Sin darnos cuenta ya hemos llegado al lunes, nuestro último día completo en el paraíso. Para este día teníamos planeado regresar a playa paraíso y hacer el recorrido en barca, pero como los planes están para romperlos toda la familia estábamos de acuerdo en que lo que mas nos apetecía era repetir la experiencia de nadar con las tortugas marinas.
Salimos del hotel. Esta vez no había ninguna van en la parada de taxis, pero nos colocamos junto a la carretera federal y en 2 minutos ya nos había parado una. Acordamos el precio antes de subir, pero le pagamos al bajar (20 pesos por persona). Un viaje de unos 10 minutos y ya habíamos llegado.
Esta vez solo llevamos la cámara sumergible, para evitar problemas. Metimos el dinero en la bolsita del Decatlhon y las demás cosas bajo una palmero.
Esta vez el mar estaba como un plato y había mucha más visibilidad. Nos metimos y nadando muy poquito apenas sales de cala ya empezamos a ver las tortugas.
EN ESTE TIPO DE FONDO ES DONDE SE ENCUENTRAN LAS TORTUGAS.
De pronto Dani empezó a gritar y al girarnos nos dimos cuenta de que una enorme Manta Raya estaba nadando a nuestro lado. ¡Qué sensación! Tan majestuosa, acompaña de otros peces. Era realmente grande. Nadamos un rato sobre ella y luego se fue. No se os ocurra acercaros a su cola, que pican. Mas tarde vimos a otras.
URL=http://imageshack.us/photo/my-images/51/mantaraya030.jpg/][/URL]MANTA RAYA
Uploaded with ImageShack.usCORAL CEREBRO
PEZ GLOBO
DORI Y FAMILIA
Uploaded with ImageShack.us ERIZO GIGANTE
Vimos un montón de corales, un pez globo, muchos peces de colores, muchas Doris (amiga de Nemo). Cuando sacamos el plátano nos vimos rodeados de unos peces aguja de color amarillo, no confiaban en nosotros como para comer de nuestra mano, pero si soltabas trozas se los comían en un periquete, y nos seguían para ver si les dábamos más.
Esta vez ya nos sentíamos unos expertos y nos animamos a ir nadando hasta el arrecife de coral, está lejos, pero como fuimos con calma y haciendo muchas paradas para ver bichos no se nos hizo pesado. Estuvimos poco tiempo allí, el paisaje era precioso pero el coral está demasiado superficial y teníamos miedo a que los niños se cortasen.
Uploaded with ImageShackPECIO
Estuvimos toda la mañana de remojo, y fue fantástico, una experiencia inolvidable. Cuando ya iba a ser la hora de comer, regresamos a la carretera federal, cruzamos por encima con un puente que hay y en un momento nos paró otra van. Otros 20 pesos cada uno y para el hotel. Para cruzar allí la calle no hay puente, pero con cuidado esperando el momento adecuado se cruza sin problema.
Al ir a comer la señora que está a la puerta del comedor nos preguntó qué tal la cena del día anterior en el Mexicano (la noche anterior le preguntamos por donde se iba y se acordaba) le comentamos que muy bien y le dijimos que esa noche nos tocaba el brasileiro, pero que no sabíamos si podríamos ir, pues era a las 9:30 y con los niños era un poco tarde, fue un simple comentario. Pues la buena mujer sin pedirle nada nos dijo que no nos preocupásemos, que ella llamaba a la encargada del restaurante y que pasásemos a las 8 a ver si podíamos ir a esa hora. Es una gente super amable, nosotros hicimos un simple comentario, no le pedimos nada, ni sabíamos que ella podía arreglarlo.
Por la tarde tantas horas de natación hicieron meya en nosotros, y los niños no quisieron ni oír hablar de mas playa ni de ir al Akumal a despedirnos de nuestros amigos. Solo quería ir a nuestra piscina a jugar con la animación.
[url=http://imageshack.us/photo/my-images/801/cenote5002.jpg/]
Por la noche, a las 8 nos presentamos en el Gran Tortuga y la encargada nos dijo que estaba todo arreglado. ¡Qué bien!
Primero tienes un bufet con los primeros platos, y cuando ya quieres pasar a la carne tienes una tarjeta roja por un lado y verde por otro. Mientras la tengas en el color verde pasarán los camareros con unas espadas llenas de diferentes tipos de carnes ofreciéndote si las quieres probar. Cuando quieras pasar al postre pones la tarjeta por el lado rojo y ya está. (Los niños estaban encantados con este nuevo método de comunicación)
La cena muy rica, el taco pastor de los entrantes está para morirse (es una especie de kebab, del que te cortan la carne, la calientan con la masa de los tacos. Consejo, no comáis mucho del primer plato, pues lo mas rico es la carne que te traen ellos con las espadas y si comes mucho antes, ¿Quién es el que puede probarlas todas? Debo reconocer que yo solo probé unos cuantos, entre ellos la piña (estaba buena, pero me gustó mas como la preparaban en República Dominicana).
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Cuando salimos del restaurante al ir por el caminito que iba hacia nuestra habitación, nos sorprendieron unos mapaches que estaban asaltando las papeleras (como de costumbre la cámara guardada en el bolso). Después del espectáculo regresamos con comida para ver si salían, pero o les molestaba que ahora había mas gente, o tenían vergüenza a que les hiciera la foto, nunca lo sabré.
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Nuestra última noche en México, ¡qué penita!