Hoy nos levantamos con algo de tristeza. Que pereza pensar en que mañana debemos volver al trabajo. Preparamos la maleta antes de desayunar y bajamos al restaurante a disfrutar de las últimas napolitanas del viaje.
Luego vamos a recepción para entregar las tarjetas de la habitación y dejar las maletas en consigna (gratuito), pero nos quedamos con las toallas hasta más tarde para poder ir a la playa (nos las dieron el primer día dejando una fianza de 15€ por cada una, se pueden cambiar cada día).
Vamos a nuestra playa preferida al final de la Playa de las Cucharas donde no da el viento. Permanecemos allí hasta casi la una, porque empieza la carrera de Formula 1 del GP de Bahrein. En el hotel no ponen la carrera, por lo que vamos al bar que está casi enfrente del hotel, en la misma plaza. El mismo al que fuimos ayer para ver el Barcelona-Real Madrid. Es de los pocos bares españoles de la zona. Y se agradece, después de tanto extranjero en el hotel.
Hacia las 2 vamos a comer, sin acabar de ver la carrera, porque para las 14:30 tenemos reservada la habitación de cortesía, que al final no usaremos. Última comida, que pena, con lo bien que se está aquí sin dar palo al agua...

El avión sale a las 17:15, y llega a Santiago a las 21:00. Tenemos que devolver el coche, asique tenemos hasta las 3 y algo para estar en la piscina tomando el sol, sobre una media hora. Hay que aprovechar al máximo lo que nos queda jeje.
Justo antes de recoger las maletas, pedimos los dos últimos San Franciscos en el bar de la piscina (sin alcohol que hay que conducir), y nos los tomamos allí mismo, al borde de la piscina con gran tristeza, pues esto se termina.

Al aeropuerto en coche se llega en 15 minutos. Dejamos el C3 en el parking de devoluciones y simplemente devolvemos las llaves al chico que está allí. No comprueba nada, ni siquiera el nivel de combustible, que por cierto, cuando lo recogimos nos dijeron que estaba mediado y resulta que sólo tenía un cuarto. Asique se lo devolvemos como estaba.
Entramos al aeropuerto, pasamos los controles y a hacer cola para el embarque.

Como volamos con Ryanair, nos miden la maleta. Una de ellas es bastante gordota, y siempre entra muy justa, pero es que esta vez me hizo sudar y todo, y a poco más tengo que subirla al avión con el medidor incluido. Ya me véis a mi tirando en una dirección y al chico que las medía en otra.

El vuelo puntual y sin incidentes. Vamos bordeando la costa portuguesa, distinguiéndose perfectamente Lisboa y Oporto. Al estar llegando, comienza a verse cada vez con más intensidad el verde de los prados. Menudo cambio en tan sólo un par de horas, del volcánico y árido Lanzarote a la verde y boscosa Galicia.
Y aquí finaliza mi relato en directo. Estas últimas líneas las escribo ya desde casa. Intentaré en los próximos días completar el diario con más fotos y añadir información útil que me haya quedado en el tintero, porque como he escrito todo desde el móvil, no fue fácil. Quizás incluya alguna etapa más sobre el hotel o las excursiones.
Gracias a todos los que habéis comentado o me habéis dado vuestros votos, y a los foreros que han escrito sus relatos pues me han sido muy útiles para disfrutar al máximo de Lanzarote.