ETAPA 3. CUEVAS DE POSTOJNA Y SKOJCAN
Pasamos la frontera de Eslovenia y enseguida notamos, sólo circulando por las carreteras, que este país está está más avanzado que Croacia. Las distancias son cortas y enseguida llegamos a Postojna. Nos alojamos en una residencia estudiantil, muy barata pero bastante bien equipada. Postojna es pequeño y no tiene nada que ver, de hecho llegamos de noche y no había nadie por la calle y sólo estaba abierto un Kebab que eso sí, estaba exquisito.
El día siguiente los dedicaríamos a conocer la región kárstica de Eslovenia, zona de rocas calizas horadadas por el efecto del agua que ha creado cuevas espectaculares. Es una de las zonas imprescindibles del país. Hay dos cuevas muy cerquita en coche una de otra, las de Postojna y las de Skocjan, las dos dignas de ver porque ofrecen atractivos diferentes y por tanto se complementan.
Primero visitamos la cueva de Postojna. Son unas grutas espectaculares, se extienden por más de 27 kilómetros y los visitantes podemos ver hasta 5. Su principal atractivo es el juego de estalactitas y estalagmitas, columnas y cortinas, intercambios de salas de diferentes colores... es muy impresionante. Calculad que la visita tarda una hora y media, primero nos suben a todos en un trenecito que circula durante dos kilómetros. No dejan hacer fotos pero todo el mundo las hace, procurando sin flash por supuesto. Al bajarnos del tren nos dividen por idiomas (esloveno, inglés, italiano y luego los que llevan la audioguía que se compra por un euro en la entrada y hay en español) y empieza la visita a pie durante 3 kilómetros con maravillas para aburrir.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Las visitas son guiadas y se inician a las horas en punto desde las 9,00. Lo peor es el abusivo precio de la entrada, 27 euros. Puedes comprarte la entrada combinada con el castillo de Predjama que está a 9 kilómetros, pero nos dijeron que por dentro no merecía la pena así que nos conformamos con verlo por fuera. Esa fue nuestra siguiente parada. El entorno del castillo es precioso, está totalmente encajado en la montaña en un precipio de más de 100 metros de altura. Aunque no se visite su interior merece la pena acercarse y ver este enclave.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La siguiente parada, las cuevas de Skocjan, a media horita en coche. Estas cuevas, Patrimonio de la Humanidad, no destacan por su riqueza de estalactitas y estalagmitas, sino por sus inmensas bóvedas subterráneas por las que discurre el río Reka, que como el Guadiana aparace y desaparece. El recorrido por las cuevas es por un camino que en ocasiones se hace a 100 metros de altura, incluyendo un inquietante paso sobre un puente.
La visita dura también una hora y media y es toda a pie. Cuesta 15 euros, y se puede hacer en inglés, italiano y alemán. Hay una entrada combinada que vale 20 euros que junto a la cueva se realiza otro recorrido en el que vas por libre por cuevas pero también al aire libre, siguiendo el curso del Reka. Es bonito de realizar porque el entorno natural es precioso. En este segundo recorrido estuvimos poco más de una hora.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Si tuviera que elegir una de las dos cuevas, escogería la segunda por su singularidad, pero ya digo que son complementarias y merecen ambas la pena.
Después de la visita, tomamos rumbo a Ljubljiana, a menos de una hora en coche, donde pasaríamos las dos siguientes noches, aprovechando el fin de semana. Nos alojamos en el hostel Confidenti, que me gustó mucho por su ubicación: no está en el centro, con lo cual se puede aparcar muy bien, pero en apenas 6 minutos andando llegas al paseo del río y en 15 minutos estás ya en el puente triple. Hay que avisar a la hora a la que llegas para que la recepcionista te reciba, si no está ya te deja un post-it en la puerta con algunas indicaciones.
Esa noche cenamos en una pizzería cercana y vimos el sensacional ambiente de un viernes por la noche en las terrazas junto al río Ljubljianica, llenas de gente charlando y tomando copas. A esa de las doce y media, cuando empezaban a cerrar, nos acercamos a la discoteca Cirkus, que nos recomendaron y la verdad es que no está mal, ambientada en el mundo circense.