LLEGADA A ENKEWA, UN PARAISO EN EL MARA ✏️ Diarios de Viajes de KeniaViernes 24 de Agosto. Toca madrugar y desayunar fuerte, porque nos esperan unas 5 horas de viaje hasta el siguiente destino, Enkewa Mara Camp, el campamento de Jose, el organizador de nuestro viaje, el lugar donde vamos a pasar el resto de los...Diario: KENIA: ALMA AFRICANA, CORAZÓN SALVAJE⭐ Puntos: 5 (4 Votos) Etapas: 8 Localización: KeniaViernes 24 de Agosto. Toca madrugar y desayunar fuerte, porque nos esperan unas 5 horas de viaje hasta el siguiente destino, Enkewa Mara Camp, el campamento de Jose, el organizador de nuestro viaje, el lugar donde vamos a pasar el resto de los dias del viaje. Será nuestra “casa africana” en pleno Masai Mara. Alex nos espera puntual a las 07.00h en la entrada del hotel, así que nos despedimos de las personas de servicio del hotel Flamingo, repartimos las correspondientes propinas, metemos las maletas en la “oficina de Alex” y ya estamos preparados para coger rumbo sur, hacia tierras de los maasai. Alex nos avisa de que gran parte del recorrido es por carretera (si es que se puede llamar carretera) difícil, sin asfaltar, con tierra, baches, socavones, piedras, barro… Lo que él, con mucho optimismo llama “carretera de masaje gratis”. This is Africa, qué queréis. El viaje transcurre con normalidad, a ritmo africano, “pole, pole / tranquilo, tranquilo”, y los kilómetros van pasando, el paisaje va cambiando y Alex nos va explicando las diferentes variedades de acacias, arbustos, etc. Disfruta explicándonos cualquier cosa, sabe de lo que habla y le gusta lo que hace. Vamos pasando por pueblos (¿?) donde en fachadas destartaladas aparecen letreros de hotel, rooms, shop (nos gustaría saber qué se puede vender en esas shop) Se empiezan a ver las primeras señales indicativas de que pisamos tierras maasai, tierras de ganado y pastoreo. Ya empezamos a apreciar que lo del pastoreo entre los maasai se aprende desde pequeño. Vemos a un niño con un artilugio que no se parece mucho a las PlayStation de nuestros sobrinos. También, la típica imagen donde uno entiende que la vida de la mujer maasai no es fácil, mucha carga, mucho trabajo, mucho sacrificio. This is Africa. Finalmente, tras haber pasado la última población importante, Narok, llegamos al punto de encuentro donde nos recogerán dos maasai del campamento Enkewa y, con un todoterreno 4x4 mucho más adaptado que la “oficina de Alex”, nos trasladarán hasta Enkewa Mara Camp. Nos despedimos de Alex, merecida propina para un gran compañero de viaje, foto para el recuerdo, un abrazo y desearle paciencia y “safari Njema / buen viaje” porque Alex se vuelve hasta Nairobi y le quedan unas cuantas horas más de “carretera de masaje gratis”. Los dos maasai que nos llevan a Enkewa son Lesaloi y Tipira, que amablemente se ocupan de las maletas y nos ofrecen coca-cola fresquita para los kilómetros que nos quedan hasta el campamento. Uno se da cuenta que da exactamente igual a donde vayas, al Masai Mara, al Amazonas, al Polo Norte o al último monasterio escondido del Tibet. La Coca-Cola habrá llegado allí antes que tú. En el camino hacia Enkewa, vemos aldeas maasai, las manyattas. Días más tarde tendremos ocasión de visitar una de ellas, en calidad de invitados de uno de los maasai de Enkewa. Antes de llegar al campamento, Tipira para el coche y nos indica que miremos hacia la izquierda. Nos sorprende ver a una familia de elefantes a unos 20 metros, tras unos árboles. Pero Tipira nos indica que no podemos parar, que el sitio no es seguro, y que el macho puede volverse agresivo para proteger el territorio. Es en esos momentos cuando valoras el conocimiento de los maasai de su entorno y los animales. Saben lo que hacen, y la seguridad es lo más importante. Finalmente llegamos a Enkewa Mara Camp. Nos sorprende el recibimiento del equipo Enkewa, donde nos invitan a lavarnos las manos y a un refrigerio de bienvenida. Allí está Jose esperándonos, nos enseña todo el campamento, y nos acompaña hasta nuestra tienda para poder organizar nuestras cosas y descansar un poquito antes de comer. El campamento tiene todo lo que tiene que tener y está donde debe estar. Ya desde el principio notas lo acogedor que es y que está situado en un entorno privilegiado. Tanto el paisaje, la vegetación y los sonidos animales ya nos indican que acabamos de llegar a un pequeño paraíso. Nuestra tienda está equipada hasta el más mínimo detalle, es confortable y está situada junto a un frondoso árbol, desde el cual unos pequeños monos “black face” nos miran con curiosidad. Han llegado sus nuevos vecinos. Antes de comer, Jose nos presenta a Marta, la nueva incorporación del equipo Enkewa que lleva 3 meses trabajando en el campamento. Marta nos cuenta que estuvo en Julio del año pasado de viaje por kenia, estuvo varias semanas en Enkewa y el lugar la cautivó. Esta catalana era directora financiera de una consultoría, pero a pesar de haber conseguido logros profesionales importantes, no estaba satisfecha con la dirección que llevaba su vida. Tras hablar con Jose y comentarle que estaba decidida a dar el paso, llegaron a un acuerdo y Marta pasó a ser nueva socia del proyecto Enkewa. Según Jose, Marta ha sido la pieza perfecta para el equipo. Extrovertida y servicial, currante incansable, le ha dado a Enkewa ese toque femenino que necesitaba. “Es que todo hombres aquí nos estábamos embruteciendo” comentaba Jose entre risas. Lo de las comidas en Enkewa es algo que a todo huésped sorprende. Uno viene con un poco de miedo de si la comida será muy fuerte, picante, etc… Nuestros amigos y familiares pensando que ibamos a comer serpientes fritas, patas de mono o lagartos en salsa verde (demasiado reality de este tipo últimamente en TV), y resulta que luego nos sentamos a la mesa y parecía que estábamos en el mejor restaurante de Bilbao. Espectacular. Despues de comer toca salir de safari. Acaban de llegar 3 nuevos invitados al campamento y Jose nos presenta. Son Mercedes, Cristina y Pol. Mercedes y Cristina no es la primera vez que vienen, han estado varias veces. De hecho, Mercedes fue oficialmente la primera clienta de Enkewa Mara Camp. Cada año repiten. En ese momento le hacemos a Jose un “regalito especial”. Yo me había informado de que la debilidad de Jose son las galletas Principe y le regalo un par de paquetes que traíamos desde España. Pero las risas aumentan cuando Cristina y Pol sacan 4 paquetes!!! que también ellos traían en la maleta. La veteranía es un grado. Salimos de safari en el poderoso 4x4 Defender de Enkewa, y enseguida notas que ir en un aparato de estos no tiene nada que ver con las vanettes repletas de turistas que ocasionalmente nos encontraríamos en los safaris. Con el 4x4 salimos fuera de pista, campo a través, cruzamos ríos, subes por paredes de arcilla… para acercarte a animales que de otra manera sería imposible. En el safari empezamos viendo cientos de ñus, cebras y gacelas (que luego se convierte en algo normal y cotidiano a tus ojos). Conduce Jose y llevamos de rastreador a Tipira. Tipira merecería todo un capítulo en este diario, porque este rastreador, antiguo famoso guerrero maasai, conoce cada rastro, señal, planta, animal y cualquier otra característica del entorno como la palma de su mano. En mi vida he visto algo igual. No deja de sorprenderte del primero al último dia de safari. Es como tener al Michael Jordan de los rastreadores. Tipira nos conduce a una familia de leonas con sus cachorros. Tras minutos embobados sacándolos fotos literalmente al lado de ellos, Jose arranca porque se nos hace tarde si queremos ver una buena puesta de sol, pero Tipira localiza a un león macho tras unos arbustos y aprovechamos unos minutos más. Toca ver la puesta de sol y Jose nos lleva a un alto desde donde la panorámica, con el Sand River, es espectacular. Tipira y Jose preparan un pequeño picnic, brindamos y vemos una de esas puestas de sol que se quedan grabadas a fuego en la retina. Te dan ganas de quedarte allí un buen rato más, pero empieza a oscurecer y hemos de regresar al campamento. Por supuesto, para cerrar un gran dia, hacemos un safari nocturno hasta llegar a casa, con oscuridad, focos, ojos que se iluminan en la espesura y Tipira señalándonos animales a uno y otro lado. Llegamos al campamento y nos espera una ducha de agua caliente, que se agradece porque la temperatura ha bajado mucho y una espectacular cena en la tienda-comedor del camp. Charlando durante la cena, nos enteramos de que Mercedes y Cris presiden la fundación Africa Digna, fundación sin ánimo de lucro, con sede en Barcelona, y que está realizando una labor encomiable con proyectos de ayuda y colaboración en varios países africanos. En definitiva, que nos han tocado unos compañeros de safari que son todo un ejemplo a seguir. Bueno, toca descansar que el dia ha sido largo y mañana nos espera otro gran dia de safari. Un maasai, con una linterna en una mano y la lanza en la otra, nos acompaña a nuestra tienda. Siempre serviciales y haciendo su trabajo con orgullo. Índice del Diario: KENIA: ALMA AFRICANA, CORAZÓN SALVAJE
📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 5 (1 Votos)
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