Ya era de día, había dejado la puerta abierta para que se fuera ventilando la habitación y disminuyera un olor aguantable pero algo molesto durante la noche. Justo encima de mi litera existía una ventana pero no era posible abrirla. Esa noche me había costado dormir y la alarma sonaría a las 8 a.m. A pesar de que aun faltaban 20 minutos para que sonara la alarma del móvil por la puerta ya entraba una claridad suficiente para pensar que pudiera ser incluso mas tarde de las 9. Combatiendo por intentar seguir durmiendo un rato más escuchaba además el ruido de alguien moviendo cosas de la habitación como bolsas de plástico, el ruido de una maleta etc. Parecía que tenía ya compañía. Me levante y decidí comer la fruta que tenia en la mochila sobrante de la cena pasada. Seria mi desayuno.
El albergue tenia un patio exterior por el cual tenias que pasar para llegar a los baños o duchas. Después de cepillarme los dientes vi a la primera alma de ese Hostal. Alguien que no fuera el de la recepción. Era Anne, rondaba los treinta y tantos, llevaba allí durmiendo desde hacia 4 noches. Estaba en Fez por que se celebraba uno de los festivales mas importantes del mundo en cuanto a música Sacra se refiere. Amaba la música y viajar. Aunque era alemana no se sentía orgullosa de serlo, ni de la belleza de su país. Compartimos el desayuno. Sí. Había desayuno incluido en el precio y yo no lo sabía. Una señora marroquí nos saco un par de barritas con mantequilla y mermelada además de 2 increíbles napolitanas de chocolate. El té de menta, café y zumo de naranja tampoco faltaba. Un buen desayuno siempre es la mejor forma de comenzar el día y te puede llegar a dar energías hasta bien entrada la tarde. Cuando la conversación empezó a ser un tanto tediosa entre ella y otro compañero del albergue el cual también era alemán y estaba en Fez por el mismo motivo musical, decidí irme y comenzar mi viaje en tren hasta Meknes.
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La estación de tren se encontraba a escasos minutos del hostal. Compre mi billete (20DH) y en 15 minutos saldría el tren rumbo a Meknes. Era la primera vez que cogía un tren en Marruecos y tenia interés de saber como eran. Los trenes pueden llegar a decir muchas cosas sobre el país en el que se encuentran, incluso el mismo tren en países distinto puede llegar a parecer completamente diferente. Para mí lo mejor de viajar en tren, además de la mecánica propia del tren o del paisaje que puede acompañarte durante el viaje, es la gente.
Cuando subí al tren note claramente que estaba climatizado y la distribución de los asientos y el pasillo era muy parecida a un tren de larga distancia español. Ahora ya estaba en el momento mas importante a la hora de viajar en tren. Elegir asiento. En mitad del coche había 2 asientos enfrentados libres en el pasillo, me senté en uno de ellos y el otro me sobraba. En la ventana había una pareja que al principio parecían conocerse. Una chica estudiando y haciendo unos ejercicios propios de la universidad y a mi lado un chico con una gorra de RF(Roger Federer). El chico sacó su portátil y se puso a ver tenis. Era un partido de Wimblendon. Estaba jugando Federer y Rafa Nadal. Era la final del 2008 que casualmente había visto un par de días antes. Claramente la mejor final de la historia de un Gram Slam.
Pasaban los minutos y juntos veíamos el partido. Y aun no habíamos cruzado ninguna palabra¡. El deporte es lo que tiene, es atemporal y ‘acultural’.
Llegábamos ya a la estación de Meknes y cuando ya estábamos dispuestos a salir le pregunte si conocía algún sitio donde pudiera cambiar dinero. Directamente me ayudo a encontrar un banco abierto algo un poco complicado ya que era Sábado. Salimos y nos pusimos a buscar un banco el cual la única seña que tenia era que el logo del banco era un caballo. Calle tras calle caminaba con mi nuevo amigo local, era marroquí y hablábamos de tenis en inglés mientras buscábamos el banco. Tardamos como 25 minutos en encontrar el banco tras una gran caminata que seguramente le había desviado de su destino pero parecía darle igual, ‘era mi primera vez en Marruecos y tenia que ayudarme’ decía. Con el dinero cambiado me despedí de él y no le volví a ver.
Con suficiente dinero para el resto de días tenia que llegar a la medina que se encontraba bastante lejos para ir caminando. El hostel que buscaba estaba antes de llegar a la muralla. La muralla en todo momento se podía visualizar desde donde estaba, incluso desde la estación de tren ya se veía. Pero una cosa era verlo y otra llegar hasta ella. Caminaba y parecía siempre estar igual de lejos y el calor que estaba haciendo no era normal. Decidí coger un taxi para que me dejara en la puerta del albergue.
Al cabo de 30 minutos dando vueltas con el taxi pequeño, con el conductor totalmente perdido y sin tener ni idea de donde estaba la calle, llegamos a la puerta del albergue. El taxímetro marcaba más de 40 DH, le di 10 DH y se quedo bastante contento por el gesto que me hizo. Entre al albergue y al minuto ya estaba afuera. No había espacio para más gente ya que tenían varios grupos de turistas. Fui caminando hasta un hotel que me habían recomendado en la recepción y que también aparecía en mi guía. Parecía que se podía dormir en la terraza por tan solo 30 DH. Efectivamente se podía pero las camas estaban en un estado lamentable, si hubiera traído el saco de dormir quizás hubiera podido pasar la noche allí. El resto de habitaciones dobles costaban 100 DH, me pareció algo caro pero no tenia ganas de seguir buscando bajo ese calor. Deje mis cosas en la habitación y tras rellenar de nuevo la carta de inmigración y pagarle salí a conocer la ciudad. HOTEL MAROC 7, RUE ROUAMAZIN.
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Meknes es una de las cuatro ciudades imperiales que existen en Marruecos junto a Fez, Rabat y Marrakech. Es la quinta población mas extensa del país y situada a 65 Km de Fez. Meknes siempre ha estado situada a la sombra de Fez pero a mi me gusto más. Me sentí más cómodo en todos los sentidos.
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Al igual que Fez, Meknes también esta dividida en tres partes principales que hay que tener claras para no desorientarse. La ciudad imperial, la medina y la ciudad o area nueva.
Para acceder a la ciudad imperial es obligatorio atravesar la puerta de Bab-Mansour que se conoce como la Puerta del Renegado y es verdaderamente bonita. Dentro de esta parte y atravesando una gran plaza donde en la actualidad solo sirve de aparcamiento junto a unos jardines llegamos al Mausoleo de Mulai Ismail. Este mausoleo es digno de ver porque es uno de los pocos a los que podemos acceder los no musulmanes. Dentro hay una pequeña mezquita a la que también podemos acceder (descalzos) y es donde se encuentra la tumba del Mulai Ismail, fundador de Meknes.
Con respecto a la medina es recomendable acceder através de la plaza El-Hedim, situada en frente de la puerta de Bab-Mansour y que por la noche hay un ambiente excepcional, donde se agrupan falsos encantadores de serpientes, dromedarios, caballos, diversos juegos para los niños incluso hasta un ring donde ese día se celebraba una pequeña competición de

Meknes tiene aun mas cosas como zocos, museos si os interesa la temática, la Madraza Bou Inania y un poco mas alejado los acaballaderos de Meknes.
Era un poco pronto para cenar pero tenía hambre. Así que con las boxeadoras de fondo y la música de los encantadores decidí comer algo. Elegí carne de pollo con ensalada, patatas fritas además del pan y un tercio de Fanta en botella de cristal. El precio eran en principio 50 DH así que una vez había terminado de comer le invite al camarero a que se cobrara de un billete de 100 DH, las vueltas fueron 45DH ya que ellos decidieron cargar 5dh de mas como gastos de servicio. En total fueron 55 DH en una terraza de la plaza El-Hedim, no me pareció caro pero no me gusto el detalle de que por ser turista nos cobren 5 DH más porque sí. Necesitaba relajarme viendo

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Aproximadamente a las 7 p.m. de camino al hotel entre en uno de los muchos ciber que tiene Meknes. La hora de Internet 3 DH, con unos ordenadores bastante rápidos incluyendo auriculares, micro, todas las aplicaciones instaladas como SKYPE, posibilidad de imprimir etc. También el teclado en perfecto árabe y una sensación térmica de estar a 45 grados cosas sin importancia cuando estamos pagando menos de 30 céntimos. La botella grande agua(5DH) que acaba de comprar antes de entrar al ciber se terminó antes que la hora de Internet, así que me fui directamente al hotel.
El Hotel MAROC es un hotel familiar que ha ido pasando de manos generación tras generación. En estos momentos lo regenta Mohammed un joven que no ha cumplido aun los 30 años y que tras la muerte de sus padres le toco hacerse cargo del negocio.
Las casi 40 habitaciones dobles, con patio exterior, baños, y sala de estar es poca cosa para él. Él tiene el control de todo aunque los abuelos aun viven y de vez en cuando se pasan por allí. Con Mohammed aprendí muchas cosas sobre Meknes, de la zona, política y sobre religión. La religión era lo que más me atraía y sobre todo de lo que mas hablamos. Con un básico inglés que quizás aprendió en la escuela no me dejaba contestarle a nada de lo que me decía, era tan nervioso, hablaba tan rápido y le gustaba tanto enseñarme su cultura que únicamente pude permanecer callado e intentar recordarlo para siempre. A lo largo de esas casi dos horas Mohammed bebía y bebía de un vaso. Al principio pensé que era café pero descubrí que era Whisky con Coca-cola. Algunos entraban para preguntar el precio de las habitaciones y tras cruzar algunas frases se marchaban sonriendo. Siempre sucedía lo mismo. No entendía árabe pero sabía que los posibles huéspedes se daban cuenta al igual que yo, que casi no se tenía en pie de llevar toda la tarde bebiendo. Mientras más me hablaba de los problemas que había tenido con sus padres consecuencia del alcohol más bebía. Aun así no perdía las formas y aun era capaz de enseñarme fotos de sus sobrinas y de su hermana, prestarme un mapa de la ciudad o explicarme con todo detalle donde a la mañana siguiente podía coger un taxi para llegar a Mulai Idris.
Se hizo de noche y salí a dar un paseo por la ciudad antes de irme a dormir.
Ya de vuelta al Hotel y tras comerme un bocadillo de salchichón (7DH) y comprar una botella de agua (5DH) fui a tomar mi ducha y me metí en la cama. A la mañana siguiente me esperaba el día más caluroso de mi vida.