LA HABANA-VIÑALES-TRINIDAD-CAYO SANTA MARIA ✏️ Blogs de Cuba

Como no, hoy volvimos a desayunar en la terracita de casa de Alberto. Hicimos las maletas y las cargamos en el coche.

Nuestro nuevo destino se encontraba en el Cayo Santa María.

Pero antes de iniciar la marcha fuimos a casa de Gisela para despedirnos y para que mi mujer se hiciera las uñas, ya que la hija de su sobrina se dedicaba a ello. Mientras yo estuve charlando con Gisela y haciéndole unas fotos a la casa porque quería actualizar un poco lo que tenía de ella colgado en internet. Al llegar a España, se las envié al correo de su hermana que vive en La Habana.

Nos hicimos unas fotos con la familia para enseñárselas a nuestros amigos de Santander y con pena nos despedimos de esta buena gente, sin antes haberles regalado ropa, crema solar para el niño de la casa y alguna pijada más.

Salimos a las 11h.

Nos recomendaron ir por Topes de Coyantes antes que volver hasta Cienfuegos y luego subir a la autopista. Nos dijeron que la carretera la arreglaron hace poco y estaba bastante bien. Bueno, lo que estaba bastante bien es un decir. Digamos que si, que esta bastante bien en gran parte del recorrido pero hay un tramo de unos 5 km que los agujeros que tenía el suelo podría aparcar el coche ahí mismo. A pesar de todo, fue una experiencia bastante buena porque ibas por medio de la montaña.

Pasamos de largo Santa Clara y llegamos a Cariberián.

Tardamos unas 4 horas hasta llegar al Cayo.

Al llegar a la entrada del Cayo, pagamos el peaje (2 cuc por persona) y nos adentramos en la carretera que lleva a los hoteles. Una carretera que a ambos lados había mar. Sorprendente para aquellos que nunca habíamos circulado por una carretera así. 40 kms para llegar al hotel.

Nuestro hotel era el Meliá Las Dunas. Una vez en el hotel hicimos el check-in y nos llevaron en carrito de golf hasta nuestra habitación, espaciosa con botella de cava y bombones.


Lo primero que hicimos, ya que no habíamos comido fue a disfrutar de la pulserita a la pizzería. Y tras recargar baterías nos fuimos a la piscina a refrescarnos y lógicamente a beber unos mojitos, cervezas o lo que se nos antojara.

A las 18h cierran la piscina, demasiado pronto en nuestra opinión.

A la hora de cenar pudimos comprobar como estaba el buffet, sinceramente no está nada mal, la carne y el pescado te lo hacen al momento, al igual que las pizzas.

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Desayuno en la habitación el primer día, ya que íbamos de luna de miel.

Vida de pulserita todos los días. Sinceramente, ni salimos del complejo.

Para los amantes del snorkel comentaros que al menos en esta playa no hay vida bajo el agua a menos que te adentres en el mar de fondo.

Sol, playa, piscina, bar, comer, realizar alguna actividad tipo aprender a bailar salsa, actividades acuáticas (kayak) y alguna pijada más.

Esa fue la rutina de estos días.

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Hoy volvíamos a La Habana. Teníamos unas 6 horas de coche, pero al ser el último día lo quisimos exprimir al máximo y es por ello que hasta las 15h no nos fuimos del hotel.

Mañana de playa y tras comer nos fuimos dirección La habana.

El viaje de vuelta fue como fue, sin más.

Llegamos a la Habana justo cuando se ponía el sol. Sobre las 20:00h. Como ya habíamos estado, más o menos nos pudimos orientar para llegar al Hotel Sevilla.

Llegamos a la puerta del Hotel con las maletas y al vernos los botones se lanzaron hacia nosotros super amables. Seguro que fue porque recordaron el momento Mercedes de lujo. La recepcionista nos dio la llave de la nueva habitación y para nuestra sorpresa nos dieron una habitación extra grande. Según la teoría de mi mujer, el Mercedes tuvo algo que ver, jajajaja!!!

Dejamos las cosas y nos fuimos a dar una vuelta. Mientras caminábamos nos acordamos que era la última oportunidad para ir al Morro. Rápido a un taxi y para el Morro. Una pequeña turistada aunque entretenida.

Al salir debíamos coger otro taxi, y claro, cual?

Nos paseamos por delante de todos los taxis rechazando el servicio diciendo que nuestro taxista nos estaba esperando. Y a la que ví un taxi amarillo ahí que fui. Llamadme desconfiado pero quería asegurar mi regreso.

Como no encontramos nada para cenar que nos llamara la atención, decidimos volver al hotel y comernos un sándwich en el patio andaluz, y para nuestra sorpresa había un grupo bailando sevillanas. Estuvimos viendo el espectáculo y hablando con una pareja española que acababa de llegar del aeropuerto y les asesoramos un poco de que ver y hacer a pesar que lo tenían medio organizado con guía desde España. Era un matrimonio que celebraban sus 30 años de casados si no recuerdo mal. El marido era un poco reacio al viaje, pero ahí estaba!!! Le calmamos con nuestros consejos y de lo bien que lo iba a pasar.

Acabado el espectáculo, pasaron el cepillo, y como nos había gustado y eran 10 integrantes, les dimos 10 cucs, 1 por persona. Se sorprendieron, y como agradecimiento nos regalaron su CD. Digo regalar por el cambio, porque ese CD lo tenían a la venta justo por 10 cucs.

Y así terminaba nuestra última noche en La Habana.

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