Una vez visitado el Loreto (en mi caso, no visitado) volvemos sobre nuestros pasos y de nuevo cruzamos por delante del Palacio Černín y su kilométrica fachada decorada con columnas corintias. Yo conté 30, y con tanto contar no saqué ni una foto

Ahora, para bajar del Barrio del Castillo de vuelta hacia la Plaza de la Ciudad Pequeña. doblamos la esquina del Palacio Černín y tomamos la primera a la izquierda: la calle Úvoz Esta calle es cuesta abajo, y nos permite disfrutar de unas espectaculares vistas de Praga mientras bajamos. Y también de algunos edificios interesantes, por supuesto.



El final de esta calle enlaza directamente con la calle Nerudova, una de las calles más bonitas de la Ciudad y que nos conducirá directamente a nuestro próximo destino: la Plaza de la Ciudad Pequeña (Malostranské náměstí)
Esta calle, que sube desde la Plaza de la Malá Strana hasta el Castillo, debe su nombre (calle Neruda) al popular escritor checo de finales del siglo XIX Jan Neruda. Para nosotros es más conocido porque su apellido fue adoptado como pseudónimo por el poeta chileno Neftalí Reyes (Pablo Neruda).
La casa natal de Jan Neruda (también conocida como "la casa de los dos soles") se encuentra en la parte alta de la calle, y está convenientemente indicada por la correspondiente placa conmemorativa.

En esta calle nos llama especialmente la atención que la mayoría de los edificios todavía conserva los emblemas que hasta el siglo XVIII, a falta de numeración, identificaban a las casas.
Así, por ejemplo,
- La casa del cordero

- La Casa del Cáliz dorado y, al lado, la Casa de la Medusa

- La Casa de los tres violines, la casa del cisne blanco, etc, etc
Y también hay varios Palacios espectaculares, como el Palacio Thun-Hohenstein (en el número 20) y que actualmente es la Embajada de Italia


El Palacio Morzín (número 2) ocupado por la Embajada de Rumanía.


Cuando finalmente llegamos a la Plaza de la Ciudad Pequeña desde Nerudova, lo primero que llama nuestra atención es la Columna de la Trinidad también conocida como Columna de la Peste, ya que se erigió para conmemorar el final de la epidemia de peste que asoló Europa a principios del XVIII.



Y detrás de la Columna, la joya del barroco praguense: la Iglesia de San Nicolás de Malá Strana



La visita es obligada, por supuesto. Creo recordar que el precio de la entrada era de unas 70 coronas para los adultos. Dadlas por bien empleadas. También se puede subir a la Torre, aunque la entrada se paga aparte.
No obstante, antes de entrar en la Iglesia, pasead tranquilamente por la plaza, ya que son numerosos los edificios que llamarán nuestra atención.
El Palacio Liechtenstein, con su fachada neoclásica

El Palacio Smiřický y el Palacio Sternbeck...
Además, las arcadas de la plaza alojan numerosos establecimientos de restauración y cerveceros. Yo, particularmente os recomiendo una paradita en el U Glaubicu. 29 coronas por medio litro de buena cerveza, viendo pasar la vida por la plaza no es precio. Para todo lo demás, mastercard


Terminamos nuestra visita al barrio visitando dos de las Iglesias más bonitas de la ciudad. La primera es la de San Nicolás (Kostel sv. Mikulase). No confundirla con la otra Iglesia de San Nicolás situada en la Plaza de la Ciudad Vieja.
Esta Iglesia, sin lugar a dudas, una verdadera joya del barroco. Todo en ella es grande, colosal, y una vez cruzas las puertas, te sientes pequeño, pequeño.



Por destacar algo, no os perdáis detalle de los frescos de la cúpula, realizados por Franz Palko y que representan a la Santísima Trinidad, ni el órgano barroco en el que tocó el mismísimo Mozart, ni los frescos de Santa Cecilia sobre el mismo, ni el púlpito, ni las cuatro esculturas tamaño folio de los Padres de la Iglesia, ni...

El campanario es igualmente visitable, pero no está incluído en el precio de la entrada. Se paga aparte.
Sin abandonar el barrio nos encaminamos ahora hacia la calle Karmelitská a visitar la Iglesia barroca más antigua de Praga: Nuestra Señora de la Victoria Sin embargo, el verdadero motivo para visitar la Iglesia es que en ella se encuentra una de las imágenes más veneradas de todo el mundo cristiano: el Niño Jesús de Praga