Todo lo bueno tiene un final,así que esta aventura también lo tiene.Con este diario me gustaría ayudar a otros viajeros,si es posible,a la hora de planificar su viaje.
Todavía recuerdo mis dudas antes de decidirnos por Japón.No era uno de mis destinos prioritarios,pero al leer algunos diarios me empezó a entrar el gusanillo,y al final eso hizo que nos decidieramos.
Ahora puedo decir que no nos arrepentimos y que es un país “increíblemente fascinante”.
Nos han impresionado tantas cosas que es difícil quedarse solo con una,pero aquí va una pequeña lista:
De Kyoto sus preciosos templos y jardines,sobretodo el Templo Dorado que es espectacular y las increíbles vistas del Kiyomizu-dera al atardecer.Sin olvidarnos tampoco de la ciudad en sí,es como un museo al aire libre.
La mágica isla de Miyajima nos cautivó con su Torii flotante y el Daisho-in,un lugar totalmente imprescindible.
El misticismo de Fushini Inari nos atrapó con sus miles de toriis.
La increíble Takayama...ya solo el viaje hasta allí vale la pena,los paisajes son preciosos.El Matsuri de otoño es otro de esos recuerdos difíciles de olvidar,unas fiestas tradicionales donde nos hicieron sentir como autenticos lugareños.
Nikko y sus templos milenarios no nos dejaron impasibles,igual que el gran Buda de Kamakura... ¡Alucinantes!
Yokohama,una ciudad del futuro.
Tokyo...una super ciudad que sabe compaginar el Japón más tradicional con el más futurista,desde la tranquilidad de Asakusa hasta el bullicio de Shinjuku.Sus ruidosas calles y sus miles de luces hacen de ella un lugar único.
En cuanto a la comida…no todo es sushi.Hemos comido de fábula y eso que lo de probar sabores nuevos no es lo mio.Nunca hubiesemos imaginado que sería en Japón donde probaríamos la ternera más sabrosa y bueníííísima que jamás hubiésemos comido.Los restaurantes con plancha son todo una experiencia,menuda afición le cogimos…

Los onsen...una experiencia maravillosa,un auténtico placer,que debe experimentar cualquier persona que viaje hasta aquí.
Pero Japón no solo son templos,geishas y super rascacielos…Lo que realmente te deja sin palabras son otras cosas más sencillas,como la increíble limpieza de sus calles,la puntualidad exagerada de los transportes,el respeto y la disciplina japonesa (no se ve a “nadie” fumar por la calle,sino es en las esquinas señalizadas) y la amabilidad de su gente,siempre tienen un “Irasshaimaseeee”o un “Arigato Gozaimasssss” para ti.
Podría estar aquí sin parar de hablar de Japón horas...Ha sido una experiencia maravillosa e increíble,un país alucinante,donde hasta los deseos que se piden se hacen realidad,prueba de ello es el pequeño rey de nuestra casa.
Un viaje que no olvidaremos el resto de nuestra vida,tanto es así volveremos :mrgreen:.
La belleza del país y la amabilidad de su gente os conquistará.




