Para hoy habíamos contratado la excursión "lo más" en su versión reducida (éramos 7 personas en el catamarán, y pagamos 73 CUCs por cabeza). Nos recogió un autobús y nos llevó a la Marina, donde embarcamos en el catamarán, con la que nos dijo era la primera mujer capitana de Cuba.
Nos descalzamos y pusimos cómodos en la proa, viendo lo claro que se veían los fondos marinos. Éramos 3 españoles y 2 parejas de argentinos muy majos, con los que hicimos buenas migas.
La primera parada es en la isla de las iguanas, donde estuvimos haciendo muchas fotos, aunque era complicado intentar tocarlas, y sólo una, la más veterana, se dejaba tocar sin problema:

También vimos una especie de castor cubano muy acostumbrado al trato humano, que venía cuando le echaban pan (lo del plátano ya fue una ida de olla de una turista):

La siguiente parada es ya en mitad del mar para ver la barrera de coral, haciendo snorkel. Una pasada todo lo que se ve y los peces que pasan a tu lado. Estaríamos una media hora, al final descubrí que todos habían vuelto al barco hace rato y era el único rezagado, pero merece la pena

También echan algo de pan a los peces para que acudan cerca del barco y ver más:

Embarcamos de nuevo, y llegaba la hora de comer. Langosta en salsa enchilada, ensaladita, arroz,... estaba todo muy muy bueno, y en el mar, pues como que sienta mejor. Ahí empezamos mano a mano con los argentinos a hablar de todo un poco (evitamos el tema YPF).
Después de un rato llegamos a unos 200 metros de una isla, donde nos bajamos y fuimos andando con el agua cubriéndonos por los tobillos, en la mejor playa que he visto nunca

Había un montón de conchas (con bicho), una de ellas con un cangrejo ermitaño, cangrejos, y muuuchas estrellas de mar

Así que pasamos un buen rato haciendo fotos, muchas fotos. Aquí no es que estuvieran todas juntas, sino que las juntamos nosotros y cuando nos quisimos dar cuenta ya se estaban separando, qué poco sociables!

Por supuesto, ese día nos quemamos a lo bestia, pese al factor 50.
Vuelta al barco y al hotel, donde estuvimos en la piscina el resto de la tarde, hasta la hora de la cena.
La cena a la carta fue bastante normalita. Tenían una especie de menú con 4 ó 5 platos un poco más elaborados, pero tampoco nos fascinó.