Viernes 18-05-2012
Hoy será nuestro último día completo en Estambul. Nuestro grupo hoy se ve reducido a 8 personas. Dos de los compis ya se marchan, espero coincidir algún día con ellos en otro viaje son un encanto.
Nos reunimos pronto en el hotel y nos dirigimos a la parada del tranvía, compramos el jetón y hacia el palacio Topkapi nos vamos. Había cola, pero nosotros tarjeta en mano para dentro sin esperar. Lo primero que visitamos fue el harem, que luego se llena de gente y no se puede ver bien. Menudo lujo, todo súper decorado, los trabajos de marquetería hechos con nácar en las puertas. Los detalles de poner fuentecitas en las ventanas para refrescar la habitación. Las chimeneas eran impresionantes. No me gustaría nada tener que vivir aquí encerrada como las mujeres de la época, pero hay que reconocer que el sitio es precioso.
PUERTAS CON INCRUSTACIONES DE NÁCAR
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UNA DE LAS ESTANCIAS DEL PALACIO.
Al salir del harem fuimos a ver los tesoros. Se va en fila viendo las diferentes vitrinas. Hay gente que se para dos horas en cada pieza, y eso que en esta zona no se puede hacer fotos. De este modo no me extraña que se formen las colas que se forman. Nos gustó mucho todo, joyas, útiles, ropa, armas. Las diferentes estancias son muy bonitas, las vistas sobre el Bósforo también son chulas. Un sitio que no te debes perder.
LA DAGA DE TOPKAPI. TIENE HASTA UNA PELÍCULA SOBRE ELLA.
TERCER DIAMANTE MAS GRANDE DEL MUNDO. 81 QUILATES
Al salir del palacio fuimos al museo Arqueológico. En un primer momento no lo teníamos incluido en el planing, creía que no tendríamos tiempo. Pero con lo bien que vamos entramos, está justo al lado del palacio. Me ha gustado mucho lo que he visto. Tienen una colección de sarcófagos preciosa (el mas destacado el de Alejandro Magno). En el exterior incluso tienen una cabeza de medusa como la de la Cisterna Basílica.
SARCOFAGO DE ALEJANDRO MAGNO
Al salir nos fuimos a la Cisterna Basílica. Aquí no funciona la tarjeta de los museos, por lo que tuvimos que pagar 10tl y esperar como un cuarto de hora de cola. La cisterna es el antiguo almacén de agua de la ciudad. Dicen que las dos cabezas de medusa que hay en las columnas del fondo eran las encargadas de transformar en piedra a todo aquel que quisiera envenenar el agua. El sitio es curioso, salen unas fotos muy chulas. Si quieres puedes disfrazarte de sultán y te venden las fotos. Nosotros cumplimos con todos los rituales. Primero visita a la columna en la que se inspiran los ojos turcos, allí como en Santa Sofía metes el dedo en un agujero, y si eres capaz de dar la vuelta entera a la mano sin quitarla del agujero se te cumple el deseo. Esta vez no fui capaz de dar la vuelta entera ¡cachis! Fuimos a hacernos las fotos de rigor con las cabezas de medusa. Nos sorprendió el tamaño de los peces que allí nadan.
COLUMNA DE LOS DESEOS EN LA QUE SE INSPIRARON LOS OJOS TURCOS.
CISTERNA BASÍLICA
Nuestro siguiente destino sería el museo de Arte Islámico. Está justo delante del obelisco egipcio. No pensábamos verlo, pero como lo teníamos incluido en la tarjeta… Aquí puedes ver alfombras antiguas, manuscritos del Corán, cajas donde guardar el Corán. A mi la parte que mas me gustó fue la recreación de escenas de la vida antigua con maniquíes. Yo recomendaría si tienes mucho tiempo visítalo, pero si andas justo de tiempo no te dejes otra cosa sin ver por ir a este museo.
MUSEO DE ARTE ISLÁMICO.
MUSEO ARTE ISLÁMICO
Ya agotados, nos fuimos a comer. Comimos en la azotea de un pequeño restaurante, contemplando la ajetreada vida de esta ciudad que no para. La carta tenía fotos, con lo cual fue fácil pedir. Comer en Estambul es muy barato. He comido mucho mejor en la ciudad en los puestos callejeros y pequeños restaurantes que me encontraba a mi paso que durante el circuito en los hoteles y bufets.
¡MENUDO TAMAÑO! ESCAPARATE DE UNA FARMACIA.
Esta tarde la tenía destinada a las compras. Entramos en el Gran Bazar, había muchísima gente. Muchos de los vendedores tienen un puesto pequeñito y cuando preguntas por algún artículo te llevan por las callejuelas a una tienda más apartada y de mayor tamaño. Mi marido me regaña, dice que soy tan confiada que un día me secuestrarán y no sabrá donde buscarme. Realmente tiene razón, pero es que no sentí sensación de peligro.
Ya llevábamos un rato dando vueltas de un lado a otro y nos daba la sensación de no estar en el sitio adecuado. Muchas joyerías, muchas lámparas, pero la zona de la ropa de imitación no la localizábamos. Entré en una relojería y un reloj swatch que me gustó 20 euros e incluso me cortaron la pulsera para que fuese de mi medida. Seguro que se podría bajar mas, pero la tienda me pareció mejor que los puestos callejeros. Por cierto, el reloj sigue funcionando bien. Me fue imposible encontrar relojes digitales, todos son analógicos. Este chico fue el que nos indicó hacia donde debíamos ir para encontrar lo que buscábamos. Seguir hacia arriba y salir de la zona cubierta. Justo al salir de la zona cubierta ya vimos tiendecitas con lo que andábamos buscando. Empezó a llover a mares, el chico amablemente nos ofreció abrigarnos en su tienda. Por aquella cuesta venia un rio de agua. Mientras estábamos allí refugiados comenzamos a regatear. Casi compramos media tienda. Este chico tenía una táctica que le funcionaba muy. Yo elegía una prenda y le ofrecía mucho menos de lo que me pedía. El contra atacaba enseñándome otra prenda similar pero de evidente peor calidad y me decía que esa si me la daba por ese precio. Claro cuando ves lo bueno lo malo no te gusta. Al final de la dura batalla conseguimos chándal Adidas 50% poliéster 50% algodón adulto 18 euros niños 17 euros, el que era sólo poliéster mas barato, pero no me gustó. Camisero Lacoste edición limitada con un dibujito de unas rayitas 12 euros , camiseta deportiva Adidas 7euros . La batalla fue dura, los precios seguro que se podían mejorar, pero las cosas que vendían en esta tienda no las vi en ninguna otra y la calidad parece buena. Ya he lavado todo varias veces y no ha desteñido y sigue todo como el primer día. Salimos de la tienda y fuimos a dar a una calle paralela por encima del gran bazar allí si que había un montonazo de ropa de imitación. Otro camisero Lacoste liso 5 euros, me pidió 10 le ofrecí 5 y me aceptó a la primera, creo que debí ofrecer menos. El calzado no me pareció que estuviese muy logrado.
GRAN BAZAR
La lluvia no paraba, aquello parecía el diluvio universal. Decidimos buscar un taxi y regresar al hotel. Yo no tenía paraguas pero si los chubasqueros de emergencia, son unos que compras en el todo a 100 por 60 céntimos. Es un chubasquero en tela bolsa de plástico que en el bolso no pesan nada y te sacan de un apuro.
La parada del tranvía estaba llena de gente, los tranvías pasaban llenos de gente y no paraban, los taxis no paraban. Aquel aguacero había provocado que todos los turistas quisieran regresar a su hotel al mismo tiempo, y no había medios de transporte para todos. No nos quedó otra que regresar caminando bajo la intensa lluvia. Yo con sandalitas, tenía una mojadura completa. Nada que una buena ducha caliente no arregle.
Hicimos una reunión por radio patio. Todos los que teníamos la habitación hacia el patio de luces nos contamos desde nuestras ventanas nuestras incidencias con la lluvia y nuestras compras. Fue muy entretenido.
Cuando salimos a cenar ya estaba otra vez un día espléndido. Cenamos por la zona, dimos un paseíto. En el mercadillo nocturno había un señor vendiendo cazadoras de imitación. Una Paul & Shark para invierno y una Lacoste reversible de primavera las dos 40 euros. Estos turcos tienen unas imitaciones buenísimas.
Ya era hora de irnos a dormir, que mañana será nuestro último día es Estambul.
