Nos levantamos a eso de las 7,desayunamos y nos fuimos hacia la zona del castillo.
A pesar de que el castillo está en la zona alta de la ciudad y por tanto hay muchas cuestas decidimos ir andando para no perdernos nada.
Lo primero que nos sorprendió fue el barrio en el que estábamos alojados , lleno de tiendas de moda de lujo, joyerías, edificios preciosos...
Seguimos caminando, volvimos a pasar por la ciudad vieja y llegamos al Puente de Carlos.
Es el puente más antiguo de Praga y une Stare Mesto con Malá Strana.
Al finalizar el puente , se puede bajar a la isla de Kampa, lugar de paseo,relax y con muchos restaurantes para cenar a orillas del Moldava.
Continuamos a Malá Strana. Vimos varios palacios barrocos y la Iglesia de San Nicolás. Todas las calles de ésta zona son una auténtica joya. LLegamos al castillo casi sin darnos cuenta.
El castillo de Praga no es un castillo en si, sino un conjunto de edificaciones entre las que destaca la Catedral de San Vito lugar de coronación de los reyes de Bohemia:
el Palacio Real y el Callejon del Oro.
El callejón del oro es una calle estrecha de casas muy pequeñas donde antiguamente habitaban los guardianes del castillo y más tarde el gremio de orfebres de Praga(de ahí el nombre)
Después de ver el castillo y comer en una taberna típica checa de los alrededores nos acercamos a ver el Loreto que es una réplica de la supuesta casa donde tuvo lugar la Anunciación a la Virgen María, lo vimos sólo por fuera ,pues aún queríamos ir a visitar la biblioteca del monasterio de Strahov.
A nosotros nos apasionan las bibliotecas antiguas y sabíamos que ésta era espectacular, lo malo fue que estaba en obras y sólo pudimos ver una parte.

Bajamos de nuevo hacia Malá Strana ,cenamos en el restaurante Carmelita , muy recomendable y tomamos un cafecito en Starbucks para entrar en calor y volver hacia el puente de Carlos para verlo de Noche.