ESPEDICIÓN SVALBARD
El Ártico nos muestra su cara más violenta.
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LOS EXPEDICIONARIOS
En situaciones extremas como las que hemos vivido en esta expedición, el trabajo en equipo es esencial, sobretodo cuando de el depende la supervivencia. Montar un campamento con sensaciones térmicas por debajo de los 30º y vientos de más de 80 kilómetros por hora, no es nada fácil. En estas situaciones es donde te das cuenta que dependes de tus compañeros y ellos de ti, trabajar sincronizados y con rapidez es vital. En esta expedición, el Ártico nos a querido poner a prueba con toda su violencia, enfrentándose a un grupo de amigos que han luchado trabajando en perfecto compañerismo, con muchísima ilusión y un magnifico humor hasta en las peores situaciones, físicamente preparados y con suficiente experiencia para mantener el control en todo momento, capitaneado por un gran profesional, Sergio Camacho, guía de montaña UIAGM y guía de TIERRAS POLARES.
Antón ROMÁN-CUESTA / Alfonso ENA / José María GERBOLES / Juan Ignacio BERECIARTUA
Manuel ACHEGA / Ion LARRAÑAGA / Sergio CAMACHO / Vicente LEAL
18 de Abril, aterrizamos en Spitsberg
Poco antes de aterrizar en la isla de Spitsberg, el paisaje que asoma por las ventanillas del avión, nos dejan boquiabiertos, valles, montañas y glaciales relucen en un esplendido día frío pero soleado, acentuando el blanco que cubre toda la isla en contraste con el azul de su limpio cielo, la ilusión por esta expedición se refuerza al ver tan bello paisaje.
El paisaje que asoma por las ventanillas del avión, nos dejan boquiabiertos.
En el pequeño aeropuerto de Longyearbyen, nos espera nuestro nuevo compañero y responsable de TIERRAS POLARES Sergio Camacho. El, aterrizo en la isla un par de días antes que el resto del grupo, organizando todos los permisos y preparando víveres y material. Debido al retraso de casi 24 horas de los aviones, no podemos perder tiempo, nos comenta que ya tiene contratado el transporte de aproximación y disponemos de unas 3 horas para preparar todo y meternos en materia, sobre las 5 de la tarde nos recogerán un grupo de motos de nieve que nos trasladaran al punto de comienzo de la travesía. Con puntualidad nórdica, se presentan los moteros y nos disponemos a cargar todos los pulkas, tablas y víveres para partir, 3 horas de trayecto, metidos en dos pequeños remolques en los que apenas entrábamos, nos dejan totalmente baldados, los botes del remolque junto a la incomodidad del pequeño huevo en el que viajábamos, nos hacen crujir los huesos y soltar unas cuantas risas.
3 horas de trayecto, metidos en dos pequeños remolques en los que apenas entrábamos.
Seguimos retrasando los planes cuando nos enteramos que las motos no nos pueden dejar sobre el plató, nos dejan en la franja del parque natural ya que tienen prohibida la entrada a este, solo acceden en caso de rescate, al día siguiente, tendremos que ascender unos 500 metros de desnivel para alcanzar el plató, prefiero no pensar en ello, con los pulkas de casi 50 kilos, pero eso será mañana.
Montamos el campamento y disfrutamos de una buena cena al calor del tipi comunitario, esta noche, preparamos un estofado de carne con patatas en lata y una suculenta sopa de sobre.
Montamos el campamento y disfrutamos de una buena cena.
19 de Abril, ascensión al plató
Me parece surrealista, despertar en la tienda de campaña con un pedazo de rifle del año catapún entre mi compañero de “habitación” y yo, dispuesto a disuadir al rey de Svalbard, el Oso Polar. Es algo totalmente obligatorio para salir de la ciudad, a demás, disponemos también de todo un arsenal de armas como: pistolas de bengala, botes de gas pimienta y las piernas para correr, no se trata de matarlo, solo de disuadirlo.
Antón con calentadores, chancletas y mayas ultima generación preparado para disuadir al Oso.
Despertamos con un día esplendido y buena temperatura, después de desayunar, desmontamos el campamento y observamos el terreno para decidir por donde subir al plató. La primer opción era ascender suavemente por un valle que al fijarnos bien, intuíamos un campo de grietas casi evidente a lo lejos. La segunda opción y la elegida, se trataba de ascender por una pala libre de grietas que no ofrecía ningún descanso, del tiron hasta un collado y continua ascendiendo hasta llegar al esperado campo de hielo, a unos 1000 metros de altura.
Atrás quedan las horas de viaje y los preparativos, ahora, la recompensa, los ocho avanzamos con buen ritmo arrastrando el “armario” de casi 50 kilos en terreno llano, pronto sentimos como los pulkas tiran de nuestro arnés, comienzan los primeros desniveles y antes de afrontarlos picoteamos un poco de chocolate y frutos secos. El desnivel poco a poco es más pronunciado, a veces retrocedes el paso al empujar el pulka, 500 metros de ascenso continuos nos separan del punto de inicio de la jornada. Antón marca el ritmo tirando de primero y los demás siguiéndole como penitentes ganamos metros de altura, mientras un viento helador del norte, nos congela la nariz y los labios.
La sensación térmica de -33º y vientos de mas de 40, por suerte el campamento esta montado.
Ya no hay más que subir, ante nosotros, se abre una planicie de hielo rodeada de unas montañas gélidas y hermosas y un viento de unos 40 kilómetros hora que amenaza tormenta, ante lo visto, decidimos montar campamento anticipándonos a la situación, a los pocos minutos alcanzamos sensación térmica de -33º y vientos de mas de 40, por suerte el campamento esta montado, los fogones derriten nieve y cocinan, sube la temperatura del tipi comunitario, aprovechamos para cenar garbanzos con chorizo y sopa de sobre, en nuestras mentes, la incertidumbre de lo que nos esperara mañana. Nos acostamos nevando, sin visibilidad y con mucho viento.
Los fogones derriten nieve y cocinan, sube la temperatura del tipi comunitario.
20 de Abril, atascados por mal tiempo
Despierto y desde la calidez del saco, oigo como la nieve golpea la tienda de campaña, el viento es mucho más flojo que cuando nos acostamos, salgo de la tienda, la visibilidad es totalmente nula y el campamento esta sepultado por una capa de nieve de unos 60 centímetros, casi todos los pulkas están enterrados, pienso que nos llevara horas en desmontarlo y tendremos que trabajar duro paleando para recuperar todo el material bajo la capa de nieve.
El campamento esta sepultado por una capa de nieve de unos 60 centímetros.
Los compañeros siguen dentro de las tiendas, solo veo a Sergio casi extenuado paleando la nieve para poder levantar el tipi, lo tumbamos antes de dormir para que el viento no lo destrozara y ahora estaba bajo la nieve, rápidamente le relevo con la pala y mientras aparecen los compañeros dispuestos también a colaborar, en poco tiempo todo esta dispuesto para desayunar, al que no veo es a Antón, anoche estaba un poco raro y me acerco a su tienda a ver como esta, desde fuera le llamo y me contesta una voz de ultratumba tomada por un gran resfriado, me dice que esta bien y que ya salía, pronto se reunió con el resto de los compañeros y a pesar del trancazo, no había perdido su buen humor ni las fuerzas para enfrentarse a un nuevo día, se tomo su desayuno y engullo una pastilla de su botiquín milagroso.
Al calor del tipi y tomando el segundo café, comenzamos a charlar y tomar decisiones sobre la situación en la que nos encontramos, si hay alguna clara en ese momento, es que los planes de subir el Newtontoppen se desvanecen, el retraso del vuelo más las motos que no nos dejaron en el punto que queríamos y ahora este día de bloqueo por el mal tiempo, nos dejan fuera de alcance la montaña. Algunas ideas se exponen en la reunión y como siempre en consenso, se decide por explorar un valle del que no tenemos ninguna noticia de que alguien bajara antes por el, tomamos el nuevo rumbo de la expedición con la misma ilusión que comenzamos, si la montaña no la podemos hacer en los días que disponemos, pues exploraremos el valle y abriremos una nueva ruta que seria circular hasta el punto donde nos recogerán las motos.
La jornada continua casi todo el tiempo dentro del tipi, contándonos batallitas y futuros planes, las risas y el buen ambiente nos hacen más llevaderas la horas de espera. Sobre la 8 de la tarde el tiempo mejora y en poco rato nos alumbra el Sol, la visibilidad es del 100 por 100 y aunque hace frió el viento a desaparecido, nos pega el subidon y todo hace presagiar que mañana tendremos un magnifico día. Todos contentos cenamos esta noche soleada sardinas con pasta y la sopita de moda.
Sobre la 8 de la tarde el tiempo mejora y en poco rato nos alumbra el Sol
21 de Abril, más mala suerte
Hace hoy un Sol esplendido y todo apunta a un día de travesía para disfrutarlo a tope.
La mañana comienza con una visita al baño gracias a la cena de anoche, las sardinas con pasta están pasando factura a todos, desfilamos papel higiénico en mano y pala en la otra para expulsar de nuestros cuerpos la desaconsejada receta, esta situación nos provoca muchas risas y comentarios desagradables de la experiencia intima de cada uno.
Desayunamos y nos apresuramos a desmontar el campamento, más de tres horas nos lleva la operación trabajando a buen ritmo con la colaboración de todos. Nos ponemos el arnés y Sergio comienza abriendo huella, en un periquete tirando de los pulkas entramos en calor y afrontamos los primeros kilómetros encima del plató, el terreno no presenta desniveles y avanzamos con buen ritmo, a las dos horas paramos y picoteamos algo, la parada es corta, en poco tiempo perdemos el calor y continuamos la marcha, desde el plató al Oeste contemplamos las vistas del valle que desciende hasta la ciudad de Pyramiden, asentamiento minero que hoy en día esta totalmente despoblado y que se deja ver tímidamente en la lejanía.
El terreno no presenta desniveles y avanzamos con buen ritmo.
Continuamos rumbo al norte y paramos quince minutos para comer, las maniobras de preparación de la comida son muy torpes, no podemos quitarnos los guantes por el frío y en poco tiempo nos invade el cuerpo una sensación gélida que invita a seguir foqueando. A lo lejos, ya se deja ver el valle que hemos elegido para explorar, a primera vista desde la distancia, parece que no nos presentara grandes dificultades descenderlo y nos apresuramos a recorrer unos kilómetros más por el plató antes de encararlo. Comenzamos el descenso sin dificultades, ya no calentamos igual que antes a pesar del esfuerzo físico, todos notamos como la temperatura esta bajando y comienza a moverse un poco de viento, continuamos el descenso y la visibilidad disminuye, Sergio tira de primero y yo voy el segundo del grupo, mis bastones chocan con hielo vivo y grito a Sergio advirtiéndole que estamos en cima de un glaciar, como manda el protocolo, nos separamos uno de otro unos diez metros y si la cosa se pone más seria tendríamos que encordarnos, a todo esto, la temperatura y la visibilidad continúan bajando y por si fuera poco el temido viento aumentando, al poco rato tenemos la sensación de andar por terreno hueco y Sergio se desengancha del arnés y avanza unos metros más para explorar el terreno, a los pocos pasos los bastones se le hunden en una grieta total mente tapada por la nieve, estamos en un campo de grietas y sin visibilidad, seria casi un suicidio meterse en este sin visibilidad y amenazando otra tormenta, la decisión es unánime vuelta a tras y montaremos campamento en cuanto salgamos de las grietas y si nos damos prisa, antes de que la tormenta comience. Ascendemos sin pausa por el glaciar descubriendo grietas que en la bajada no aviamos visto, estamos casi derrotados por la nueva situación, después de descender no podemos seguir y además se avecina una noche movidita. Por fin, una zona segura, hemos pasado el campo de grietas y sin perder tiempo nos ponemos a luchar contra el viento y montamos el campamento con todo el arsenal de ropa puesta, pronto el viento alcanza los 80 kilómetros por hora y la sensación térmica cerca de los -30 grados, más de tres horas trabajado en situación casi extrema y ya tenemos todo montado, ahora hay que mantenerlo en pie.
Pronto el viento alcanza los 80 kilómetros por hora y la sensación térmica cerca de los -30 grados.
Los fogones calientan el tipi y nosotros poco a poco entramos en calor, es increíble el humor y el buen rollo que transmite el grupo, aun en los peores momentos y situaciones, las risas no faltan. Cenamos unos sobres de comida liofilizada, estofado de carne con patatas más o menos. En medio de la ventisca abandonamos el tipi para retirarnos cada uno a su tienda para descansar, antes, tumbamos el tipi para que el viento no se lo llevara, esa tarde estuvo al limite.
22 de Abril,otra vez atascados
Nos despertamos temprano, toda la noche a pasado azotando el viento la tienda de campaña y ahora parece que esta menos violento, salgo de la tienda después de Sergio, esta nevando intensa mente y veo que el campamento esta otra vez totalmente cubierto por la nieve, no se ve nada y todo apunta a otro día de bloqueo, comenzamos la mañana paleando la nieve que cubre todo el tipi, lo ponemos en pie y limpiamos de nieve su interior para poder estar cómodos y desayunar.
La mala suerte nos acompaña y ahora nuestro objetivo es que mejore este tiempo y podamos aproximarnos al punto convenido con las motos, no nos preocupa demasiado ya que aun disponemos de dos días sin contar este que le perdemos también. El día pasa al calor del tipi recordando las clásicas expediciones de tiempos de descubridores, historietas acompañadas de picoteos constantes y bebida caliente para hidratarnos, unos chupitos de ron tampoco faltan para calentar el ambiente, hoy, cenamos cuscus con salchichas.
Comenzamos la mañana paleando la nieve que cubre todo el tipi, lo ponemos en pie.
23 de Abril, retirada navegando con el GPS
Hoy tenemos visibilidad nula pero afortunadamente no hay viento, después de todos los preparativos y desmontaje del campamento, nos preparamos los pulkas y comenzamos una jornada larga, la progresión es lenta, tenemos que navegar para desandar el camino de antes de ayer y la huella a desaparecido debido a la tormenta, los tres GPS que disponemos están en plena función y poco a poco ascendemos unos 300 metros de desnivel hasta llegar de nuevo al plató, la intención es de llegar al punto de recogida y somos conscientes que nos queda un largo recorrido, a la vez que recuperamos altura la niebla desaparece y la progresión se aviva, ya no tenemos que navegar.
La progresión es lenta, tenemos que navegar para desandar el camino de antes de ayer.
Antón abre camino y en unas horas estamos sobre el campamento de la primera tormenta, apenas quedan huellas, el día nos esta respetando y a pesar de hacer frío continuamos el recorrido, pronto bajaremos los 500 metros de desnivel del primer día. El descenso es rápido y seguro, recordamos del primer día, que esta pala esta libre de grietas y disfrutamos de la bajada dispersándonos todos, yo me quito las tablas intentando descender montado en el pulka, pero la densa nieve me frena y me quedo con las ganas, los pulkas avanzan por delante de nosotros y en un hora estamos en la base de la pala, a unos 5 kilómetros del punto acordado con las motonieves, ya lo podemos ver, algo más de una hora nos llevara recorrer este ultimo tramo.
Los pulkas avanzan por delante de nosotros y en un hora estamos en la base de la pala.
Esta vez montamos el campamento sin frío y sin viento, en un ratito esta todo montado y nos disponemos a cenar, los planes para
mañana ultimo día serán sencillos, sin peso nos daremos un vuelta por los alrededores del campamento, ahora solo pensamos en pillar el saco de dormir y descansar, son la 2,30 de la mañana.
24 de Abril, ni siquiera el ultimo día
No me lo puedo creer, hace unas horas estaba todo despejado y ahora cuando nos levantamos llueve y no se ve nada, ni siquiera nos respeta el tiempo el ultimo día. Nos espera otra larga jornada en el resguardo de nuestro magnifico lugar de reunión, el tipi. Ya nos da todo igual, comemos raciones extras, liquidamos la botella de ron y no paramos de reírnos de la situación y reflexionar sobre nuestra expedición, si algo quiero destacar es que nos lo hemos currado de lo lindo y que hemos aprendido todos de las situaciones extremas que hemos pasado, el grupo esta preparado para todas estas situaciones y siempre manteniendo un humor y una fuerza de voluntad increíble, con este grupo, al fin del mundo.
Con este grupo, al fin del mundo.
Tan solo nos queda esperar a mañana, las motos nos recogerán y todo abra terminado, solo esperamos la ducha de agua caliente cuando lleguemos al alberge.
Desde Svalbard. Vicen