Para este día habíamos reservado el pasaje del barco para las islas Cies e hicimos bien porque no quedaban plazas para ese día. Cogimos el primer barco desde Cangas. El día amaneció con una gran niebla así que durante el camino de ida no pudimos apreciar el paisaje. En unos 45 minutos llegamos a la isla. Dicen que es una de las mejores playas del mundo y la verdad es que el entorno es inmejorable, pero a mi novia no le gustó mucho la playa debido a que el agua estaba no fría, sino lo de después y aunque ya lo sabíamos no pensábamos que fuera tan tan fría.
La isla es preciosa, nada más llegar fuimos al punto de información donde nos animaron a hace la ruta a pie hasta el faro, el punto más alto de la isla. El camino es sencillo y merece la pena por las vistas y el paisaje.
Subimos por la ruta o monte Faro pero nos detuvimos para ver la piedra de campa, con una forma especial con un agujero en medio desde donde se hacían unas fotos espectaculares. Por el camino se ve también el faro de Porta que está a mucha menos altura y también unas impresionantes vistas de la isla de enfrente con una playa paradisiaca.
Al subir hasta el faro aprovechamos para hacer bastantes fotos y descansamos un rato. Destaca la cantidad de aves que se pueden apreciar, los altos acantilados y las vistas de la costa de Vigo enfrente. De vuelta hacia la zona de la playa nos detuvimos a tomar el sol en la playa de Ntra. Señora, una cala pequeña con agua transparente como la del Caribe con la única pega de que estaba bastante más fría, aún así yo me pegue un baño y mi novia se mojó los pies, no llegó a mas. Comimos un bocata ya que los restaurantes de la isla son muy caros y como ya nos habíamos informado llevábamos nuestra comida, solo compramos unas bebidas. Disfrutamos de la comida en un entorno maravilloso. Después de descansar un rato nos fuimos a la famosa playa de Rodas según mucha gente, una de las mejores del mundo, para mi novia no. Aprovechamos para dar un paseo, de un rato de sol y yo de un pequeño baño en sus cristalinas aguas.
Tras dos horas allí volvimos al embarcadero para coger el barco de regreso. En la vuelta sí pudimos disfrutar del paisaje. En mi opinión, las islas Cies son un sitio espectacular para pasar un día, pero para mi novia no le gustaron tanto. Ya en Cambados y después de una ducha y un descanso decidimos ir hacia Villagarcía, un pueblo enorme, no tan típico como los demás pero donde aprovechamos para cenar, dar un paseo por el puerto y como se levanto bastante frio nos metimos en el cine. De aquí al hotel a dormir.
La isla es preciosa, nada más llegar fuimos al punto de información donde nos animaron a hace la ruta a pie hasta el faro, el punto más alto de la isla. El camino es sencillo y merece la pena por las vistas y el paisaje.
Subimos por la ruta o monte Faro pero nos detuvimos para ver la piedra de campa, con una forma especial con un agujero en medio desde donde se hacían unas fotos espectaculares. Por el camino se ve también el faro de Porta que está a mucha menos altura y también unas impresionantes vistas de la isla de enfrente con una playa paradisiaca.
Al subir hasta el faro aprovechamos para hacer bastantes fotos y descansamos un rato. Destaca la cantidad de aves que se pueden apreciar, los altos acantilados y las vistas de la costa de Vigo enfrente. De vuelta hacia la zona de la playa nos detuvimos a tomar el sol en la playa de Ntra. Señora, una cala pequeña con agua transparente como la del Caribe con la única pega de que estaba bastante más fría, aún así yo me pegue un baño y mi novia se mojó los pies, no llegó a mas. Comimos un bocata ya que los restaurantes de la isla son muy caros y como ya nos habíamos informado llevábamos nuestra comida, solo compramos unas bebidas. Disfrutamos de la comida en un entorno maravilloso. Después de descansar un rato nos fuimos a la famosa playa de Rodas según mucha gente, una de las mejores del mundo, para mi novia no. Aprovechamos para dar un paseo, de un rato de sol y yo de un pequeño baño en sus cristalinas aguas.
Tras dos horas allí volvimos al embarcadero para coger el barco de regreso. En la vuelta sí pudimos disfrutar del paisaje. En mi opinión, las islas Cies son un sitio espectacular para pasar un día, pero para mi novia no le gustaron tanto. Ya en Cambados y después de una ducha y un descanso decidimos ir hacia Villagarcía, un pueblo enorme, no tan típico como los demás pero donde aprovechamos para cenar, dar un paseo por el puerto y como se levanto bastante frio nos metimos en el cine. De aquí al hotel a dormir.