
Hoy tenemos idea de hacer un día de vacaciones playeras.
Así que nos quedaremos en Cala Millor. Aunque tenemos la playa muy cerca del hotel, con el tema de los accesos la distancia se multiplica. Un muro separa el paseo marítimo de la arena, y cada poco hay un acceso... con escaleras.
La primera rampa con pasarela cae ya bastante lejos del hotel. Así que no es cuestión de llevar a Laia en brazos.
Puestos a “desplazarnos”, nos vamos al lado de la Punta de n’Amer, como el otro día, ya que al menos parte de las vistas no son un montón de edificios de muchos pisos. Además, estamos rodeados de nubarrones negros, y al contrario que en esos dibujos animados en que el pupas de turno tiene una nube encima y sólo le llueve a él, nosotros tenemos encima un trocito de cielo azul con sol y todo... Así que a disfrutar del privilegio
Después del vermut, comida, siesta, vamos a pasear. Cala Millor tiene una calle paralela al paseo marítimo que es peatonal y está llena de tiendas y terracitas, y que empieza justo enfrente del hotel. Así que pasaremos la tarde paseando por allí, y también por el paseo.
Cala Millor pertenece a dos municipios, Sant Llorenç des Cardassar, que aun siendo catalana me cuesta pronunciar, y son Servera. Nosotros estamos en la parte “llorencina”, y llegamos hasta la parte “serverina”, donde las terrazas están en medio del ancho paseo... Y media vuelta, que hemos venido andando!
Por la noche, en el restaurante del hotel hay un montón de gente
Parece que hayan desembarcado un par de autocares... Pero hay más ambientillo, y hasta han puesto las bandejas del buffet más juntas, y hoy hay más variedad 
De todas maneras, haya lo que haya, la peque sigue sin comer, y se le ha puesto cara de pito además de tener los ojos llorosos. Da pena verla. Hemos decidido dejar la ruta oeste para una ocasión más propicia, y mañana volveremos a hacer vacaciones playeras...
Así que nos quedaremos en Cala Millor. Aunque tenemos la playa muy cerca del hotel, con el tema de los accesos la distancia se multiplica. Un muro separa el paseo marítimo de la arena, y cada poco hay un acceso... con escaleras.
La primera rampa con pasarela cae ya bastante lejos del hotel. Así que no es cuestión de llevar a Laia en brazos.
Puestos a “desplazarnos”, nos vamos al lado de la Punta de n’Amer, como el otro día, ya que al menos parte de las vistas no son un montón de edificios de muchos pisos. Además, estamos rodeados de nubarrones negros, y al contrario que en esos dibujos animados en que el pupas de turno tiene una nube encima y sólo le llueve a él, nosotros tenemos encima un trocito de cielo azul con sol y todo... Así que a disfrutar del privilegio

Después del vermut, comida, siesta, vamos a pasear. Cala Millor tiene una calle paralela al paseo marítimo que es peatonal y está llena de tiendas y terracitas, y que empieza justo enfrente del hotel. Así que pasaremos la tarde paseando por allí, y también por el paseo.
Cala Millor pertenece a dos municipios, Sant Llorenç des Cardassar, que aun siendo catalana me cuesta pronunciar, y son Servera. Nosotros estamos en la parte “llorencina”, y llegamos hasta la parte “serverina”, donde las terrazas están en medio del ancho paseo... Y media vuelta, que hemos venido andando!
Por la noche, en el restaurante del hotel hay un montón de gente



De todas maneras, haya lo que haya, la peque sigue sin comer, y se le ha puesto cara de pito además de tener los ojos llorosos. Da pena verla. Hemos decidido dejar la ruta oeste para una ocasión más propicia, y mañana volveremos a hacer vacaciones playeras...