Miércoles 3 de Julio
He salido del puerto de Athinios en Santorini en el
Blue Star Delos, un monstruo flotante, a las 15:30 y ha llegado a Hora, Naxos, a las 17:45, con 15' minutillos de retraso. La verdad es que no me extraña porque ha hecho un viento en todo el trayecto muy fuerte.
De hecho, para desplazarse de Santorini a Naxos hay hasta cuatro compañías que hacen el trayecto, pero he preferido al Blue Star que hace el viaje despacito porque 1.- Aunque haga viento sale, no se cancela; 2.- No tengo prisa alguna en las vacaciones ya que voy en plan low cost me puedo permitir alargarlas; 3.- Es más barato (casi la mitad de precio en algunos itinerarios.
La salida de Santorini preciosa, además ahora reconocía dónde estaba Oia, Inmerovigli, Fira,...
El trayecto se me ha hecho cortito, pues había sitio de sobra para sentarse y he ido leyendo.
Al llegar al puerto de Naxos me esperaba un microbús gratuito que me ha llevado al
Koreli Palace, un grupo de apartamentos en el centro de Hora.
Sigo "que lo flipo" con la suerte que estoy teniendo en el alojamiento. Se trata de un apartamentito, con dos camas (una de matrimonio!!!, que me la he agenciado), baño completo y minicocina. Todo por 9 euros la noche!! He reservado 4 noches, por si acaso.
Por supuesto también tiene wifi, aunque el chico también me ha pasado la clave de la red de la taberna de enfrente por si se coge mejor la señal (picaresca griega, imagino).
Lo que no me ha gustado es que tiene aire acondiconado (cutre) pero hay que pagar 5€ diarios por el mando...

Claro que no ha contado con la picaresca vasca, levantando la tapa del aparato hay un botón para activarlo manualmente en modo auto
Nada más llegar me dedico, como siempre, a ubicarme. Me acerco al puesto de información de autobuses (no hay centro de información turística propiamente dicho), ya que tengo intención de moverme algunos de estos cuatro días en transporte público.
Me ha dado un mapa de 100cm x 100cm que impresiona (es el que reparten en todas partes), pero una vez te pones lo recorres de punta a punta en unos veinte minutillos. Vamos que no es tan grande el pueblo. Especialmente preparado para el descanso del turista (que no me ha parecido exagerado, ni de lejos se acerca a lo de Santorini) está el puerto y las cafeterías que lo recorren. En paralelo por detrás hay una calle muy comercial y más atrás el pueblo auténtico, donde destaca el barrio de Bourgos y el Castro.
Al otro extremo de la ciudad (no se tarda ni quince minutos) está la playa de arena blanca!!! (por fin) de
Agios Giorgios (Saint George en el mapa que te dan). No es muy grande, tal vez no llegue ni al kilómetro de punta a punta, pero está bien saber que no hay que desplazarse para darse un baño. Y es que por 9€ ya podía tener una piscinita el hostel
Mirando la
Lonely para tomar algo (no he comido) para merendar-cenar resulta que tengo en frente, como que a dos metros de la salida de mi apartamento, una taberna recomendada en la guía como sitio que se come bien, barato y tradicional. Sí es el mismo sitio del que puedo robar el wifi (será el karma cósmico)
La tasca se llama
To Elliniko y cuenta con mesas en la calle peatonal (ya que dentro no entran más de dos mesas), donde se está a gusto a unos 27ºC a las 20:00.
Me he permitido mi primer capricho desde que salí de Bilbao. Le he señalado diferentes comidas griegas que venían en la
Lonely Planet para que me eligiera alguna:
Me sirve como aperitivo unas aceitunas amargas (cerca de tres docenas) y una crema de mantequilla con ajo y no sé qué más, junto a dos rebanadas de pan tipo hogaza tostadas. así como la botella de 1'5l de agua fría. Al de unos minutitos me trae cautro enormes croquetas espectaculares,
Zuchinni croquette. Más que aperitivo o entrante bien podía ser la comida. Pero es que al de unos cinco minutitos más me trae una
mousakas como que para tres. Bueno, pues no he dejado ni las migas. Era la primera vez que comía cualquiera de las dos cosas y, a pesar de estar a reventar, aún estoy deleitado por lo rico que estaba todo.
Le pido la cuenta y me trae cuatro trozos de sandía que no entraban en el plato (he tenido que dejar dos, aunque fresquita entraba muy bien). Total, el manjar este me ha salido a 12'5€ (estoy por sacar foto de la factura para que me creáis).
Ah, y que no se me olvide, todo ello amenizado por dos músicos en directo cantando melodías tradicionales griegas.
En resumen, el
To Elliniko un acierto con mayúsculas (aunque no le robara el wifi).
Después de la panzada tenía que caminar así que me he ido hasta la punta de la playa para hacerme con las callejuelas. Una pena que ya eran las 8:50 y el sol se acababa de poner, porque pienso que desde el extremo de la playa tiene que haber muy buenas vistas.
Esa ha sido la primera tarde en Naxos. Ahora miraré cómo cuadrar los buses para los siguientes días.
Jueves 4 de Julio
Jodé que bien se duerme en una cama de 1'5 x 2m, con el aire acondicionado puesto toda la noche, en una habitación, solito y por 9 euros. Podría haber algo mejor. Pues sí, levantarte y preparate un rico desayuno en pelotas, antes de ducharte.
El pan de Naxos (me imagino que el de las cíclades en general) tiene un sabor muy rico, es rústico, lo que a mi parecer no lo hace adecuado para bocatas, pero para unas tostadas con mantequilla a la sartén y mermeladita de fresa abundante por encima del pan todo pringa'o... Pues eso, más un yogur griego más un cafecito con leche me he desayunado tranqui-tranqui en la terracita que tengo antes de entrar al estudio (sí, que no lo había dicho, también tengo una terracita a la sombra para cuando arranca el día o éste se pone
El plan del día pasaba por coger varios buses, pero antes me acerco a una de las múltiples agencias de alquiler de vehículos (una de las cinco que tengo a menos de diez metros, es que hay más que restaurantes), porque mañana quiero alquilar un mini-auto para moverme por los pueblos de la isla, ya que Naxos no es especialmente pequeña y no me parece cómodo ir en quad para hacer entre 125 y 150 kilómetros en total.
Bueno, pues una vez avisado que quiero un micra o algo más enano aún para mañana, me acerco a la estación de autobuses que, como ayer comprobé, está en el puerto de los ferries y hay que comprar los
billetes antes de subir al autobús. Como el bus que voy a coger sale a las 11:00 (hay cuatro al día, ahora detallo) llego al puesto de billetes a las 10:54. Coño, hay cola... esto me pasa por ser tan tiquismiquis con la puntualidad. Se ve que despachan rápido porque para las 10:58 ya tengo mis tickets para la ida y para la vuelta y corro al autobús que pone Mikri Vigla-Kastrati-Pyrgaki. Ala, ya sabéis el destino, ahora mirar un poco más arriba el mapa de la isla

El precio de cada viaje 2'20€. Los
horarios de los autobuses de naxos se pueden ver en www.naxosdestinations.com
Como he dicho he cogido el 2º de los cuatro buses y la idea estaba muy bien pensada (vamos que no la he llevado a cabo): me bajo en la playa
Mikri Vigla. Allí estoy hasta las 14:30 que pasa el 3º autobús y me bajo en Pyrgaki; hasta las 18:00 que pasa el último autobús, que me llevaría a Hora. Así estaría en dos playitas, por comparar.
El plan comienza bien, el autobús hace el recorrido hasta Mikri Vigla (16 km) en aproximadamente 47 minutos. Lo digo para que os hagáis una idea de las carreteras de la isla. Ha habido dos momentos en que pensaba que el autobús no iba a pasar por ciertos puntos, y no porque viniera un coche de frente, sino porque ni siquiera entraba él solo en la calzada.
La playa de Mikri Vigla es larga, de arena blanca y agua turquesa-cristalina. Además hay poca gente y todos al comienzo (donde deja el autobús y está el único chiringuito). Cuando digo poca gente, hablo de no más de 15 personas. Al comienzo del agua hay unas rocas durante unos dos - tres metros, que no molestan especialmente, después sólo agua y arena en el fondo.
En ese momento tomo la decisión que altera todo el plan. Pienso que merece la pena alejarse un poquito hacia el otro extremo de la playa (la zona llamada Sahara) porque donde estoy hace demasiado viento para estar realmente a gusto. Así he ido avanzando poco a poco, buscando zonas en las que hiciera menos viento y estuviesen libres de las rocas iniciales. En efecto, me he ido dando un chapuzón de esta manera cada 20 minutos aproximadamente, pero siempre tenía la misma sensación de fresco al salir del agua por el viento que soplaba.
Bueno pues avanzando de este modo he atravesado toda la playa de Mikri Vigla, he llegado a la de
Kastraki, a la de
Gyflada, en este trayecto he visto sólo a una pareja tomando el sol y a cinco windsurfistas, hasta terminar en
Aliko. Total han sido unos cinco chapuzones. En todo momento he ido por la arena, si bien ha habido algún instante en que he tenido que sortear algunas piedras (descalzo) que separaban algunas playas. También he visto hacia el final del trayecto, hacia Aliko una calita preciosa donde también me he dado un pequeño chapuzón ya que apenas contaba con las piedras famosas.
Como no sabía dónde leches se pillaba el bus para seguir adelante o para volver, he decidido seguir andando, si bien esta vez no era posible por la playa. Así he atravesado unas dunas muy chulas al final de Aliko para llegar a la carretera que me ha llevado poco a poco (son otros 2 km más) hasta Pyrgaki. Aquí si he visto la parada del bus, así que me he detenido. Me he acercado a la
playa de Pyrgaki (no confundir con la primera que se ve, hay que ir hasta el final, otros 500 metros más allá). Sin lugar a dudas es
la mejor que he visto hasta el momento. Es pequeñita (no creo que llegue a 300 metros de punta a punta), claro que para albergar a los veinte o treinta valientes que estabamos allí, más que suficiente. Digo valientes porque el viento azotaba tanto o más que en las otras, pero es que la arena es tan fina (en otra situación sería una gozada) que es arrastrada ante el menor soplo de viento. Sin embargo, sigo pensando que para el baño es la mejor: es toda de arena, nada más que arena y agua; ésta cristalina; te puedes meter igual veinte metros y no te llega a cubrir entero; el mar está en calma, con pequeñitas olas, a pesar del viento. Todo un descubrimiento. Si no llega a ser por el molesto viento me hubiera quedado allí hasta las seis que venía el último autobús. Sin embargo, después de un rato muy largo en el agua calentita (al salir había que sacar la toalla de debajo de la arena que le había caído encima) decido volverme al estudio y comerme el bocata en la habitación.
Además me he vuelto con algunas heridas en los dedos y en la planta de los pies por andar descalzo todo el rato, así que esta tarde a cuidarlos un poquito. Si en la previsión del tiempo hay algún día que no pronostiquen demasiado viento, creo que volveré a Pyrgaki directamente con el bus.
Bien, después del merecido descanso a los piececitos he decidido que voy a pasar un par de horas en la playa de la capital, la que se puede acceder en unos cinco minutos desde el estudio, para poder ver la puesta de sol que ayer no tuve posibilidad de apreciar. Eso sí, se me ocurre ir por un atajo... evidentemente me pierdo, como ya habréis supuesto. Pero esta vez tiene una consecuencia buena: he terminado en un hipermercado donde he provechado para comprar más protección solar, de hecho he comprado dos botes por menos de lo que me costó el primero en Santorini (y que ya se está terminando).
Con el gps del móvil me vuelvo al apartamento y de allí sigo el camino que ya conozco, sin experimentos, hasta la playita. Hace un montón de viento, pero allí que resisto desde las 19:00 hasta las 20:35 aproximadamente que se pone el sol. Una
puesta de sol por detrás de la isla de Paros también preciosa e íntima.
Ya a las 21:00, después de la duchita de rigor me acerco de un salto al restaurante de ayer,
To Elliniko. Esta vez me sirven las aceitunas, el pan tostado con la manteguilla y hasta una jarra de vino tinto sin haber pedido más que la botella de litro y medio de agua fresquita. Siguiendo el consejo de la Lonely Planet hoy voy a comer
païdakia (chuletas de cordero a la brasa de carbón, acompañadas de verdura pochadita y patatas a la brasa). Jodé... es que estaba tan rico como ayer. No he pedido nada más, que aún recuerdo la panzada de ayer... y es que las raciones son hermosas. Por supuesto, me ha traído media sandía y un licor quemagargantas. Todo por 10'5€. La verdad, no merece la pena ni hacer la cena en el dormitorio por esos precios.
Ya me extrañaba a mí no haberme olvidado algo en Santorini... pues sí, el cargador de la batería de la cámara de fotos. Total, que como cierran muy tarde las tiendas me compro uno universal.
Ahora a descansar que mañana madrugo para aprovechar el día con el cochecito.
Viernes 5 de Julio
Acabo de llegar de cenar y me encuentro que ¡¡no estoy sólo!! Pero bueno, esto qué es!? Si al menos fuera Jennifer Conelly o la Pataky,... pero qué va es un tío!! Yo que me había acostumbrado a hacer lo que quisiera en la habitación... Bueno, al menos se marcha en el ferri de mañana a las 9:30, así que podré desayunar tranqui.
Ya, ya sé que cuando vas a albergue te gusta conocer gente nueva y tal... pero es que el estudio es de dos camas sólo (el de Oia era de 12), ya habrá tiempo para alojarme en dormitorios más grandes. Eso sí, al menos que tenga envidia de mi cama, que es por lo menos el doble de grande que la suya (creo que es de 80cm

)
Bueno, pero vayamos por el principio...
Me he puesto las botas en el desayuno, como siempre, pues no iba a comer hasta media tarde. A eso de las 9:05 ya estoy en la agencia de alquiler de coches Apollon Car, me han reservado aun Fiat Panda al final. El precio por 24 horas (yo lo voy a devolver el mismo día, no es cuestión de madrugar mañana para devolverlo) es de 30 euros. Está nuevísimo y con aire acondicionado. A mí me parece que he tenido suerte.
A continuación dejo el mapa del pedazo recorrido que tenía previsto y que he terminado haciendo (aunque un poquito cansado):
Como me he desviado (involuntariamente) en varios momentos, al final he hecho 190 kilómetros, en vez de los 155 que programa el google maps.
Respecto al hecho de conducir por Naxos en general debo decir que no hay apenas coches, que se conduce sin agobios por ese lado; sin embargo, es un coñazo. Me explico: estoy hasta los ... de subir, bajar y tomar doscientas mil curvas en segunda. Creo que el coche tenía cinco marchas, si bien yo he utilizado sólo tres ( y soy de los de meter cuarta a cincuenta). Sin embargo, el bus no alcanza a llegar a todos los sitios atractivos de la isla, se centra más en comunicar las playas, por lo que no queda más remedio que alquilar algo.
Respecto a la señalización y al firme de la carretera, nada que objetar en ninguno de los dos casos. Cuidado con la gasolina. Es cara, entre 1'7 y 1'9€ (más cara a medida que te alejas de la capital). Además después de Chalkio no hay gasolineras. Bueno cerca de Apollonias, en el norte, hay una que no está señalizada en el mapa turístico, pero yo sólo la usaría como emergencia (está señalizada con 17 km de antelación).
El primer destino, y el que realmente me ha costado encontrar ha sido el santuario de Demeter. Está bien señalizado, pero el gps del móvil nokia no lo fijaba y me he despistado un par de veces.
En el camino he parado en un pueblo llamado
Viblos, que al estar a cierta altura (todo Naxos son montañas) tienes una buena panorámica de la capital al fondo.
Me ha gustado mucho el acceso al
Santuario de Deméter. Respecto al monumento en sí, me ha parecido demasiado "retocado", si bien merece una visita, no va a ser todo playa.
De allí me he dirigido a
Chalkio (Halki), donde estaban las últimas gasolineras. Es muy pequeñito, pero muy acojedor a la vez. Hasta el punto que los paneles señalizadores indican en segundos la distancia de las atracciones:
Tal vez a los de la Lonely se les haya ido un poco los elogios (algo habitual). Sin embargo hay que reconocer que como guía es fantástica: "La carretera principal pasa junto a Halki. En verano, no está permitido aparcar en ella, pero hay espacio a la derecha, en el desecado lecho del río, al que se llega nada más pasar el puento que viene de Hora. Aquí también hay aseos" Lo ha clavado!! ... "y más sitio donde aparcar (sólo en verano) en el patio de la escuela en la parte alta del pueblo" Lo ha vuelto a clavar, y es donde recomiendo aparcar, está a unos trescientos metros del otro parking. Además añadiría que al lado tienes un supermerkado majo y una de las gasolineras.
En el pueblo me he tomado un café griego

en una taberna típica de ellos. A veces me puede el diferenciarme del resto de turistas y así me va. Aún no he estado en turquía, así que el mayor parecido lo he encontrado con una kaka que me dieron en Bosnia hace un par de años. Al menos esta vez he tenido la precaución de no revolverlo, por lo que la borra se ha quedado en la parte de abajo.
El pueblo está realmente cuidado para el turismo (no de masas). El empedrado es precioso y perfecto. Vamos que una silla de ruedas ni se da cuenta que está avanzando sobre piedras.
No sólo en Halki, pero aquí peculiarmente hay un sonido estridente que yo creía que sería de grillos, pero me decanto que tan intenso y, en ciertos momentos, molesto, igual era de la chicharra.
Lo que sí me ha gustado un montón de la zona es la cantidad de olivos que crecen. Sin lugar a dudas son uno de mis árboles favoritos, por su longevidad, su fuerza para resistir en terrenos inóspitos, sus hoquedades, sus troncos retorcidos que decía Miguel Hernández...
He seguido la ruta hasta
Filoti, un pueblo muy grande, pero que se recorre andando de punta a punta en 15 minutillos. El aparcamiento está a la entrada del pueblo a mano izquierda. Me ha parecido el pueblo más concurrido de los que he visto hasta la fecha.
Como se aprecia en la foto, está rodeado de bastante verde, para lo árida que es la tierra de naxos.
El siguiente pueblo era
Aperathos, de donde son, por cierto, los chicos de Il Ellenico. Lo más característico del pueblo es sin lugar a dudas el suelo de mármol de todas sus calles.
Hasta el campanario de la iglesia y su altar mayor (o como se llame en las basílicas ortodoxas) están tallado sobre mármol.
Recomiendo aparcar el coche en uno de los dos parkings que hay en la parte alta del pueblo, justo antes de las zonas de restaurantes, así después puedes decidir si bajas o no (para los que no gusten de subidas). La única pega que le encuentro a éste y otros pueblitos del interior es que las ventanas y contraventanas no están pintadas de azul.
Ya estoy en la otra punta de la isla. En
Moutsouna. Tiene una pequeñita playa en la entrada, pero la intención era descubrir la playa vírgen de
Psili Ammos.
Como tantas otras playas, tiene agua cristalina. Apenas hay gente. Es pequeñita y más agradable su parte inicial, ya que la derecha tiene las algas típicas que empañan el agua. Como pasó ayer, hace viento, lo que hace que la fina arena se mueva y moleste en la toalla (no hay hamacas, pues está sin explotar). Sin embargo, el agua calentita y poco profunda soluciona el problema. Lo que tiene de diferente es que presenta mayor oleaje, pudiendo hacerla más atractiva para ciertas personas. A mí personalmente me gustó más (aunque me divertí menos) la última playa que visité ayer con el autobús.
Hubiera sido un acierto llevar agua para limpiarse bien la arena de la playa, pues no hay duchas.
Me como el yogour griego con mermelada de fresa (he perdido la cuenta de los yogoures que llevo comiendo) y para el coche otra vez que aún queda la parte norte de la isla.
El destino era
Apollonias, un punto turístico atractivo por los restaurantes del puerto y por el famoso kouros de 10 metros de longitud del siglo VII A.C.
El trayecto se me ha hecho eterno. Igual he tardado una hora para recorrer los poco más de 30 kilómetros. El cálculo es fácil. He acabado harto de subir y bajar montañas por carreteras que no tienen una recta de más de 50 metros. Si el Bárcenas sabe de este sitio y se escapa, aquí no le encuentra ni el pupas.
Al final he llegado y aparcado en el mismo puerto de Apollonias, donde también se puede bañar uno (aunque la playa es enana)
Para acercarse al kouros es mejor fijarse en la señales, que están unos pocos metros antes de la bajada al pueblo, ya que subir la cuesta es bastante peor. Que me lo digan a mí.
La vuelta hacia Chora la he hecho por el camino de la costa (como recomendaba la Lonely). Un acierto. El paisaje no es tan expectacular como dice la guía, pero he comprobado que el coche puede llegar a los 70 km/h en ciertos momentos. Ojo, también tiene curvas, y muchas, pero nada comparando con lo que he sufrido en la ida.
Antes de llegar a la capital y devolver el cochecito, me he detenido cerca de
Melanes, donde hay otros dos Kouros, más pequeños y en mal estado.
No está uno al lado del otro. Para llegar al segundo hay que subir una cuesta bastante empinada y transitar entre cabras (de hecho hay dos verjas que se han de cerrar para que las cabras no lleguen a la atracción). También he visto que desde allí salen distintos senderos de menos de una hora de duración bien señalizados, para quienes gusten.
Por fin he llegado de vuelta, con el depósito de gasolina quejándose unos 30 km antes, a devolver el coche. Serían las 20:00 aproximadamente. Entonces es cuando he ido a ducharme y he comprobado que no puedo andar en pelotas más por la habitación.
Tras la duchita tocaba cenar donde siempre (ya casi me sé las canciones). Hoy ha tocado
Kipper Croquette (espectacular receta de Aperathos) y
Maridha (pescaíto frito). Por supuesto con los aperitivos y la sandía y chupito regalado. Otra vez 12'5€.
Sin palabras.
Como aún es prontito, sobre las 9:30 y hace una temperatura extraordinaria (25ºC) me dirijo hacia el puerto y el Castro, pasando antes por la farmacia, pues la herida del dedo gordo está bastante mal y prefiero limpiarla bien con betadine y gasas. Eso sí, tendré más cuidado, pero mañana toca la ruta de las playas: Agios Prokopios, Agia Anna y Plaka.
Gabon.
Sábado 6 de Julio
Me he despertado y el tipo de la "camita" ya no estaba, así que a despelotarse para desayunar y a curar el estropicio del dedo con betadine y gasas otra vez.
Como no tengo especial prisa, busco en la terracita un albergue de mañana en Paros y lo reservo para tres noches (12€/noche, en dormitorio mixto para 5 personas).
Los autobuses a las playas de
Agios Prokopios, Agia Anna y Plaka (1'8€), salen con una frecuencia aproximada de media horita, desde el puerto. Recordad que, como en todos los servicios, hay que comprar el billete con anterioridad a subir. Como en el puerto también está la agencia de viajes donde se puede recoger el billete físico para el ferrie a Paros de mañana, pues primero paso por allí.
Es evidente que el destino elegido para hoy es de los evidentes, pues aunque la frecuencia sea de media hora, el
autobús se llena y va gente de pie. De hecho, en las paradas posteriores al puerto el autobús sólo recoge a dos personas en la primera, dejando tirados al resto de gente del resto de paradas del pueblo. Yo he ido sentadito, eso sí, junto a una tipa con un perrito de esos enanos en brazos, al que no le dejaba de dar besos (qué asco, no lo entiendo).
Yo me he bajado en la última parada, por lo tanto en la
playa de Plaka, la más larga de las tres y la menos frecuentada. De hecho, me he alejado un poco más aún, para poder disfrutar de un día de playa en pelotas. No era una zona exclusivamente
nudista, pero era el único sitio donde he visto a viejos desnudos, así que me he imaginado que no habría problemas.
Como hacía viento (qué raro) he optado por alquilar una hamaca y una sombrilla por 5€ en total. Ahí he estado, a la sombrita (aunque con el culete rojo, no estoy acostumbrado y apenas le he puesto protector solar) unas cinco horas que no se me han hecho largas, la verdad.
En este sentido, tenía mis dudas si unas vacaciones tan pasivas me iban a gustar (aunque sólo sea la mitad de las mismas, pues en Turquía he evitado la zona de playa). Pues va a ser que lo bueno gusta a todos.
Por el carácter nudista de la playa no he hecho fotos. Además, tenía el dedo gordo envuelto como el de los dibujos animados después de darse un martillazo, vamos que casi no cabía en el zapato y no quería ni mojarme. Lo que sí puedo asegurar es que el agua igual de cristalina que siempre y más profunda que en otros sitios.
La vuelta la he hecho esperando al bus en el mismo sitio que me ha dejado (comienzo y final de recorrido, así no me equivoco) y aunque ha ido lleno, hemos ido sentados todos los pasajeros.
Como acababan de dar las ocho, me he acercado al
santuario de Apolo, del que sólo queda la puerta que daba acceso, símbolo de la ciudad. Está en un pequeño promontorio, muy próximo al puerto. La verdad es que aún me sorprende que una estructura tan sencilla sea a su vez tan sugerente. Es especialmente hermosa cuando la ves desde lejos. Me parece un acierto el símbolo elegido por Naxos.
Además desde allí arriba se tiene una panorámica muy hermosa del pueblo de Naxos, símbolo de que el turismo no tiene por qué estar confrontado con el mantenimiento del entorno (ya podía aprender en Canarias y tantos otros sitios de la costa peninsular).
Ya era hora de visitar a mis amigos de To Elleniko. Se nota que es sábado, pues hay un ambiente especial en las tascas y restaurantes próximos. De hecho hoy tardan un poco más en atendernos (cosa que a mí no me impacienta porque voy con mi Lonely para estudiar el plan de Paros). Hoy ha tocado Moscharisia Brizola (lo que viene siendo un bistec de vaca hecho a la brasa de carbón, acompañado de verdura). Además también me han regalado Portokalopita (pues no, no es sandía; es una pastel de naranja, ketekagas). Todo por 11€.
Pero lo que más ilusión me ha hecho ha sido cuando uno de los camareros (el que me atendió el primer día y, a partir de entonces, el resto) me ha dicho con su acento griego
eskerrik asko. Hostias, que casi me emociono, he estado a un tris de abrazarlo y todo (mentalmente lo he hecho).
Ah, que se me olvidaba. He hecho dos compras más. Como lo de raparme al cero y darme protección en la calva no lo veo muy claro, he decidido comprarme un gorro para el viaje. La otra compra ha sido más molesta. La cámara de fotos no cierra bien del todo y hay que apretar el hueco de la batería para que no se apague, lo cual es claramente molesto. Como no he conseguido arreglarlo con celo ni na', he tenido que comprar otra igual. Sí, ésta también trae cargador, así que el que compré me sobra ahora.
Domingo 7 de Julio
Pues ya hemos llegado al último día de estancia en Naxos, que no de las vacaciones. El ritual sigue: buen desayuno, incluido enésimo yogour griego. Antes de salir preparo la mochila y la dejo en recepción, sin problemas.
El plan de hoy era aprovechar la mañana en Naxos, para lo que he decidido volvera la playa de Pyrgaki. Como el bus sale a las 11:00, tengo tiempo de dar una
última vuelta por el casco de la ciudad.
Llego a
Pyrgaki poco antes de las doce y para las tumbonas que me voy rápido, que tengo que coger el bus de vuelta a las 14:25 y es puntual. Sigue azotando el viento imparable, pero como soy el primero en elegir tumbona, aprovecho y me pongo en la más refugiada de todas. La sombrilla con tumbona 2'5€ (la mitad que ayer

)
Me da justo tiempo a darme un par de bañitos, escuchar música y descansar dos horitas. Qué pena... hasta el chico que regenta las tumbonas se extraña de que me marche tan prontito.
El bus de vuelta me deja en Chora sin problemas hacia las 15:00 por lo que, siguiendo la tradición, me acerco a To Elleniko. Está vacío y sólo hay un camarero (se ve que vive de las cenas, no de las comidas). Hoy ha tocado algo así como
youvetsi, Cordero guisado en una salsa de tomate, acompañado por un kilo de patatas fritas. Suena pesado, pero es que estaba de chuparse los dedos otra vez. Además me han vuelto a obsequiar con el postre de ayer. Total 9,5€.
Eso sí, creo que desde hoy tengo que volver a mi menú de mochilero de bocata y fruta, si no quiero gastar más de lo presupuestado.
A las cuatro me acerco a la recepción a por la mochila y casualidad me dicen que viene el transfer al puerto... pues nada, que para que vamos a ir andando.
Así que a las cinco en punto me subo al ferry que me lleva a Paros.
Resumen sobre Naxos:
ALOJAMIENTO: espectacular. Coreli palace. 9€. Habitación con dos camas, baño completo, cocina, pequeña terraza, aire acondiconado aparte (salvo que te sepas el truco). Muy bien ubicado.
CAPITAL: No es especialmente grande. Como casi todas, el punto más turístico alrededor del puerto y las calles colindantes. Tienes múltiples servicios, que cierran muy tarde. Bien de precio. Muy bien conectada con las principales ciudades turísticas (playas).
PLAYAS: Naxos es más que playas, pero eso no quita que aquí las playas son una gozada. Tienes más masificadas (bueno, coge Salou y divide toallas/m2 entre treinta, y esa es la "masificación" de Naxos) y más vírgenes.
COMIDA: Hay para elegir a tutiplén. Desde italianos, hamburguesas, gyros,... a un montón con comida tradicional griega (que para algo estás allí, no?)
TRANSPORTE: Es muy grande la isla, por lo que para ir a ciertos sitios remotos es casi necesario alquilar algo. Pero si vas a sol, playa y buen comer, te sobras con los autobuses que hay.
AMBIENTE: Se nota que no es Santorini (Mykonos he evitado a posta), pero sobre todo a partir de las 8:30 las terrazas se pueblan de gente autóctona y turistas, que hacen más agradable darse una vueltita.