pero lo primero que vi fue manadas de turistas subiendo las escaleras del Sacre Coeur y eliminando todo atisbo de romanticismo. La iglesia es bonita y tiene una vista de París completamente diferente, pero es muy difícil disfrutar del entorno con tanta gente haciendo fotos, llamándose, diciendo que no a los vendedores ambulantes, en fin, una pena, pero no puedo quejarme porque yo he sido parte de ellos. Como contrapunto, llevé a mi chico a los únicos viñedos que se conservan en París, él trabaja en bodega así que le gustó mucho ver las cepas en medio de la ciudad. Bajamos hasta la plaza de los pintores para buscar un sitio donde comer pero se repetía la escena, todo abarrotado, así que desistimos, seguimos callejeando sin rumbo y cuando empezó a llover, nos metimos en la primera crepería que nos encontramos. Un crepe dulce y uno salado, no recuerdo lo que nos costó porque no nos dio recibo, pero tampoco merece la pena que lo recuerde, un sitio bastante normalucho. Así que mi experiencia en Montmartre ha sido agridulce. Después de comer fuimos a la paza Abbesses a ver el muro de los “te quiero” Y y la entrada de metro modernista. Una imagen que no podía faltar en este viaje. De ahí a echar una foto de rigor al Moulin Rouge y de nuevo el metro para conocer La Dèfense. Cogimos la línea 2, con un transbordo a la línea 1 en Charles de Gaulle para bajarnos en la última parada de la línea. Sé que hay gente que no lo visita pero he de deciros que merece mucho mucho la pena. Solo comentar que mi novio no es para nada amante de los edificios modernos, siempre los critica, pero se quedó sin palabras con el Gran Arco, inmenso, increíble, con vistas al Arco del Triunfo y el Obelisco de fondo. Estuvimos un rato haciendo fotos y panorámicas hasta que nos cansamos, queríamos hacer algo diferente así que de vuelta al metro y hasta la otra punta de la ciudad a ver el Château Vincennes. Es un sitio poco conocido y entiendo que para visitas con tiempo ajustado es complicado hacer el recorrido pero me pareció un sitio precioso. El Château se compone de castillo, foso y capilla y al salir das al Bous de Vincennes, un parque enorme por el que dimos un paseo y encontramos esas peculiaridades. Minigolf de monumentos. Exposición bonsáis. Tulipanes y flores de lis. Después de un relajante paseo por el parque cogimos de nuevo la línea 1 hasta la plaza de la Bastilla. Queríamos ir a un pequeño bar llamado Le Baron Rouge, del que había leído críticas muy buenas. Callejeamos hasta el mercado d’Aligre y nos tomamos varias jarras de vino con un plato de quesos excepcional!!! Es un sitio con muchísimo encanto, la camarera un pelín borde pero parisino a más no poder. Volvimos al apartamento caminando por el Marais y otra noche de cenita en casa, que no estamos para derrochar. Etapas 4 a 6, total 10
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