Nos levantamos con lo que creemos que es niebla, pero cuando salimos a la calle apesta a humo. Se trata de un incendio que hace unos días que quema fuera del parque, según nos dicen en recepción.
Así que, aunque tememos que el vuelo en helicóptero nos lo va a fastidiar el humo, echamos gasolina y conducimos menos de 5 minutos hasta el aeropuerto de Tusayán.
Nos pesan en una alfombrilla delante mismo del "front desk" y esperamos nuestro turno en una sala donde pasan un vídeo de consejos de seguridad antes del vuelo. Luego van llamando por nombre y nos dan un papelito con un número.
Una vez delante del helicóptero, nos van colocando según el número del papelito. Mi número, el 1, resulta ser el "ganador", ya que me colocan de copiloto, con todas las vistas frontales y laterales para mí solita, jeje.

Menudo subidón cuando el cacharro ese empieza a subir... y ya cuando empiezas a divisar el "agujero" del cañón a lo lejos y segundos después lo sobrevuelas ... fuaaaaaah!! La carne de gallina.

Después de darnos la bienvenida, el piloto, cuando ya hemos despegado, va poniendo música para crear ambiente. Una servidora, como es una blanda incorregible, no puede evitar que unos lagrimones como puños le resbalen por la cara al ver esas maravillas.






El humo del incendio nos fastidia un poco las vistas pero..
El vuelo dura una media hora. Recogemos el coche y entramos en el parque. Paramos en Mather Point. Luego a Yavapai Point y desde allí tomamos el shuttle después de comer en plan ligero en el self service.

Bajamos en Maricopa y Powell (uno de los que más nos gustaron y donde nos hicimos fotos el uno al otro fingiendo tirarnos al vacío

La puesta de sol la vemos en Hopi Point, de eso si me acuerdo. Qué mejor manera de terminar el día.

