
Por primera vez en todo el viaje, nos levantamos descansados y todo se lo debemos a la súper cama que teníamos. Hoy tocaba dejar Santa Mónica y empezar nuestro camino hacia El Gran Cañón del Colorado.
Nuestra primera parada en la ruta sería Cálico.
Por el camino nos volvimos a encontrar con muchos coches por la autovía y aprovechamos para desayunar los bizcochos y el zumo que habíamos comprado el día anterior.
También aprovechamos para llenar el depósito de gasolina por primera vez, se nota que aún estábamos en California porque los precios eran un poco más elevados, aún así es más barata que en España.
Llegamos a Cálico, un histórico pueblo minero que en la actualidad se ha convertido en atracción turística.



Casi todas las casas están hechas de madera, simulando el antiguo pueblo, es una recreación bastante buena aunque demasiado turístico para mi gusto, todas las casas era tiendas de souvenirs y del pueblo original sólo quedaba una casa en pie:

La verdad no llegó a gustarnos mucho pero bueno, era algo curioso.
La entrada a Cálico nos costó 6$ por persona y entrar en la mina 1$, creo que esto era lo mejor que visitamos.

Después de visitar Cálico, y con el calor que ya empezaba a notarse, nos fuimos a comer al Peggy´s Sue Dinner. Aunque aún era bastante pronto ya había mucha gente comiendo, aun no nos habíamos acostumbrado al horario de comidas de EEUU. El restaurante es bastante peculiar, ambientado en los años 50 donde te hartas de comer y la bebida, como en la mayoría de restaurantes de EEUU te la rellenan todas las veces que quieras. Para comer nos pedimos una súper hamburguesa, como no puede ser menos, y un sandwich (estaba mejor la hamburguesa), y te dan a elegir entre sopa o ensalada (Soup or Salad, momento pánico porque en mi genial inglés traduje mentalmente -súper salado????- jeeejeje y vaya cara de póquer que me puso la camarera cuando le dije -normal- toma ya!), nos salió todo por 40$ propina incluida.



Después de ponernos las botas (nunca mejor dicho para estar en el oeste americano), nos dirigimos a Kingman, para coger un trozo de la Ruta 66, que nos hacía mucha ilusión, aunque tampoco vimos gran cosa. Paramos en Kingman y visitamos la locomotora famosa y tomarnos un Sundae (grande) y un batido de chocolate que estaba de viciooooo en Mr. D'z, muy recomendado por los foreros. Aquí ya se empezaban a ver los famosos carteles de la Ruta 66.




Nuestra idea era llegar hasta Seligman por la famosa ruta y ver que había, pero lo que encontramos fue la primera de tantas tormentas que nos encontramos por el camino.

Al llegar a Seligman ya era un poco tarde y casi todo estaba cerrado, y tuvimos un pequeño percance con la cámara de fotos, se cayó al suelo al bajar del coche con la mala suerte de ir a parar a un mini charco, con mi cara de enfado


Después del susto nos dirigimos a ver un poco Seligman. El pueblo está 100% dedicado a la Ruta 66, con carteles por todos lados y coches antiguos por doquier. Queríamos ver la famosa barbería de la que tanto habíamos leído, pero claro, ya estaba cerrada (eran pasadas las 6:00 pm), por lo que dimos media vuelta y nos fuimos hacía donde teníamos el hotel en Williams.

El hotel seleccionado fue el Canyon Country Inn, que habíamos leído que estaba muy bien y total nos quedaríamos una noche, porque al día siguiente saldríamos pronto para ver el amanecer en El Gran Cañón.
Después de dejar las cosas en el hotel nos dirigimos al pueblo a cenar, al final escogimos un restaurante que no estaba nada mal, se llamaba Pine Country Restaurant, donde cenamos 2 hermosos platos por solo 30$. Era tan grande la cantidad de comida que copiamos lo que habían hecho otras personas en el restaurante y pedimos nuestro primer y no último tupper para llevar.
Deespués de cenar nos dirigimos al hotel a descansar del largo camino que habíamos tenido ese día, aunque se notaba algo de ambiente en Williams, quizá porque era viernes, pero no estábamos para muchos trotes.
Mañana (de madrugada) Gran Cañón!!!!!
