Este era mi último día la ciudad, a las 7 cogía el transfer para el aeropuerto. Próximo destino: Bucarest. Esta vez me desperté sin show amoroso, todo normal salvo el sonido de lluvia que entraba por la ventana. Estaba lloviendo, un día perfecto para ir de museos.
Antes de salir desayuné e hice la maleta. Al hacer el check out le comenté al staff que no me salía el avión hasta la tarde y no me puso ningún problema para guardar la mochila e incluso me dejó las llaves hasta final del día. Que buen sabor de boca me llevo de este hostal, de los mejores en los que he estado. Me desplacé al museo de bellas artes en metro. Tiene distintos precios en función de las colecciones que quieras visitar, yo cogí la que incluía todo. No recuerdo lo que me costó la entrada, las de los museos es una de las pocas que pago sin pensármelo. Ojo, si quieres hacer fotos tienes que comprar ticket aparte. Yo no lo sabía y nada mas hacer la primera foto me mandaron a comprarla.
Las primeras salas que visité fueron las de Grecia antigua y roma. Cascos, mosaicos, cerámica y bustos varios.


El grueso de la colección del museo esta en la pintura europea de los siglos XIII al XVIII, dividida en estilos: italiano, francés, flamenco, español, etc… esta última considerada una de las mejores de Europa junto con la del Hermitage. Pronto iré a confirmarlo.
Decidí empezar por la escuela flamenca. En ella se encuentran cuadros de Rubens como el impactante “milagro de san Juan” donde este conversa tranquilamente con su cabeza en las manos…



Tampoco faltan retratos de Van Dyck, como el de san Juan evangelista.



Brueghel también tiene una sala para el sólo, aunque mejor dicho para ellos solos, pues se exponen cuadros de los dos Pieter, padre e hijo


La siguiente parte a descubrir, la escuela italiana con clásicos del renacimiento. De Rafael destacan un retrato y madonna con niño y San Juan. Leonardo da Vinci da también su punto de vista sobre esta escena un poco mas adelante. Es curioso las veces que se ha representado esta escena a pesar de ser una historia que cuentan textos considerados apócrifos por la iglesia.



También se exponen cuadros de Canaletto. Uno de ellos me sorprendió mucho por tener un tremendísimo fallo en la perspectiva. Me costó creerlo pero comparándola con mis fotos del lugar se puede apreciar claramente que la cúpula del panteón no esta centrada con la puerta como debería ¿no creéis?


Recorrí mas salas pero no las voy a comentar todas u os obligaré a dejar de leer el diario y no es plan, así que paso directo a las salas españolas. De El Greco hay una colección considerable donde destacan una anunciación y un cuadro de la sagrada familia con santa Ana.



De Velázquez se puede ver “ el almuerzo” un cuadro del que existe otra versión en el Hermitage de San Petersburgo, que se le atribuye a él sin estar firmado. En breves podré presentar mi opinión a los expertos sobre el tema. No creo que me hagan mucho caso..



Y para terminar con uno de los grandes y para mas orgullo paisano mío, aragonés nacido en Fuendetodos: Francisco Goya.



Tras terminar la parte del museo de pintura descendí al piso de abajo donde se encuentra la colección de Egipto que incluye momias. La presentación y explicación es similar a las del museo de El Cairo, me esperaba mas. No se puede hacer fotos y tampoco merecía la pena hacerlas de ilegal como hago en otras ocasiones.
Por último me quedaba la exposición temporal del momento: La historia de la fotografía. Interesante, sobre todo la colección de cámaras fotográficas.
Salí con el estómago rugiendo y comí en el mismo lugar del día anterior pero esta vez un kebab bien grande, para probar el estilo húngaro de este plato turco.
Me quedaban 3 horas escasas en Budapest y poco mas me quedaba por ver. Sin embargo repasando la guía vi un lugar que tenía marcado y se me había pasado. La tienda iguana “un paraíso de ropa atrevida y singular donde se venden prendas de estilo vintage de los años 50, 60, 70 y 80.”
www.iguanaretro.hu/
Quedaba cerca del albergue así que podría acercarme andando con seguridad de que no perdería el transfer.
La tienda en cuestión se encuentra en la calle Krúdy utca, pero una vez allí me invitaron a pasarme por otra tienda que tienen del mismo nombre en la calle Gutebenbert.


Hasta el momento había llevado bien el presupuesto, incluso llevaba un pequeño superávit para la siguiente etapa, pero aquí cambió la cosa.. En estas tiendas tienen ropa de segunda mano, de los mercadillos donde se encuentran prendas únicas. Pero además los precios no eran nada elevados, con lo que se me fue un poco la pinza.. Tuve que ir a un cajero a sacar dinero. El problema gordo vino después cuando tuve que meter todo lo que había comprado – una chaquetilla de chándal, una cazadora vaquera, dos vaqueros y un polo. En la mochila que llevo como equipaje de mano que ya de por si iba a reventar. Lo conseguí pero a costa de desprenderme del pijama, la toalla y dos camisetas. Aún así iba pasado de kilos, como me pesaran la mochila antes de entrar al avión tendría que pagar una suma importante. Era la primera vez que iba a volar con wizzair y mi compi mexicano de Viena me comentó en el bus que esta compañía era mas estricta que ryanair.
Marché para la calle donde tenía que coger el transfer de wizz que contraté a la vez que el billete de avión. Una vez en fila para acceder al avión menos mal que ni pesaron la maleta ni hicieron meterla en el medidor. En dos horitas - 3 en el reloj - estaba en Rumania…