Teníamos por delante otro día denso y repleto de experiencias, el despertador se hizo notar a las 07:15 a.m., por eso de "a quien madruga Dios le ayuda", nos aseamos y bajamos a desayunar. Como os dije anteriormente el bufet más que correcto aunque sí eche en falta algo de pan tostado.
Tomamos el vaporetto nº 2 dirección San Marcos, que es igual que el nº 1 pero para menos veces y va más rápido. Comenzamos nuestro recorrido por el Gran Canal, paunque el día estaba un poco nublado, pudimos ver con todo su esplendor el sin fin de palacios y lugares a cual más curioso, una autentica gozada, pasamos por el Casino, el Ca´Pesaro, Ca´d´Oro, el mercado de Rialto, hasta llegar al Puente de Rialto, la verdad es majestuoso, dominando el canal
. Por algún motivo el barquito que pillamos para hacer todo el recorrido del Gran Canal paró en el Puente Rialto, así que nos apeamos y fuimos caminando hacia San Marcos, la verdad es que fueron unos 10 minutos todo estaba perfectamente señalizado (a pesar de las obras).
Entramos a la Plaza de San Marcos a través del pasaje de la Torre dell´Orologio y lo primero que ves es el Campanile y la Basílica, aquí te quedas mudo
,... algo que teníamos tantas ganas de ver y que lo admiras aun más. Pasamos de largo (aunque tirando uno de otro, pues seguíamos asombrados con la belleza del entorno) para dirigirnos a la entrada del Palacio Ducale, otra maravilla. eran las 09:10 a.m. nos dirigimos a la taquilla para canjear los bonos que sacamos por internet de las museos cívivos y la visita a los itineraios secretos del palacio. Comenzamos la visita al Palacio por una serie de salas en las que exponen columnas y arcos que se han ido reconstuyendo a lo largo de los siglos, para mí es algo muy relacionado con mi profesión y me admira la perfección y la simetría de todos los elementos, más si cabe cuando son realizados a mano, una obra de arte !!!!!. Una vez visitadas estas salas pasamos al patio principal donde se encuentra la escalinata donde nombraban a los Dux, toda en marmol de colores, preciosa. Como teníamos reservada la visita a los itinerarios secretos a las 09:50 a.m. realizamos por nuestra cuenta la visita a todas las dependencias, sobre todo administrativas, que nos dio tiempo.
Tomamos el vaporetto nº 2 dirección San Marcos, que es igual que el nº 1 pero para menos veces y va más rápido. Comenzamos nuestro recorrido por el Gran Canal, paunque el día estaba un poco nublado, pudimos ver con todo su esplendor el sin fin de palacios y lugares a cual más curioso, una autentica gozada, pasamos por el Casino, el Ca´Pesaro, Ca´d´Oro, el mercado de Rialto, hasta llegar al Puente de Rialto, la verdad es majestuoso, dominando el canal

Entramos a la Plaza de San Marcos a través del pasaje de la Torre dell´Orologio y lo primero que ves es el Campanile y la Basílica, aquí te quedas mudo

Volvimos al patio a reunirnos con el grupo de la visita a los itinerario (en ingles) eramos los únicos españoles en el grupo, pero más o menos te enteras de todo, nos hicieros una introducción de como era el gobierno en esa época, que es todo un lío de personajes, y luego nos llevaron a ver las dependencias secretas del palacio. Entre todas ellas pasas por la sala de confesiones, que impresiona un poco al ver una soga colgando del techo aunque no era para ahorcar sino para atar a los presos y tirar de los brazos y por la celda de Casanova, y te cuentan la historia de como escapó, en fin interesante de ver pero nada bonito es algo tetrico.
Una vez terminada la visita de los itinerarios continuamos visitando el palacio, pasamos por la prisión de los pobres (la de los ricos se ve en el itinerario) y por el interior del Puente de los Suspiros. Luego volvimos al patio y terminamos de hacer algunas fotos y demás. Como eran las 11:20 a.m. nos fuimos directamente a intentar hacer el truco de la mochila para acceder a la Basílica de San Marcos, pero nuestra sorpresa fue que no nos permitiros dejar un bolso grande que llevaba mi mujer, tan solo mochilas o similar bolsos NO, así que nos pusimos en la cola para entrar que fueron unos 5 minutos escasos. Entramos a la Basílica y ves claramente los estragos que causa el agua en los pavimentos y las pilastras de mármol, están todo comidas por el salitre y muy deformadas, pero como era la hora en la que la basílica está iluminada miras al interior y te quedas paralizado es espectaculra !!!!
, todo brilla hay un color dorado tan peculiar que no te deja mirar hacia otro lado, toda una maravilla sobre tí. Tras ver aquello decidimos verlo todo, entramos a ver el tesoro (3,00€/persona), que no merece la pena, la Pala de Oro (2,00€/persona) todo un alarde de joyería y subimos a la terraza donde se encuentran los caballos originales del actual Estambul (4,00€/persona) esto no te lo puedes perder tiene una vista muy bonita y es interesante la zona de museo.

Tras finalizar la visita a San Marcos (en la que no paramos de sacar tomas en video, si no utilizas el flash no tedicen nada en casi ningun lugar) nos dirigimos al Campanile (8,00€/persona), aquí la cola era más importante eran las 12:45 a.m. y no entramos hasta la 13:30 p.m., la vista es impresionante pero tengo dudas de cual me quedo, porque la vista desde el campanile de San Grigorio Maggiore no está nada mal, es más da una perspectiva mayor de la composición de las islas. Pero lo dejaremos en empate desde San Marcos la vista es más detallada en este entorno.

La mañana fue abrumadora, un sin fin de elementos arquitectónicos, de obras de arte, de historias del pasado, todo en el centro neuralgico de Venecia, sin duda lo mejor del viaje :D. Como ya empezaba a rugir algo el estomago nos fuimos alejando de San Marcos, eso sí con la foto de rigor en el café Florian mientras escuchas los violines en directo, pasamos por Campo de San Moises y la Calle larga 22 de Marzo, repleta de tiendas de firma, donde tube que ir tirando de mi mujer. Llegamos al Campo de San Maurizio donde vimos una tienda que vendían trozos de pizza, así que nos sentamos en la misma placita y nos tomamos unos trozos de pizza con cola cero cada uno (18,00 €), la verdad es que estaba muy bueno y teníamos justo al lado el famoso campanile de San Stefano, que parece que se cae, sí o sí, como dice alguno.
Una vez descansadas las piernas nos dirigimos al Campo de San Stefano para visitar la iglesia, su techo en forma de quilla de barco es espectacular. Continuamos hacia el Campo de San Angelo para llegar al Teatro de la Fenice, pero no pudimos entrar a visitarlo solo permitian grupos concertados así que nos dirigimos al siguiente punto previsto del día el Palacio Contarini del Bovolo, pasamos por algunas calles y en una casa vimos una placa que decía, entre otra cosas, que allí estubo alojado Mozart en el carnaval de 1771. El Palacio Contarini es algo dificil de encontrar pero digno de ver, resulta muy curioso encontrar algo tan peculiar escondido entre estas callecitas. Luego continuamos hacie le Campo de San Lucas, en una de sus calles estrechas (C/ San Lucas si no recuerdo mal) encontramos una tiendecita donde un artesano realizaba las auténticas máscaras de pepel maché y a un precio magnífico. Una máscara tipo Bauta, la de Casanova, con relieves en pintura de oro nos costó 20,00 €. Fue genial nos dejó hacerle fotos a todo, incluso a él trabajando y nos explicó que todas sus máscaras son artesanales y van firmadas, el artista se llamaba Fulvio Galletta.
Tras realizar nuestra primera compra (de la que íbamos muy orgullosos :amigo:) nos paramos en la Iglesia de San Salvador para luego ver el Puente de Rialto, lo cierto es que es muy bonito y peculiar pero la parte trasera de las tiendas estaba llena de pintadas que lo afeaban un poco. Proseguimos hasta el Mercado de Rialto, aunque pasamos por la mañana desde el vaporetto, aun quedaban algunos puestos para bichear un poco. Luego nos perdimos entre un montón de callecitas preciosas para intentar llegar a Ca´Pesaro, eran aproximadamente las 16:00 p.m., el palacio es bonito por dentro, pero pasamos un poco de largo de la exposición que había para tomar el vaporetto en dirección al Palacio Rezzinoco, llegamos a las 16:45 p.m. y a las 17:00 p.m. cierran, así que fuimos a ver la Donna velata y las sala de los techos de Tiépolo, justo a tiempo, apretadicho pero nos dejaron verlo sin problemas.
Como el día había sido largo y ya era la hora a la que cierra casi todo, y como somos gente de palabra, nos fuimos a visitar a Berto, el gondolero del Puente de la Academia. El día anterior nos explicó que los sábados se situaban en la esquina entre la Fondamenta Venier y la Piscina Forner (esto está pegado al Palacio Barbarigo), nada más llegar estaba un compañero suyo al preguntar por él lo llamó al móvil y nos dijo que llegaría en 5 minutos. Y así fue, subimos a esta peculiar embarcación y la foto de rigor de los enamorados (eso dijo Berto), comenzamos el recorrido pactado desde er Río San Vio (40 minutos/80,00€) pasamos al Gran Canal, por el Palacio Barbarigo con su fachada característica de azulejos, el museo Peggy Guggenheim, Palacio Dario, Palacio Genovese para dirigirnos a los canales pequeños. Entramos entre los Palacios Pisani Gritti y Flangini, el silencio era absoluto, tan solo el murmullo del remo, como la atmósfera era propicia nuestro gondolero comenzó a silvar, la verdad precioso
. Pasamos junto al Teatro La Fenice, bajo el puente de la calle Veste dirección al Campo de San Moise donde nos emcontramos con unas mil góndolas (no tantas pero sí un montón...). Volvimos al Gran Canal bordeando el Palacio de Treves de Bonfili, el Palacio Tiepolo donde se alojó Marco Polo el tiempo que estuvo en Venecia, a continuación el Palacio Contarini Fasan, Santa María della Salute, el Palacio Genovese y vuelta al lugar de partida. Sin duda HAY QUE MONTARSE EN LA GÓNDOLA !!!!!!
, que bonito y relajante.


Al volver al punto de partida, la esquina entre la Fondamenta Venier y la Piscina Forner, vimos una Galería de arte, donde tenían unos cuadritos que nos llamaron la atención. Eran unas especies de acuarelas que finalmente se denominaban a Aquatint, una especie de tintas chinas de colores mezcladas con agua y perfiladas con estilógrafo o similar. El resultado es muy bonito y tenían un monton sin enmarcar, de muchos precios. Tras ver un poco la galería nos decidimos a comprar un aquatint de una calle de Venecia en la que aparece un gondolero de tamaño algo superior a una cuartilla y enmarcado (38,00€), porque costaba muy poco más que sin enmarcar. La galería se llama BAC ART STUDIO Art Gallery, Dorsoduro 862 - 30123 Venezia ( www.bacart.com), merece la pena comprar allí, son originales firmados por el artista que en nuestro caso se llama Cadore, os dejo una foto de algo parecido a lo que compramos por si gusta.

Lo más curioso que nos pasó en nuestra estancia en Vencia fue coincidir en esta tienda con un amigo del dueño que hablaba perfectamente español, tenía amigos en Sevilla !!!, tras charlar un rato, mientras realizábamos la compra, se ofreció a enseñarnos un rincocito que estaba pintado en un cuadro, así que nos hizo de cicerone y nos llevó a unos 50 metros al Campo Barbaro, la verdad un rincocito precioso. Nos habló de la seguridad en Venecia, insistió en que era muy segura, que había buscado piso por esta zona pero por un piso con dos dormitorios y altana (os dejo una foto de una altana) pedían 615.000,00 €, hablamos de la humedad y nos expliucó que muy pocas viviendas estan habitdas en sus bajos, estos suelen estar destinados a almacén o tiendas. Nos revisó el planing de visitas (nos felicitó) y le pareció muy bien programado aunque nos recomendó entrar en la capilla que se encuentra dentro del Hospital y nos contó la historia de que tiene una pared negra por el número de muertos que había y algunas anécdotas más. La verdad un rato magnífico, también nos recomendó un sitio para cenar (no de turistas).
Cuando dejamos al lugareño, eran las 18:45 p.m., así que tomamos el vaporetto en el Puente de la Academia dirección al Arsenale, al llegar dimos un paseo por la zona estaba oscureciendo, vimos el Campo Arsenale, la Torre dell´Arsenale, el puente, la Iglesia de San Martino, pasamos por el Placio Erizzo, el Palacio Gabrielli, el Ca´di Dio y llegamos paseando hasta Santa María de Visitazione donde tomamos el vaporetto hacia la parada de San Silvestro. El objetivo, ir a cenar a La Birraria la pizzería-restaurante que nos recomendaron y que está en una esquina del Campo de San Polo, llegamos a las 20:00 p.m. y la verdad es que muy bien tomamos de primero una ensalada con queso parmesano, naranja con mermelada y canónigos y luego espaguetis con sepia y lasaña, todo acompañado con un vinito blanco bien frío y unos postres muy ricos (60,00 €).
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Como estabamos cansados volvimos a la parada del vaporetto y a descansar, mañana tenemos otro día por delante. Una magnífica jornada :amigo:[/align]