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Primer día:
Después de llegar al hotel, y dejar las maletas en las habitaciones montamos en nuestro seat ibiza blanco y fuimos dirección Playa Blanca para comer ya que eran casi las 17:00 horas y no habíamos comido nada, descubrimos un Burguer King y nos pusimos titos.
Dimos un paseito por el pueblo y volvimos al hotel para bañarnos en la piscina y luego prepararnos para cenar y realizar el planning para la semana.
Segundo día:
La noche anterior me había acostado con un dolor de estomago y cabeza impresionantes, apenas cene, así que lo primero que hicimos cuando nos levantamos después de desayunar (yo seguía encontrándome mal) fuimos a la farmacia del pueblo donde me recetaron un jarabe y unas pastillas que fueron milagrosas, así que ya podíamos empezar nuestra primera excursión de la semana.
Con nuestro súper mapa, fuimos dirección los Hervideros, El Golfo, Parque de Timanfaya y Puerto del Carmen.
Los hervideros: “Así se le ha denominado a este sector costero en el que se observa el golpe de las olas sobre los brazos de magma que llegaron al mar y que hoy son roca solidificada. La fuerza de las olas permiten subir el agua hasta la superficie aprovechando los agujeros y cavidades en la roca, el resultado es un espectáculo maravilloso, el agua emerge por las rocas tal como si se tratase de "agua hirviendo".”
El Golfo: como bien definen es un anfiteatro abierto al mar formado a raíz de las erupciones del año 1730. Allí se encuentra una laguna verde debido a la inundación del cráter, el color verde es debido a las algas que habitan en la superpie del laguito.
Es una reserva natural así que no se puede bañarse en el.
Parque Nacional de Timanfaya;
El acceso esta muy bien, buenas carreteras asfaltadas cuando llegamos a la entrada del parque nos recibía el Diablo de Timanfaya y el cartelito de Montañas del fuego, la primera parada fue para ver el pequeño museo gratuito que tienen para informarnos un poco y la idea era dar un paseo en camello, pero nos explico la chica del museo que no merecía le pena que era muy corto cosa que luego comprobamos, subías una cuesta y con la misma la bajabas y todo eso por el módico precio de 10 euros!!! (vamos casi nada) así que no lo hicimos.
La entrada cuesta 8 euros por persona en la que te incluyen el paseo en autobús por el parque visitando los volcanes, los mares de lava solidificada con una cinta que te ponen en el bus que te sirve de guía y te cuenta la historia de la erupción mientras das el paseo. Me encantó, una belleza y unos contrastes que quitan el hipo, también aviso, que los caminos por donde van los autobuses son súper estrechos y hay veces que te da una sensación…..parece que el bus se va a despeñar por los barrancos de lava pero luego descubres que son efectos ópticos solamente. Dura mas o menos una media hora y merece la pena.
Una vez terminado el paseo vimos como varios señores hacían demostraciones de que en el interior de la tierra hay calor, la primera, echaban agua en unos agujeros en el suelo y luego esta subía como si fuera un geiser, la segunda era echar paja a otro agujero y esta enseguida ardía sola y la tercera era coger tu mismo unas piedritas de una pared que quemaban bastante.
Después subimos al restaurante “El Diablo” desde el que se puede observar una panorámica del parque y estuvimos viendo como cocinan en una barbacoa con el calor del volcán,
Allí arriba hace bastante viento, el cual te da sensación de frió así que es mejor sobre todo si se va pronto llevar una chaquetita o algo de abrigo.
Un inciso, nosotros lo descubrimos tarde, en la misma caseta donde compramos la entrada para Timanfaya (y en las de las demás atracciones de la isla, jardín del Cactus, Mirador del Rió, Casa de Cesar Manrique etc.) hay unas entradas que me parece que te sirven para 5 de las visitas, no me acuerdo cuales incluía, pero se ahorra bastante dinero.
Puerto del Carmen:
Después de Timanfaya como teníamos hambre, decidimos irnos hasta Puerto del Carmen, comimos en un restaurante que se llama “el Burrito” creo recordar, se encuentra a la entrada sin llegar a la zona turística y es una mezcla de mejicano y asador barbacoa y comimos baratísimo y muy muy bien, el dueño era encantador.
Una vez comidos y con las barrigas llenas decidimos ir a dar un paseo por la ciudad por el paseo marítimo al lado de la playa y mirando la infinidad de tiendas de la zona.
Esta fue nuestra primera excursión de la semana, para las 19:00 estábamos en el hotel para arreglarnos para cenar. Antes de la cena dimos un paseo por el paseo marítimo que se encuentra detrás del Rubicón Palace y llegamos al pub chill out que comente antes y nos tomamos unos batidos, que ricos.
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Contando con protección desde los años setenta, se ha librado de repoblaciones salvajes. Hay todavía en España bastantes espacios donde disfrutar de la variedad de los bosques autóctonos así que, esta vez uno y en otra ocasión será otro
